El Factor Libre Albedrío, por Willy Chasparro
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza dotados de cuatro cuerpos inferiores. Así creado el hijo le dio Libre Albedrío —»freewill»—para su evolución, la cual está prefijada por fuerzas superiores para exteriorizar la nuraleza del espíritu a través de sus pensamientos y sentimientos. En cada Big Bang el Libre Albedrío va más allá de la Creación, va más allá de lo que suponen las escuelas filosóficas y con el Libre Albedrío operando siempre existieron las opciones de evolución, donde se han brindado las diversas alternativas previstas por Dios.
El Libre Albedrío es el principal atributo, un Don que mora en la Esencia Divina y no puede ser modificado. Es lo que equilibra el Universo, no solamente se traslada a una conducta, a una obra, a un hacer, sino también se traslada a la raza humana. Pertenece al ser humano y es su más grande posesión, un Don que Dios le dio a cada uno de sus hijos para desarrollar su propio Espíritu Santo y planear su propia perfección. Es la discreción motivada para respetar la voluntad humana, la voluntad que las personas tienen para manejar sus propios asuntos, de manera que puedan alcanzar la madurez espiritual por si mismos. Se puede jugar pero siempre respetando el de otro, es la potestad que tiene el ser encarnado para pensar y actuar, la habilidad y el poder de decidir y obrar libremente, por reflexión y por elección propia, aunque también puede ser un impedimento que mantiene “anclado” en etapas que debería haber trascendido.
Se puede decidir e intervenir en cosas graves y no graves, siempre y cuando no se encuentren comprometidas cosas que no esten en contra del paradigma físico. Cada ser humano desea ejercerlo para tener la felicidad de la experiencia evolutiva, porque de eso se trata, de la evolución. El Libre Albedrio de una persona nunca debe ser sometido al impacto de la voluntad de un grupo o individuo, –no puede interferir ni manipular a otro, en realidad no pueden pero lo hace–, en ninguna circunstancia se debe violar el Libre Albedrío, hay que respetarlo para bien o para mal, tener libre albedrío es tener capacidad de elegir entre servir a la Luz o permanecer sumidos en las limitaciones de la vida física
Algunas doctrinas filosóficas establecen que la conducta humana es reflejo y consecuencia de la voluntad y no de fuerzas externas, es una creencia que sostiene que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones, consideran que cada individuo es el único dueño de su destino. Es una filosofía totalmente opuesta a la Esencia Evolutiva del Universo, porque cuando un individuo ha desarrollado su conciencia y su Libre Albedrio, puede hasta captar, —aunque fuese levemente— la visión de un nuevo mundo. Este es el poder de espíritu encarnado, el poder de toda la Humanidad.
El libre Albedrio es una dualidad, la combinación de lo angélico y lo biológico, es un «núcleo” de energía dual. Cuando la atención del individuo es dirigida hacia alguna cualidad constructiva, se eleva a grandes alturas. Se puede pensar que Dios está dentro, se puede ir en la dirección que quiere, puede crear cosas buenas o malas si así lo elige, Mediante el poder del libre albedrío una persona puede sintonizarse con cualquiera de los estratos negativos, lo cual puede ser un “ancla” que lo mantenga en etapas evolutivas que debería haber trascendido.
El Libre albedrío es: ¡¡¡…Until a storm has…Libe will to «thunder»…!!!
La Constancia: Forma parte de libre albedrio, pero el ser humano mide de acuerdo a valores espirituales el patrón, designio, visión o empeño al cual ha sido estimulado a servir, luego, procede a utilizar las energías de sus sentimientos para desarrollar y exteriorizar el patrón de servir y el plan para su propio bien, y el de su prójimo. No quiere decir «obediencia ciega», esto sería fanatismo, intolerancia y un impedimento a la evolución. La pasividad sólo lleva a la ausencia de libertad y permanecer indiferente es renunciar al Libre Albedrío. Sería sabio si sabe escoger y dirigir sentimientos controlados hacia el mundo de su visión —con constancia, no espasmódicamente. ¡De estos pocos dependemos para exteriorizar el Nuevo Día!
Willy Chasparro