El final del camino (parte II), por Miguel Díaz Morlet
Debemos de comprender, de una buena vez y para siempre, que desde el día de nuestro nacimiento, el Padre a través de su amor puro e incondicional hizo un pacto con todos nosotros, en el cual Él se convertirá en todo aquello que pensemos y deseemos.
Este pacto aún sigue vigente y seguirá hasta el final de los días, este pacto nos convierte en herederos de todo aquello que es el Padre, por eso, Nuestro Padre siempre nos ha dado todo lo que Él ha llegado a ser, para que podamos experimentar y entender la totalidad de lo que Él es, es la base de la culminación de nuestros sueños, pero he aquí el verdadero reto, la gran verdad ¿Quien fabrica los sueños?
Nosotros, siempre hemos sido nosotros, comprender esto, te otorgará el poder, la responsabilidad y la libertad de crear lo que quieras para ti, todo depende de nosotros, el Padre siempre dirá: si ese es tu deseo, que se haga tu voluntad, pueden ver el enorme regalo de nuestro libre albedrío, es y será el amor incondicional en toda su expresión.
Después de todo este tiempo, de todo el camino andado, lo único que resta es sentirnos merecedores para ser creadores, si no logramos esto, no podremos crear ni un vaso de agua. Después de haberse roto todas las estructuras, en donde nuestro mundo se hizo añicos, en donde no queda un trozo que recoger, porque no vale la pena, después de todo eso, deberemos levantar la cabeza, mirar hacia adelante y vernos a nosotros mismos, y darnos cuenta en que nos hemos convertido, seguramente nos hemos hecho más humildes, porque a diferencia de los demás, podemos reconocer nuestros aciertos y errores y corregirlos, lo que nos convierte en seres conscientes de su propio destino y de su propia vida.
Cuando puedas verte al espejo y puedas volver a sonreír, por lo que eres y no por lo que has sido, entonces estarás listo, para poder crear lo que quieras, porque sabrás quién eres y hacia donde te diriges, sabrás que todo lo que has pasado, tu mismo lo creaste, para convertirte en lo que ahora eres, un hijo de Dios con todo su poder creador heredado por Él, hacia todos nosotros.
Por esta razón, tu fe y tus ganas de formar una nueva tierra, un lugar en donde podremos tener lo mejor de los dos mundos, un lugar en donde en vez de existir la dualidad, reinará la unidad, pero solo depende de cada uno de nosotros, siempre ha sido así , y seguirá siendo, hasta el final de nuestros días, ese es el pacto, y el Padre nunca regatea, al contrario, si pides uno, te da dos, así es mi Padre, que les puedo yo decir.
Abre tu brazos y siente la libertad, siente el viento en tu cara, descubre lo que siempre has sido, un ser libre, creador, con amor de sobra para regalar, quizá cuando llegues a sentir esto, no te quedarán muchas ganas de crear cosas materiales, porque habrás comprendido el valor real de la vida, sabrás lo que en muchas vidas no supiste, sabrás que no morirás, porque eres eterno y no tendría ningún caso volver a nacer en otro cuerpo, cuyo cerebro no ha aprendido a saber quien es, la gran ironía de este gran juego de la vida, es que cuando finalmente puedas llegar a manifestar lo que quieras con tu voluntad, ya no te interesará seguir en esta vida, y entonces sabrás que llegó el momento de partir hacia un nuevo nivel, en donde encontrarás lo que siempre buscaste y nunca encontraste en este gran juego de la vida.
Nuevamente Miguel tus palabras llenas de sabidurìa me llenan el corazòn de
alegrìa infinita al entender que yo soy un ser libre como el Padre quiere que sea
que Dios te Bendiga siempre.
Mil gracias
Carmen