El influjo de La Luna desde los Albores del tiempo
La influencia de la Luna sobre nuestras vidas ha sido intuida desde los albores del tiempo. La imaginación humana ha urdido explicaciones fantásticas para sus cambios lumínicos, asociados por lo general a los ciclos de nacimiento y muerte. Una de las mitologías más antiguas, la brahmánica, procedente de la India, considera al satélite como el reino de los muertos, mientras que en Mesopotamia se creía que el calor de la Luna, más que el del Sol, era el responsable del crecimiento de las semillas y de las plantas. La civilización griega, cuna de los pueblos mediterráneos, veneraba estos aspectos en la triple diosa, figura constituida por la virgen cazadora Artemisa, cuyo arco simboliza la Luna creciente o nueva, Selene, la Luna llena o madura, y Hécate, la Luna menguante y oscura. Esta última era también representada con tres cuerpos o tres cabezas en alusión a esta trinidad cambiante. Se la veneraba por su doble función, como diosa de los partos y mensajera de la muerte. Y tanto ella como otras diosas lunares, Isis (Egipto), Isthar (Mesopotamia), Astarté (Fenicia), Diana (Roma) o Freya (Germania), fueron reverenciadas como patronas de las artes relacionadas con la luna.
Esta creencia antiquísima fue recogida en el siglo VII a.C. por el poeta griego Hesiodo, quien elaboró una lista sobre el momento propicio del mes lunar para las faenas agrícolas y ganaderas. El catálogo de actividades era amplio: esquilar ovejas, castrar carneros, talar árboles, arrancar plantas medicinales y sembrar. Otros personajes célebres, como los médicos Hipócrates y Galeno, se atenían a los ciclos lunares en sus diagnósticos y tratamientos. Te invitamos aquí a observar las fases lunares y te proponemos realizar durante ellas algunas prácticas para comprobar si las tradiciones antiguas están o no equivocadas.
FASES DE LA LUNA: ¿CUÁNTO DURA CADA UNA?
La Luna tiene cuatro fases: Luna nueva (visibilidad nula), cuarto creciente, Luna llena (cien por cien de su visibilidad) y cuarto menguante. Con fines prácticos se dividen en cuatro ciclos de siete días cada uno, aunque la Luna nueva y la Luna llena solo permanecen como tales tres días.
LUNA NUEVA: MEDITACIÓN
Esta fase marca el inicio de un nuevo mes lunar de 29 días aproximadamente. La Luna se encuentra entre el Sol y la Tierra y muestra a esta su cara no iluminada, por lo que no es visible.
En la Antigüedad, durante los tres días en que la Luna es totalmente invisible, se depositaba en los cruces de caminos una ofrenda de frutos secos o flores blancas a la diosa Hécate para que esta concediera protección y sabiduría. Con este objetivo puedes colocar un ramo de claveles blancos en un lugar de paso de tu casa. Dedica estos días simplemente a la reflexión y a la relajación, sin forzar ningún acontecimiento a tu alrededor. En todo caso puedes intentar tener sueños reveladores. Para ello haz alguna pregunta antes de irte a dormir. Escríbela con claridad en un papel y ponlo debajo de la almohada. Si la cuestión es crucial para tu vida la respuesta aparecerá durante la noche.
Prácticas: Reflexiona sobre las cosas que deseas comenzar a hacer el próximo mes, pero no apresures su inicio. El momento solo es bueno para curas depurativas. Realiza una de tres días a base de zumo de frutas o de caldos vegetales. Si tienes alguna planta enferma trátala ahora, pues estará más receptiva. O siembra flores de tallos subterráneos como los lirios, ya que crecerán más deprisa.
LUNA CRECIENTE: REGENERACIÓN
Durante estos siete días el porcentaje de luz es del cincuenta por ciento.
Días propicios para atraer la prosperidad, el trabajo o las ventas. Para los asuntos materiales será mejor operar durante el primer cuarto creciente. Al atardecer de la primera noche pon en la ventana un recipiente con agua en la que hayas sumergido una piedra de Luna, un ojo de tigre y una malaquita. Retíralo al alba. Luego utiliza el agua así consagrada para poner en ella un ramo de laurel, árbol asociado a las sacerdotisas de Hécate. Enciende cada tarde junto al ramo una vela verde y pon en un cuenco una moneda. Al terminar esta fase entrega todas las monedas reunidas al primer pobre que encuentres. La magia lunar otorgará perseverancia y generosidad. Guarda las piedras para repetir el servidio el próximo mes.
Prácticas: Inicia ahora un nuevo trabajo o proyecto. Si te hayas con las fuerzas disminuidas convendrá que acudas a un nutricionista para que te recete vitaminas, minerales y otros suplementos con el fin de fortalecerte. Córtate el pelo y las uñas, si deseas que crezcan más deprisa. Apúntate a un gimnasio. Múdate de casa, estrena un coche, o encarga un electrodoméstico. Pero no pretendas curarte ahora de ninguna afección provocada por un exceso de toxinas o de bebida. La convalecencia será larga. No sanarás del todo hasta el próximo ciclo. Durante el segundo cuarto creciente tu estado de ánimo se verá alterado por la inquietud o por el nerviosismo, así que estarán indicados los ejercicios de relajación.
LUNA LLENA: PLENITUD
Este período es de siete días, pero el plenilunio, con un porcentaje de superficie lunar iluminada del cien por cien, solo dura tres días.
Muy favorable para culminar todo lo iniciado en la fase anterior: dar a luz, declararse a un amor, exponer ideas en el trabajo, iniciar una relación o casarse. Los días más óptimos serán los dos anteriores al plenilunio y los dos posteriores.
Prácticas: Momento propicio para dar a conocer tus decisiones importantes, exponer tus sentimientos,etc. La Luna llena aumenta la intuición, por lo que estos días serán también muy favorables para consultar a videntes o tener sueños proféticos. No será propicio, en cambio, para iniciar una medicación o una dieta alimenticia.
LUNA MENGUANTE: PURIFICACIÓN
Es la fase que se inicia tras los tres días posteriores al plenilunio. El porcentaje de iluminación vuelve a ser del cincuenta por ciento.
El primer cuarto de Luna menguante es muy propicio para hacer curas de estrés, retiros espirituales o reuniones con los amigos y la familia. Y sobre todo para purificar tu cuerpo y tu casa de energías negativas. Con ese fin pon en un tarro de cristal agua, sal, una piedra de Luna y un cuarzo blanco. Deja el recipiente en la ventana desde el atardecer hasta la mañana siguiente, moja los dedos de tu mano derecha en esta agua y rocía con ella cada rincón de tu casa y detrás de las puertas, con la intención de que la negatividad se vaya. Hazlo en sentido contrario a las agujas del reloj. Conserva un poco para mezclar con más agua y lavar con ella tus manos hasta los codos, tus ojos, tus oídos, tu nariz y tu cuello. Por último, arroja unas gotas sobre tu cabeza y sobre tus pies. Al realizar el ritual siente que el agua te protegerá de toda emoción negativa y te ayuda a liberarte de ataduras dañinas. O que favorece la curación de dolores crónicos. Durante el segundo cuarto pueden darse malentendidos en la convivencia o relación de pareja. Para evitar conflictos sentimentales ofrece a la Luna un ramo de claveles rosas. Cada atardecer enciende junto a este ramo un incienso de sándalo y una vela naranja. De ese modo potenciarás la armonía en el hogar.
Prácticas: Los días de Luna menguante son propicios para eliminar líquidos, grasas y toxinas y, por tanto, para comenzar una dieta y adelgazar, realizar un tratamiento de cutis o cortarse el pelo o las uñas que crecerán más despacio pero más fuertes. También para dar paseos solitarios y meditar, y encontrar soluciones intuitivas o sanear la casa a fondo, ya que hay menos humedad en el aire y eso favorece la limpieza de tapicerías, alfombras, suelos de madera, cortinas, etc. Los alimentos congelados en estos días y las pócimas con hierbas se conservarán más tiempo.
Recopilado por JBG
Fases de la Luna