"El problema de la utilidad del pensamiento", por Pedro Quiñones Vesperinas
Esta temática es de difícil aprehensión, por decirlo de alguna manera. Es importante tener una especial receptividad para intentar captarla en la medida de nuestras posibilidades.
Hoy sólo vamos a ver un planteamiento global inicial y, quizá entremos un poco en lo que serían los inicios del método para conseguir esta transformación delpensamiento; lo que sería la metodología de tipo esotérico para obtener ese cambio.
Pero lo más determinante, de entrada, es conseguir situar el problema en susverdaderas dimensiones. Realmente comprender en qué consiste; y – si eso se entiende -tenemos ya un punto de partida ideal para, encima de esa plataforma, empezar a construir lo que puede ser un proceso de solución.
Primero tendríamos que situarnos históricamente, para poder ubicar la naturaleza de esta problemática y ver de dónde parte. Sabemos que estamos en laQuinta Época Post-Atlante y que ésta parte, aproximadamente, en términos amplios, del S. VI d. J.C., y que todavía estamos totalmente inmersos dentro de ella. Esta época, aunque se halla preparada entre los S. VI y IX, se revitaliza o entra en efervescencia, en un período que corresponde, aproximadamente, del S. XIII al XV.
Lo que tiene de particular esta época con respecto a las anteriores es que, siguiendo un proceso evolutivo, aparece lo que es el germen de una nueva facultad dentro del ser humano, que es lo que se denomina el alma consciente. Es decir, aquella parte de nuestro psiquismo, que ejercida sobre los datos de la percepción sensorial del mundo físico, nos confiere una conciencia de vigilia absolutamente precisa, una conciencia de alerta sobre la realidad física, lo cual suministra las condiciones idóneas para el despertar de la individualidad.
Como todos sabemos, la individualidad es un término un tanto confuso, porque puede ser entendido de distintas maneras. Existe otro término que tiene dos significaciones totalmente contradictorias y contrapuestas entre sí, que es el de «ego». Con esta designación se pueden entender dos cosas totalmente contrarias: el Yo real del individuo, que es su auténtica identidad; y lo que no es el Yo real del individuo, es decir, la falsificación del Yo real, un yo espúreo y sucedáneo que no tiene nada de individual, puesto que es compartido por todos los seres humanos, y que está subyacente en el concepto de egoísmo. Eso es lo menos individual que existe y es en donde todos nos parecemos extraordinariamente. Esa es la falsificación del yo, que fue suministrado al ser humano, en unos tiempos muy remotos, como son los de la antigua Época Lemúrica, por las Entidades Luciféricas. Eso tiene muy poco que ver con la individualidad, con la auténtica individualidad, con la identidad profunda del individuo, que es única e irrepetible; mientras que los egoísmos son todos exactamente iguales entre sí y cumplen un papel de distorsión de lo que serían los efectos de la auténtica individualidad. La individualidad, según Steiner, se corresponde, a nivel humano, con la especie en el mundo animal. Es decir, cada una es única y diferente de las demás, y, por tanto, una no puede ser explicada en función de lo que se encuentre en otra. Así como la especie se manifiesta a través de los distintos animales singulares que la integran, laindividualidad lo hace por las distintas encarnaciones. En este sentido, la actual psicología no podría llegar a entender la verdadera individualidad, pues como todas las ciencias del presente, estudia lo que los individuos tienen en común, es decir, lo que es «no-individual», lo que se mantiene a nivel de cuerpo astral, pero no alcanza el Yo Espiritual.
Sabemos también, a través de seminarios anteriores, que si el representante de la falsa individualidad es Lucifer, el representante de la auténtica individualidad es el Cristo. Ahí vemos que la contraposición de notas características y de cualidades es total y absoluta, puesto que lo que en un área es egoísmo absoluto, en la otra es absoluto desprendimiento y entrega.
La significación de la época actual
Estamos en el momento delalma consciente, en el momento en que, precisamente por esa facultad operante en la psique de la persona, ésta tiene la opción de encontrarse frente a su propia individualidad y escoger entre su núcleo de identidad más propio, que le va a distinguir de todos los seres humanos y le va a hacer receptivo a todos esos seres y a todo cuanto existe, o quedarse a nivel de la falsa individualidad, que significa quedarse afincado en laseparatividad y en el egoísmo.Este es el desafío de nuestro momento, que tiene de propio y de único que, hasta ahora, dado que esa facultad era totalmente inexistente, no había posibilidades de autodeterminación por parte de la persona, que siempre estaba dependiendo, de alguna manera, de su entorno y de otra serie de instancias, como podían ser agrupaciones de distintas índoles, en función de las entidades sociales o bien de los lazos hereditario-sanguíneos, etc…
Como siempre que se entra en un área histórica, en la cual se desarrolla una facultad que previamente no había existido, evidentemente, la humanidad atraviesa unos momentos de desconcierto. Tiene los elementos propios de las épocas anteriores, pero esos elementos no son apropiados para hacer frente a las circunstancias presentes y futuras. La facultad propia de la época inmediatamente precedente, que es la Cuarta Época Post-Atlante, la Greco-Romana, es la delalma racional. En esa época tenemos el surgir del pensamiento como un instrumento de análisis de la realidad, y ese instrumento comienza a manifestarse, haciéndolo con un cierto grado de rendimiento y funcionalidad, en una determinada medida. Ahí es donde tenemos que empezar a ejercer nuestro juicio y nuestra crítica. Tenemos un pensamiento racional, con el cual los primeros autores griegos, filósofos y científicos al mismo tiempo, se plantean algo que hasta ese momento tampoco hubiera sido posible, que es el papel que el hombre tiene en el mundo.
Hasta ese momento esto no era posible por un hecho, porque previamente las condiciones también eran diferentes. La etapa anterior, la Tercera Época Post-Atlante, era la etapa del alma sensible. Fundamentalmente a través del sentimiento, de la sensación, y de una percepción[1] no mediatizada por elpensamiento, una percepción pura, el ser humano estaba conectado directamente con la realidad que lo circundaba. Él era una parte de la realidad, y cuando uno forma parte de algo, no se cuestiona ese algo como ajeno, puesto que no es ajeno sino que es propio. Uno no se cuestiona sus manos y sus pies, puesto que son partes el mismo organismo. Sin embargo, cuando uno tiene problemas en esas partes, empieza a cuestionárselas, porque empiezan de alguna manera a ser ajenas. Uno se cuestiona aquello que no es inmediatamente propio. Sobre lo que es absolutamente propio, normalmente, no existe conciencia. Luego, posteriormente, con el desarrollo y la evolución, uno puede empezar a llevar a cabo este tipo de cuestionamiento; pero inicialmente hay un proceso de identificación global.
La escisión del hombre y realidad
Cuando el ser humano estaba totalmente integrado en la realidad, cuando formaba parte de ella, cuando vivía, percibía y sentía con ella, al unísono, no tenía los elementos y los estímulos apropiados para cuestionarse su papel dentro de la realidad, puesto quesabía perfectamente cuál era ese papel. Pero lo sabía, no como consecuencia de un razonamiento teórico, sino porque era la experiencia suya continua, su experiencia. Esto, de alguna manera, está incluso presente en los comienzos de la antigua Grecia. Sin embargo, cuando las facultades del alma sensible comienzan a decaer y se plantean las propias delalma racional, entonces el ser humano se desvincula de su entorno, se siente aislado. Ha cortado sus distintos cordones umbilicales con la naturaleza y la siente como algo ajeno, extraño, desconocido y, en buena medida, hostil. Es entonces cuando se plantea esa gran incógnita, que está presente en todas las obras de la literatura clásica griega y latina, pero sobre todo en la griega, que es la inspiradora. Se plantea la pregunta del destino del hombre: ¿qué razón existe para que el hombre viva, para que viva en unas condiciones que, en gran proporcióninvolucran sufrimiento? ¿qué objetivo tiene todo eso?. Esta es la pregunta[2] propia del alma racional. El alma sensible se plantea sobre todo la belleza, la percepción placentera de la belleza y tiene una vivencia que, desde ese punto de vista, se puede considerar artística. El alma racional se plantea el sentido profundo de las cosas. Su pregunta es acerca de la verdad, de la realidad de las cosas, y ése es el terreno en el cual la humanidad se ha estado desenvolviendo, aproximadamente, desde los Siglos IV-VI a.C., hasta aproximadamente los Siglos XII-XIII, y, ya en último término, en el S. XV.
En el período del alma sensible, el hombre se encuentra en un estado de sueño muy vivido, más que la conciencia presente, pero sin conciencia de su propia parte indiferenciada, de lo que percibe.
En periodo del alma racional, el hombre se despierta y toma conciencia de sí,integrado en familia, raza y nación, frente a la realidad (entorno moral) que le circunda, y en que se halla inserto.
En el período del alma consciente, el hombre despierta a su individualidad absoluta frente al resto de la realidad: los otros hombres, las agrupaciones sociales, la naturaleza, la realidad mecánica y tecnológica, todo entendido como ajeno; amenaza potencial – y muchas veces real – y responde con movimientos filosóficos como el Romanticismo o el Existencialismo. En general, las corrientes humanistas han adoptado posturas pesimistas en este período, en tanto que las mecanicistas presentaban una perspectiva optimista, prácticamente hasta el presente, adaptándose a los planteamientos malthusianos, y partiendo de que las tres cuartas partes de la humanidad, sobraban en este planeta, y el resto habría de plegarse a las conveniencias de la élite dominante.
En todo ese tiempo la clave era la verdad, encontrar la verdad, encontrar el sentido de las cosas, encontrar el papel del hombre en el universo; con la problemática, como veremos, de que el pensamiento racional, por sí mismo, sin una apropiada transformación, no es el instrumento idóneo para conseguir la satisfacción de esa necesidad; y a partir del S. XV, cuando se inicia el período del alma consciente, el objetivo a cubrir no es ya la belleza en la vivencia, no es ya la búsqueda de la verdad y del sentido, sino que es la búsqueda de lo que sería el comportamiento idóneo en cada momento y en cada circunstancia, para conseguir una transformación positiva de la realidad. En definitiva es la búsqueda del bien en cada circunstancia, momento y situación. Esto es lo propio del alma consciente[3].
Razón e Intelecto
En el período propio del alma racional, tenemos dos estadios. Uno inicial, todavía influido por las condiciones propias de la etapa del alma sensible; en el cual y, sobre todo en algunos niveles, en algunos reductos de conocimiento, se conservan las técnicas apropiadas para el trabajo sobre el pensamiento, para poderlo transformar en ese auténtico instrumento de penetración en la realidad, la manera de convertirlo enpensamiento vivo. En el segundo estadio, esos conocimientos anteriores van perdiéndose, aproximadamente del S. III-IV d. C. hasta el S. XIII, en el cual esas posibilidades ya han desaparecido absolutamente de la superficie de la Tierra, (salvo a unos niveles extraordinariamente minoritarios); y el pensamiento queda, podemos decir, totalmente desconectado de la realidad, en aquello que no es la dimensión estrictamente físico-material.
Si nosotros consideramos estas dos etapas que se pueden establecer dentro del período propio del alma racional, entonces nos encontramos con dos niveles de pensamiento. Uno, lo que podríamos llamar un pensamiento racional, la razón en términos globales; y otro, una cosa que se va definiendo progresivamente y que entra de una manera muy peculiar a partir del S. XV, que es lo que podríamos denominar el intelecto.
El pensamiento racional, global, lo que se denominaba la razón antiguamente, sería aquella parte del pensamiento con la cual nosotros podemos abordar especulativamente, en principio, una consideración también global de la realidad. Sería – desde un punto de vista objetivo – aquella dimensión del pensamiento que podría llegar a convertirse, realmente, en ese instrumento de penetración real, auténtico, efectivo, en la realidad. Es lo que de alguna manera podríamos designar, con una terminología conveniente y útil, que se ha utilizado en Psicología y también en distintas Escuelas Espirituales, como «pensamiento abstracto». Opera de forma sintética. Se pregunta por los significados, los «por qué» de las cosas.
El intelecto es otro tipo de pensamiento mucho más específico, mucho más concreto, que hace referencia a unos aspectos muy delimitados de la realidad, que son aquellos con los que nosotros nos conexionamos a través de nuestros sentidos estrictamente. Es decir, aquella parte exclusivamente material-tridimensional de la realidad. Lo que se designa generalmente como el mundo físico. A esto también se le suele denominar pensamiento concreto. Opera de forma analítica.Descompone las cosas en sus partes integrantes. Busca la funcionalidad. Se pregunta por el «cómo».
Un concepto que sea contenido propio del pensamiento concreto, siempre tiene una contraparte en el mundo físico. Un concepto que sea un contenido propio del pensamiento abstracto, no tiene por qué tener una contraparte en el mundo físico. Eso es una diferencia bastante operativa.
Decíamos, que en la medida en que todavía estaban vigentes las condiciones propias de las secuelas del anterior período, del período del alma sensible, el pensamiento que se utilizaba era este pensamiento global, este pensamiento racional, no en el sentido que se emplea hoy el término, porque hoy en día se está identificando generalmente lo racional con lo intelectual y con lo físico-material. La razón, desde ese punto de vista, era ya una razón más desprendida de las condiciones materiales. Era la razón filosófica, puesto que pensamiento y ciencia seejercían y desarrollaban en aquellos momentos, mediante el razonamiento filosófico.La investigación, mediante la razón, guiada por la lógica y por la intuición, de lo que debían de ser las condiciones vigentes en la realidad. Esto sería el pensamiento racional. Aquí hay dos términos importantes para tener en cuenta. El término lógica[4] y el término intuición. El pensamiento racional necesariamente tiene que ser lógico, porque si no, evidentemente, no es racional. Ahora bien, el pensamiento racional, siendo lógico, no vincula necesariamente con la realidad. Esto es algo que tenemos que considerar con detenimiento. Digamos que el pensamiento racional es, evidentemente, un instrumento susceptible de poder ser bien utilizado. Si es bien utilizado puede llegar a conexionarnos con la realidad, pero para eso necesita algo específico que puede designarse como intuición. Eso era lo que decíamos que estaba presente en los primeros estadios, porque aún estabanvigentes las condiciones propias del alma sensible. Había vida suficiente en el sentimiento como, para con ella, poder impregnar el pensamiento, y eso hacerlo de una manera que no fuera subjetiva. En esto se entrará más adelante; en cómo se puede impregnar de vida el pensamiento, sin subjetivizarlo en el mal sentido del término.’
El alcance de la Razón
Decíamos que, el pensamiento racional, ese pensamiento que utilizaban los antiguos filósofos para considerar racionalmente cómo debían de producirse las cosas en la naturaleza, fue suficientemente operativo como para poder desarrollar ciencias tales como las Matemáticas, por ejemplo, y muy particularmente la Geometría, que no han podido ser perfeccionadas nunca más allá, en sus líneas fundamentales, de lo que lo fueron en aquellos tiempos y sin ninguna clase de aparatos de ninguna índole; simple y exclusivamente con el pensamiento. Eso demuestra su eficacia y su capacidad de penetración en la esencia última de las cosas. Ese pensamiento racional, es necesariamente lógico, pues es unacondición ineludible para que sea verdaderamente racional, para que conecte, por su afinidad, con la forma en la cual se producen las cosas. En la realidad las cosas se producen siguiendo un orden, un sentido y una coherencia. Entonces, ese pensamiento, para poder tener ciertas posibilidades de armonizar con la realidad, tiene que seguir un orden y una coherencia. Así, ese pensamiento que es lógico llega, si todo el proceso de razonamiento se ha cumplido según unas normas de lógica correcta a unas conclusiones lógicas y coherentes. Esto es absolutamente cierto e innegable. Pero lo que es lógico y coherente no es necesariamente real. Ese es el punto de insuficiencia.
Dicho de otra manera: la realidad, evidentemente, y en contra de lo que piensan algunos científicos actuales, es lógica, es coherente. Como decía Einstein: «Dios no juega a los dados». Otra cosa es que nuestra capacidad de interpretación de la realidad sea suficientemente amplia y profunda como para que nos aparezca clara. Pero, evidentemente, hay una lógica y una coherencia en todo lo que existe, en todo lo creado, en todo su devenir. Mas, sólo con lógica y coherencia, nosotros no penetramos en lo que existe. Podemos elaborar modelos, interpretaciones, imágenes que reúnen las condiciones básicas para que pudieran, teóricamente, ser reales, pero no hay la totalidad de los elementos necesarios parapoder comprobar fehacientemente, para poder tener la certeza absoluta, de que ese modelo, esa imagen que se ha elaborado teóricamente (y que puede ser perfectamente coherente) sea real. Sería una de las formas en las cuales la realidad podría manifestarse, pero hay infinidad de maneras en las cuales la realidad puede hacerlo, y todas esas formas pueden ser perfectamente coherentes, aun siendo dispares y diferentes entre sí. Esto es un planteamiento filosófico bastante elemental y que se está utilizando mucho actualmente en la Filosofía de la Ciencia. En base a este tipo de razonamientos, el planteamiento materialista está ya bastante devaluado desde hace años, aunque el público no se entere, porque es algo que no se explica. Los filósofos de la ciencia, desde hace décadas, ya tienenbastante sobrepasado el materialismo, el mecanicismo y otros planteamientos de ese estilo; y es más, están postulando el retorno de las metafísicas como un elemento fundamental para el progreso de la ciencia.
Nosotros entendemos que simplemente el llegar a conclusiones razonables, lógicas y coherentes, no nos aproxima – substancialmente – a la penetración en la realidad, y mucho menos – por supuesto – si estamos hablando de la realidad no física. Evidentemente, partimos de un planteamiento de la realidad mucho más amplio de lo que habitualmente se considera; pues no creemos que la realidad seaúnica y exclusivamente aquello con lo cual nos conectamos a través de nuestros sentidos, sino que estimamos que hay infinidad de ámbitos, con los cuales podemos comunicar, en determinados estados de conciencia. Estados especiales y poco usuales (sobre todo en este momento histórico, pero que sí lo han sido en el pasado). Actualmente existe una interrelación, a nivel subconsciente, con esos niveles, que se hacen – en alguna medida – perceptibles; por ejemplo, en los períodos entre el sueño y la vigilia, (momento de conciencia intermedia en el que hay unas interacciones que pueden ser más perceptibles) sobre todo, si la persona se adiestra de una manera determinada para incrementar su sensibilidad en estos momentos particulares.
Bien, tenemos ya de alguna manera hecho el planteamiento. Tenemos un pensamiento racional, que es susceptible de poder llegar a ser convertido en un instrumento de penetración en la realidad. Como instrumento es válido, pero hace falta saber usarlo de determinada manera. Tenemos una reducción, una simplificación, una concentración – podríamos decir– de ese pensamiento, que se limita estrictamente a un ámbito muy concreto y muy específico de la realidad, que es el tridimensional, el mundo físico, con el cual nos relacionamos por nuestros sentidos actualmente operantes. Esto nos aleja bastante más de lo que es la percepción de la realidad global, pero, por otra parte, hace posible una nitidez muy peculiar en la conciencia con la cual nosotros nos relacionamos con nuestro entorno y que anteriormente nunca había estado presente en esa medida. Hay una conexión que -podríamos decir – es la de cerebro, sistema neurosensorio, órganos de los sentidos y mundo físico; con una participación, fundamentalmente subconsciente, del área del sentimiento, del área psícoafectiva. Pero la conexión mundo externo y cerebro, sistema neurosensorio, nunca ha sido tan nítida y tan clara como en estos momentos y eso hace posible ese despertar de la individualidad del que hablábamos al comienzo. Es por ello que, precisamente en estas circunstancias específicas, puede surgir esa facultad que denominamos como el Alma Consciente, y a pesar de todo ello continúa la extraordinaria dificultad para situarnos dentro de la realidad, para tener una imagen de lo que esa realidad es y de lo que nosotros somos dentro de esa realidad.
Condiciones para la recta utilización del Pensamiento
El primer problema con el que nos encontramos cuando queremos utilizar elpensamiento como un instrumento de penetración, de conocimiento, es que nuestropensamiento está contaminado. Está contaminado por las emociones y los instintos, y esto es algo que hemos de comprender bien, porque puede dar lugar a confusiones. En un momento muy distante, al que hemos hecho alusión anteriormente cuando hablábamos de la falsa individualidad que suministró Lucifer, hubo un estímulo excesivo en el Cuerpo Astral del ser humano, que le produjo una especie de desarrollo absolutamente desequilibrado, en el cual quedó atrapado – por decirlo así – el Yo, que es el que hubiera debido ejercer de forma nítida y autónoma la facultad del pensamiento. El Yo quedó atrapado dentro del mundo anímico, del mundo de los sentimientos; sentimientos que, en función de que su auténtica individualidad no había surgido, no son sentimientos que podamos llamar individuales ni individualizados, sino que son indiferenciados, globales; circulan como corrientes instintivas dentro del conjunto de la humanidad y fundamentalmente dentro de determinadas agrupaciones, que pueden ser de tipo étnico, social, etc… Esto se pone muy de manifiesto cuando hay grandes aglomeraciones de gente; entonces se ve cómo el sentimiento es una cosa que en ninguna medida podemos decir que esté individualizado: aparece la emoción descontrolada.
Debido a que el pensamiento está sumergido dentro del mundo de los sentimientos, está subjetivizado de una manera negativa. Negativa en cuanto que esa subjetivización no es individualización, sino que es indiferenciación. Eso hace que el factor de objetividad, sea absolutamente fundamental para penetrar en la realidad; lo que, dicho de otra manera, se podría definir como «transparencia»: el que el pensamiento sea transparente, que no esté contaminado, que no tenga determinadas coloraciones que den unas tonalidades a lo que nosotros percibimos, distintas de las que en sí la realidad posee. Todo eso es algo que tiene que ser depurado, evitado, soslayado, para que el pensamiento, verdaderamente, pueda penetrar en las cosas. Cuando el científico dice que el pensamiento debe ser objetivo para penetrar en el conocimiento de las leyes naturales, ( y, por supuesto, se está refiriendo a las dimensiones puramente materiales) es totalmente correcto lo que está expresando. Se necesita un instrumento objetivo, para penetrar en la realidad objetiva. Con un pensamiento cargado de sentimientos, no se descubre ninguna clase de realidad ni de ley que esté prevaleciente en lo real; y digamos que todos los logros de la ciencia actual se han conseguido a través de un esfuerzo de objetividad; esfuerzo que no es válido como ejemplo a seguir al pie de la letra para lo que nosotros queremos conseguir, pero que tiene algunos puntos de referencia que son interesantes.
Como esfuerzo de objetividad, nosotros tendríamos que hacer uno todavía superior. El método es lo que no nos sirve, porque lo que no se puede hacer, cuando queremos penetrar en niveles de la realidad que no son el estrictamente material (que es el que está más muerto) es deshacernos de nuestros sentimientos, porque son los que van a dar vida a nuestro pensar. Entonces, aquí parece que hay una contradicción, porque estamos diciendo que el pensamiento está contaminado por el sentimiento, lo cual es real. Decimos que un pensamiento sin sentimiento puede ser objetivo y puede cumplir unos fines, sólo en un caso concreto que es al que se refiere ese ámbito de realidad muy reducido que es el mundo físico, que es ámbito de lo muerto. Pero si nosotros queremos penetrar en cualquier otro ámbito de la realidad, en los cuales prevalecen condiciones de lo vivo, tenemos queentrar con un instrumento vivo. Para que nuestro pensamiento esté vivo lo tenemos que cargar de sentimiento. El dilema es cómo podemos utilizar nuestro sentimiento para introducirlo en el pensamiento sin subjetivizarlo, sin contaminarlo con una subjetivización; subjetivización en el sentido negativo del término, en el sentido de sentimientos de tipo global que no están controlados por el Yo. (Emocionalidad).
Eso nos lleva al real esfuerzo de objetividad que nosotros tenemos que llevar a cabo en estos momentos, al esfuerzo que corresponde a este momento histórico, momento del desarrollo del Alma Consciente. En este momento, nuestra tarea consiste en utilizar nuestro Yo recién nacido, ese punto especial de objetividad que existe dentro de nosotros, esa perspectiva interna bajo la cual nos podemos contemplar a nosotros mismos, para discriminar en nuestro mundo de sentimientos qué es propio y qué es ajeno; para determinar qué es verdaderamente perteneciente a la esfera de nuestro Yo y qué es todo lo que no pertenece a ella; cuáles elementos y cuáles contenidos nosotros deseamos y consideramos apropiados que continúen dentro de nuestro mundo de sentimientos y qué elementos son aquellos que pueden interferir dentro de nuestro proceso de desarrollo[5].
El ejercicio de la actividad espiritual
Eso implica un ejercicio de extraordinaria creatividad y es el ejercicio precisamente de la actividad espiritual. El libro de Steiner «La Filosofía de la Libertad» posteriormente se volvió a titular como «Filosofía de la Actividad Espiritual», que viene a ser lo mismo: elejercicio de la auténtica libertad. Lo cual es algo que no tiene mucho que ver con las condiciones externas, es algo absolutamente propio del individuo, que tiene que ver totalmente con la actividad de su Yo, y que consiste en la discriminación entre lo que es propio y lo que es ajeno. Lo que es propio del núcleo de identidad espiritual último de lapersona y lo que viene dado por condiciones externas, ajenas, del pasado, automáticas, instintivas y por cualquier otro tipo de instancias.
En ese esfuerzo de objetividad y de creatividad máximas, el individuo tiene quedesarrollar una nueva moral, que es una moral de libertad. Lo cual no tiene nada que ver con que la persona haga aquello que le apetece en cada momento, que es como se entiende hoy en día el ejercicio de la libertad. El auténtico sentido moral, lo que se llama en la terminología antroposófica la Fantasía Moral, está en adivinar – de alguna forma – lo que es correcto en cada momento. Poner en armonía las condiciones del mundo físico, con lo que son los Arquetipos Espirituales, y eso sólo se puede hacer a través del ejercicio de la facultad del Alma Consciente; a través de la inspiración del Yo. No hay ninguna condición externa que pueda determinar lo que es moral, sino exclusivamente esa inspiración profunda dentro de la persona. Evidentemente, hay normas de tipo espiritual muy global que, por supuesto, siempre son puntos de referencia. Pero ¿cómo se aplica en cada momento y en cada circunstancia ese tipo de normativas, que sólo son unos puntos de referencia muy globales; en definitiva simplemente algo así como planos en función de los cuales se deben desarrollar las características psicológicas del ser humano?. Porque los «Diez Mandamientos», «El Sermón de la Montaña», todos esos contenidos, no tienen el sentido que nos ha transmitido la Iglesia, de imposiciones y normativas a las cuales nos tenemos que atener bajo determinado tipo de penas o castigos, sino que se trata simplemente de proyectos de desarrollo; algo que alguna vez, en algún momento, el ser humano conseguirá.
El sentido moral de las situaciones es precisamente lo que se tiene que desarrollar en el momento del Alma Consciente. Cómo poder encontrar una actuación idónea en cada momento, que, prescindiendo en una cierta medida de lo que pueden ser los intereses propios primarios del individuo, ponga en armonía el deber ser de índole espiritual con los elementos que la vida y el mundo físico ponen a su alcance. Este es el ejercicio de su libertad, de su voluntad y, sobre todo, de la discriminación, para saber ser inspirado por la Fantasía Moral.
Nosotros, a través del ejercicio de discriminación, tenemos que conseguir latransformación de nuestro mundo de sentimientos, de nuestro Cuerpo Astral y convertirlo en un Cuerpo Astral transparente. Eso es lo que en terminología esotérica actual también se designa como «Yo Espiritual». En terminologías más antiguas se describía como la «Virgen Sofía». Es un Cuerpo Astral que permite el conocimiento de la suprema sabiduría, porque se ha hecho totalmente objetivo, totalmente transparente. Ese Cuerpo Astral objetivo y transparente, en el cual los sentimientos están absolutamente acordes con la objetividad – es decir con las condiciones arquetípicas idóneas en cada momento desde el Punto de vista espiritual – impregna, con esa antigua facultad que los griegos designaban como entusiasmo» y que era el «fuego de los dioses». Esa facultad era de extraordinaria entrega e interés a nivel afectivo, pero – por otra parte – totalmente objetivo (que no tiene nada que ver con el egoísmo de la persona, pues es la entrega absoluta de la persona al acto del conocimiento). Impregna el pensamiento con un elemento dador de vida. Ese «entusiasmo», ese «fuego» es lo que convierte el pensamiento en pensamiento viviente y cuando el pensamiento es encendido, a través del Cuerpo Astral regenerado, el Cuerpo Astral transformado y objetivado, hecho transparente, entonces el pensamiento se convierte en uninstrumento viviente de penetración en la realidad.
La necesidad de realizar el Bien
Ahora, voy a transcribir un pequeño fragmento de Steiner y luego voy a entrar en lo que sería el principio, (simplemente el abordaje del principio), del camino de transformación del pensamiento mecánico en pensamiento vivo. Este texto de Steiner hace referencia a cuándo -realmente – se establecen las condiciones iniciales para, a través de ese Cuerpo Astral objetivado, poder tener en el pensamiento ese instrumento; instrumento que, por otra parte, tiene una peculiaridad y es que no se halla desvinculado de la realidad con la cual se relaciona y a la cual se conoce, sino que interactúa con esa realidad. El pensamiento no es pasivo en ese momento, sino que es activo y entonces crea condiciones nuevas, transforma y regenera a la realidad.
Dice el texto: «Alcanzado ese estado el hombre ya no reaccionará frente a lo buenodiciendo solamente: esto es bueno y me llena de simpatía; sino que empezará a darse cuenta de que lo bueno es un principio creador en el Universo y debe equipararse con el mundo del devenir. En cambio, el hombre siente por doquier que lo malo es derrame de descomposición. He aquí una importante transición hacia una nueva concepción del mundo, en la cual el Mal se considerará como el «ángel exterminador'», destructor por doquier, en tanto que al Bien le cabrá el papel de generador de continuos nacimientos cósmicos, grandes y pequeños. Con cada maldad nos convertimos en ayudantes del «ángel exterminador», cogemos su guadaña y participamos en los procesos de muerte y descomposición.
Los conceptos que asimilamos sobre una base espiritual, tienen un efectovigorizante sobre toda nuestra concepción del mundo, son el tónico que la humanidad debe llevar del presente a la evolución cultural del futuro. Hasta ahora los buenos dioses se han preocupado de nosotros. A partir de este momento, en nuestra Quinta Época cultural Post-Atlante, se le restituye al hombre, en mayor o menor grado, su propio destino; se le restituye el Bien y el Mal. Para ello es necesario que el hombre conozca el significado del Bien como principio creador y del Mal como principio mortífero».
Yo me permitiría hacer una pequeña reflexión sobre este punto. Hay un estadio, que es muy frecuente en personas que siguen este tipo de inquietudes de índole más o menos espiritual, en el cual, por una serie de circunstancias, y quizá por esa inercia que se lleva como consecuencia de ese proceso de desarrollo previo y – de alguna manera – las secuelas del predominio del período del Alma Racional,la persona se asoma a este tipo de planteamientos de la realidad bajo una perspectiva de pensamiento. Especula acerca de las cosas, analiza, llega a determinadas conclusiones y, en cierta medida se autosatisface con esasconclusiones que ha elaborado, y ahí queda su nivel de participación. Hay una involucración muy relativa y discutible del mundo del sentimiento, y una participación prácticamente nula del área de la voluntad. Entonces, pues, hay una tentación muy fuerte y muy extendida – en los círculos de tipo espiritual, precisamente – de sentirse complacidos en la mayor o menor belleza, coherencia, interés, complejidad, que puede tener una exposición de esta índole a nivel de pensamiento. Esa es una cuestión muy peligrosa, porque en la etapa del AlmaConsciente el individuo no se puede limitar a buscar la verdad en las cosas. Su objetivo y su cometido es encontrar el Bien en cada momento, entendido como ese acuerdo idóneo, perfecto, entre lo que exigen las condiciones arquetípicas espirituales para ese momento histórico y los elementos con los que esa persona o grupo de personas cuentan para incidir sobre esa realidad. En esta etapael individuo es responsable del Bien que debe de conseguir. Hay como una cuota, como una cuota de Bien que él, individual y grupalmente tiene que conseguir y tiene que encarnar. Y es igualmente responsable de aquel Bien que él no encarna, por abstención, por insuficiencia en sus actos. En el momento en que la persona es consciente (a nivel de pensamiento), de que las cosas son de determinada manera, desde el punto de vista espiritual, y que eso implica la adopción de determinadas actitudes frente a la vida. A partir de que la persona tiene una conciencia, tiene una responsabilidad. Tiene la responsabilidad de incorporar su sentimiento a esa verdad percibida y reconocida como tal, y de convertirla en hechos a través de su voluntad. En una expresión real en el mundo físico. Esa es su responsabilidad. No puede quedarse simplemente librado a esa autocomplacencia del pensamiento. Eso es una tentación, pero esfundamentalmente un considerable pecado por abstención, y, en la medida en que él no está trabajando para el Bien activamente, él, por renuncia a sus obligaciones, está colaborando pasivamente con el Mal. Esto es un hecho sumamente importante de índole moral, que es muy necesario tener en cuenta y muy esencial que impregne nuestra conciencia, porque es una de las notas claves para estas etapas específicas por las que estamos atravesando. Esta etapa, más que ninguna, es una etapa de acción, de expresión en el mundo físico; y esta expresión debe proceder desde el pensamiento que nos ha llevado a una verdad que es reconocida como tal, que, a través de nuestro sentimiento, se carga deentusiasmo y que, en función de esa dinamización, de ese combustible, puede convertirse, a través de nuestros hechos, en una realidad exteriorizada. Este es el proceso tal y como se debe llevar a cabo en el momento presente.
Proceso de vitalización del pensamiento
Ahora, vamos a abordar inicialmente lo que es ese proceso de transformación gradual del pensamiento en un instrumento de penetración eficaz dentro de la realidad global. Estamosacostumbrados a manejar un pensamiento, que – como decíamos – es un pensamiento mecánico, que nos conexiona con lo que en la realidad existe de mecánico. Esa es una dimensión importante y necesaria de conocer, pero no la única. Para percibir lo vivo, (y, evidentemente, lo vivo es algo absolutamente diferente de lo mecánico y muy contrapuesto), necesitamos someter a nuestro pensamiento a un proceso de transformación. Este proceso es algo que ha sido conocido desde siempre en las Escuelas de los Misterios, y que ya se manejaba en la antigua Grecia, y este conocimiento ha sido conservado y transmitido históricamente hasta el momento presente. Hoy sólo vamos a hablar de la primera de las etapas, de la primera de las condiciones que se deben ejercer sobre el pensamiento para conseguir esa transformación. En la antiguas Escuelas de los Misterios griegas, se especificaba con mucha claridad que un pensamiento – para que verdaderamente pueda tener una capacidad de penetración en la esencia de las cosas – debe partir de una postura anímica muy concreta. Esa postura muy concreta y absolutamente insoslayable es la postura del asombro. Esto es algo que hay que intentar entender. El asombro es una vivencia que cada vez nos resulta más difícil de cultivar, puesto que todos los estímulos que tenemos a nuestroalrededor hacen todo lo posible para privarnos de ella. Se nos pretende convencer de que la realidad es algo, hasta cierto punto, fácilmente comprensible, y que es una cuestión de tiempo el que, con los elementos de los que actualmente se dispone, con los métodos de investigación científica y con las líneas de investigación teórica que se han venido desarrollando últimamente, iremos penetrando en la esencia de las cosas sin ninguna clase de problemas. Por lo tanto, el factor de asombro cada vez está más ausente dentro de nuestros planteamientos gnoseológicos. Por ese camino – evidentemente – se puede llegar a cualquier sitio, menos a una penetración real y profunda en la esencia de las cosas. Así, iremosprofundizando cada vez más en los aspectos estrictamente mecánicos de la realidad, pero nunca podremos salir de ahí, y nunca nos vamos a conexionar con lo que existe de vivo, y mucho menos con lo que existe de consciente dentro de todos los procesos naturales.
Para vivificar nuestro pensamiento, tenemos que partir del asombro. El asombro vendría a implicar varias cosas, entre otras, un reconocimiento implícito de la insuficiencia de nuestras facultades para llegar a cumplir ese objetivo último, que es la penetración definitiva en la esencia última de la realidad. Librados a nuestras propias fuerzas, nosotros no podríamos llevar a cabo ese esfuerzo. Esa insuficiencia forma parte – y eso lo veremos en otros ámbitos y en el trabajo ya de tipo más espiritual, de las condiciones básicas para establecer un contacto con el Cristo Etérico. Si nosotros no partimos de la insuficiencia de nuestros recursos para poder penetrar realmente en la esencia de la realidad, y en la esencia de nuestro sentido vital como entes espirituales[6], no podremos establecer ese contacto y nopodremos tener la experiencia Crística. Eso es un punto que viene muy a colación porque conexiona muy íntimamente con lo que estamos considerando en este momento. De ese sentimiento de insuficiencia, que estaba vinculado, como decíamos anteriormente, con aquellos anteriores remanentes de las condiciones propias de la etapa precedente, que era la etapa del Alma Sensible. Cuando el ser humano estaba unido a través de su percepción con las dimensiones suprafisicas de la realidad, con las dimensiones vivientes de la realidad. Cuando él vivía todo lo que le rodeaba como una interacción con seres vivos de una naturaleza diferente a la humana, lo que actualmente de una manera muy distorsionada se viene a designar como«animismo». El ser humano estaba impregnado por el sentimiento de asombro en cuanto a que él percibía la extraordinaria grandiosidad, en definitiva la divinidad, de todo lo que le rodeaba, incluido él mismo, entendiéndose como un microcosmos.
El organismo humano – entendido como un microcosmos – es una pequeñaconcreción del macrocosmos. Así como el macrocosmos era, para la persona que gozaba de las facultades propias del Alma Sensible, una constelación inmensa de Entidades Espirituales que interaccionaban entre sí; el pequeño microcosmos integrado por su organismo era, a escala reducida, un ámbito en el cual todas esas entidades, que actuaban desde fuera, igualmente – y en correspondencia – actuaban desde dentro. El entendía su propio organismo como un pequeño cosmos, en el cual las Entidades Espirituales llevaban a cabo una acción conjunta, que podía apreciarse, y normalmente lo era desde un punto de vista artístico, desde un punto de vista muchas veces de experiencia musical, una experiencia estética endefinitiva.
En las Escuelas de Misterios, hasta la época medieval, incluso, se conservaba de algunamanera la sabiduría de las Escuelas Mistéricas griegas. En aquellos momentos en los cuales se enfrentaban las corrientes «realista» y «nominalista». La corriente realista, defendía, desde un punto de vista filosófico, que los conceptos designaban entidades reales, Entidades Espirituales Arquetípicas. Los discípulos de estas escuelas eran enseñados a cultivar estados de ánimo especiales, estados de especial receptividad, en función de los cuales la búsqueda filosófica era algo extraordinariamente diferente de lo que nosotros podemos entender en el momento presente. En aquel tiempo la labor filosófica no era una labor abstracta desprovista de contenido, sino una búsqueda amorosa.Esto sería importante entenderlo. Cuando el discípulo buscaba la verdad, no buscaba una verdad abstracta, desconexionada de la realidad, de la vida, sino que estaba buscando una entidad. La verdad era una entidad. Cuando él buscaba la comprensión de los hechos naturales, estaba buscando una conexión directa con una entidad espiritual, que era la que presidía esos procesos naturales. Cuando éltenía que conocer la naturaleza íntima de los procesos propios de la Naturaleza terrenal, estaba buscando lo que en los Antiguos Misterios se designaba como el «Alma Mater». Buscaba lo que podríamos considerar la entidad representante del «principio femenino» de la Tierra, la cual entidad preside todos los procesos naturales, y él buscaba con una clase especial de apasionamiento, que era apasionamiento espiritualizado. Era precisamente la realización por aspiración, por inspiración, por ejemplo y por emulación de ese principio «Sofía» dentro del propio cuerpo astral. La transformación, la depuración del cuerpo astral, para convertirlo en un instrumento de sabiduría. Esa «Sofía» se identificaba – de alguna manera – con el arquetipo femenino dentro de la Naturaleza, arquetipo femenino que es una entidadviviente que tiene su propia consistencia y su propia identidad[7].
Aquellos enamorados del principio femenino, de la esencia de la Tierra, de la esencia del «Alma Mater»[8], de la Madre Naturaleza, a través de ese entrenamiento espiritual, desarrollaban una sensibilidad especial, por la cual, en un estado de conciencia – que se puede llegar a desarrollar entre el estado de sueño y de vigilia – tenían una experiencia espiritual específica, que consistía en ser visitados por esta entidad espiritual, por el principio femenino dentro de la Naturaleza, con la cual tenían un contacto, una comunicación y una penetración real en la esencia última de las cosas naturales – en este caso de los hechos propios de la Tierra. Todo lo cual podría considerarse – en cierto sentido – como una especie de comunión espiritual y una especie de matrimonio en algún sentido místico y en otro sentido, más substancial o energético.
Esto sirve un poco como referencia de lo que es ese proceso de transformación del pensamiento, de cómo el pensamiento se tiene que convertir en vivo, de cómo se tiene que transformar con el sentimiento, con el amor, con un amor de naturaleza espiritual, objetiva, con un amor que esté desprovisto de los elementos propios del egoísmo y de las condiciones instintivas, que son las que vienen determinadas por elementos ajenos a lo que es la auténtica individualidad de la persona.
Pedro Quiñones Vesperinas
[1] Se trata de una percepción distinta de la actual, ya que ésta, si no va acompañada del pensamiento, no transmite una información que pueda ser significativa; en tanto que la percepción sensible llevaba incorporadas las claves de su significación, y, particularmente su naturaleza moral.
[2] Sócrates y Budha se hacen la misma pregunta en época coincidente.
[3] El budismo surge en el inicio de la época del alma racional, o, visto desde otro ángulo, el final del alma sensible. Desde esa óptica se comprende mejor, por una parte, su énfasis en los aspectos desagradables de la realidad, que en la especial sensorialidad de la época, quedaban abigarradamente confundidos con los poderosos estímulos de la naturaleza circundante, y se asumían, sin más, como parte de la misma. Por otra parte, se entiende su incapacidad de cuestionarse la posibilidad de cambiar esos mismos aspectos por otros más favorables, lo cual corresponde a la etapa del alma consciente.
[4] La lógica es condición «sine qua non» para la génesis de un pensamiento racional. Es una condición necesaria, pero no suficiente, para que este pensamiento nos conecte con la realidad. Únicamente la intuición puede asegurar esa efectividad.
[5] Implica la depuración del cuerpo astral, es decir, la obtención del Yo Espiritual o Manas.
[6] Nicolás de Cusa, filósofo y humanista alemán (1401-1464), Obispo de Brixeu y Cardenal,representa el tránsito de la escolástica a la Filosofía moderna. Establece que el ser infinito es coincidencia de los opuestos, y que la razón no puede alcanzar su comprensión, reconociendo esta incapacidad bajo el término de «Docta Ignorancia».
[7] Toda la corriente trovadoresca, se inspira en el conocimiento de técnicas esotéricas que activan en“Anima”, o principio femenino dentro del alma humana, y permiten una activación gradual de corrientes energéticas dinamizadoras y transformadoras del cuerpo astral, en su persecución de la “Sophia”.
[8] “Isis”
–> VISTO EN: http://www.revistabiosofia.com/index.php?option=com_content&task=view&id=308&Itemid=55
Entiende uno no se enamora todo el tiempo llegamos a conocer tanta gente y de repente solo esa persona despierta todos esos sentimientos tan lindos no los destruya valore