Función social del yoga
El mundo interior expresado a través de las enseñanzas de Patañjali se basa en tres conceptos: crecer en conciencia, evolucionar en nuestro corazón y aprender de la realidad. Escribe Carlos Fiel, director de la Escuela Sadhana.
Patañjali nos propone una forma de vivir y relacionarnos con nosotros y nuestro interior, con los demás seres y con el mundo. Pero esto requiere una actitud de conciencia, es decir, de estar presentes en cada gesto de nuestra realidad.
Si es cierto que la presencia de lo Divino sólo puede vivirse en la alegría y que tan sólo la descubriremos al alcanzar lo profundo de nuestro ser, entonces tendremos que ir olvidando todo lo que hemos aprendido de Él, para que nuestra mente vacía y silenciosa se haga sensible a su presencia.
El viaje espiritual tiene sus cimientos en el corazón y realiza un largo peregrinaje para llegar desde mí hasta mi ser más profundo.
Nada nos separa de Dios, no existe dualidad entre nosotros y Dios; sólo existo yo y en mi interior está la respuesta, nada está excluido de la vida, ni de Dios.
Desconocemos casi todo lo que da sentido a la afirmación “Dios existe”. Existe y es posible dialogar con Él. Es un enamorarse, no una discusión filosófica, y sabemos que todo amor comienza en el interior. E-moción, del latín, movere, significa “moverse hacia”. Y esto es el yoga, moverse hacia la vida desde nuestro interior, con plena conciencia. Esto quiere decir practicar un yoga social.
Gestionar el estrés
Mucha gente se acerca al yoga para conseguir gestionar su estrés. Ya sólo esto es un buen motivo para comenzar a practicarlo, ya que sus beneficios serán inmediatos y tangibles. Todos sabemos que el yoga es una buenísima ayuda para reducir el estrés, calmando la mente y creando un sentido de paz, bienestar y relajamiento.
Pero el estrés es muy difícil de gestionar, ya que sus efectos negativos afectan tanto al sistema fisiológico como al biológico de nuestro cuerpo. Pero especialmente afecta negativamente al sistema nervioso autónomo, causando una hiperactividad en el sistema nervioso simpático (acelerador), el cual a su vez aumentará la producción de epinefrina, norepinefrina y cortisol, conocidas como hormonas del estrés, que provocarán un aumento de los latidos del corazón y de la presión sanguínea junto a otras alteraciones y daños en el interior de nuestro sistema cardiovascular.
Estos cambios hormonales producidos por el estrés inducirán otros cambios más profundos, como ciertas mutaciones negativas en el sistema inmunitario, quedando así más expuestos a ciertas enfermedades y agravando ciertas situaciones crónicas ya existentes. El estrés afecta a cada célula y condiciona negativamente nuestros cromosomas, además de acelerar el proceso del envejecimiento. Se puede afirmar que el estrés provoca un estado de inflamación crónica en nuestro cuerpo, haciéndonos más vulnerables a ciertas enfermedades crónicas o creando un terreno fértil para nuevas patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes, desordenes gastrointestinales, artritis, cánceres, etc. Todas aquellas en las que la inflamación juega un papel clave tanto en el desarrollo como en su evolución.
El estrés conlleva muchos problemas de insomnio, ciertos comportamientos dañinos y contaminantes para la salud, alteraciones del humor como ansiedad o depresión, incapacidad de concentrarse, dificultad en las relaciones interpersonales e incapacidad de desconectar.
El interés creciente por el yoga y por lo tanto la investigación alrededor de él y sobre las disciplinas cuerpo-mente han documentado ampliamente sus beneficios en tres direcciones: en personas sanas, en personas con enfermedades crónicas y en personas con enfermedades, digamos, terminales.
En las primeras, estas prácticas mejoran los aspectos biológicos, fisiológicos, psicológicos y de comportamiento.
En las segundas, les ayuda a corregir los parámetros biológicos, alivian la gravedad de los síntomas consiguiendo una mejor calidad de vida en términos físicos y psicológicos.
En el tercer grupo y el más delicado, ayuda a los enfermos a tener una mejor adaptación a la enfermedad, mejorando su respuesta al estrés y al control, reduciendo los efectos colaterales de los tratamientos y proveyéndoles de un método o un modo para disponer de un sentido de control sobre su propia existencia, convirtiéndoles de hecho y con una cierta frecuencia en “sobrevivientes”.
Descubriendo el mundo interior
Si el objetivo esencial del yoga es la plena conciencia, la presencia y la meditación, y si las investigaciones alrededor de ellas se traducen en unos efectos positivos y en cascada sobre todos los sistemas vitales de nuestro cuerpo, modificando positivamente el funcionamiento de nuestro cerebro, se deduce su importancia tanto a nivel de transformación espiritual interna como a nivel de método de rearmonización en nuestro cuerpo-mente.
Los efectos neurológicos de la meditación han demostrado la profunda neuroplasticidad del cerebro (cambios en nuestro cerebro debidos a la experiencia).
Esta nueva visión e interés de la medicina por la frontera entre cuerpo-mente nos demuestra la importancia que tiene la gestión del estrés y la influencia tan importante que tienen nuestros comportamientos sobre el funcionamiento del cerebro y sobre nuestra salud en general.
De entre todas las prácticas cuerpo-mente, parece ser que el yoga-meditación se nos revela como la más esencial, ya que integra movimiento consciente, respiración y meditación con el fin de proporcionarnos una vida completa y consciente. Estas prácticas ayudan a reducir el estrés mejorando no sólo nuestra cualidad de vida personal, sino descubriendo un maravilloso mundo interior que es el verdadero interés del yoga y donde se encuentra la fuente de la armonía y del bienestar. Buscar nuestro bienestar conlleva romper este círculo vicioso del estrés.
Goethe decía que podía entender cómo la caída de la manzana podía haber despertado en Newton la idea de la gravedad, pero lo que no podía entender era cómo un árbol podía crecer en dos direcciones opuestas.
Es quizás está unión de polaridades, de opuestos, de tensiones inversas las que despiertan tanto interés por el yoga, por esa búsqueda de la unión de los opuestos, del interior y el exterior, del cuerpo y la mente. Es a eso a lo que llamamos en el yoga “axialidad”, la búsqueda relajada y espontánea de la vertical manteniendo la plena conciencia, el diálogo entre el cielo y la tierra, entre los pies y la cabeza, integrando todo ello en el simple gesto de la presencia.
Para terminar creo que este comentario de Spinoza podría ser el gran centro del yoga. Debió ser muy lúcido para escribir esto en su época, y nos señaló el camino hacia una felicidad solidaria, libre de fanatismos y con mas abertura y comprensión.
Este es el Dios o Naturaleza de Spinoza:
Dios hubiera dicho:
“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho. Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí cómo hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío. ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste?… ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido? … ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como un lorito lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.”
Spinoza
Baruch de Spinoza (también escrito Baruj de Spinoza) (Hebreo: ברוך שפינוזה, Latín: Benedictus de Spinoza, Portugués: Bento de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 – La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.
Quién es
Carlos Fiel es director de la Escuela Sadhana. Formador principal de San Sebastián. Formador de Sevilla, Valencia y Madrid.
Más información: http://www.sadhana.es/es/index.asp