¿Y qué hacemos con los propósitos de Fin de Año?
Los propósitos de fin de año son los más famosos al cierre e inicio del mismo en el calendario, pero en realidad si somos honestos con nosotros mismos, ¿ son propósitos o solamente deseos?.
fantasía o realidad….
Tal vez lo que nos falla es que al formular nuestros propósitos nos damos permiso de fantasear o soñar despiertos que no está mal, sin embargo, si queremos que funcionen debemos pensar de manera realista ó como se dice con los pies en la tierra que es lo que elegimos como nuestros objetivos de crecimiento integral para nuestro futuro inmediato.
Un paso importante al escoger nuestros propósitos es tomar en cuenta el entorno del que estamos partiendo, por ejemplo, si nos determinamos a tener un matrimonio estable y con una excelente comunicación debemos darnos cuenta si no es que el primer paso es atender los pendientes emocionales inmediatos con nuestra pareja y después elegir un camino compartido para que ambos obtengamos bienestar en cualquiera que sea la alternativa que se elija.
generar causas y condiciones….
Un recomendación es el preguntarnos si estamos generando las causas para que lo que nos proponemos suceda. Una de las Leyes del Karma consiste en generar la causa para que exista una consecuencia, esto funciona en ambos sentidos de manera edificante y la que no lo es tanto también.
Por ejemplo, si queremos crecer emocionalmente debemos empezar con generar la causa, esto es preguntarnos, ¿ qué es lo que entiendo como crecimiento emocional?, ¿Qué alternativas existen al respecto?, ¿Necesito terapia, coaching, mentoring, unirme a un grupo de lectura?….las alternativas en realidad son muchas y es muy motivador disfrutar éste proceso de elección que nos lleva a evaluar en todo momento nuestras fortalezas y áreas de oportunidad haciendo algo al respecto.
ser conscientes de lo que podemos realizar….
Los propósitos generalmente fallan porque no generamos la causa, partimos de un escenario que no es propicio al menos en ese momento ó porque no somos conscientes de lo que podemos realizar.
Debemos tomar en cuenta también el efecto deseado, por ejemplo, si deseamos cambiar de carrera profesional es indispensable recurrir al análisis introspectivo para preguntarnos ¿ qué es lo que sucederá si hacemos ese cambio?, ¿cómo impactará a nuestro estilo de vida?, ¿en dónde nos gustaría trabajar si lo llevamos a cabo?, ¿existen posibilidades de crecimiento en nuestra ciudad o en nuestro país?, sino existen ¿qué es lo que debemos hacer para fluir de la manera adecuada ante esta nueva situación?.
la ley de la causa y efecto…
Si analizamos detenidamente nuestros propósitos con la ley de la causa y efecto notaremos que nuestra lista se reducirá, seguramente algunos se convertirán en posibilidades para los años siguientes y nos quedarán solamente los que de alguna manera son realizables.
Nos sorprenderemos al observar como es que en algunos casos con dos o tres propósitos es más que suficiente. Los objetivos y las metas para ser posibles deben ser cuantificables, situados en una espacio de tiempo y contexto adecuado, si no es así, está probado que correremos el riesgo de abandonarlos en el camino o dirigirnos en un rumbo al que no pretendíamos llegar. Desafortunadamente es así, a esto se le conoce como perder la brújula en el camino.
atención plena y análisis introspectivo….
La recomendación es utilizar nuestros recursos de atención plena y análisis introspectivo en todo lo que hacemos, pero en ésta época de inicios de año es de vital importancia hacerlo motivados, tranquilos y con seriedad. Propósitos medibles y posibles no importa la cantidad sino la calidad y la seguridad en la realización de los mismos.
El formular propósitos no dejará de ser divertido si solamente le añadimos la garantía de su realización y la ausencia de la frustración de llegar al siguiente año con una lista de pendientes que incluyen nuestras metas del año o años pasados. Generemos la causa constructiva para que el efecto no sea otro que el de nuestra realización y crecimiento interior.
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca
