Hatha Yoga como integración del cuerpo, la mente y el espíritu. Yoga como conexión con nuestro Ser.
Generalidades de Hatha Yoga
El Yoga, disciplina milenaria del hinduismo, enfocada en la integración de la mente, el cuerpo y el espíritu por medio de una serie de posturas corporales (asanas) estáticas o dinámicas acompañadas por técnicas de respiración (pranaiamas) y meditación, generando múltiples y diversos beneficios en los seres humanos. Existen diferentes caminos dentro del Yoga, siendo el Hatha yoga una forma que adopta el Raja Yoga. Éste, consiste en la integración con la Totalidad, con el Ser, por medio del dominio de la concentración, la meditación y la mente.
El termino Hatha hace alusión a las palabras en sánscrito Ha «Sol» y Tha «Luna», en representación de la energía masculina y femenina así como el intento del equilibrio y la unión entre ambas.
Mayor flexibilidad y fortaleza física, adecuada postura, aumento de la concentración, disminución de los estados de ansiedad cotidianos así como el tratamiento de diversas a nivel físico y psíquico, son algunos de los maravillosos resultados que obtendremos por medio de una práctica sostenida y consciente.
En cuanto a la meditación, la misma se encuentra estrechamente unida a esta disciplina aunque se trata de una técnica que puedes incorporar en tu día a día. Tan solo unos minutos de meditación diarios, permiten percibir la realidad de una manera diferente, de forma más armónica. Brinda la posibilidad de conectar con tu interior, de observar cómo te encuentras y de poder decretar objetivos para la jornada cotidiana.
Escuchar al cuerpo, para poder dar respuesta
Gran parte las inquietudes y enfermedades que nos aquejan tienen que ver con el no contar con tiempo para detenernos, para escucharnos, para parar. Es entonces, que el cuerpo comienza a expresarse, a llamar nuestra atención, a pedir ayuda. Quizá nunca te has preguntado cómo respiras habitualmente. La respiración inadecuada genera una serie de problemas en nuestro organismo que presentan incluso implicaciones a nivel del ánimo. Una correcta respiración energiza, revitaliza el cuerpo, permite comenzar el día con una intensión y nos brinda la fortaleza necesaria para afrontar momentos complejos. Un breve instante con nosotros mismos, puede llegar a modificar de forma drástica y positiva nuestra realidad.
No existen requisitos previos para comenzar a incorporar esta hermosa práctica en nuestra vida diaria; no es necesario tener una edad determinada o haber realizado algún tipo de deporte o ejercicio físico con anterioridad. Basta con la intensión de querer tomarse un tiempo para ti mismo, de desear mejorar tu calidad de vida y de buscar tu bienestar. No es necesario que se realicen largas horas de yoga sino que será suficiente con algunos minutos diarios aunque es de destacar que cuanto más frecuencia mayores serán los beneficios adquiridos.
¿Cómo funciona la conexión por medio de esta práctica?
El hatha yoga permite en principio, observarnos. Observarnos de una manera consciente y silenciosa, indagar en la profundidad de nuestra mente. Contactar con cada célula que conforma nuestro organismo, permitir que el cuerpo manifieste malestares actuales, producto de la rapidez con la que nos movemos en la sociedad. Se trata de una observación atenta, cuidadosa y sin prejuicios. Permite escuchar desde el amor y el más profundo respeto a nuestro Ser.
Es entonces, en ese silencioso momento donde podemos preguntarnos: ¿Qué es lo que nuestro cuerpo está necesitando en ese momento? ¿Qué movimientos necesito realizar para liberar tensiones? ¿Estoy respirando de manera adecuada? ¿Cómo puedo ayudarme?
A partir del contacto consciente con el estado actual de nuestra mente y de nuestro cuerpo, nos permitimos integrar la práctica. Cada asana contiene un objetivo y significado en sí mismo; cada movimiento que se realiza debe ser desde el cuidado y el disfrute. De esta manera la energía estancada comienza a liberarse, a trasmutar por medio de una danza fluida y constante.
Si bien muchas de las series en las prácticas de Yoga podrían resultar exigentes, cabe señalar la importancia de que cada persona conozca sus limitaciones y comprender que los niveles que alcance serán los adecuados, suficientes y perfectos para ese momento.
Es esperable que en las primeras prácticas sea dificultoso concentrarse, escucharse e incluso incorporar las diferentes técnicas de respiración. Esto sucede porque nos encontramos habituados a no prestar la suficiente atención al cuerpo, a la postura e incluso a cómo nos movemos en la cotidianidad. Por este motivo, hay que ser pacientes con nosotros mismos, no esperar que los cambios se efectúen de un momento a otro; ser compasivos con nuestras dificultades y aceptarnos para de esa manera comenzar un proceso que permita poco a poco sanar, liberarnos.
A medida que incorpores hatha yoga en tu vida, comenzarás a notar pequeños cambios; te moverás con más liviandad, se te hará más fácil concentrarte, buscarás breves momentos de silencio para estar contigo mismo, para escuchar a tu cuerpo, el estrés cotidiano podrá quizá envolverte, pero encontrarás la manera de regresar a tu Centro, a tu Ser.
Tómate un momento para ti…
Te invito a realizar una sencilla práctica que puedes incorporar al comienzo del día y solo te llevará algunos minutos:
Siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y respira profundamente por la nariz. Siente cómo el aire ingresa con suavidad. Si gustas puedes utilizar alguna melodía suave que te acompañe.
Cuenta hasta 4 tiempos en la inhalación e infla el abdomen al hacerlo; permite que el aire llene por completo tus pulmones.
Exhala el aire por la nariz de forma lenta y pausada, contando entre 6 u 8 tiempos y hundiendo el abdomen, como si el ombligo quisiera ir hacia la espalda.
Observa cómo te encuentras, si existe algún dolor, alguna preocupación y si es así, suelta las mismas con cada exhalación.
Repite algunas veces esta respiración y piensa en un objetivo que tengas para el día de hoy. Quizá mantenerte concentrado en el trabajo; disfrutar del día libre, de los pequeños detalles o simplemente que tu jornada transcurra de manera armónica.
Pon la intensión allí.
Cuando te sientas listo o lista abre los ojos y muy lentamente ponte de pie. Escucha con calma los sonidos que se encuentren a tu alrededor.
Estira tu cuerpo como si estuvieras desperezándote, permitiendo que cada extremidad de tu cuerpo libere tensiones o malestares: hombros, piernas, brazos, cuello, manos.
Que tengas un día cargado de Luz.
AUTORA: Laura, redactora en la gran familia de hermandadblanca.org
Sin ánimo de ofender: intención con "c". Namasté
Gracias compañero/a.