Hermano mayor: Ayúdale a superar el Síndrome del príncipe destronado
Uno de los temas más solicitados por los papis y mamis suscritos a Maestra de Corazón, fue el de los celos entre hermanos, más concretamente de aquel que nace por parte del hermano mayor, con la llegada del pequeño. Así que hoy, todos aquellos que queríais saber cómo manejar esta situación, estáis de suerte, ya que trataremos este asunto con un poco más de profundidad y, como siempre, daremos pautas concretas para abordarlo.
Las muestras de celos en los niños ante la llegada de un nuevo hermanito son muy frecuentes. Tal y como sucede con los adultos, necesitan un tiempo de adaptación a la vida con el nuevo bebé y éste dependerá, entre otras cosas, de los siguientes factores:
El número de hermanos.
La edad que tenga en el momento de la llegada del bebé.
Su personalidad.
La dedicación de los padres y demás miembros de la familia.
Sus necesidades afectivas.
Los hermanos mayores juegan un papel muy importante, especialmente para sus hermanos pequeños: Son modelos de conducta, compañeros de juego, protectores, cuidadores, etc. Y como padres debéis ayudarle a descubrir su nuevo lugar en la familia, que resulta tan imprescindible como el del nuevo miembro. Necesitará tiempo, pero que no cunda el pánico, antes o después se acabará adaptando. Eso sí, puedes ayudarle manteniendo una actitud paciente y positiva. Seguro que pronto se mostrará dispuesto a cooperar y se convertirá en el mejor compañero de su hermano. Y lo más importante, recuerda que aunque sea el mayor sigue siendo un niño, y necesita disfrutar de ello.
Involúcrale en los preparativos de la llegada del bebé. Si tiene edad suficiente, puedes pedirle opinión en la elección del nombre, enseñarle las ecografías, comprarle juntos un muñeco o juguete para el bebé, etc. Además de reforzar el vínculo con el nuevo hermanito, esto hará que no se sienta desplazado.
Trata de que “forme parte” del nacimiento del bebé de alguna forma. No digo que te acompañe en el momento del parto, pero por darte algunas ideas:Puede escoger algo de música para que “te acompañe” en ese momento.
Si das a luz en el hospital, puedes llevar una foto de él y colócala en la mesilla de la habitación.
Hacerte un dibujo para poner también en la habitación.
Recordarle a las visitas que vengan tras el parto, que eviten que el hermano mayor se sienta desplazado. Ésta será la primera vez que no sea el centro de atención, por lo que es importante tenerlo presente.
Explícale las ventajas de ser el mayor. Habrá muchas cosas que él, por ser mayor, pueda hacer, y su hermanito no. Desde comer un helado, quedarse despierto hasta más tarde los fines de semana o montar en bicicleta. Recuérdale sus pequeños “privilegios“.
Procura dedicarle un tiempo exclusivamente a él. Tener unos minutos de “exclusividad” le hará sentirse querido y especial. Tengo una amiga cercana que tenía una nena de 8 años y un pequeño de 3. Y un sábado alterno trataba de tener una “tarde de chicas“, en la que se iba con su hija mayor a hacer algún plan que le gustase a ambas. No tenía por qué ser algo típicamente femenino, ni mucho menos, pero era la forma de llamarle a ese momento exclusivo sólo para ellas dos propicio para la complicidad y las confidencias.
También puedes tratar de tener unos minutos al día para él o ella. Aprovecha el momento de antes de irse a la cama, por ejemplo, para leerle un cuento, charlar un ratito sobre su día, sus sentimientos y recordarle, antes de dormir, lo mucho que le quieres y lo importante que es para ti. Al final del artículo encontrarás lectura recomendada para tratar el tema de ser la hermana mayor. Además, también te recomiendo estos otros, para reforzar vuestro lazo afectivo.
Respeta sus pertenencias. La idea de compartir está muy bien, siempre y cuando nazca de uno. Extrapolemos la idea de compartir a los adultos. ¿Cuántos de nosotros prestamos todas nuestros objetos de buen agrado? Quizás no nos importe dejar un jersey, pero a otro le podemos tener un gran aprecio y preferiremos guardarlo en el armario antes de permitir que otra persona lo utilice. Unas personas estarán encantadas de dejar su coche a un amigo, pero otras no. Con los niños pasa lo mismo. No nos empeñemos en que compartan absolutamente todo, ni nos enfademos porque no lo hagan. Comprende y acepta sus preferencias.
Deja que exprese sus sentimientos. Aunque estos no sean los que esperamos o deseamos, es necesario que los exteriorice y los gestione. Si siente celos, ira, miedo o tristeza, también tiene que saber la mejor forma de hacerlo y plantearlo de cara a un diálogo con mamá o papá.
Ante todo, las conductas agresivas como morder, pegar, empujar, etc., no deben ser consentidas en ningún caso. Establece unos límites de comportamiento desde el primer momento.
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Enséñale a verbalizar lo que siente. Los niños pequeños comprenden muy rápidamente las palabras que tienen que ver con su estado emocional, como “triste” o “enfadado”. O también podéis crear juntos un grupo de caretas que muestren las emociones básicas: Alegría, tristeza, ira, asco, sorpresa y miedo. Después, poco a poco, este número de rostros se puede ir ampliando con más emociones.
Con el fin de conocer y gestionar las emociones de los niños, he creado mi primer libro: “Educar las emociones en la primera infancia“. El cual proporciona más de 20 actividades de reconocimiento y gestión de las emociones, y otras tantas de relajación infantil. Estoy convencida de que obtendrás gran cantidad de material que te resultará de gran utilidad durante este proceso.
Realiza actividades con ambos desde lo antes posible: báñalos juntos, juega con los dos, cuéntales cuentos a la vez, anima al mayor a que coja en brazos al bebé, etc. Poco a poco verás los resultados. Recuerda, en estos casos, huir de las comparaciones e intenta no mostrar signos de favoritismo.
AUTOR: Belén Piñeiro
VISTO EN: http://maestradecorazon.com/hermano-mayor-ayudale-a-superar-el-sindrome-del-principe-destronado/