I Ching, el libro de todas las respuestas

El I Ching es el libro más consultado en China y en el este asiático, pues se cree que en esta obra se encuentran todas las respuestas. ¿Te parece si conocemos más en qué consiste y por qué es tan importante en Oriente? Aquí descubrirás algunas respuestas interesantes.

“El Libro de los cambios” es considerado un oráculo antiguo y tiene una historia de más de 2500 años, en donde se han ido agregando comentarios a las interpretaciones, realizadas en un primer momento por monjes jesuitas y luego por otros eruditos como Confucio. Es la versión de este último la que ha llegado hasta nuestros días.

Las dos ramas de la filosofía china, el confucianismo y el taoísmo, tienen sus raíces comunes en el libro de todas las respuestas. Pues además de un oráculo, el I Ching es considerado un libro de sabiduría. Lo conocemos un poco mejor.

Si bien es considerado un oráculo, este es un libro de guía que ayuda a tomar decisiones. Muchos gobernantes orientales lo consultan en momentos difíciles, así como las demás personas en Oriente y Occidente.

Caminando por las calles de cualquier ciudad o pueblo de China se encuentran referencias al I Ching o personas que realizan las tiradas o consultas al oráculo.

En todo “El Libro de los cambios” encontramos la idea de transformación. Todas las situaciones mutan constantemente para retornar a sí mismas. Este es el movimiento de equilibrio fundamental del Yin-Yang y la base de la filosofía del movimiento perpetuo del Cosmos.

Dentro del libro encontramos “El Gran Comentario”, el que asocia el conocimiento del I Ching con la capacidad de comprender el destino, pues solo aquella persona que participe de la dimensión espiritual del libro podrá comprender los patrones que se repiten en el Universo.

 “El sabio que lo lea verá patrones cosmológicos y no se desesperará con meras dificultades materiales”.

Para realizar una consulta en el Libro de los cambios, se tiran monedas o varillas, las que producen números aparentemente aleatorios. Cada una de estas cifras forma una línea yin o yang, las que se dibujan para crear 2 trigramas (de 3 líneas cada uno).

Estos trigramas forman un hexagrama, el que se utiliza como referencia para leer las sentencias del libro.

El libro contiene todos los hexagramas posibles (64 en total), en un orden conocido como la secuencia del Rey Wen. Cada hexagrama es una situación simbólicamente expresada, pero esta puede cambiar mediante el movimiento de las líneas.

• Una tirada de las monedas o varillas puede generar los números 6, 7, 8 y 9.
• Las cifras 6 y 9 representan líneas mutantes y el 7 y 8 forman líneas fijas.
• El 7 es yang y se dibuja

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• El 8 es yin y se dibuja

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• El 6 es un yin mutante y se dibuja

—— x ——

• El 9 es un yang mutante y se dibuja

—— o ——

Una línea mutante es una línea Yang que se convertirá en Ying o viceversa, creando otro hexagrama que complementará al primero.

Por ejemplo, si una tirada genera el hexagrama siguiente:

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—— x ——

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—— x ——

—— o ——

—— o ——

Se deberá buscar en el libro y leer la respuesta que corresponde a él. En este caso es Kuei Mei (La joven que se casa).

Pero al haber líneas mutantes en él, se convertirá también en el hexagrama:

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—— o ——

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—— o ——

—— x ——

—— x ——

El que también se deberá buscar en el libro para hacer una segunda lectura del oráculo. En este caso, corresponde al hexagrama Hsien (cortejar).

Otra forma de consultar el libro es leer solo las líneas mutantes, en la creencia de que las líneas finas no deben ser tomadas en consideración, pues no entrañan movimiento.

Cada uno de los ideogramas formados por un hexagrama está formado por 2 trigramas (Pa Kua) que tienen su propio significado.

Y al combinar estos trigramas en parejas se forman los 64 hexagramas del Libro de todos los cambios, que representan todas las situaciones posibles.

Este es un microcosmos dentro del Universo que describe de forma simbólica todos los procesos del continuo cambio universal.

Los 8 trigramas representan a las fuerzas básicas de la Naturaleza:

• Chien (El Cielo): lo creativo, el padre, la energía creadora, la salud, la bondad, dignidad, poder, perseverancia, Ser superior, prosperidad, virtud, protección, poder divino, espacio.
• Kun (La Tierra): lo receptivo, la madre, la fertilidad, la vasija, la materia, devoción, ceder, amabilidad, pasividad, seguridad, vulnerabilidad, aceptación ilimitada, flexibilidad, cobijo.
• Chen (El Trueno): movilizante, surgimiento, movimiento repentino, confrontación, agitación, renovación, ímpetu, revolución inminente, momento decisivo, intimidación, sobrecogimiento.
• Sun (El Viento): lo suave y penetrante, la fugacidad, el crecimiento, afecto, cortesía, humildad, sumisión, transformador, dispersión, renuncia, indecisión, avance y retirada, insinuación.
• Kan (El Agua): lo abismal, peligro, espíritu atrapado en la materia, energía adaptativa, moldear, latente, aventuras, vitalidad, encubrimiento, crueldad, fluidez, incertidumbre, trabajo duro, peligro, crisis.
• Li (El Fuego): lo adherente, aferrarse, consciencia, energía luminosa, extremos, celebración, dependencia, discriminación, carisma, entendimiento, talento, visión, originalidad, inmortalidad y renacimiento, inestabilidad emocional.
• Ken (La Montaña): lo quieto, lo detenido, inerte, pensamiento profundo, logro, filosofía, meditación, estancamiento, testarudez, fidelidad, arrogancia, ahorro, fiabilidad, conservación.
• Tui (El Lago): lo sereno, alegre, gracia, tranquilidad, infiltrar o impregnar, sensualidad, aflojar, soltar, abrir pasajes, intercambio, locuacidad, narcicismo, pesado.

No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen del Libro de los cambios. En China, se atribuye su creación a cuatro personas: el rey Wen, Fo Hi, el duque de Zhou y Chuang-Tsé (Confucio).

Se cree que fue Fo Hi quien inventó los trigramas, pero existen combinaciones de trigramas que se remontan a tiempos muy antiguos.  En la dinastía de los Xia (Lien Chan, años -2205 y -1766 A.C.) el libro habría comenzado con el trigrama Ken (La Montaña) y en la dinastía Chang (Kouei Tsang, años -1766 y -1150 A.C.), comenzaba con el trigrama K’un (La Tierra).

De todas formas, no hay evidencias de que en esa época existieran los 64 hexagramas tal como aparecen en el libro actual.

El I Ching tal como lo conocemos fue dado o conocer por el rey Wen Zhou (dinastía Zhou, años -1046 y -771 A.C.). En este libro aparecen breves comentarios a los hexagramas hechos por el mismo rey cuando era prisionero, pero fue su hijo Wu, el duque de Zhou, quien escribió los textos de todos los hexagramas.

Esa fue la versión del libro que llegó a las manos de Confucio (Chuang- Tsé, -551, – 479 A.C.), quien consagró toda su vida a su estudio. Se cree que fue él quien escribió las sentencias del libro, tanto el “Comentario sobre las Decisiones” (Tuan Chouan), como el “Comentario sobre las Imágenes” (Siang Chouan).

El resto de los textos fueron realizados por sus sucesores o discípulos de Confucio en forma de preguntas y respuestas. De estos textos solo quedan fragmentos en el “Gran Comentario” (Ta Chuan) y en el “Comentario sobre las palabras del texto” (Wen Yen).

Fue a mediados del siglo XVII que el I Ching es dado a conocer en Occidente por unos misioneros jesuitas que volvían de China. Se cree que fue un misionero jesuita francés, Joachim Bouvet (1656-1730), quien mantuvo una larga correspondencia con Godofredo G. Leibniz (1646-1716) y quien le sugirió a este el uso de la numeración binaria utilizada en los hexagramas para la formulación de la aritmética binaria.

Visto en Mundo Oculto, por Pedro, redactor de la Hermandad Blanca