LA COMPRENSIÓN – Thich Nhat Hanh


«La comprensión es el poder que puede liberarnos, es la llave que puede abrir la puerta de la prisión del sufrimiento.»

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LA COMPRENSIÓN CONLLEVA LIBERACIÓN

Ciertos teólogos de la liberación hablan de la preferencia u «opción» de Dios hacia los pobres, los oprimidos y los marginados. Pero no creo que Dios quiera que tomemos partido, ni siquiera por los pobres. Los ricos también sufren y en muchos casos más que los pobres. Puede que sean materialmente ricos pero muchos son espiritualmente pobres y sufren bastante. He conocido a personas ricas y famosas que han acabado suicidándose. Estoy seguro de que aquellos que posean una elevada comprensión serán capaces de ver el sufrimiento tanto en los pobres como en los ricos.

Dios acepta tanto a los ricos como a los pobres y quiere que se entiendan unos a otros, que compartan entre sí sus sufrimientos y alegrías y que trabajen juntos por la paz y la justicia social. No necesitamos tomar partido. Cuando lo hacemos mal interpretamos la voluntad de Dios. Ya sé que estas palabras pueden ser consideradas por algunos como una justificación para prolongar la injusticia social, pero eso sería abusar de lo que estoy diciendo. Debemos encontrar las causas reales de la injusticia social, y al hacerlo no debemos condenar a un cierto tipo de personas. Nos preguntaremos por qué la situación de esas personas es como es. Todos nosotros contamos con el poder de amar y comprender. Son nuestras mejores armas. Cualquier respuesta dualista, cualquier respuesta motivada por la rabia sólo empeoraría la situación.

Cuando practicamos la mirada profunda vemos interiormente qué hacer y qué no hacer para que cambie la situación. Todo depende de nuestra manera de mirar. La existencia del sufrimiento es la Primera Noble Verdad enseñada por Buda y las causas del sufrimiento son la segunda.

Cuando miramos profundamente en la Primera Verdad, descubrimos la segunda. Tras ver la Segunda Noble Verdad, vemos la siguiente, que es el camino de la liberación. Todo depende de nuestra comprensión de la situación en su conjunto. Una vez que comprendemos, nuestra forma de vida cambia en consonancia y nuestras acciones nunca servirán de ayuda a los opresores. Mirar profundamente no significa permanecer inactivo. Nos hacemos muy activos mediante la comprensión. La no violencia no significa no acción. La no violencia significa actuar con amor y compasión.

LA COMPRENSIÓN CONLLEVA COMPASIÓN

Antes de que el monje vietnamita Thich Quang Duc se autoinmolase quemándose vivo en 1963, meditó durante varias semanas y luego escribió cartas llenas de amor a su gobierno, a su Iglesia, a sus compañeros y compañeras en el monacato para explicarles cómo había llegado a tomar dicha decisión. Cuando se está motivado por el amor y la disposición para ayudar a los demás a alcanzar la comprensión, incluso la autoinmolación puede ser un acto de compasión. Cuando Jesús se permitió ser crucificado, actuaba de la misma manera, motivado por el deseo de despertar a la gente, de restablecer la comprensión y la compasión y de salvar a la gente. Cuando se está motivado por la rabia o la discriminación, aunque se actue de la misma manera, se está consiguiendo lo contrario.

Cuando se leen las cartas de Thich Quang Duc se puede apreciar claramente que no le motivaba el deseo de oposición o destrucción, sino el de comunicar. Cuando se está atrapado en una guerra en la que las grandes potencias disponen de poderosas armas y completo control sobre los medios de información, hay que hacer algo extraordinario para hacerse escuchar. Sin acceso a radio, televisión o prensa, hay que crear nuevos medios para ayudar al mundo a comprender la situación en la que se está. La autoinmolación puede ser uno de dichos medios. Si se hace por amor se actúa de la misma manera que hizo Jesús en la cruz y como Gandhi en India. Gandhi ayunó, no con odio, sino con compasión, y no sólo hacia sus compatriotas sino también hacia los británicos. Estos grandes hombres sabían que la verdad nos hace libres e hicieron todo lo que estuvo a su alcance para dar a conocer la verdad.

La práctica budista y cristiana es la misma — hacer accesible la verdad—, la verdad sobre nosotros mismos, la verdad acerca de nuestros hermanos y hermanas, la verdad de nuestra situación. Ésta es la labor de escritores, predicadores, medios de información y también de los practicantes. Cada día practicamos la mirada profunda en nosotros mismos y en la situación de nuestros hermanos y hermanas. Es la labor más seria que podemos llevar a cabo.

LA COMPRENSIÓN TRANSFORMA

Si mientras practicamos no somos conscientes de que el mundo sufre, de que hay niños que mueren de hambre, de que la injusticia social se manifiesta en todas partes, entonces es que no estamos practicando la atención vigilante. Sólo estamos tratando de escapar. Pero la rabia no es suficiente. Jesús nos dijo que amásemos a nuestros enemigos. «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.» Esta enseñanza nos ayuda a saber cómo mirar a la persona que consideramos como la causa de nuestro sufrimiento. Si practicamos la mirada profunda en su situación y las causas por las que ha llegado a ser lo que es y si nos visualizamos a nosotros mismos naciendo en su misma condición, veremos que podríamos haber sido exactamente como ella. Cuando llevamos esto a la práctica, las compasión aparece de forma natural en nosotros y vemos que la otra persona necesita ser ayudado y no castigado. En ese momento, nuestra rabia se transforma a sí misma en energía de compasión. De repente, el que habíamos considerado como nuestro enemigo se convierte en nuestro hermano o hermana. Esta es la verdadera enseñanza de Jesús. Mirar profundamente es uno de los medios más efectivos para transformar nuestra rabia, prejuicios y discriminación. Practicamos como individuos y también practicamos como grupo.

COMPRENDERNOS A NOSOTROS MISMOS NOS AYUDA A COMPRENDER A LOS DEMÁS

En el budismo hablamos de la salvación mediante la comprensión. Vemos que la falta de comprensión es la causa del sufrimiento. La comprensión es el poder que puede liberarnos. Es la llave que puede abrir la puerta de la prisión del sufrimiento. Si no practicamos la comprensión nos impedimos la utilización de la más valiosa herramienta que podría liberamos del sufrimiento a nosotros y a los demás seres vivos. El verdadero amor es sólo posible mediante la comprensión real. La meditación budista —detención, calma y mirada profunda— nos ayuda a comprender mejor. En cada uno de nosotros existe la semilla de la comprensión. Esa semilla es Dios, y también es Buda. Si dudamos de la existencia de la semilla de la comprensión, se duda de Dios y de Buda.

Cuando Gandhi dijo que el amor es la fuerza que puede liberar, quería decir que debemos amar a nuestro enemigo. Aunque nuestro enemigo sea cruel, aunque nos esté aplastando, sembrando el terror y la injusticia, debemos amarlo.

Éste es el mensaje de Jesús. Pero ¿cómo podemos amar a nuestro enemigo? Sólo hay un camino: comprenderle. Debemos comprender por qué es como es, cómo llegó a ser lo que es, y por qué no ve las cosas como las vemos nosotros. Comprender a una persona nos otorga el poder de amarla y aceptarla. Y en el momento que la amamos y la aceptamos, cesa de ser nuestro enemigo. «Amar a nuestro enemigo» es imposible, porque en el momento en que lo amamos deja de ser nuestro enemigo.

Para amarlo debemos practicar la mirada profunda a fin de comprenderlo. Si lo hacemos, lo aceptamos, lo amamos y también nos aceptamos y amamos a nosotros mismos. Como budistas o cristianos no podemos cuestionar que la comprensión es el componente más importante de la transformación. Si hablamos entre nosotros, si organizamos un diálogo, es porque creemos que existe la posibilidad de poder entender mejor al otro. Cuando entendemos a otra persona también nos entendemos mejor a nosotros mismos. Y cuando nos entendemos mejor a nosotros mismos, también entendemos mejor a las demás personas.

LA COMPRENSIÓN CONLLEVA PERDÓN

«Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.» Todo el mundo comete errores. Si somos conscientes veremos que algunas de nuestras acciones pasadas han causado sufrimiento a otros, y algunas acciones de los demás nos han hecho sufrir. Queremos ser perdonados. Queremos empezar de nuevo. «Tú, hermano o hermana, me has agraviado en el pasado. Ahora comprendo que fue porque sufrías y no veías con claridad. Ya no siento rabia contra ti.» No podemos forzamos a perdonar. Sólo cuando se comprende lo que ha sucedido se puede sentir compasión por la otra persona o perdonarlo. Este tipo de perdón es el fruto de la consciencia. Cuando se es consciente se pueden ver las múltiples causas que condujeron a la otra persona a hacemos sufrir, y cuando se ve así, el perdón y la liberación aparecen de forma natural. Siempre es de ayuda poner en práctica las enseñanzas de Jesús y de Buda.

THICH NHAT HANH

FUENTE: https://mivozestuvoz.net/2022/06/29/la-comprension-thich-nhat-hanh/

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