¿ Cuál es la distancia entre el punto de vista y la conducta?

 Es importante entender que es lo existe entre el punto de vista acerca de lo que hacemos y la conducta o acciones que desplegamos como resultado.

Pero si somos honestos, la mayor parte del tiempo expresamos nuestros puntos de vista sin un proceso de análisis previo, es en ese preciso momento cuando se hace presente la incongruencia en nuestro actuar, hablar y pensar.

En las culturas de oriente se hace énfasis constantemente en la importancia del punto de vista y su implementación en la conducta. Lo que en realidad no todos sabemos es lo que está en el medio de ambos, ¿que debemos hacer para alinearlos?.

En la distancia entre el punto de vista y la conducta se encuentra el proceso del análisis, la reflexión y la meditación. En éste momento es importante preguntarnos qué tan frecuentemente  reflexionamos antes de expresar nuestro punto de vista…

En algunas ocasiones la adopción de nuestros puntos de vista responde a la necesidad de nuestra Ego o importancia personal, carece en el fondo de sustento y profundidad. En otras ocasiones responden a nuestra necesidad de poder, fama y reputación que no son motivaciones genuinas resultado del análisis y la reflexión.

La recomendación aquí es familiarizarnos (Gom) con el proceso del punto de vista. Por ejemplo, si adoptamos el punto de vista de ser compasivos y altruistas lo que debemos emprender a  continuación es el preguntarnos ¿Qué es necesario hacer para desarrollar una actitud altruista?, ¿En qué momentos hemos desplegado ésta actitud de manera genuina?, ¿Con qué motivación hemos realizado éstas actividades?, ¿Necesito estudiar o investigar más acerca del tema?.

Este proceso de análisis es el segundo de lo que se conoce como las tres sabidurías, la del escuchar, la del reflexionar y la del meditar.

Lo ideal o más recomendado es trabajar nuestros puntos de vista en el contexto de la meditación pues en éste se pretende trascender de lo conceptual a lo intuitivo, algo así como ir de la mente al corazón. Si de alguna manera no practicamos la meditación, el análisis introspectivo y la reflexión son una buena opción.

Se dice que en los puntos de vista se encuentran la ignorancia y la sabiduría. Los que provienen de la ignorancia son aquéllos que no tienen un sustento, no tienen como base la meditación, el análisis y la reflexión. En la mayoría de los casos tienden a generar efectos no edificantes, conflictos y sufrimiento.

Sin embargo cuando nuestros puntos de vista están soportados por un proceso consciente de atención, reflexión y sabiduría estamos generando actividades que  contemplan no dañar a los que nos rodean y que reflejan las cosas tal como son.

Es común encontrar que en las acciones de palabra y cuerpo que son destructivas está presente un punto de vista incorrecto, una mente poco flexible y no trabajada.

Por ejemplo en el punto de vista de la guerra encontramos una falta de análisis y reflexión, el entender a la violencia como única alternativa de acción refleja el análisis de una mente estrecha que no analiza o medita la totalidad de la situación.

Es verdad que al principio nos parecerá tardado y cansado el reflexionar en cada punto de vista que adoptamos, pero como todo con la familiarización a través de la práctica continua y la disciplina el proceso se volverá automático.

Lo importante es dar el primer paso, atender conscientemente al proceso y observar las consecuencias de nuestras acciones antes y después de ejecutarlas. Lo primero para construir congruencia y lo segundo para evaluar que tan efectivos han sido nuestros procesos de análisis y reflexión.

Lo más importante como siempre es determinarnos a ser responsables de nuestro desempeño de vida y disfrutar como resultado de la paz y la  serenidad de la conducta ética y del correcto actuar.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca