La Fraternidad Universal por Alfonso del Rosario
INTRODUCCION
Vivimos momentos de importantes y trascendentes cambios. Unos de índole interna, a los que podríamos denominar de tipo síquico-espirituales y otros de naturaleza externa y de relación. Los cambios internos afectan a nuestros pensamientos, a nuestras emociones y a nuestros sentimientos, que poco a poco se van descentralizando, pasando de nuestro centralismo egoico y personal hacia aspectos cada vez más globales y universales. Hasta hace muy poco hemos estado enfocando nuestra atención por atender sólo nuestras necesidades más esenciales y personales, en lograr una cada vez mayor gratificación para nuestros sentidos físicos, olvidándonos de ese otro y más importante aspecto interno y espiritual de nuestra vida y de nuestro planeta, del que formamos parte con los demás seres, respirando el mismo aire, bebiendo el mismo agua, calentándonos con el mismo fuego y compartiendo la misma tierra, para alimentarnos y cobijarnos de las inclemencias del tiempo, todo esto sin apenas darnos cuenta de ello.
Nuestro mundo y todo lo que contiene está en un constante e ininterrumpido proceso de expansión de conciencia, de una mayor capacidad sensitiva que nos impulsa a todas sus unidades de vida, nosotros, a ir en esa misma dirección, a cambiar nuestros viejos y caducos hábitos, nuestras fobias trasnochadas, nuestros problemas banales, nuestras cristalizadas estructuras mentales, y sobre todo, de mirarnos el ombligo creyéndonos que somos el eje a través del cual gira todo lo demás. Debemos alzar lo antes posible nuestra vista al espacio infinito donde podremos ver un nuevo amanecer, una nueva y deslumbrante aurora de luz que vaticina una nueva época de posibilidades internas y de relaciones, que hará de nuestro planeta un lugar de paz, de armonía y de solidaridad, donde solo prime lo colectivo sobre lo personal, lo importante sobre lo superfluo, lo espiritual sobre lo material y donde el egoísmo se transmute en la mayor y más trascendente manifestación del Amor Universal. Estos son a mí entender algunos de los aspectos básicos que serán inherentes a la Nueva Era Dorada que a hurtadillas empieza a hacerse notar y en la que toda la humanidad está comprometida lo sepa o no, sea o no sea consciente de este hecho.
Las crisis que contemplamos en nosotros y a nuestro alrededor, son siempre la expresión o manifestación de la resistencia que ponemos a los cambios y modificaciones que se deben realizar en todas nuestras estructuras como seres humanos, tanto en el ámbito personal como en el colectivo y global. Es precisamente nuestra ignorancia o resistencia a realizar estos cambios y todas estas transformaciones las que desencadenan el dolor y el sufrimiento que debemos soportar con frecuencia en el transcurso de nuestras vidas. Por todo esto, vemos a nivel general tanta violencia, tantos conflictos bélicos, tanta degradación medio ambiental, tantas injusticias y tantas desigualdades que nosotros generamos y que sufrimos de forma manifiesta como desánimo, nerviosismo, estrés, angustia, miedos y también en diferentes tipos de enfermedades, que son el resultado de no saber, o no querer armonizar nuestro sistema energético-espiritual con el del nuevo ambiente renovador que se está imponiendo y haciéndose notar en todo el mundo a través de las nuevas y potentes energías altamente vibrantes y energéticas que nos están llegando tanto desde nuestro propio planeta, como de nuestro sistema solar y también desde otros centros de nuestra propia galaxia y de desconocidas zonas del Espacio infinito y desconocido del Universo.
Si la base del dolor y del sufrimiento se debe a nuestra ignorancia por no saber interpretar y seguir las directrices que nos marcan e indican las Leyes Universales que rigen en toda la Naturaleza. ¿Por qué no empezar cuanto antes a hacer las modificaciones y las correcciones necesarias para reconducir nuestras vidas hacia un nuevo orden mundial de Buena Voluntad y de Correctas Relaciones?. En el Budismo podemos encontrar respuestas a estas interrogantes, ya que es muy explícito en este sentido, al afirmar que la Felicidad es, o debería de ser mejor dicho, la natural esencia y expresión del hombre que actúa y vive de acuerdo a las Leyes Universales, lo que hace que se convierta en un eslabón consciente de la Rueda de la Vida en la Naturaleza. Las Cuatro Nobles Verdades, base de las enseñanzas fundamentales de la Filosofía Budista, iluminan por sí mismas al sincero buscador de la verdad, que aspira por alcanzar el estado natural de Felicidad, para poder liberarse así de la caótica situación actual en la que estamos todos involucrados, fruto de nuestra inoperancia, de nuestra resistencia y sobre todo de nuestra ignorancia.
Las Cuatro Nobles Verdades nos dicen que:
1. El sufrimiento existe.
2. El sufrimiento tiene sus causas.
3. Se pueden eliminar las causas del sufrimiento.
4. Existe un camino para poder eliminar las causas del sufrimiento.
Reconocer que el sufrimiento existe, de que tiene un origen, unas causas, de que estas se pueden eliminar y de que existe un camino para erradicar el sufrimiento y alcanzar así esa felicidad tan deseada, es a lo que debemos aspirar y dedicarnos con el entusiasmo y la alegría que este hecho conlleva, por conseguir la liberación de esa pesada carga que nos va a permitir ser conscientes de esa Vida de la que todos formamos parte.
Deberíamos ser capaces de admitir o considerar en alguna medida que podemos no estar acertados con nuestro habitual modus operandi, de que quizás no vamos al mismo ritmo y compás de los nuevos tiempos que corren, de no tener en cuenta y en considerar que quizá lo que ayer parecía vital e importante, hoy ya no lo es, que lo intrascendente e insignificante hasta hace muy poco, hoy se pueda convertir en lo más importante.
Tenemos que entender en los aspectos más sutiles y trascendentes de que no hay nada inamovible, estático, ni retrógrado aunque pueda parecer que es así. Todo es relativo, todo es circunstancial, no hay una verdad que perdure en el tiempo por sí misma. Todo cambia, todo se transforma. La VIDA es un constante proceso de activa y vibrante expansión de Su Conciencia, en todos los ámbitos imaginables de Su expresión, orientada siempre hacia nuevos Modelos de Perfección o de Arquetipos, que tampoco son estáticos ni inamovibles, porque están constantemente evolucionando y readaptándose a las influencias y procesos de cambios y de readaptación a la VIDA que eternamente acompañan.
Todos somos conscientes en alguna medida de esta nueva situación. Toda la humanidad de alguna forma, unos más que otros, sentimos en lo más profundo de nuestro ser que algo inexplicable está sucediendo. Cada vez hay más personas que son conscientes de esta unidad de vida y de conciencia que se hace más patente y que nos convierte en más solidarios, más comprensivos y más amorosos con todo lo que nos rodea.
En estas circunstancias tan especiales, la Fraternidad se presenta como el principal paradigma y la solución a estos problemas y conflictos generalizados, pudiéndosela considerar como la base y el fundamento de las Correctas Relaciones y de la Buena Voluntad que tenemos que desarrollar en nuestras manifestaciones personales y sociales.
Estas Correctas Relaciones que a través de la Buena Voluntad hemos de poner en práctica, es lo que han de llevar a la Humanidad y a todos los seres humanos, a superar las fronteras y las barreras que nos separan y comenzar así una nueva era de concordia, de solidaridad, de igualdad y de justicia, que hará que se manifieste en su plenitud la Fraternidad Arquetípica que la Jerarquía Planetaria está tratando de introducir en todos los ambientes planetarios, para que en un futuro más o menos lejano, sea el Reino Humano el principal garante y la máxima expresión de esta realidad causal.
La Fraternidad, es por tanto, a mi modo de ver, la principal alternativa válida a la solución de todo lo excluyente y negativo que nos afecta y que nos induce al espejismo, al error y a todas las miserias con las que convive el hombre.
Por este motivo, tenemos la necesidad y quizá también la obligación y la responsabilidad de averiguar cuál es el Auténtico y Real significado de lo que es y representa la Fraternidad, y de clarificar así, en la medida de lo posible, las raíces sobre las que se sustenta y se manifiesta en el Hombre y en la Naturaleza.
Los aspectos inherentes que constituyen la Fraternidad, nos pueden ayudar a apreciar así mejor, la enorme trascendencia que tiene esta Realidad Interna dentro del Inconmensurable Marco del Esquema Evolutivo de nuestro Planeta.
El primer paso que hay que dar en este sentido, para poder encontrar los cimientos sobre los que se sustenta la Fraternidad, es la comprensión y aceptación de los Postulados de la Sabiduría Eterna, síntesis de Verdades Trascendentes e Inmutables que han permanecido inalterables a través de todos los tiempos y que se sustentan en tres puntos principalmente:
- Que nuestro Universo Manifestado, existe como la expresión de un Espíritu ó Vida, que es la Causa y el Origen de todas las Formas y de todas las Jerarquías de Seres que componen la Totalidad de Todo cuanto existe.
- Que este Espíritu ó Vida impregna a todas las Formas, y estas Formas a su vez, expresan lo que denominamos Dios o el Logos de nuestro Sistema.
- Que Dios o el Logos, es la Esencia de la auténtica Unidad Universal, la Expresión y la Manifestación de Este Gran Ser Creador, que Abarca, Contiene y se Manifiesta, en todas y cada una de las Formas y Seres de Su Creación ó Universo.
En la aceptación y en la comprensión de estos postulados, reside lo que es la Unidad de nuestro Universo, una Realidad activa y tangible, en la que Vivimos y Evolucionamos, compartiéndolo todo, ya que todos estamos hechos de la misma substancia o materia y a todos nos interpenetra el mismo Espíritu Divino.
Esta Realidad, nos hace comprender, que los seres de todos los Reinos de la Naturaleza estamos constituidos por la misma materia y alentados por el mismo Espíritu o Vida Divina.
Nos quedaríamos a mitad de camino al tratar de comprender y entender esta Realidad tan sublime, si no vemos o sentimos, que esta Unidad Universal está sustentada en el Amor que expresa este Gran Ser por Su Creación, por su Cuerpo y por nosotros como Células Suyas. Fue precisamente este AMOR inconmensurable e incomprensible a nuestro entendimiento, lo que originó y dio lugar al nacimiento tangible de nuestro Mundo.
Es así, de esta forma, como podemos aproximarnos en gran medida al gran misterio de la Creación de nuestro Universo y averiguar también porque este Gran Ser, Dios o Logos, hace que se mantenga vivo y dinámico nuestro planeta y todas las formas y seres que lo conforman.
Una conocida e interesante frase esotérica viene a corroborar lo expuesto, al decir:
Que la UNIDAD de Todos los Seres,
en Ese Gran Ser, en Quién, Vivimos
y Tenemos Nuestro Ser,
Es la Base Esencial de Todo cuanto existe,
siendo Su Máxima Expresión
el AMOR.
Si entendemos y podemos comprender que el Amor es la base sobre la que se sustenta la Vida y la Evolución de nuestro Mundo, y la Unidad es su manifestación más palpable, tangible y objetiva, la Fraternidad es una viva expresión de ese Amor y de esa Unidad manifestándose en todos los Reinos de la Naturaleza y en todos y en cada uno de los planos y niveles de existencia de nuestro mundo y por tanto en el hombre.
Es por este motivo, por el que si queremos colaborar en este Gran Plan Divino de la Evolución Planetaria, debemos de hacer nuestra esta Realidad y tratar de proyectarla hacia una activa y objetiva manifestación que abarque a todos los seres que nos rodean y ser así artífices y colaboradores de este Grandioso Proyecto.
Entender y comprender la Fraternidad en su más oculto significado, solo es posible a través Buddhi, la Razón Pura e Intuitiva que sólo puede ser alcanzada cuando la mente concreta y analítica del hombre se halla en completa calma, en paz y en armonía. Sólo así puede el hombre a través de ella, alcanzar las elevadas y nítidas cumbres donde reside el Inmaculado Arquetipo de la Fraternidad Universal.
La Fraternidad, no surge en nosotros de forma espontánea e inexplicable, si no que comienza a despertarse cuando la personalidad, vida tras vida trata de poner de manifiesto la necesidad interna de ser útil a los demás, de sentirse identificado con todo lo que le rodea, de captar esa Unidad Universal dentro de la heterogeneidad de formas y de seres que le rodean.
De ésta forma, poco a poco, el hombre, comienza a expresar las virtudes y las potencialidades del Alma, llega a comprender y a sentir la Fraternidad como una Realidad Internamente, como un sentimiento de Unicidad con toda la Creación, en donde la ayuda y el servicio que puede prestar a todos los Seres son su máxima expresión.
En un futuro más o menos lejano, la Fraternidad será expresada en toda su pureza por la Humanidad, como genuino Amor, como energía magnética que abarcará en forma de espiral ascendente a cada vez más seres, hasta abarcar a todo cuanto existe, a cualquier tipo de vida y de conciencia por insignificante y aparentemente intrascendente que parezca, lo que generará en todos los hombres auténticos lazos de unidad y de mutua identificación, basados en ideales y objetivos comunes. Esta manifestación objetiva y tangible de la Fraternidad, dará lugar a la práctica de la Simpatía, del Sacrificio, de la Igualdad, de la Justicia y de la Solidaridad, haciendo desaparecer las barreras y las limitaciones que ahora nos condicionan, ya que todos nos veremos y seremos como Hermanos, considerándonos iguales, los unos a los otros y a todos los demás.
De la misma manera que el prisma, descompone la luz del Sol en los siete colores del arco iris, así, el ser humano, a través de la práctica de las virtudes, va expresando la Pura Esencia de la Fraternidad a través de su correcta forma de pensar de sentir y de actuar, en donde las Virtudes o Cualidades Espirituales Expresadas por la Personalidad, como la Tolerancia, la Comprensión, el Sacrificio, la Bondad, etc., manifiestan ese Amor y Unidad Universal hacia todos los seres.
Haciendo un breve resumen de lo expuesto, podemos observar que la Fraternidad está íntimamente unida básicamente a tres importantes hechos:
- A que el Hombre tiene un Origen Común, tanto Físico como Espiritual. En donde su origen físico está comprobado por la Ciencia. Y su origen espiritual, está avalado, por la Religión de la Sabiduría Eterna.
- A que Dios o el Logos, es un Todo Homogéneo, donde los distintos Planos, Reinos, Conciencias, Formas, etc., así como la Humanidad, forman una Unidad, a pesar de la aparente Diversidad de Razas, de Culturas, de Religiones, etc.
- A que los Seres de todos los Reinos de la Naturaleza, tanto Físicos, como Suprafísicos, están constituidos de la misma Substancia y Esencia Divinas.
La aceptación de la existencia de la Fraternidad y el hecho de ser Fraternales, implica un gran esfuerzo y no menos sacrificios que conllevan a la práctica de la Renunciación, del Desapego, de la Caridad, de la Solidaridad, del Sacrificio, etc., aspectos trascendentes que en algún momento deberán manifestarse de forma natural en el hombre evolucionado y espiritual.
Experimentar la existencia de la Fraternidad como una Realidad en nuestras vidas, nos permite ser cada vez más sensibles a todo cuanto nos rodea. Actuar con mayor precisión ante cualquier necesidad que se produzca en nuestro entorno. Mitigar en alguna medida las principales causas que impiden la manifestación de la Fraternidad en el mundo, como el egoísmo y la separatividad, aspectos negativos inherentes de la naturaleza humana, que como una espesa niebla, circula por todo el Aura Planetaria, atándonos y esclavizándonos a los Planos Inferiores vida tras vida, impidiendo que aparezca y se manifieste en nuestras Vidas la Luz del Espíritu.
Asumir la existencia de la Fraternidad, lleva consigo también, el poder apreciar, que Fraternidad y Egoísmo son antagónicos e irreconciliables, pudiendo juzgar por nosotros mismos si cualquiera de nuestras acciones son o no Fraternales, simplemente observando si en ellas se hayan de forma implícita cualquier ligero vislumbre o atisbo de interés personal.
Si no nos vemos todos, los unos a los otros como hermanos, integrados en una misma familia, admitiéndonos cada uno como somos, con nuestros defectos y con nuestras virtudes, no habremos comprendido la Realidad de la Fraternidad. Hemos de sentir ésta Fraternidad, sintiéndonos reflejados en los demás, viendo en cada uno de los demás, a nuestros seres más queridos.
Qué corazón no se inclinaría a ayudar a cualquier persona, si viéramos en ella reflejada el rostro de nuestros padres, de nuestros hermanos o de nuestros hijos. Seguramente no pensaríamos en la comodidad, conveniencia, gratificación o interés, que podría aportarnos el hecho de acudir con la mayor prontitud en su ayuda.
La Realidad Inmanente de la Fraternidad es la respuesta que podemos encontrar para comprender el desenvolvimiento de las Leyes Universales que dirigen el Progreso y la Evolución del Mundo y del Hombre. Así de esta forma, lo que la Religión define como Comunión de Almas, la Sabiduría Eterna, lo explica diciendo que es esa Unificación e Identificación de Egos y de Seres que constituyen la Humanidad, la Fraternidad.
La práctica de la Fraternidad genera todo un proceso de Desenvolvimiento Interno en el Hombre, que le abre la Visión Interna hacia una Nueva Dimensión Universal, al hacerle comprender y sentir ésa Unión de todas las Conciencias y Formas, en la Vida de Ese Gran Ser, Dios o Logos.
LA FRATERNIDAD EN EL REINO DEVICO
La Fraternidad como hemos podido observar, no se circunscribe solo al reino humano y a los reinos inferiores, el animal, el vegetal y el mineral, sino que también se extiende más allá, incluso a otras evoluciones, como la Angélica o Dévica. La vinculación y relación humano-dévica, con la que estamos tan estrecha y fraternalmente unidos, debería ser más consciente, mejor comprendida y más solicitada en cualquiera de nuestras actividades diarias. En estos nuevos tiempos de cambios y renovaciones que estamos empezando a experimentar, las entidades angélicas están cada vez más presentes, más interesadas en hacerse tangibles, en que sepamos de su existencia, de su fraternal y amorosa unión con el ser humano. Nos están haciendo saber, que podemos contar con su inestimable colaboración para realizar cualquier tipo de trabajo, ya sea de índole personal, social, educativa, de investigación, de sanación, religiosa, cultural, etc. En un futuro prometedor y siguiendo las Leyes Sagradas de la Evolución está previsto según el Gran Plan del Logos, que ambas evoluciones y ambos reinos, el humano y el angélico trabajemos conjunta y conscientemente unidos como jerarquías creadoras que somos, en la importantísima tarea de hacer objetivo y tangible (como ya ha sucedido en otros planetas de nuestro sistema solar), de convertir nuestro Mundo en un Planeta Sagrado, abriéndose así activamente en la Divinidad Solar un nuevo Chakra, que como fuente de indescriptible energía transmutadora, Le hará adquirir una Gran Iniciación a nivel Cósmico y una incomprensible y más expansiva amplitud de conciencia que afectará y repercutirá muy positivamente en Su Cuerpo Místico y Tangible y en todas las unidades de vida que están integradas en este Gran Ser.
A modo de síntesis de todo lo expuesto, podemos ver que la unión o vinculación de ambas evoluciones y de ambos Reinos, el Humano y el Angélico, se asientan en tres aspectos básicos:
- En el aspecto Personal, en el que esta especial asociación Fraternal entre el Hombre y el Elemental-Constructor, hace que éste, construya con distintas gradaciones y tipos de materia cada uno de sus vehículos periódicos de experimentación, los vehículos físico, astral y mental del ser humano, lo que hace que estas entidades evolucionen de forma conjunta con él.
- En el aspecto Espiritual, ésta afinidad Fraternal se manifiesta en el Ego o Yo Superior, al estar asociado íntima y espiritualmente al denominado Angel Solar, una elevadísima e incomprensible entidad Dévica que con vehemente Compasión y Sacrificio, ayuda al ser humano a liberarse de sus condicionamientos materiales para que pueda elevarse al reino espiritual. Los Angeles Solares tienen por misión Aceptada Voluntariamente, la de permanecer al lado de los hombres, desde que adquieren autoconciencia y mente, hasta que ascienden a las elevadas cumbres de la Cuarta Iniciación.
- En el aspecto Dévico, la Fraternidad en este caso, asocia al Hombre con la evolución Angélico-Dévica, al compartir directrices y actividades creadoras en nuestro mundo, según la Intención del Logos de nuestro Sistema, al designar a los Hombres y a los Devas, como las dos Jerarquías Creadoras que deberán plasmar objetivamente en el Plano Físico, los Grandes Arquetipos Divinos.
Hay un hecho oculto que no deberíamos olvidar que refuerza ese estado de Filial Fraternidad que nos une a los Devas y que se repite constantemente, y es el hecho de que cuando el Hombre piensa y crea un pensamiento y por tanto una Forma Mental, por afinidad energética, esta Forma se une a una entidad Dévica de idénticas características, que encarna y corporiza la idea e intención de su creador, el Hombre, para que de esta forma, el pensamiento, pueda entrar en actividad y cumplir con los objetivos para el que fue creado.
Una máxima ocultista sintetiza esta realidad, al afirmar que:
«… el Hombre Crea y el Deva Construye …»
LA FRATERNIDAD EN EL QUINTO REINO DE LA NATURALEZA
Nuestra existencia, desde los mismos inicios como seres humanos, está siendo atraída y orientada hacia ese Quinto Reino de Espiritual Fraternidad que constituyen las Almas Liberadas de nuestros Hermanos Mayores, los discípulos y Maestros de Compasión y Sabiduría que constituyen lo que también llamamos Gran Fraternidad Blanca. Sus integrantes, superaron hace mucho tiempo ésta Etapa Humana, y ahora nos esperan con infinito gozo, a que nos esforcemos día a día en la práctica de la Fraternidad para abreviar en la medida de lo posible ese anhelado y esperado encuentro.
Estos Grandes Seres a través de la Fraternidad, fomentan e impulsan en el Reino Humano la Relación de distintos Grupos de Seres, para que olvidándose de las personalidades, a las que consideran solo instrumentos del Alma, trabajen con altruismo y auto sacrificio como una sola conciencia, hacia el Progreso Evolutivo de toda la Creación, de todos los Reinos de la Naturaleza, para que expresen en todos los Niveles de la Realidad esa Unidad Planetaria.
Qué mayor grado de Fraternidad puede establecerse, si no es el que relaciona a un Maestro con su Discípulo y a este con un Aspirante a ese Sendero de Perfección por el que todos alguna vez deberemos transitar. O de esos lazos de indescriptible Fraternidad que integra y engarza a todos los Ashrams de los Maestros entre sí y con el Señor del Mundo.
LA FRATERNIDAD Y LA HERMANDAD UNIVERSAL
Muy frecuentemente la palabra hermandad aparece casi siempre asociada a hechos o situaciones relacionadas con acontecimientos de tipo social como comidas, reuniones, etc. Normalmente, esto solo indica situaciones personales intranscendentes de tipo social. También es cierto, que a la palabra Hermandad en otras ocasiones le damos también una interpretación mucho más espiritual y trascendente, sobre todo cuando la asociamos a grupos de índole religiosa o esotérica. En este caso, la palabra Hermandad toma una nueva dimensión y significado.
Si la definición de Hermandad no se analiza en profundidad en su aspecto interno, queda reducida a una simple aceptación intelectual de su expresión objetiva. En su sentido oculto, la Hermandad, se puede decir que es una Forma Grupal y Objetiva de Seres que expresan de forma tangible en los planos inferiores, la Realidad Subjetiva del Alma y del Espíritu. No existe diferencia alguna entre Fraternidad y Hermandad, como tampoco la hay entre el Amor y la Unidad, todo es una misma cosa, contemplada desde diversos Niveles de la Realidad.
Si consideramos a la Fraternidad, como el reconocimiento interno y consciente de esa Comunión de Almas o Egos, la Hermandad, viene a ser la manifestación objetiva, en los Planos Inferiores, de esa relación subjetiva de los Planos Superiores. Lo que podríamos llamar Hermandad Universal, es en realidad la Comunidad de Almas, que en el Plano Físico, sienten el Impulso Interno de Servir de forma Altruista.
LA FRATERNIDAD EN LA SOCIEDAD DEL FUTURO
Viendo que la Fraternidad es el Estado y la Meta del Ser Realizado, el Hombre debe alcanzar y expresar esta Fraternidad en este presente Ciclo Evolutivo. Si admitimos que hay Seres que ya han pasado por la Etapa Humana y han llegado al siguiente Estadio de la Naturaleza, el Quinto Reino Espiritual, el de Maestros, cuya principal misión es la de difundir el Arquetipo Divino de la Fraternidad Universal hacia la Humanidad y hacia todos los Seres, para colaborar en la Evolución Planetaria; el Hombre y el Reino Humano debe seguir esos mismos pasos que le lleven a ese Estado de Perfección y de Servicio. Para lograrlo, debe fomentar y participar activamente en la creación de Núcleos o Grupos de Activa Fraternidad y de Servicio para que desde todos los ámbitos y Niveles de la Realidad inunden los Ambientes Mentales del Mundo con Potentes Energías de Unificación y de Solidaridad que permitan eliminar la Ignorancia, el Egoísmo y la Separatividad, para dar la oportunidad así al Hombre y al Reino Humano de dar el Trascendente Salto hacia la Inmortalidad.
“La Fraternidad Universal, teje con sutiles e iridiscentes hilos de luz en los más elevados Niveles de la Realidad, una Tupida Red Energética, que une a través de sus infinitas interconexiones, a los seres de todas las Razas, de todos los Reinos y de todas las Especies, en un entorno de Causas y Efectos Kármicos de incomprensibles, inconmensurables y trascendentes repercusiones Universales”.
Dice el Maestro Koot Hoomi:
«El término de Fraternidad Universal,
no es una frase hueca y sin sentido,
es la única base segura
para la Moralidad Universal».
«Si la Fraternidad Universal fuera un Sueño,
al menos es un Noble Sueño para el Reino Humano,
ya que la Fraternidad, es a lo que Aspira
el Verdadero Adepto».
Con mis mejores deseos.
alrogiss@yahoo.es
29.03.2012