LA LAGUNA GUATAVITA Y LA CONEXIÓN CON LA SABIDURÍA DE LO FEMENINO – Kai y Ornai

Gaia Chiquinquirá Medina Sanchez


«La energía femenina se sintió traicionada por la masculina, mientras que la energía masculina se sintió amenazada por la femenina.»

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Proyecto Conciencia Photo voltaic, Segunda Meditación Mensual (2018)

De nueva cuenta abrimos este espacio para alinearnos a la vibración del Proyecto Conciencia Solar. Nos encontramos en un momento planetario muy intenso, en el que fuertes energías se están moviendo desde las profundidades de la Tierra, para invitarnos a tomar consciencia de aquellos aspectos que en este momento podemos liberar. Eso se debe a que, cada cierto tiempo la Madre GAIA mueve las energías de los entramados planetarios, de manera que se puedan abrir las puertas para la transformación o la expansión.  Son oleadas de Luz que fluyen en un vaivén constante a través del entramado de la consciencia colectiva de la humanidad, generando un efecto en el estado de animo de las personas y en sus pensamientos y emociones.  Por ello es que hay días en los que se siente como si las personas estuvieras ansiosas o mal humoradas y días en los que todo fluye mejor.

La Madre GAIA irradia frecuencias de Luz e información hacia ese entramado de la consciencia colectiva de la Humanidad y con ello se impulsa el flujo de la vibración colectiva.

Dentro de esos flujos de energía hay ciclos en los que GAIA irradia energías de transformación o depuración y en esos días se exaltan más los miedos y las creencias limitantes. Y ciclos en los que GAIA irradia energías de expansión e inspiración y en esos días llegan concepts nuevas o se generan más oportunidades.

GAIA irradia energías de transformación con el propósito de impulsar la evolución, pues es información pura, que si se recibe en el corazón puede impulsarte hacia la expansión. Sin embargo, el efecto purely natural en la consciencia humana parecería ser negativo, en el sentido de que aquello que se exalta durante esos días son los miedos o las creencias limitantes. Eso sucede debido a que, si bien, la Madre GAIA está irradiando energías para la transformación, la consciencia humana se sostiene en el plano de la Tercera Dimensión y este es un plano de libre albedrio, en el cual, el individuo tiene que elegir por sí mismo con qué frecuencia habrá de resonar.

El propósito, por lo tanto, no es que los miedos se exalten, sino generar el impulso para su trascendencia mediante la elección. Ese proceso de elección no debería ser complicado, pues lo lógico es que el Ser Humano elija sentirse y estar bien con lo cual, trascender los sentimientos o pensamientos limitantes, debería ser tan sencillo como elegir no sostenerlos. No obstante, la Humanidad está habituada a vivir con su instinto de supervivencia activo y por lo mismo, permanentemente vive a la defensiva. Eso genera que cada vez que los miedos internos surgen, con ellos se activan los sistemas de defensa del ego, que son los comportamientos con los que se crean conflictos internos y externos y entonces, resulta complicado transformar la emoción.

Eso genera que el ser humano se deje llevar por las emociones que está sintiendo, sin permitirse observarse a si mismo, para decidir si sostiene o no esas emociones. Al ser humano le falta practicar la auto observación, pues se suele reaccionar por instinto bajo el impulso de la emoción. Y entonces hay días en los que desde que despiertas te sientes feliz y bien alineado. Mientras que hay días en los que, desde que despiertas estas de mal humor. Lo común es que las personas se dejen llevar por ese estado de ánimo y entonces sus reacciones se basaran en ello. Pero, permanecer de mal humor va a generarte un estado de consciencia que ocasionara que durante el día vayas creando situaciones conflictivas con los demás. Pues tu instinto de supervivencia estará activado y tus reacciones serán de ofensiva vehicle defensiva.

La mejor manera de navegar a través de esos días en los que todos a tu alrededor, incluyéndote, se encuentren más irritables o ansiosos de lo ordinary, es observando las emociones que vas sintiendo y elegir cambiar y no engancharte con aquellas que te produzcan malestar, enojo o frustración. Como vibras y que sostienes en tu campo emocional depende enteramente de ti. Así que procura no culpar a los demás por tus estados de ánimo, pues si te sientes mal es porque tú lo estas permitiendo y alimentando.

¿Te han resultado emocionalmente desgastantes las últimas dos semanas? Quizá se deba a que en este momento estamos recibiendo oleadas de energía de transformación, que por sí mismas están abriendo las puertas de nuestras memorias y están sacando a la luz temas que habíamos dejado pendientes por resolver, ya sea con nosotros mismos o con los demás.

Uno de esos temas es la herida de la separación de lo femenino y lo masculino. Una herida que desde hace ya varios años se está trabajando dentro de los niveles de la consciencia colectiva de la humanidad que se está enfocando al despertar de la Conciencia Crística. Esa herida de separación nos impulsa a vivir en una permanente desconexión interior en la que nuestras energías femenina y masculina no lograr equilibrarse la una a la otra.

Los seres humanos en todo caso, tenemos dificultades para convivir y compartir el mundo en el que vivimos, porque en verdad cada cabeza es un mundo. Cada uno interpreta la realidad mediante sus propios filtros. Siendo, la competencia y la supervivencia la consciencia básica y mediante ambas se impulsa la convivencia y la interpretación de la realidad. Esa competencia vibra entre la energía femenina y masculina a nivel colectivo, pero también a nivel inside. En esa desconexión inside nuestro ego busca siempre asumir el poder y al no estar conectados con nuestro corazón, no escuchamos la voz de nuestra Alma, de donde surge nuestra sabiduría. No somos capaces de confiar plenamente en nosotros mismos y al mismo tiempo no somos capaces de confiar en los demás.

De manera que, no solemos ser del todo conscientes de como tenemos una serie de comportamientos basados en el instinto de supervivencia, que nos llevan a depredar naturalmente y a actuar desde la separación y la competencia. De esa forma le otorgamos el poder al moi y no nos abrimos a la sabiduría del corazón.

En la mayoría de los casos, esos comportamientos se generaron mediante una experiencia dolorosa o transmisión de creencias mediante la interacción familiar y social. En foundation a esos condicionamientos actuamos en modo automático. Produciendo reacciones, actitudes y comportamientos que nos mantienen en la carencia, en la lucha, en el miedo y el dolor. No solemos ser del todo conscientes de cómo, muy en el fondo vibra una memoria de culpa que nos lleva a permanentemente vehicle sabotear nuestra propia abundancia y felicidad. Porque, por mucha Fe que digamos tener, en el fondo hay siempre un gran porcentaje de duda. No confiamos en nosotros mismos como aspectos Divinos de la creación y por lo tanto, no somos capaces de confiar en los demás ni el Universo. Muy en el fondo, el Ser Humano se siente solo, desprotegido y perdido y, por lo tanto, el instinto de supervivencia se acciona en automático, conduciéndonos a vivir proyectándonos mediante nuestros sistemas de defensa. Es por ello que los Seres Humanos juzgamos y criticamos a los demás. Lo hacemos cuando de alguna manera nos sentimos amenazados por el otro. Pues incluso lo que parece ser diferente o lo que no lo comprendemos, lo consideramos amenaza y buscamos destruirlo. De esa conciencia de supervivencia surge el bullyin, la homofobia y el racismo.

Todo ello se origina de esa ancestral herida de separación en la que, dentro de la historia de Lemuria y Atlántida, la energía femenina se sintió traicionada por la masculina, mientras que la energía masculina se sintió amenazada por la femenina. La herida esta diluida en el colectivo, impulsándonos a no lograr confiar en la intuición del corazón. Darle el poder al ego por instinto de supervivencia y competir los unos con los otros. Porque nos sentimos heridos y separados por dentro, vivimos hiriendo y creando separación en lo exterior.

Sin embargo, para la Madre Tierra ya es momento de que la Humanidad genere un salto cuántico de consciencia y se produzca una nueva evolución colectiva, como ya ha sucedido en otras ocasiones. El ingreso a la Banda de Fotones y el cambio de eras de Piscis a Acuario, son el escenario perfecto para una transformación de la consciencia colectiva de la Humanidad. Pues ambos eventos cósmicos generan un impulso de Luz muy grande que la Madre GAIA utiliza para sanarse a sí misma y continuarse expandiendo en su propio aprendizaje multidimensional. Ese salto de consciencia para la Humanidad, se va a generar a medida que trascendamos los comportamientos y emociones que nos someten a la conciencia de separación.

Para la Madre GAIA la evolución de la Humanidad es una prioridad. Ya que, la Humanidad es una parte muy importante de los ecosistemas de la Tierra, pues representa el sostén de la vibración de la Tercera y Cuarta Dimensión. La Humanidad sostiene la energía del cuerpo emocional de la Tierra y por lo tanto somos un ecosistema que GAIA nutre y equilibra como a todos los otros. Somos un ecosistema multidimensional cuyo cuerpo físico se encuentra en Tercera Dimensión, pero la consciencia se encuentra en Cuarta Dimensión. La Humanidad es el sostén del cuerpo emocional de la Tierra y al mismo tiempo representa el entramado de la consciencia creadora a nivel planetario. Por ello, somos un ecosistema que GAIA nivela de manera multidimensional. En la Tercera Dimensión mediante la Naturaleza y en la Cuarta Dimensión a través del flujo de energía e información.

En este tiempo la Madre GAIA está irradiando las frecuencias necesarias para que aquellos que tenemos la intención y la claridad de actuar en professional de nuestro despertar de consciencia, seamos capaces de lograrlo mediante la car observación.

Como lo mencionamos en la transmisión del mes pasado. Este Proyecto se sostiene en la intención de lograr alinearnos con la Conciencia de la Madre GAIA y formar parte de su proceso de una manera consciente. Actuando cada uno desde su lugar, para ordenar primeramente su propio Ser y su realidad. A medida que cada uno de nosotros toma consciencia del lugar tan importante que ocupa en la creación y en el entramado de la Consciencia colectiva de la Humanidad, seremos capaces de expandirnos para iniciar el camino hacia la reconexión con la Conciencia Cristica y la vibración de la Quinta Dimensión. Pues recordemos que la Quinta Dimensión es un estado de consciencia, en el que el Ser ha logrado trascender el miedo que se genera como resultado de la consciencia de separación de la Tercera Dimensión.

La Quinta Dimensión es un estado de consciencia que podemos lograr integrar en nosotros a través de nuestro cuerpo físico. Y eso se logra mediante la transformación de los comportamientos que nos sumergen en la dualidad. Comportamientos y emociones que nos mantienen vibrando en la supervivencia, en la separación.

La vibración de la Quinta Dimensión se abre mediante la integración de la energía femenina y masculina en nuestro inside. Así como la apertura del corazón hacia el Amor Incondicional y el Entendimiento. Cuando comienzas a vibrar en la consciencia de la Quinta Dimensión comprendes que tus actos forman parte del gran tejido de la consciencia humana y que cada acto genera una consecuencia y un efecto en tu entorno. Ese es el inicio del camino hacia la Conciencia Cristica, cuando uno comienza a ser más responsable por sí mismo, por lo que piensa, lo que cree y lo que actúa. Cuando ya elegimos ser responsables por lo que nos sucede y decidimos de una manera consciente cambiar para mejorar nuestra vida. Cuando ya dejamos de culpar a los demás por lo que nos sucede y tomamos consciencia de que cada acto siempre va a generar una consecuencia.

Cuando ya comenzamos a vibrar en esa octava de la frecuencia colectiva, es que las puertas de la Quinta Dimensión se comienzan a abrir y entonces es posible alinearse a la vibración colectiva de la Madre GAIA y la Naturaleza. Damos un salto más allá de la consciencia colectiva de la Humanidad y nos abrimos a comenzar a escuchar la voz de la Tierra y de todo cuanto habita en ella. Ese es el propósito del Proyecto Conciencia Solar. Que juntos podamos abrirnos hacia la conexión con GAIA para aportar nuestra Luz al entramado colectivo de la consciencia humana. Por ello es que es tan importante la coherencia entre el corazón y los actos, pues es el camino más seguro para sanar la herida de la separación y conectar con la Conciencia de la Unidad.

En la canalización del mes pasado se dijo que en esta nueva etapa del Proyecto Conciencia Solar comenzaríamos a conectar con distintos puntos planetarios desde los cuales la Madre GAIA que están irradiando información.

En esta ocasión abriremos la conexión con un lugar muy especial del Planeta que está irradiando la vibración de la “Sabiduría de la Sacerdotisa”. La Sabiduría de la Sacerdotisa es el Rayo Verde Esmeralda y ese lugar con el que conectaremos es la Laguna Guatavita, con la intención de conectar con la energía femenina de la Tierra.

La Laguna Guatavita se encuentra en Colombia. A 72 KM al noreste de Bogotá, es la antesala de la Ciudad de Dorada, la Ciudad de Luz que se encuentra en la Sierra Nevada donde se encuentra resguardado el Disco Photo voltaic Xemanco. Guatavita sostiene la energía del Rayo Esmeralda y su Guardiana es un Ser de Luz de la Naturaleza, un Deva que se presenta a sí misma como una mujer gigante vestida de color verde esmeralda. Tambien es importante recordar que Colombia es también la Tierra donde surge el Cristal Esmeralda en su más pura calidad.

La energía que la Laguna Guatavita irradia hacia la consciencia colectiva de la Humanidad, representa a la sabiduría de la energía femenina. Una Sabiduría que surge del empoderarse a sí misma mediante el perdón y el reconocimiento del Amor como el origen de todo lo que es. Esa Sabiduría de lo femenino viene de su capacidad receptiva y dadora de vida. Pues en toda la naturaleza lo femenino es aquello que gesta y da vida, ya que ese es su rol. Gestar y dar vida, es su cualidad como aspecto creador, la cual va más allá del género y la sexualidad. Pues dentro del corazón de cada ser existen y conviven las dos energías en igualdad. Nuestro aspecto femenino inside, es el que gesta y da vida a la realidad en la que vivimos. Mientras que nuestro aspecto masculino inside, custodia y se encarga de accionar aquello que se intuye y se sueña.

Todo lo que creamos en nuestra vida, cada strategy, cada proyecto, se genera mediante la interacción de nuestros aspectos femenino y masculino. Cada uno aporta su parte para la manifestación de nuestra realidad.

La cualidad de la energía femenina es nutrir, dar amor para que aquello que ama pueda crecer.

La cualidad de la energía masculina es proteger, custodiar mediante el orden aquello que se ama.

Nuestro aspecto femenino es creativo y se encarga de soñar y gestar. Nuestro aspecto masculino es activo y mediante el ponemos en marcha los proyectos.

Hombres y mujeres llevamos en el corazón a las dos energías y al mismo tiempo sostenemos la energía de los dos arquetipos colectivos. Somos por igual la Sacerdotisa como el Guerrero. Aunque en muchos casos nuestra balanza inside se incline más hacia una u otra energía. Por lo tanto, todos tenemos ese aspecto femenino receptivo que vibra con la energía del Rayo Verde Esmeralda y que tiene la fuerza para impulsarnos mediante el Amor Incondicional hacia la trascendencia de nuestras más profundas heridas. Esa es la Luz de la sabiduría femenina, en su receptividad y capacidad dadora de vida conoce el Amor que te impulsa a querer nutrir y sanar. Mediante esa energía seremos capaces de nutrir a nuestro propio ser para sanar las heridas que aún nos pesan en el corazón.

En conexión con la Laguna Guatavita y la Red de Vida recibiremos la vibración de la Sabiduría de lo Femenino mediante el Rayo Verde Esmeralda y la energía que la Madre GAIA irradia desde ese punto planetario.

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FUENTE: https://mivozestuvoz.web/2018/08/19/la-laguna-guatavita-y-la-conexion-con-la-sabiduria-de-lo-femenino/

2 comentarios

  1. Moisés dijo en el Génesis: "Hágase la luz, y la luz fue hecha". Esto no es algo que corresponde a un pasado remotísimo, no. Este tremendo principio genesíaco del primer instante, no cambia de tiempo jamás, es tan eterno como toda eternidad; debemos tomarlo como una cruda realidad de instante en instante y de momento en momento.

    Recordemos nosotros a Goethe, el gran Iniciado alemán. Antes de morir sus últimas palabras, fueron: "luz, más luz", y murió. (entre paréntesis, Goethe está ahora reencarnado en Holanda, tiene cuerpo físico; pero esta vez no tiene cuerpo físico masculino, ahora tiene cuerpo físico femenino, y está casado con un príncipe holandés. Ahora es una dama holandesa de alta alcurnia. Es muy interesante eso, ¿verdad?).

    Bueno, continuando hacia delante con lo que hemos empezado a estudiar, que es luz, -es importe-; que mientras uno vive en tinieblas, anhela uno la luz porque está ciego. La persona que está metida en un socavón, entre las tinieblas, en un subterráneo, lo que más anhela es luz.

    Bueno, la Esencia es lo más digno, lo más decente que tenemos en nuestro interior. Ella deviene originalmente de la Vía Láctea, allí resuena la nota musical LA; pasa luego al Sol con la nota SOL, y viene luego a este mundo físico con la nota MI. Es bella la Esencia, es dijéramos, una fracción del principio humano Crístico de uno, que es el Alma Humana, que normalmente mora en el Mundo Causal; por eso con justa razón, se dice de la Esencia que es Crística, o de la Conciencia Crística, y se dice que nuestra Conciencia en Cristo, que podrá ser salvada, etc., etc., etc. Todo eso es cierto, todo eso es verdad; pero lo grave de nuestra Conciencia, de nuestra Esencia, es que siendo tan preciosa, poseyendo dones tan maravillosos, poderes naturales tan preciosos, está metida pues, entre todos esos elementos indeseables, subjetivos, que desafortunadamente cargamos en nuestro interior; es decir está metida, hablando en síntesis, en un calabozo. Ella quiere la luz, ¿pero cómo? La anhelamos -no hay quien no anhele la luz, a no ser que ya esté demasiado perdido-, pues cuando uno tiene alguna aspiración, desea la luz. Así pues, tiene uno que hacerla.

    Esto de hacer la luz es muy grave, porque implica destruir los receptáculos o calabozos -o hablando en síntesis-, el antro negro donde está metida, para rescatarla, liberarla, extraerla de ahí, a fin de quedar uno como debe quedar: como una persona iluminada, como un verdadero "vidente", como un verdadero ser luminoso; gozar de esa plenitud que por Naturaleza nos corresponde, y a la que tenemos verdaderamente derecho. Que lo que si sucede es que se necesita de un heroísmo, o de una serie de actos de heroísmo tremendos para poder libertar nuestra Alma, para poderla sacar del calabozo donde está metida, para poderla robar a las tinieblas.

    Esto que estoy diciendo pues seria interesante que ustedes lograran comprenderlo de verdad, conscientemente, porque podría hasta darse el caso de que escuchando, no escucharan, o no midieran -dijéramos-, el sentido de las palabras que estoy diciendo. Hay que saber valorar estas palabras para entender, pues, lo que estoy afirmando.

    Rescatar al Alma, sacarla de entre las tinieblas, es hermoso, pero no es fácil; lo normal es que permanezca prisionera. Y no podrá uno gozar de una iluminación auténtica, en tanto la Esencia, la Conciencia, el Alma, estén allí embotelladas, esté prisionera y eso es lo grave. Entonces se necesita forzosamente, destruir, desintegrar heroicamente, con un heroísmo superior al de Napoleón en sus grandes batallas, o superior al de Morelos en su lucha por la libertad, etc.; heroísmo inigualable, para poder libertar la pobre Alma, sacarla de entre las tinieblas. Se necesita ante todo, -como les decía en la pasada ocasión aquí a nuestro hermano Oscar y…-, de conocer pues las técnicas, los procedimientos que conduzcan a la destrucción de esos elementos donde el Alma está embotellada, prisionera, para que venga la iluminación.

    Ante todo hay que empezar por comprender la necesidad de saber observar. Nosotros estamos -por ejemplo-, aquí sentados todos, en estas sillas. Sabemos que estamos sentados, pero nosotros no hemos observado estas sillas. En el primer caso tenemos el conocimiento de que estamos sentados en las sillas, pero observarlas ya es algo distinto. En el primer caso hay -dijéramos-, el conocimiento, pero no la observación. La observación requiere una concentración especial: observar de que están hechas, luego de entrar en meditación, descubrir sus átomos, sus moléculas; esto requiere ya dijéramos, una atención dirigida. Saber que uno está sentado en una silla, es una atención no-dirigida, una atención pasiva; pero observar la silla, ya seria una atención dirigida. Así también, nosotros podemos pensar mucho en nosotros mismos, mas esto no quiere decir que estemos observando nuestros propios pensamientos; observarlos es distinto, es diferente. Vivimos en un mundo de emociones inferiores, cualquier cosa nos produce emociones de tipo inferior, y sabemos que las tenemos; pero una cosa es saber que uno se encuentra en un estado negativo, y otra cosa es observar el estado negativo en que se encuentra, que es algo completamente diferente.

    Veamos por ejemplo: En cierta ocasión, un caballero le manifestó a un psicólogo, le dijo: "Bueno, yo siento antipatía por determinada persona" (y le citó el nombre y apellidos). El psicólogo le contestó: "Obsérvela, observe usted a esa persona". Respondió nuevamente el interrogador: "¿pero, yo para que voy a observarlo, si le conozco?". Sacó como conclusión, el psicólogo, que aquel no quería observar, conocía pero no observaba. Conocer es una cosa y observar es otra cosa muy diferente. Uno puede conocer que tiene un pensamiento negativo, pero eso no significa que lo está observando; sabe que se encuentra en un estado negativo, pero no ha observado el estado negativo.

    En la vida práctica vemos que dentro de nosotros hay muchas cosas que deberían causarnos vergüenza: comedias ridículas, cuestiones de "yoes", protestas, pensamientos morbosos, etc.; saber que se tienen, no es haberlos observado. Alguien puede decir: "Sí, en este momento tengo un pensamiento morboso"; pero una cosa es saber que lo tiene, y otra cosa es observarlo, que es totalmente diferente.

    Así pues, si uno quiere llegar a eliminar tal o cual elemento psicológico indeseable, primero que todo tiene que aprender a observar con el propósito de obtener un cambio, porque ciertamente, si uno no se aprende a auto-observar, cualquier posibilidad de cambio se hace imposible.

    Cuando uno se aprende a auto-observar, se desarrolla en uno mismo el sentido de auto-observación. Normalmente, este sentido está atrofiado en la raza humana, está degenerado, pero a medida que lo usamos se va desenvolviendo y desarrollando.

    Como primer punto de vista, venimos a evidenciar, a través de la auto-observación, de que aún los pensamientos más insignificantes o las comedias más ridículas que interiormente se suceden y que nunca se exteriorizan, no son propias, son creadas por otros, por los "yoes". Lo grave es identificarse uno con esas comedias, con esas ridiculeces, con esas protestas, con esas iras, etc., etc., etc. Si uno se identifica con cualquier deseo interior de esos, cobra más fuerza el "yo" que las produce, y así cualquier posibilidad de eliminación se hace cada vez más difícil. De manera que la observación es vital cuando se trata de provocar un cambio radical en nosotros.

    Los distintos "yoes" que viven en el interior de nuestra psiquis, son muy astutos, muy sagaces; apelan muchas veces al "rollo" ese de los recuerdos que cargamos en el centro intelectual. Supongamos que uno en el pasado, estuvo fornicando con cualquier otra persona del sexo opuesto, y que está insistiendo o no en eliminar la lujuria; entonces el "yo" de la lujuria apelará, se apoderará del centro de los recuerdos, del centro intelectual; agarrará allí, dijéramos, el "rollo" de los recuerdos, del que tenga necesidad, y las hará pasar por la fantasía de la persona, así él se vigorizará más, se hará cada vez más fuerte. Por todas estas cosas, ustedes deben ver la necesidad de la auto-observación. No seria posible que hubiese un cambio de verdad, radical y definitivo, si no aprendemos a observarnos.

    Conocer no es observar, pensar tampoco es observar. Muchos creen que pensar en sí mismo es observar, y no es así. Uno puede estar pensando en sí mismo, y sin embargo no se está observando. Es tan distinto pensar en sí mismo a observar, como el aceite al agua, o el agua al aceite. Obviamente, no debe uno identificarse con ninguno de los "yoes". Para observarse, uno tiene que dividirse entre dos, en dos, en dos mitades: una parte que observa, y otra parte que es observada. Cuando la parte que observa ve las ridiculeces y necedades de la parte observada, hay posibilidades como nunca de descubrir -supongamos el "yo de la ira"-, que ese "yo" no somos nosotros, que él es él; podríamos exclamar: "¡el "ello" tiene ira, yo no tengo ira "ello", ese debe morir; voy a trabajarlo, para desintegrarlo". Pero si uno se identifica con él y dice: "¡yo tengo ira, estoy furioso!"; cobra más fuerza, se hace más vigoroso, y entonces, ¿cómo lo va a disolver, de qué manera? Pues no podría, ¿verdad? De manera que no debe identificarse con ese "yo", ni con su rabieta, o con su tragedia, porque si uno se identifica con su creación, pues termina viviendo en esa creación también, y eso es absurdo.

    A medida que uno va trabajando sobre sí mismo, se va ahondando cada vez más en las cuestiones de la auto-observación, se va haciendo cada vez más profundo; en esto se debe perder ninguno, mejor que no vaya dejando escapar ni el más insignificante pensamiento. Cualquier deseo, por pasajero que sea, cualquier reacción, debe ser el motivo de observación, porque cualquier deseo, cualquier reacción, cualquier pensamiento negativo, proviene de tal o cual "yo". Y si queremos nosotros fabricar la luz, liberar el Alma, ¿vamos a permitir nosotros que continúen existiendo esos "yoes"? ¡Seria absurdo! Si es luz lo que nosotros queremos, si de verdad estamos enamorados de la luz, pues tenemos que desintegrar los "yoes", no queda más remedio, volverlos polvo; pero no podemos volver polvo a lo que no hemos observado. Entonces necesitamos saber observar.

    En esta cuestión, tenemos también que cuidar la charla interior, porque hay muchas charlas interiores negativas, absurdas, conversaciones íntimas que jamás se exteriorizan, y naturalmente, necesitamos corregir esa charla interior, aprender a guardar silencio, saber hablar cuando se debe hablar, saber callar cuando se debe callar -esto es ley, no solamente para el mundo físico, para el mundo exterior, sino también para el mundo interior-. Las charlas interiores negativas, más tarde se vienen a exteriorizar físicamente; por eso es que es tan importante eliminar la charla negativa interior, porque perjudica. Hay que aprender a guardar el silencio interior.

    Normalmente se entiende por "silencio mental", cuando uno vacía la mente de toda clase de pensamientos, cuando uno logra la quietud y silencio de la mente a través de la meditación, etc.; pero hay otra clase de silencio. Supongamos que se nos presenta ante nosotros un caso de juicio crítico, con relación a un semejante, y sin embargo mentalmente guardamos silencio, no juzgamos, no condenamos; nos callamos, tanto externamente como internamente. En este caso pues, hay silencio interior.

    Los hechos de la vida práctica, al fin y al cabo deben mantenerse en íntima correspondencia con una conducta interior perfecta. Cuando los hechos de la vida práctica concuerdan con una conducta interior perfecta, es señal de que ya vamos nosotros creando, en sí mismos, el famoso Cuerpo Mental.

    Si ponemos las distintas partes de un radio o de una grabadora de esas -por ejemplo- sobre una mesa, pero no sabemos nada de electrónica, pues tampoco podremos captar las distintas vibraciones insonoras que pululan en el Cosmos; pero si mediante la comprensión unimos las distintas partes, tenemos el radio, tendremos el aparato que puede captar sonidos que de otra forma no captaríamos. Así también, las distintas partes de estos estudios, de este Trabajo, se van complementando entre sí para venir a formar un cuerpo maravilloso, el famoso Cuerpo de la Mente. Este cuerpo nos permitirá captar mejor todo lo que dentro de nosotros mismos existe, y desarrollará en nosotros más el sentido de la auto-observación íntima, y eso es bastante importante.

    Así pues, el objeto de la observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover un cambio verdadero, efectivo.

    Una vez que nos hemos puesto, dijéramos, diestros en la observación de sí mismos, entonces viene el proceso de eliminación. De manera que hay propiamente, tres pasos en esta cuestión: primero, la observación; segundo, el juicio crítico; y tercero, ya es propiamente la eliminación de tal o cual "yo psicológico".

    Al observar un "yo", debemos verlo como se comporta en el centro intelectual, de qué manera; conocerle todos sus "juegos" con la mente. Segundo, en qué forma se expresa a través del sentimiento, en el corazón, y lo tercero, descubrir su modo de acción en los centros inferiores: motor-instintivo-sexual. Obviamente en el sexo, un "yo" tiene una forma de expresión, en el corazón tiene otra forma, y en el cerebro otra. En el cerebro, un "yo" se manifiesta a través de la cuestión intelectual: razones, justificaciones, evasivas, escapatorias, etc., etc., etc. En el corazón como un sufrimiento, como afecto, como un amor aparentemente -muchas veces, cuando es cuestión de lujuria-, etc. Y en los centros motor-instintivo-sexual, tiene otra forma de expresión, como acción, como instinto, como impulso lascivo, etc., etc.

    Por ejemplo, citemos un caso concreto: lujuria, un "yo" lujuria, ante una persona de sexo opuesto. En la mente puede que se manifieste con pensamientos constantes; podría manifestarse en el corazón como un afecto, como un amor aparentemente puro, libre de toda mancha, hasta tal grado, que podría uno perfectamente justificarse y decir: "pero bueno, yo no siento lujuria por esta persona, yo lo que estoy sintiendo es amor". Pero si uno es observador, si le pone mucho cuidado a su máquina y observa el centro sexual, viene a descubrir que en el centro sexual hay cierta actividad ante esa persona; entonces viene a quedar evidenciado que no hay tal afecto, -el amor dijéramos-, no es tal amor por esa persona, sino que lo que hay es lujuria.

    Pero vean cuan fino es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse, en el corazón, con el amor, componer versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada. Si uno es cuidadoso y observa esos tres centros de la máquina, puede evidenciar que se trata de un "yo". Ya descubriendo que se trata de un "yo", habiéndole conocido sus "manejos" en los tres centros; o sea, en el intelectual, en el corazón y en el sexo, entonces, procede uno a la tercera fase. ¿Cual es la tercera fase? La ejecución, ésta es la parte final del trabajo, ¿no? Ejecución. Entonces tiene uno que apelar a la oración en el trabajo. ¿Qué se entiende por "oración en el trabajo"? La oración en el trabajo debe ser hecha sobre la base de la íntima Recordación de Sí Mismo.

    En alguna ocasión dijimos que hay cuatro niveles del hombres, o cuatro estados de Conciencia, -para ser más claros, cuatro estados de Conciencia-. Un primer estado de Conciencia es el del sueño profundo e inconsciente de una persona, de un Ego que dejó el cuerpo dormido en la cama, pero ambula en el Mundo Molecular en estado de coma -es el estado inferior-. Un segundo estado de Conciencia es el del soñador que ha regresado a su cuerpo físico, y que cree que está en estado de vigilia; en este caso sus sueños continúan, claro que está con el cuerpo físico en estado de vigilia. Es más peligroso este tipo segundo de soñador, porque puede matar, puede robar, puede cometer crímenes de toda especie; en cambio, en el primer caso, el soñador es más infrahumano pero no puede hacer nada de estas cosas. ¿Cómo podría hacerlo, cómo podría hacer daño? Cuando el cuerpo está pasivo para sus sueños, la persona no puede ocasionar daños a nadie en el mundo físico; pero cuando el cuerpo está activo para los sueños, la persona puede hacer mucho daño en el mundo físico; por eso es que en las Sagradas Escrituras insisten en la necesidad de despertar.

    Si estos dos tipos de personas: las que se encuentran, dijéramos, en estado de inconsciencia profunda, o aquellos que siguen soñando y tienen el cuerpo activo para los sueños, hacen oración, pues de semejantes dos estados tan infrahumanos, no pueden aceptar sus estados negativos, la Naturaleza responde. Por ejemplo: un inconsciente, un dormido hace oración para montar un negocio, pero puede que sus "yoes", -que son tan innumerables-, no estén de acuerdo con lo que él está haciendo; porque es tan solo uno de los "yoes" el que está haciendo la oración, y los otros no están siendo tenidos en cuenta; a los otros puede que no les interese tal negocio, que no estén de acuerdo con esa oración, y hagan una oración exactamente lo contrario para que ese negocio fracase, porque no están de acuerdo; como los otros son mayoría, la Naturaleza contesta con sus fuerzas, con un aflujo de fuerzas, y viene el fracaso del negocio, eso es claro.

    Entonces, para que la oración tenga un valor efectivo en el trabajo sobre uno mismo, pues tiene uno que colocarse en el tercer estado de Conciencia, que es el de la íntima Recordación de Sí Mismo, es decir, de su propio Ser.

    Sumergido uno en meditación profunda, concentrado en su Divina Madre Interior, le suplicará que elimine de su psiquis, ese "yo" que quiere desintegrar. Puede que la Madre Divina en ese momento actúe, decapitando tal "yo", pero no con eso se ha hecho la totalidad del trabajo; la Madre Divina no lo va a desintegrar instantáneamente todo. Habrá necesidad, si no se desintegra todo de tener paciencia. En sucesivos trabajos a través del tiempo, lograremos que tal "yo" se desintegre lentamente, que vaya perdiendo su volumen, de tamaño. Un "yo" puede ser espantosamente horrible, pero a medida que va perdiendo su volumen, se va embelleciendo; después tiene la apariencia de un niño, y por último se vuelve polvo. Cuando ya se ha vuelto polvo, la Conciencia que estaba metida, embotellada, embutida dentro de ese "yo", queda liberada; entonces la luz habrá aumentado, es un porcentaje de luz que queda libre. Así procederemos con cada uno de los "yoes".

    El trabajo es largo y muy duro; muchas veces cualquier pensamiento negativo, por insignificante que éste sea, tiene por fundamento un "yo" antiquísimo. Ese pensamiento negativo que llega a la mente, nos indica de hecho que hay un "yo" detrás de ese pensamiento, y que ese "yo" debe ser extirpado, erradicado de nuestra psiquis. Hay que estudiarlo, conocerle sus manejos, ver como se comporta en los tres centros: en el intelectual, en el emocional, y hablando en síntesis, en el motor-instintivo-sexual, ver de qué manera trabaja en cada uno de estos tres centros; de acuerdo con su comportamiento, uno lo va conociendo. Cuando uno ha desarrollado el Sentido de la Auto-observación, viene a evidenciar por sí mismo, que algunos de esos "yoes" son espantosamente horribles, son verdaderos monstruos de forma horripilante, macabra, y que viven en el interior de nuestra psiquis.

  2. Existen cuatro estados de Conciencia posibles para el hombre: el Sueño, la Vigilia, la Auto-Conciencia y la Conciencia Objetiva.

    Imaginad por un momento, querido lector, una casa con cuatro pisos, el pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, vive normalmente en los dos pisos de abajo, pero jamás en la vida usa los dos pisos superiores.

    El animal intelectual divide su vida dolorosa y miserable entre el sueño común y corriente y el mal llamado estado de vigilia, que es, por desgracia, otra forma de sueño.

    Mientras el cuerpo físico duerme en la cama, el Ego envuelto en sus cuerpos lunares anda con la Conciencia dormida como un sonámbulo moviéndose libremente por la región molecular.

    El Ego en la región molecular proyecta sus sueños y vive en ellos; no existe lógica alguna en sus sueños, continuidad, causas, efectos, todas las funciones psíquicas trabajan sin dirección alguna y aparecen y desaparecen imágenes subjetivas, escenas incoherentes, vagas, imprecisas, etc.

    Cuando el Ego envuelto en sus cuerpos lunares regresa al cuerpo físico, viene entonces el segundo estado de Conciencia, llamado estado de vigilia, que en el fondo no es otra cosa sino otra forma de sueño.

    Al regresar el Ego a su cuerpo físico, los sueños continúan en el interior, el llamado estado de vigilia es realmente el soñar despierto.

    Al salir el sol, las estrellas se ocultan, pero no dejan de existir; así son los sueños en el estado de vigilia, ellos continúan secretamente, no dejan de existir.

    Esto significa que el animal intelectual equivocadamente llamado hombre, sólo vive en el mundo de los sueños; con justa razón dijo el poeta que la vida es sueño.

    El animal racional maneja carros soñando, trabaja en la oficina, en la fábrica, en el campo, etc., soñando, se enamora en sueños, se casa en sueños; rara, muy rara vez en la vida, está despierto, vive en un mundo de sueños y cree firmemente que está despierto.

    Ante todo, es necesario comprender que se está dormido, sólo cuando alguien se da cuenta cabal de que está dormido, entra realmente en el camino del despertar.

    Quien llega a despertar, se hace entonces auto-conciente, adquiere Conciencia de sí mismo.

    El error más grave de muchos seudo-esoteristas y seudo-ocultistas ignorantes, es el de presumir de auto-conscientes y creer además que todo el mundo está despierto, que todas las gentes poseen auto-conciencia.

    Si todas las gentes tuvieran la Conciencia despierta, la tierra sería un paraíso, no habría guerras, no existiría lo mío ni lo tuyo, todo sería de todos, viviríamos en una edad de oro. Cuando uno despierta Conciencia, cuando se hace auto-consciente, cuando adquiere Conciencia de sí mismo, entonces es cuando realmente viene a conocer la Verdad sobre sí mismo.

    Antes de alcanzar el tercer estado de Conciencia, (la Auto-Conciencia), uno realmente no se conoce a sí mismo, aun cuando crea que él mismo se conoce. Es indispensable adquirir el tercer estado de conciencia, subir al tercer piso de la casa, antes de tener derecho a pasar al cuarto piso.

    El cuarto estado de conciencia, el cuarto piso de la casa, es realmente formidable. Sólo quien llega a la Conciencia Objetiva, al cuarto estado, puede estudiar las cosas en sí mismas, el mundo tal cual es.

    Quien llega al cuarto piso de la casa, es fuera de toda duda un iluminado, conoce por experiencia directa los misterios de la vida y de la muerte, posee la sabiduría, su sentido espacial está plenamente desarrollado.

    Durante el sueño profundo podemos tener destellos del estado de vigilia, durante el estado de vigilia podemos tener destellos de Auto-Conciencia, durante el estado de Auto-Conciencia podemos tener destellos de Conciencia Objetiva.

    La identificaron y la fascinación conducen al sueño de la Conciencia. Ejemplo: vais muy tranquilos por la calle, os encontráis de pronto con una manifestación pública, vociferan las multitudes, hablan los líderes del pueblo, ondean al aire las banderas, las gentes parecen como locas, todos hablan, todos gritan.

    Aquella manifestación pública está muy interesante, ya vosotros os olvidásteis de todo lo que teníais que hacer, os identificáis con las multitudes, las palabras de los oradores os convencen.

    Tan interesante está la manifestación publica que ya os habéis olvidado de sí mismos, os habéis identificado con aquella manifestación callejera, que ya no pensáis en otra cosa, estáis fascinados, ahora estáis fascinados, ahora caéis en el sueño de la Conciencia, mezclados con las multitudes que gritan, vosotros también gritáis y hasta lanzáis piedras e insultos, estáis soñando a lo lindo, ya no sabéis quién sois, se os ha olvidado todo.

    Vamos ahora a poneros otro ejemplo más sencillo, estáis en la sala de vuestra casa sentados ante la pantalla de televisión, aparecen escenas de vaqueros, hay balaceras, dramas de enamorados, etc., etc.

    La película resulta muy interesante, ha llamado totalmente vuestra atención, ya os habéis olvidado tanto de sí mismos que hasta gritáis entusiasmados, estáis identificados con los vaqueros, con los balazos, con la pareja de enamorados.

    La fascinación es ahora terrible, ya ni remotamente os acordáis de sí mismos, habéis entrado en un sueño muy profundo, en esos momentos sólo queréis ver el triunfo del héroe de la película, os alegráis con él, os preocupa la suerte que pueda correr.

    Son millares y millones las circunstancias que producen identificación, fascinación y sueño. Las gentes se identifican con las personas, las cosas, las ideas y a todo género de identificación le sigue la fascinación y el sueño. Las gentes manejan carros soñando y también matan a los peatones que van soñando por las calles, absortos en sus pensamientos.

    Durante las horas de reposo, el cuerpo físico, el Ego se sale del cuerpo físico y se lleva sus sueños a donde quiera que va. Al volver al cuerpo físico, al entrar nuevamente al estado de vigilia, continúa con sus mismos sueños y así pasa toda su vida, soñando.

    Las personas que mueren dejan de existir, pero el Ego, el "yo", continúa en las regiones suprasensibles más allá de la muerte. A la hora de la muerte, el Ego se lleva sus sueños, su mundanalidad y vive en el mundo de los muertos con sus sueños, continúa, con la Conciencia dormida, ambula como un sonámbulo, dormido, inconsciente.

    Quien quiera despertar Conciencia debe trabajar aquí y ahora. Tenemos la Conciencia encarnada y por ello debemos trabajarla aquí y ahora, quien despierta Conciencia aquí en este mundo, despierta en todos los mundos.

    Quien despierta Conciencia en este mundo tridimensional, despierta en las dimensiones cuarta, quinta, sexta y séptima. Los cuatro evangelios insisten en la necesidad de despertar, despertar aquí y ahora, pero las gentes no entienden.

    Las gentes duermen profundamente, pero creen que están despiertas, cuando alguien acepta que está dormido, es señal clara de que ya comienza a despertar. Es muy difícil hacerle comprender a otras personas que tienen la Conciencia dormida, las gentes no aceptan jamás la tremenda verdad de que están dormidas.

    Quien quiera despertar Conciencia debe practicar de momento en momento la "íntima recordación de sí mismo". Esto de estarse recordando a sí mismo de momento en momento es de hecho un trabajo intensivo. Basta un instante de olvido, para comenzar a soñar a lo lindo.

    Necesitamos con urgencia estar vigilando todos nuestros pensamientos, sentimientos, deseos, emociones, hábitos, instintos, impulsos sexuales, etc.

    Todo pensamiento, toda emoción, todo movimiento, todo acto instintivo, todo impulso sexual, deben ser auto-observados inmediatamente conforme van surgiendo en nuestra psiquis, cualquier descuido en la atención es suficiente como para caer en el sueño de la Conciencia.

    Muchas veces vais por la calle absortos en vuestros pensamientos, identificados con esos pensamientos, fascinados, soñando a lo lindo, de pronto pasa un amigo junto a vosotros, os saluda, no le contestáis el saludo porque no le veis, estáis soñando, el amigo se enoja supone que vosotros sois gentes sin educación o que posiblemente estáis enojados, el amigo también va soñando, si estuviera despierto no se haría a sí mismo semejante conjetura, se daría cuenta de inmediato que vosotros vais dormidos.

    Vais en un vehículo de transporte de la ciudad, tenéis que bajaros en determinada calle, pero vais identificados, fascinados, soñando a lo lindo con un negocio en vuestra mente, o con un recuerdo, o con un afecto, de pronto os habéis dado cuenta de que os habéis pasado de calle, hacéis detener el vehículo y luego a regresar a pie unas cuantas calles.

    Son muchas las veces en que os equivocáis y golpeáis donde no debéis golpear, porque estáis dormidos. Es muy difícil mantenerse despierto de momento en momento, pero es indispensable. Cuando aprendemos a vivir despiertos de momento en momento, entonces dejamos de soñar aquí y fuera del cuerpo físico.

    Cuando uno aprende a vivir despierto, de momento deja de soñar aquí y en los mundos superiores. Es necesario saber que el Ego, "yo", en vuelto en sus cuerpos lunares, se sale del cuerpo físico cuando el cuerpo duerme, desgraciadamente el Ego vive dormido en los mundos superiores.

    Dentro de los cuerpos lunares existe además del Ego, eso que se llama esencia, alma, fracción de alma, Conciencia. Es a esa Conciencia a la que debemos despertar aquí y ahora. Aquí en este mundo tenemos la Conciencia, aquí debemos despertarla si es de verdad que queremos dejar de soñar y vivir conscientes en los mundos superiores.

    La persona consciente no tiene problemas de desdoblamiento, el problema de aprender a desdoblarse a voluntad es tan solo para los dormidos. La persona despierta ni siquiera se preocupa por aprender a desdoblarse, vive consciente en los mundos superiores mientras su cuerpo físico duerme en la cama.

    La persona ya no sueña, durante el reposo del cuerpo vive en esas regiones donde la gente anda soñando, pero con la Conciencia despierta. La persona despierta está en contacto con la Logia Blanca, visita los templos de la Gran Fraternidad Universal Blanca, se entrevista con su Guru-Deva, mientras su cuerpo duerme.

    La íntima recordación de sí mismo de momento en momento, desarrolla el sentido espacial y entonces hasta podemos ver los sueños de las gentes que andan por las calles.

    El sentido espacial incluye en sí mismo vista, oído, olfato, gusto, tacto, etc. El sentido espacial es el funcionalismo de la Conciencia despierta.

    Los chacras, de los cuales habla la literatura ocultista, con relación al sentido espacial, son lo que la llama de un cerillo, con relación al Sol. Si bien la íntima recordación de sí mismo de momento en momento es fundamental para despertar Conciencia, no lo es menos aprender a manejar la atención.

    Los estudiantes gnósticos deben aprender a dividir la atención en tres partes: Sujeto, Objeto, Lugar.

    Sujeto, no caer en el olvido de sí mismo ante ninguna representación.

    Objeto, observar en detalle toda cosa, toda representación, todo hecho, todo suceso por insignificante que éste parezca, sin el auto-olvido de sí mismo.

    Lugar, observación rigurosa del lugar donde nos hallemos, preguntándose a sí mismo: ¿Qué lugar es éste? ¿Por qué estoy aquí?

    Dentro de este factor lugar, debemos incluir la cuestión dimensional, pues podría darse el caso de encontrarse realmente en la cuarta o en la quinta dimensión de la naturaleza durante el momento de observación.

    Recordemos que la naturaleza tiene siete dimensiones, dentro del mundo tridimensional reina la ley de gravedad, dentro de las dimensiones superiores de la naturaleza, existe la ley de la levitación. Al observar un lugar, no debemos olvidar jamás la cuestión de las siete dimensiones de la naturaleza, conviene entonces preguntarse a sí mismos: ¿En qué dimensión estoy? y luego es necesario, a modo de verificación, dar un saltito lo más largo posible con la intención de flotar en el ambiente circundante.

    Es lógico que si flotamos es porque nos encontramos fuera del cuerpo físico, no debemos olvidar jamás que cuando el cuerpo físico duerme, el Ego con los cuerpos lunares y la esencia adentro, ambulan inconscientes como un sonámbulo en el mundo molecular.

    La división de la atención entre Sujeto, Objeto, Lugar, conduce al despertar de la Conciencia. Muchos estudiantes gnósticos, después de acostumbrarse a este ejercicio en esta división de la atención, en tres partes, a estas preguntas, a este saltito, etc., durante el estado de vigilia, de momento en momento, resultaron practicando el mismo ejercicio durante el sueño del cuerpo físico, cuando realmente estaban en los mundos superiores y al dar el famoso saltito experimental, flotaron deliciosamente en el ambiente circundante; entonces despertaron Conciencia entonces recordaron que el cuerpo físico había quedado dormido entre la cama y llenos de gozo pudieron dedicarse al estudio de los misterios de la vida y de la muerte, en las dimensiones superiores.

    Es apenas lógico decir que un ejercicio que se practica de momento en momento diariamente, que se convierte en un hábito, en una costumbre, se graba tanto en las distintas zonas de la mente, que después se repite automáticamente durante el sueño, cuando realmente estamos fuera del cuerpo físico, y el resultado es el despertar de la Conciencia.

    INTIMA RECORDACION DE SI MISMO

    Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo, no se recuerda a sí mismo. Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos. Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto-observa su forma de reír, hablar caminar, etc., se olvide de sí mismo esto es increíble pero cierto.

    Sin embargo, es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto-observa, esto es fundamental para el despertar de la conciencia.

    Auto-observarse, auto-conocerse sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil pero espantosamente urgente, para lograr el despertar de la conciencia.

    Esto que estamos diciendo parece una tontería, las gentes ignoran que están dormidas, ignoran que no se recuerdan a sí mismas, ni aunque se miren a un espejo de cuerpo entero, ni aun cuando se auto-observan en detalle minuciosamente. Este olvido de sí mismo, esto de no recordarse a sí mismo es realmente la "causa causorum" de toda la ignorancia humana.

    Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a sí mismo, que no es consciente de sí mismo, está muy cerca del despertar de la Conciencia.

    Estamos hablando de algo que hay que reflexionar profundamente. Esto que aquí estamos diciendo es muy importante y no se puede comprender si se lee mecánicamente.

    Nuestros lectores deben reflexionar. La gente no es capaz de sentir su propio Ego mientras se auto-observa, de hacerlo pasar de un centro a otro, etc.

    Observar la propia forma de hablar, reír, caminar, etc., etc., sin olvidarse de sí mismo, sintiendo ese Yo adentro, es muy difícil y sin embargo, básico, fundamental, para lograr el despertar de la Conciencia.

    Es necesario disolver el "yo pluralizado", volverlo cenizas, pero tenemos que conocerlo, estudiarlo en los 49 departamentos subconscientes, simbolizados entre los gnósticos por los 49 demonios de Jaldabaoth. Si un doctor va a extirpar un tumor canceroso necesita primero conocerlo, si un hombre quiere disolver el "yo" necesita estudiarlo, hacerse consciente de él, conocerlo en los 49 departamentos subconscientes.

    Durante la íntima recordación de sí mismo, en este tremendo super-esfuerzo por ser conscientes de su propio Yo, es claro que la atención se divide y aquí nuevamente a aquello de la división de la atención. Una parte de la atención se dirige como es apenas lógico, hacia el esfuerzo, la otra hacia el Ego o "yo pluralizado". La íntima recordación de sí mismo es algo que hay que analizar, asímismo, es un estado nuevo que sólo se conoce a través de la experiencia directa.

    Todo ser humano ha tenido alguna vez esos momentos, estados de intima recordación de sí mismo, tal vez en un instante de infinito terror, tal vez en la niñez o en algún viaje cuando exclamamos: ¿Y qué hago yo aquí? ¿Por qué estoy yo aquí? La auto-observación de sí mismo acompañada en forma simultánea con la íntima recordación de su propio Yo, es terriblemente difícil y sin embargo indispensable para auto-conocerse de verdad.

    El "yo pluralizado" resulta siempre haciendo lo contrario, durante la meditación él goza fornicando cuando tratamos de comprender la lujuria, él truena y relampaguea en cualquiera de los 49 departamentos subconscientes de Jaldabaoth cuando tratamos de comprender la ira, él codicia no ser codicioso cuando queremos reducir a polvo la codicia.

    Intima recordación de sí mismo es darse cuenta cabal de todos esos procesos subconscientes del mí mismo, el Ego, el "yo pluralizado". Auto-observar nuestra forma de pensar, reír, hablar, caminar, comer, sentir, etc., sin olvidarse de sí mismo, de los íntimos procesos del Ego, de lo que está ocurriendo allá dentro en los 49 departamentos subconscientes de Jaldabaoth, resulta de verdad espantosamente difícil y sin embargo fundamental para el despertar de la Conciencia.

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