La Naturaleza Divina: La infinitud de Dios
1. La infinitud de Dios
«Tocando el Infinito no podremos encontrarlo. Las huellas divinas son desconocidas.» -«Su comprensión es infinita y Su grandeza inalcanzable.» La cegadora Luz de la Presencia del Padre es tal, que para Sus criaturas mortales Él, aparentemente, «mora en espesa oscuridad». No sólo Sus pensamientos y planes son inalcanzables, sino «Él hace cosas grandes y maravillosas, sin número.» -«DIOS ES GRANDE; no lo podemos comprender, tampoco pueden ser numeradas las edades de Su búsqueda.» -«¿De verdad Dios mora en la tierra? Escucha, el universo y el universo de universos no podrán contenerlo.»
Hay solamente un Dios, el Padre infinito, quien es también un fiel creador. «El Divino Creador es también el Disponedor universal, la Fuente y el Destino de todas las almas. ÉL Es el Alma Suprema, la Mente Primera y el Espíritu Ilimitado de toda la creación. El Gran Controlador no comete errores. ÉL ES resplandeciente en majestuosidad y gloria.» -«Dios el Creador está totalmente vacío de miedo y enemistad. ÉL Es el inmortal, eterno, autocoexistente y divino.» -«¡Cuán puro y bello, cúan profundo e inalcanzable el Ancestro superno de todas las cosas!» -«El Infinito es excelente por haber otorgado Su Ser a los hombres. ÉL ES el Principio y el Fin, el Padre de todo propósito bueno y perfecto.» -«Con Dios todas las cosas son posibles; el Eterno Creador es la causa de las causas.»
No obstante la infinitud y las estupendas manifestaciones de la personalidad universal y eterna del Padre, Él es incalificadamente autoconsciente, tanto de Su infinitud como de Su eternidad; de igual manera, Él conoce plenamente Su perfección y Su poder. ÉL ES el único Ser en el universo, además de Sus divinos coordinadores, que experiencia un propio, perfecto y completo conocimiento de Sí mismo.
El Padre está constantemente e infaliblemente supliendo las necesidades y demandas, a pesar del diferencial de cambio del tiempo en varias secciones de Su universo maestro.
El Gran Dios se conoce a Sí mismo; está infinitamente autoconsciente de todos Sus atributos primarios de perfección. Dios no es un accidente cósmico; tampoco es un experimentador universal. Los Soberanos del universo podrán emprender aventuras; los Padres de las constelaciones pueden experimentar; los Presidentes de sistemas pueden practicar, pero el Padre Universal ve el final desde el comienzo y Su Plan Divino y Su eterno propósito abarcan y comprenden, actualmente, todos los experimentos y todas las aventuras de todos sus subordinados, en cada uno de los mundos, sistemas y constelaciones de cada universo de Sus vastos dominios.
Ninguna cosa es nueva para Dios y ningún evento cósmico llega por sorpresa. El habita el círculo de la eternidad. Sus días no tienen principio o fin. Para Dios no hay pasado, presente o futuro; cualquier tiempo es un eterno ahora. ÉL ES el gran y único Yo SOY.
El Padre Universal es absoluto y sin calificación finita en todos sus atributos; y ese hecho, en sí mismo, cierra automáticamente las puertas de toda comunicación directa y personal con los seres finitos y materiales y las demás bajas inteligencias creadas.
Y todo eso necesita y requiere de mucho contacto y comunicación con la diversidad de criaturas, como ha sido ordenado en el Principio, en las personalidades de los Hijos de Dios en el Paraíso, quienes -siendo perfectos en divinidad- comparten muy a menudo la naturaleza de carne y hueso de las razas planetarias, convirtiéndose en uno de ustedes y uno con ustedes; de esta manera Dios se convierte en hombre, como lo ocurrido en la encarnación de MICHAEL, llamado indistintamente el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre.
En segundo lugar, están las personalidades del Espíritu Infinito, las varias órdenes de la Hueste Seráfica y otras inteligencias celestiales, que llegan muy cerca a los seres materiales de bajo origen y que le sirven y le suministran por innumerables vías. Y tercero, están los impersonales Ministerios Monitores -los Ajustadores del Pensamiento– el actual regalo que el Gran Dios mismo ha enviado para que more en los humanos de la tierra, enviados sin anuncio y sin explicación. En una profusión continua Ellos descienden de las alturas de la Gloria, para agraciar y morar en las mentes humildes de aquellos mortales que poseen la capacidad y el potencial para alcanzar la Consciencia Divina. En esta forma y muchas otras, en caminos desconocidos para ti y más allá de toda comprensión, el Padre del Paraíso, voluntaria y amorosamente, degrada, modifica, diluye y atenúa Su infinitud con la finalidad de acercarse a las mentes finitas de Sus criaturas y, así, a través de series distribuidas de personalidades de la más sutil a la más densa, el Padre Infinito logra un contacto inmediato con las inteligencias diversas de muchos planos y moradas de su inmenso universo.
Todo esto ha hecho y ahora sigue haciendo y seguirá haciéndolo con toda seguridad, sin detractarse en lo más mínimo del hecho y realidad de Su infinitud, eternidad y primacía. Y todas esas cosas son absolutamente verdaderas, a pesar de las dificultades de su comprensión, el misterio en el cual están encerradas o la imposibilidad de ser plenamente entendidas por las criaturas que moran en la tierra.
Ya que el Primer Padre es infinito en Sus planes y eterno en Sus propósitos, es inherentemente imposible para cualquier ser finito, la posibilidad -siquiera de intuir o entender esos planes Divinos y esos propósitos en su plenitud. El hombre mortal podrá capturar fragmentos del propósito, sólo en un momento del aquí y del ahora, a medida que están siendo revelados en relación al desarrollo progresivo de los diferentes niveles del plan de la criatura en ascensión. A pesar de que el hombre no puede compasar la significancia de la infinitud, el Padre Infinito comprende plenamente y con toda seguridad, y amorosamente abraza toda la finitud de todos Sus hijos, en todos los universos.
El Padre comparte la divinidad y la eternidad con numerosos Altos Seres del Paraíso, pero nos cuestionamos Si ÉL la comparte con otros tipos de inteligencias. La infinidad de la personalidad debe forzosamente abrazar toda la finitud de la personalidad; de ahí la verdad -la verdad literal- de la enseñanza que declara que, «en ÉL vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser». Aquel fragmento de la pura Deidad del Padre Universal, que mora en el hombre mortal, es una parte del infinito DE LA PRIMERA Y GRAN FUENTE Y CENTRO, EL PADRE DE PADRES.
VISTO EN: Libro de Urantia (síntesis): LA NATURALEZA DIVINA 1.La infinitud de Dios
Es lo más completo que encuentro en la concepción sobre Dios Padre , ojalá muchísimo pudieran meditar y entender este concepto.