La Ouija: Descifrando sus Misterios; más allá del Efecto Ideomotor

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A más de un siglo de antigüedad, muchos mitos y leyendas circundan en torno a tal enigmático tablero. En lugar de hablar de su historia, creadores y patentes, –cosa que abunda en internet– nos enfocaremos sobre la parte científica, psicológica y esotérica, ya que la ouija más que un inofensivo “juego” de mesa, conforma un delicado instrumento que pudiera acercar al sujeto a una verdadera tragedia o tormento psíquico. Pero ¿Por qué?; y más aún ¿Cómo funciona la ouija y qué esconde, más allá del famoso efecto ideomotor

Perspectiva Neuro-científica detrás de la Ouija

cerebro- hermandadblanca.org

Es interesante destacar las partes del cerebro que intervienen en el movimiento de las habilidades motoras finas, y en la sensibilidad de los dedos a la hora de manipular la ouija. Primeramente, participa la corteza de asociación que involucra:

  1. El lóbulo parietal (que rige la corteza somato-sensorial asociativa y su superficie, abarca las Áreas de Brodmann  1,2, 3 y también la 43 pero esta es sólo gustativa )
  2. Lóbulo temporal (que tiene las áreas auditivas 42 y 43 encargadas de recibir y codificar el audio con ayuda de los dos hemisferios. Por lo que al estar el proceso de atención en alerta (con ayuda de la norepinefrina), éstas áreas estarán más activas y serán las encargadas de atender y codificar cualquier ruido acontecido en una sesión de ouija. Aquí puede haber un umbral de sugestión ante cualquier sonido distractor) y
  3. El lóbulo occipital (que interviene en el hecho de Ver los caracteres del tablero, con las áreas: 17,18 y 19 de Brodman)

En este punto, es vital mencionar que el conjunto de corteza de asociación parieto-temporo-occipital proporciona y garantiza la representación sensorial de los movimientos de los dedos, transmitiendo la información al lóbulo frontal para que éste; pueda realizar de forma precisa el programa motor. Por ejemplo, el manejo del marcador de la ouija, es una actividad motora secuenciada que se programa desde la corteza premotora, pero es necesaria una adecuada organización visual, espacial y temporal para que cada uno de los movimientos de las personas que participan en el «juego», se realicen sobre la letra o signo correspondiente para generar un mensaje.

De esta forma, una vez se tiene diseñado correctamente el patrón de movimiento a través de la visión, la corteza motora primaria (situada por delante de la cisura de rolando- Área 4 de Brodmann) ejecuta el movimiento y la actividad sensorial y motriz. Aquí en el área 4 se encuentra el Homúnculo de Penfield, el cual, es un mapa que contiene la representación de los órganos eferentes del cuerpo.

Dicho Homúnculo, se encarga también del movimiento del dedo índice (usado para mover el fichero); cuya calidad de movimiento es mucho más fina, precisa e imperceptible, que los movimientos o desplazamientos que se realizan utilizando otras zonas del cuerpo.

De acuerdo a las investigaciones del efecto ideomotor, y el experimento de Larry Bayou, las zonas del cerebro mencionada, necesitan, para codificar un mensaje, organizarse en función del campo de la visión (lóbulo occipital) por lo que al vendar los ojos de los participantes, estos, generan respuestas aleatorias y sin sentido.

En síntesis, las funciones básicas de la corteza motora se enmarcan en el control de las actividades motoras voluntarias así como también el lenguaje expresivo y la escritura. Integrando también, aspectos motivacionales y semánticos relacionados con la planificación motora del lenguaje oral y escrito.

Pareciera que la realidad se manifiesta en infinitos modos, no obstante se unifica en su punto más común: Los enunciados; como la limitación de todo ens realissimum (o concepto originario) por lo que la existencia no es un género del lenguaje, como creyó San Anselmo de Canterbury o también Descartes.

Pareciera que el lenguaje con sus usos, conforma la esencia de todos los objetos cuando se piensan en concreto, empero, la existencia no forma parte de la esencia (si no hay correspondencia entre intuición y proposiciones): el ser de los entes no pertenece a su existir, sino a su uso aplicado en virtud del lenguaje como vehículo del pensamiento, y más aún, el lenguaje del alma: El símbolo.

Perspectiva psicológica: más allá del efecto ideomotor

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Ahora bien, una vez tenido claro, las áreas funcionales que participan en el movimiento, cabe concebir ahora, la dimensión y los procesos psicológicos profundos que intervienen en el grupo de personas que usan la ouija.

Primeramente, al haber estímulos externos distractores, las personas inconscientemente mueven el fichero a merced de un proceso imperceptible a través de pequeñas presiones sobre el puntero, dando como resultado el reflejo y la sensación de que el fichero “se mueve solo” a esto se le conoce como efecto ideomotor. (ver en los anexos la investigación de natgeo)

Sin embargo, muchas historias rondan sobre los sucesos posteriores al hecho de usar el tablero ouija, a manera de invocación de espíritus. Dichas narrativas culturales de tintes mitológicos siempre (o en su mayoría) exponen sucesos de posesión, o tormento psíquico manifestado por pesadillas, o algún trastorno del sueño no especificado que generan malestar clínicamente significativo en el área personal, familiar o laboral. Asimismo cuentan manifestaciones paranormales como el poltergeist o incluso «mala suerte». Pero ¿Por qué sucede esto, una vez se empieza a invocar «espíritus»?

Aquí intervienen los procesos inconscientes, así como condiciones muy particulares de quien usa el tablero, como por ej.: una predisposición a la sugestión o a la psicosis donde se sugiere; puede haber una escisión de la personalidad consciente, frente a tendencias arcaicas que son incompatibles con la estructura consciente, de modo que, –al igual que las brujerías-; la ouija sería la «apertura de una ventana», bien sea hacia:

El inconsciente personal (fragmentos reprimidos de los participantes, representado por el arquetipo de la sombra),

El inconsciente familiar (si se invocan ancestros del sistema familiar, su energía o carga pulsional, haría presencia activa pero de modo no operativo sobre el psiquismo del individuo. Por lo que la persona quedaría enganchada a una lealtad familiar, generando un fuerte conflicto emocional; asociado a la neurosis de fracaso, algún complejo psicológico o sentimiento de culpa)

El Inconsciente colectivo (si se invocan arquetipos numinosos, es aquí donde ocurre el fenómeno de posesión). Bien señala Jung (citado por Galimberti, 2002) que los arquetipos:

no son para nada peligros imaginarios, sino riesgos efectivos, de los cuales puede, en ciertos casos, depender el destino. El peligro principal es el de sucumbir al fascinante influjo de los arquetipos, peligro especialmente concreto si ‘no nos hacemos conscientes’ para nosotros mismos las imágenes arquetípicas. Entonces ya existe una predisposición a la psicosis; puede suceder que las figuras arquetípicas, en las cuales, en virtud de su divinidad natural está ínsita una cierta autonomía, se liberen por entero de todo control consciente, consiguiendo plena independencia y generando fenómenos de posesión. (p. 114)

Esta perspectiva, es filosóficamente un ontologismo, de modo que todas las figuras arquetipales se encuentran a priori en la vida del psiquismo (especialmente en el inconsciente colectivo) y la ouija, sería la herramienta o instrumento significante (al cual se le ha dotado de un significado a partir de las vivencias ancestrales, desde 1890 hasta hoy, que han configurado un egregor con un enfoque y carga trágica, asociada al «mal»), a través del cual, por predisposición de la psique; se activaría un conjunto de arquetipos numinosos , teniendo estos, un influjo sugestivo-dominante sobre el núcleo del yo, hasta producir una escisión y dar en consecuencia un proceso psicótico. De allí que tenga lugar la frase (parafraseando al gran Jung) de que: “uno no tiene complejos, sino que los complejos lo tienen a uno”.

Como bien se dijo; para que esto ocurra, depende del carácter particular de cada participante, y su nivel de sugestión. Es decir, esto depende de qué tan propensa sea una persona para identificarse histéricamente con fragmentos disociados o complejos psicológicos (ya sean personales, o familiares o mitológicos-colectivos) no sin antes olvidar que el inconsciente trabaja con símbolos, por lo que el ritual de conjuración de la ouija, sería nuclear para activar (o constelar) a través de la representación gráfica, procesos reprimidos, Denegados o repudiados (forclusión) ocultos en el psiquismo; ocasionando todos los sucesos posteriores.

¿Qué hay detrás de la ouija? Perspectiva Esotérica

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Claro está que el tablero ouija, es un óraculo. Pero a diferencia de los óraculos históricos serios (como el de Delfos, o incluso el oráculo de IFA), la ouija es uno espurio, porque no pasa por procesos iniciáticos y de limpieza, no obteniendo por ende, una protección adecuada. De modo que, cualquier entidad de baja frecuencia que ronde el ambiente, puede perturbar a quienes osen usarla, con el fin de alimentarse del miedo.

Por otra parte, como bien dijo el filósofo Heráclito (citado por Sánchez, 1981) en una rotunda sentencia:

«El Señor, cuyo oráculo está en Delfos, no dice ni oculta, sino que indica» (frag. 93 B, pág. 370).

A diferencia de éste tipo de Oráculos, la ouija si dice y oculta sucesos o hechos de modo directo. Constituyendo una manera de no ser compasivo con las personas, porque le estaría revelando eventos, circunstancias o cosas, las cuales, el sujeto no estaría preparado en su evolución personal –aún- para comprender.

Bien es sabido, que los «seres de luz» nunca revelan cosas de forma tan directa, sino que respetan el libre albedrío y ellos se pueden manifestar con cierto mensajes claros y distintos; cuándo un individuo está totalmente capacitado para comprender. Así mismo, la entidad que estaría allí manipulando el tablero, nunca revelaría sus intenciones (con el fin de engañar) por lo que habrían elementos que permanecerían ocultos en una sesión con la ouija e incluso mucho de lo indicado; podría ser falso.

De este modo, la ouija sería un portal que ligaría el plano tridimensional con el bajo plano astral y que abriría la ventana para que cualquier entidad se ancle materialmente al trablero (primeramente) para luego hacerlo en otros objetos (ocasionando el poltergeist), animales o incluso una persona, generándose los casos de posesión.

Por otra parte, se dice que los entes que se encuentran en el bajo astral son principalmente: demonios, jinns, almas en pena, almas de personas que no han tenido un conducta muy recta como p.ej: asesinos y criminales. En éste sentido, es importante traer a colación el papel de los Leitzim, (que son una subespecie de demonios menores, llamados también “espíritus burlones”) Estos se expresan cuando en el ser humano existe una mala inclinación, representada por la ambición. Yclaro está; en la ouija siempre hay una ambición insana por saber diversas cosas, incluso de la propia muerte.

Los leitzim, como figuras arquetipales; poseen el cuerpo de los jugadores a través de la visión –imperiosamente– necesitando ese campo para poder operar, engañar y “burlarse” de los participantes (su misión también es volver loco a las personas a través de sus engaños, ilusiones y «bromas») y si se obstruye la visión (como en el experimento de Bayou), estos seres -hipotéticamente- no podrían operar o en su defecto, también se burlarían. Así que queda el misterio intangible de la hipótesis de los leitzim, que epistemológicamente nunca podrá ser probada por la ciencia, sino por algún método filosófico.

Asimismo, la ciencia o el efecto ideomotor no explica, hechos físicos; como el porqué, en algunas sesiones de ouija, puede estallarse el vaso de vidrio (cuando se usa) que sirve de puntero, o pueden suceder fenómenos de poltergeist. Cosa que si se explicaría pseudocientíficamente, debido a la interacción de «energías muy densas» sobre el plano tridimensional

¿Es seguro consultar con éste oráculo?

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Si el tablero está aperturado con las frases, conjuros, oraciones y ritos correctos, siempre hará conexión con un arquetipo negativo, que incidirá nocivamente en tu vida. Ahora, si el tablero no se conjura, su efecto es nulo. Sin embargo, si una persona es muy sensible, o tiene una habilidad extrasensorial podría activarlo inconscientemente al invocar algo. O también si simplemente se sugestiona fácilmente, su mente podría pasarle una “mala jugada”. Ahora bien, si no se sabe manejar tanto el tablero, como a sí mismo, el individuo se hará daño o causará un perjuicio a los demás.

Particularmente he preguntado a un número de maestros espirituales confiables en el tema, y todas las respuestas obtenidas, por lo que respecta al uso de la ouija es: “nada bueno saldrá de allí”. Sin embargo, siempre habrá escépticos en el tema, o incluso gente que lo haya hecho y no haya percibido nada, en éste caso, el tablero nunca estuvo conjurado con un ritual (no hay que olvidar que el símbolo es el lenguaje de la psique, y un conjuro o ritual activa procesos inconscientes).

Dado esto último, la dimensión esotérica es una pseudociencia, porque epistemológicamente no es falseable. Sin embargo, toda experiencia de este tipo; siempre remite a la praxis y su validez reside precisamente allí, y no sólo a lo teórico. Empero ¿Te atreverías a comprobar?

Autor: Kevin Samir Parra Rueda, redactor en la gran familia de Hermandadblanca.org

Referencias:

  • Galimberti, U. (2002). Diccionario de psicología. México D.F: Siglo XXI editores.
  • Portellano, j. (2005). Introducción a la neuropsicología. Madrid, España: Mcgraw Hill lange.
  • Sánchez, P. (1981). Los filósofos presocráticos I. Madrid, España: Gredos Editorial S.A
  • Waxman, S. (2011). Neuroanatomía clínica. México: Mcgraw Hill lange.

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