La Religión y el Significado por Yolanda Silva Solano
Sabemos que todas las religiones son buenas en cuanto acercan al hombre a Dios, porque la evolución de una persona, no depende ni de la religión, ni del maestro, ni de ningún libro por sagrado que sea, porque la evolución espiritual es absolutamente personal. No basta con conocer la verdad, porque podemos conocer el hecho en sí, pero si no sabemos sacarle el significado de nada nos sirve, es letra muerta.
El conocimiento se puede demostrar, la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente, la verdad una experiencia del alma, del yo en progresión. Pero desgraciadamente se suele quedar solo con el conocimiento y las formas de la religión, se piensa que con cumplir una vez a la semana con los ritos impuestos y con ser más o menos moral, ya se es religioso y espiritual. Nada más alejado de la realidad, porque la verdadera religión es la actuación de un alma individual en sus relaciones conscientes con su Creador.
Relaciones conscientes y no oraciones mecánicas sin sentido recitadas en días y horas determinadas. Relacionarse con Dios, es sentir a Dios en nuestro interior y comunicarnos con El en medio de nuestra vida cotidiana, con nuestras propias palabras y sentimientos, hablar con El como se le habla a un padre amoroso que sabemos que nos ama y comprende, porque ciertamente «el Padre mora en el Paraíso, pero su divina presencia también mora en la mente y en el corazón de los hombres.
No es posible disociar la vida religiosa de la vida terrenal, porque ambas para que sean válidas y consecuentes deben ir siempre estrechamente unidas, sin descuidar la una por la otra, porque «mientras os dedicáis a obtener las realidades eternas, debéis también disponer para las realidades de la vida temporal» es un error «el aislar parte de la vida y llamarla religión porque es desintegrar la vida y distorsionar la religión y esta es una de las razones del por qué las religiones no han dado los frutos deseados.
La verdadera religión no funciona separada del individuo. Aun, «los problemas físicos de la salud del cuerpo y de su eficiencia, se solucionan de mejor manera, cuando se los considera desde el punto de vista religioso de las enseñanzas del Maestro porque el cuerpo y la mente del hombre, son morada del espíritu de Dios que llega a ser el espíritu del hombre. » porque el hombre no podría amar en forma altruista y en forma espiritual, si no tuviera en su mente un amante divino. El hombre no podría comprender verdaderamente la unidad del universo, si no tuviera en su mente un intérprete. No podría estimar los valores morales y reconocer los significados espirituales si no viviera en su mente un evaluador Y este amante es parte de la Unidad Universal, este evaluador es hijo del Centro y fuente de todos los valores absolutos de la realidad divina y eterna.» así la mente del hombre se vuelve la mediadora entre las cosas materiales y las realidades espirituales, pero es preciso estar despiertos espiritualmente para darnos cuenta de esta presencia divina en nosotros.
Esta unión maravillosa entre el hombre y Dios es posible gracias a Jesús, que después de su partida de este mundo envió al Espíritu de la Verdad, destinado a morar en el corazón de los hombres. Este otorgamiento del espíritu del Hijo, preparó eficazmente la mente de todos los hombres normales, para el otorgamiento universal del espíritu del Padre sobre toda la humanidad. En cierto sentido, este Espíritu de la Verdad, es tanto el espíritu del Padre Universal como del Hijo Creador. «
Si no incorporamos al Padre y a Jesús a nuestra vida cotidiana, es porque conocemos esta maravillosa verdad, pero no hemos sido capaces de sacarle el verdadero significado, nos hemos quedado en la letra y hemos olvidado su aplicación práctica en nuestra vida cotidiana. Si lo hiciéramos todas nuestras pruebas y problemas que son inherentes a nuestra condición humana y finita, tendrían una significación muy diferente para nosotros, porque «solo los que enfrentan los hechos y los adaptan a los ideales pueden llegar a la sabiduría. «
Nuestra vida se enriquecería muchísimo si cambiáramos nuestro concepto de Dios, si en vez de asociarlo solo a la religión, practicáramos la amistad con Dios porque El don del Padre es el compañero inseparable del hombre. «Es el Dios siempre presente y que lo abarca todo. El espíritu del Padre eterno se oculta en la mente de todos los hijos mortales. El hombre sale a buscar un amigo y ese mismo amigo vive dentro del corazón de nosotros.»
Intelectualmente, sabemos que estás palabras son ciertas, sin embargo en la práctica las desconocemos porque no le hemos sacado el significado de lo que realmente implica el ser no solamente hijos de Dios, sino que también tener conciencia que El es nuestro amigo, especialmente su Hijo que vivió entre nosotros y que quiso conocer, vivir y sentir cada uno de nuestros sentimientos humanos, para poder comprendernos mejor y así amarnos más.
Cultivar la amistad con Dios, es «encontrar a Dios en vosotros mismos, por vosotros mismos y de vosotros mismos y hacer de todo esto, un hecho de vuestra experiencia personal. Así podréis pasar desde la autoridad de la tradición a la experiencia de conocer a Dios. Así pasaréis de las tinieblas a la luz, de la fe racial heredada, a una fe personal alcanzada por la experiencia real. Progresaréis de una teología de la mente, traspasado por vuestros antepasados, a una verdadera religión del espíritu que será construida en vuestras almas, como dote eterna y que es la única que puede cambiar nuestra vida en forma volitiva y no porque otros nos manden lo que debemos o no hacer.
Esta fe personal cambia nuestra vida y nuestro entorno, porque comenzamos a actuar por amor a nuestro Padre y no por el temor al castigo de un dios justiciero. «La religión vive y prospera entonces, no por la vista y el sentimiento, sino más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste no en el descubrimiento de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única, sino más bien en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los hechos ya bien conocidos.» No es tan importante lo que hacemos sino el cómo lo hacemos y el por qué.
Nuestros trabajos cotidianos pueden adquirir un tremendo significado espiritual si los ejecutamos unidos al Dios que mora en nosotros, con El y por El, porque es experimentar la experiencia de creer en Dios, como la realidad de una experiencia puramente personal. Nuestra vida, entonces tiene otro significado, porque aprendemos de Dios a través de Jesús. De la vida del Maestro, cada uno puede asimilar ese concepto de Dios que representa la medida de nuestra capacidad para percibir las realidades espirituales. «Jesús bien sabía que Dios, tan solo puede ser conocido por las realidades de la experiencia, no se lo puede conocer nunca por la sola enseñanza de la mente. Jesús empleó la palabra Dios, para designar la idea de la Deidad y la palabra Padre para designar la experiencia de conocer a Dios.»
«La palabra Dios no puede ser definida y por tanto representa el concepto infinito del Padre, mientras que el término Padre como puede ser parcialmente definido, puede ser empleado para representar el concepto humano del Padre divino, como está asociado con el hombre durante el curso de su vida mortal.» y fue precisamente este concepto el que Jesús vino a enseñarnos.
Es maravilloso el darnos cuenta que el auto otorgamiento de Jesús fue motivado para darnos a conocer a su Padre que también es nuestro. «El es el lente espiritual en semejanza humana, que hace visible a la criatura material a Aquél que es invisible. Jesús es nuestro hermano mayor que «hace que vosotros conozcáis a un Ser de atributos infinitos a quién ni siquiera las huestes celestiales, pueden comprender completamente. PERO TODO ESTO, DEBE CONSISTIR EN LA EXPERIENCIA PERSONAL DE CADA CREYENTE.»
Basta pues de culpar a otros, o de cifrar nuestra evolución en tal o cual religión o libro por sagrado que él sea, porque mientras no hagamos el trabajo personal, todo conocimiento será inútil. Jesús nos dijo: DEBÉIS PRESTAD OÍDOS A MIS PALABRAS, PARA NO COMETER NUEVAMENTE EL ERROR DE OIR MIS ENSEÑANZAS CON LA MENTE, MIENTRAS VUESTRO CORAZÓN NO COMPRENDE EL SIGNIFICADO.»
Basado en las enseñanzas del Libro de Urantia.
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http://www.egrupos.net/grupo/urantiachile