La Sabiduría de la Ligereza
La fuerza de la gravedad tiene por función mantenernos unidos a algo, sería interesante preguntarse qué gravedad nos mantiene atados a lo que nos hace sufrir. ¿Por qué nos empeñamos en seguir pensando en todo lo que nos hace daño …? ¿Qué fuerza misteriosa nos impulsa a ello? Aunque no supiéramos responder a estas preguntas siempre nos quedaría el recurso de las aves, que sin saber el porqué de la gravedad extienden sus alas y vuelan … curiosamente sirviéndose de la ligereza del aire. ¡Claro! … para ello necesitaríamos encontrar nuestras alas …
El ser humano alado sabe que su capacidad de volar reside en su corazón, que extender sus alas consiste simplemente en abrir su mente a él. Volar no sólo no es un imposible, sino que es la gran necesidad, oculta a nuestra educación, que nos hace sentir insatisfechos a pesar de ir cumpliendo deseo tras deseo. Hasta que no descubrimos esta necesidad en nuestro interior no somos conscientes de los verdaderos potenciales del ser humano, cuando damos con ella nada ni nadie puede impedir que deseemos con todas nuestro sentir satisfacerla. El camino para conseguirlo es el de la sabiduría de la ligereza, conozcamos algo sobre ella, sobre sus técnicas …
Ir desprendiéndonos de todos aquellos pensamientos que nos hacen sentir pesados constituye los primeros pasos hacia nuestra pista de despegue. También es necesario reconocer las creencias que nos atan a la dualidad, y a su fuerza de gravedad: los juicios. Contemplar la belleza, recrearse en ella, en el sentido de volver a crearse siguiendo su aroma, es ya un gran acto de ligereza; sentirnos bellos es mirarnos en el espejo de nuestro corazón, el que refleja nuestra auténtica esencia. Estos ejercicios diarios dan músculos a nuestras alas y despiertan nuestra imaginación, dos cosas esenciales para saber volar.
¿Qué te parece, querido lector, practicar todos los días la sabiduría de la ligereza? ¿Te imaginas rodeado de personas graves y a ti desplegando tus alas… burlando la fuerza de la gravedad del victimismo? No habrá crisis que pueda contigo, tus ideas, tus pensamientos, disfrutarán de la perspectiva de la altura. ¿Quién que conoce de sus alas va a renunciar a volar?