LA SENDA DE LAS ESTRELLAS – Ep. 3: «Luminosidad»
«Una nueva serie escrita por Juan A. Sánchez de León y narrada por Mi Voz Es Tu Voz. ¡Disfruta de La Senda de las Estrellas!»
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Amiga, amigo mío… en el episodio anterior nos sentimos inspirados por la resuelta luz de Aries… sentimos renovado nuestro afán por experimentar la Creación… ¿lo recuerdas?… ¡Ahhh!… ¿Cómo no va a recordarlo el espíritu intrépido de nuestro Corazón!…
¡Pero que hoy sean las celestes luminarias de Tauro las que alumbren nuestro sendero!… ¡Que renueven la Luz de nuestras antorchas!… ¡Que nos otorguen el don de alumbrar el camino de cuantos hermanos nos acompañan en la Senda de las Estrellas!…
Y si el Sol te vio nacer en Libra… en los cielos de Cáncer o en un espléndido amanecer de Escorpio… observa… ¡siéntelo!… ¿No es tu Corazón el Sol que luce en el inmenso microcosmos que encierras?… ¿No guardas las semillas de todas las cualidades que el Universo ha sembrado en ti?… ¿No las irradias según precisas experimentar el vigor… el “buen hacer”… o la belleza en el gran viaje cósmico en el que estas embarcado?…
Y si… ¡ya sabes que a veces te asaltan las sombras!… ¡que dudas de ti mismo!… Pero… ¿no son esas semillas las que rebrotan en ti… te dan un empujoncito y ahí estas… ¡otra vez!… de pie y retomando tu camino?…
Y de pronto… sientes tu propia Luminosidad y proclamas… ¡Que se abran mis ojos!… ¡que iluminen al mundo!… Y dime… ¿no revive en ti el faraón egipcio que ante el dios Apis proclamaba … ¿lo recuerdas?… ¡que así se escriba!… ¡y así se cumpla!…
¡Que hoy sea uno de esos días!… ¡contémplate a la Luz que irradias desde el segundo pétalo de tu Corazón… revive en ti todo cuanto… como Alma… has experimentado en tus ya numerosos viajes por este rincón del Universo en el que los dioses de Tauro… previsores ellos… instalaron un taller de joyería para que hagas tus prácticas para… al fin… graduarte como un Cristo en el curso al que estas matriculado!…
¿Recuerdas nuestra última conversación a la sombra de las palmeras en el oasis del Corazón?… ¿recuerdas el goce de beber sus aguas mientras hacíamos garabatos en la arena?… ¡Ah, qué momentos de placidez!…
¿Te crees capaz de crear… ahora mismo… el taller de un joyero en tu Corazón?… ¡claro que sí!… ¿Vas a dudar de que la Luz siempre está dispuesta a mostrarte la magia de las posibilidades cuánticas?… Pues… ¡sea!… ¡ya lo has creado!… ¡ya existe única y exclusivamente para ti!…
Pero observa al orfebre… qué curioso… ¿no te resulta acquainted?… ¡claro que sí!… ¡¡eres tú mismo!!…
¡Y que minuciosidad la tuya… ¡que paciencia!… ¡que destreza moldeando el anillo en el que engarzas tu Vida!… ¡Que filigranas diseñas sobre la plata!… ¡Que temple al engarzar tu sentimiento sobre el acogedor lecho del oro más puro!…
¿Cuál es el secreto de tu maestría?… ¿Dudas de ti?… ¡Ahhh, amiga… amigo mío!… ese taller se halla en el sagrado recinto de tu Corazón… ¿No atesoras en Él las semillas de la Verdad, la Belleza y la Perfección?
¿No sientes como de ti se eleva una invocación a la Gran Luz?… ¡es la promesa del maestro que crece en ti el que la entona!… escucha la Luz que lo inspira… que fuerte y abnegada suena la vibración de tu fidelidad… y que tierna la melodía de tu paciencia…
“En otros tiempos mis brazos empuñaron la espada del guerrero… tensaron la cuerda de un arco… mis manos cultivaron la tierra… o trazaron surcos de luz sobre un papel…
Todo ello hice… más hoy… en el misterio de este taller… que sean mis manos de orfebre el cincel y martillo con los que moldear… bruñir y decorar los días de mi experiencia en la Vida…
Que como un hijo confiado… de nuevo deseo sentarme en el sofá de la Vida… y hablar… si… hablar de esas cosas que solo una madre sabe intuir… que solo un padre sabe comprender”…
Pero… ¡ah!… ¡mira!… ahí en un rinconcito del taller está el sofá de las confidencias… ¿No te apetece sentarte en él y cómodamente contemplar las maravillas que acontecen en tu Universo?… ¿intercambiar confidencias con tu Corazón que es tal como hablar con el dios que albergas en ti mismo?… ¿retornar al Hogar donde reside?… no puede ser de otra manera… pero… ¡bendito sea el sentido de la Libertad!… siempre ocurre algo que te urge a abrir nuevos caminos y que es preciso experimentar…
¿Y cómo no estar atento a las caprichosas piruetas del “ego” del que te revistes en la densidad?…
¿Cómo no hacer un alto en el camino cuando crees perder de vista la Luz de tu Alma y… angustiosamente… la buscas creyéndola alejada?…
¿No la has reclamado a través de mil oraciones religiosas?…
¿No has meditado una y mil veces?… ¿No has entonado mantrams para reclamar su atención hasta darte cuenta de que eres Ella misma?
¿De que ni un solo segundo… un sol respiro de tu vida es ajeno a Ella?
Amiga, amigo mío… ¿Cómo mostrar la Luz de nuestro Corazón sin aceptar que es mucho lo que aún necesitamos quemar en la hoguera del desapego?… ¿Cómo sentirnos vestidos con el ropaje de nuestra propia desnudez?…
Y puesto que Tauro impulsa el deseo por revestirnos de materia… ¿Por qué en tantas ocasiones se nos sugiere que “matemos los deseos”?… ¿Será que durante edades… otros hombres, gurúes y enseñanzas… nos insinuaron… si bien nunca lo llegamos a entender… que “debíamos matar” todo deseo?…
Pregúntate… ¿esas insinuaciones iban dirigidas a tu densidad?…
¡Y que dilema!… ¿También has de matar los deseos que tienen su fuente en los deseos del Alma?… y acaso… ¿no es tu Alma una avanzada genuine del propio Dios?…
¿No crece una planta?… ¿No abre sus pétalos una margarita sino por su deseo de Sol?…
En este sofá de las confidencias… amiga… amigo mío… asumo que tus aspiraciones son también las mías… Y siendo así… ahora y en nuestro Corazón… ¡Aceptemos nuestros más elevados deseos!… ¡Que despierten en nosotros el Amor del creado por Su Creador!…
¿No es el deseo de Luz una fuerza divina?… quizá siendo así… no se tu… ¡pero yo no puedo ahogar el deseo de más Luz!… Y estoy por clamar… unamos nuestro clamor… ¡Que despierte en la Humanidad el deseo de más Luz!… ¡Que puerta inmensa debe abrirse ante ella!… ¡qué deseo por comprender y amar el misterio de la Vida!…
Pero mira… volvamos a observar al orfebre que tú eres… ¿No estas moldeando tu propio cáliz?… ¿No viertes en él el vino de tu fidelidad… amistad… fortaleza y paciencia?… ¡Ahhh, viajero por las estrellas de Tauro… siempre tanta paciencia!…
¿Será que todo trabajo de joyería requiere de golpe sutiles y certeros… tal como son los deseos… inagotables y delicados… cuando se precipitan por el cincel maestro de la Vida?…
¿Y la Luz taurina de tu Corazón?… ¡que sensibilidad!… ¡que sentimiento depositado en el atanor del alquimista… en el Fuego de la Iluminación!…
¡Que siga así!… ¡Que carry on el mágico trabajo del artesano que eres!… y quien perciba la luz de tus ojos… que perciba la Luz que… a través de ellos… procede de la Joya en tu Corazón… Una Joya en la que… como el niño Cristo que creces… reflejas Tu Rostro.
¡Venga!… ¡Alcemos, pues, el cáliz hacia lo alto!… ¡Alcémoslo en honor de los dioses de Tauro!… Y que en el altar de la Humanidad… ¡¡se precipite Su Luz!!…”
Sinceramente…
Juan
JUAN ANTONIO SÁNCHEZ DE LEÓN
FUENTE: https://mivozestuvoz.net/2021/12/13/la-senda-de-las-estrellas-ep-3-luminosidad/