Las adolescencias y su desafío, por Luis Fermin Orueta
Pero, dado que el ser humano no viene programado por la biología para saber qué y de qué manera hacer con lo sexual, será necesario que cada joven “invente” lo que será su propia manera de manejar todo esto -respuesta particular que constituirá el núcleo de su individualidad- pero que abre inevitablemente un considerable margen de incertidumbre e indeterminación en su desarrollo. Una cierta deriva intrínseca de su propia posición que, para ser acotada en el contexto de unos márgenes aceptables, necesita de límites externos claros, función que ha venido siendo históricamente ejercida esencialmente por una estructura familiar sólida con nítidos puntos de anclaje y referencia.
En la actualidad, las dificultades inherentes a este viraje se han exacerbado exponencialmente. La progresiva disolución de la tradicional familia nuclear acompañada de la crisis de valores que reina en nuestra civilización, consecuencias del irreversible desarrollo de una nueva fase del sistema de producción capitalista, se traducen en situaciones especialmente delicadas para el individuo. Precisamente uno de los efectos más evidentes de este fenómeno es la desorientación generalizada a la que asistimos, en virtud de la cual hemos dejado de saber cómo actuar porque ya no sabemos desde dónde actuar.
Pues bien, el colectivo social en el que esta vorágine está incidiendo con especial intensidad no puede ser otro que el llamado adolescente. Si un cierto caos interno, intrínsecamente propio de cada adolescente, en una u otra medida, por el mismo hecho de ser adolescente, se combina además, como ocurre actualmente, con este fenómeno de confusión social, las consecuencias pueden llegar a ser dramáticas. Es cierto que nunca los jóvenes han respondido a las expectativas de la generación anterior, lo que resulta lógico si consideramos que son precisamente ellos quienes portan la antorcha de “lo nuevo” entre generación y generación. Pero, a la vez, no deja de ser evidente que sectores no desdeñables de jóvenes parecen encontrarse más bien perdidos, como lo evidencia la masiva expansión, en esta población, de fenómenos como la violencia, el consumo de drogas, el fracaso escolar, los trastornos de alimentación y todo tipo de comportamientos antisociales y erráticos. En un momento en el que las posiciones de los adultos frente a los adolescentes se balancean casi exclusivamente entre la total permisividad -que no es más que otra cara de la indiferencia- y el autoritarismo descarnado –que no revela otra cosa que la impotencia-, columpio que pone al desnudo el colapso absoluto del diálogo intergeneracional, si hay una tarea verdaderamente urgente, es la de desalojar a la juventud del silencio. Es preciso entender que el déficit del que adolece el joven en primera instancia es de palabras y de escucha. No hay ninguna salida si no aprende a expresar, y los adultos a escuchar, las razones de su malestar. Y esto no será posible si el adulto no renuncia previamente a la posición del amo. Conviene recordar que el autoritarismo llama siempre, antes o después, a la rebelión y transgresión en cualquiera de sus manifestaciones. Dar la palabra al joven, por otra parte, es la única vía para subvertir y neutralizar la poderosa corriente homogeneizadora implícita en el fenómeno de la globalización, que sustrae al joven su compleja individualidad -lo más valioso que tiene- y le deja solo a merced de pobres identificaciones grupales. Tendencia homogeneizadora que está en la base del galopante empobrecimiento humano actual y que condena a los jóvenes al lugar de dianas indefensas de todo tipo de políticas de manipulación del sistema. En este sentido, es preciso destacar que los tratamientos estandarizados que se ofertan en la actualidad, más que solucionar el problema, lo agravan. No existe
LUIS FERMIN ORUETA |
— Visto en revistabiosofia.com
Estimada Yanmelys,
Gracias por tu amable comentario.
¿Podemos ayudarte en algo?.
Un abrazo en la luz,
hola espero q esten bien tengo 16 años soy una adolecente indiga habaces tengo sueños y se hace realida se cuando alguien muere y se cuando my familia esta en peligro