¿Qué son las conductas sensuales sabias?

A decir verdad ésta es la pregunta del millón…de hecho a muchos nos gusta que nos hablen de esto y  otros lo experimentamos como algo incómodo.

En realidad este precepto o voto ,“ Mantener relaciones sensuales sabias”,  como se le conoce en Oriente es guardado principalmente en el ámbito monástico aunque en realidad es de utilidad para todo aquél que quiere vincularse de una manera más sana y benéfica con su entorno.

Cuando hablamos de la práctica sensual incluimos todo aquello que aparece a nuestros sentidos y con lo que nos enganchamos frecuente y habitualmente.

Por ejemplo, podemos disfrutar enormemente de nuestro chocolate o helado favorito, y esto no tiene nada de malo pues resulta saludable cuando no existe ninguna motivación dañina que puede distorsionar el vínculo que establecemos con el objeto. Esto es no edificante cuando a pesar de haber comido demasiado queremos más sin poder detenernos provocándonos situaciones no favorables como dolor de estómago, culpa o sobrepeso.

La diferencia entre la satisfacción y el exceso es muy sútil…pero si permanecemos atentos a todo lo que hacemos encontraremos el punto exacto en el que no deseamos más y permanecemos en un estado de saciedad confortable.

Funciona de la misma manera con los otros sentidos como son el olfato y nuestras fragancias favoritas, el oído y la música de nuestra preferencia.

En el caso de la práctica sexual existe una variable de peso e importancia que es la Motivación.

Al hablar de la motivación en éste contexto no nos referimos a sí nos apetece o no. En realidad nos referimos a sí lo hacemos por la razón honesta y correcta o por una entintada de malicia y abuso.

Si en algún momento ésta práctica sexual se convierte en algo meramente instintivo en el que no existe ningún otro vínculo afectivo, es aceptable si los involucrados están conscientes del vínculo, en éste caso, meramente físico que interviene.

Por otro lado, si la relación es del tipo físico y emocional es importante estar seguros de que los involucrados estén de acuerdo respecto a lo que están dispuestos a aportar. Si notamos que la otra persona tiene una expectativa meramente física y nosotros no, es muy importante hacérselo saber. De no hacerlo estaremos utilizando al otro para nuestra única satisfacción y nos generará karma negativo pues no es edificante aprovecharse de los otros en favor de nuestro propio beneficio.

Como podemos notar no siempre existe un sentimiento profundo de por medio, sin embargo está probado que el contacto por mínimo que sea ya contiene una gran cantidad de conexiones sobre todo a nivel energético no conscientes que generaran cambios en nuestra percepción, así es como lo mejor es actuar de la manera más honesta para evitar sensaciones de culpa y abuso que nos restarán paz y tranquilidad.

Si de alguna manera no podemos tener una motivación tan pura o transparente, por así decirlo, lo aconsejable es hablar con la o las otras personas buscando el estar en la misma frecuencia de contacto.

Sin embargo, existe un gran beneficio en el ser sincero y no utilizar a los demás para nuestro propio bien, pues las relaciones sensuales incluyendo a las sexuales pueden evolucionar de manera virtuosa en un sentido más profundo y espiritual que no hace otra cosa que alimentar y llenar a todo aquél que se vincula de manera correcta de enorme gozo y felicidad.

Como siempre existen gran cantidad de caminos para relacionarnos con nuestros sentidos y las personas que nos rodean, la clave es hacerlo de manera atenta, dispuesta, responsable y honesta ya que éstas características contienen a la generosidad y a la paciencia necesarias para evolucionar y ser más  de lo que ahora somos…si analizamos un poco no se trata de sufrir sino más bien de apostar a la  administración sabia de nuestros afectos. Así es.

 AUTOR:  Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca