Lo que realmente importa

Pienso que todo el mundo eventualmente llega a preguntarse en su vida qué es lo que realmente importa. La respuesta a esa pregunta, como todo en este mundo, entra en el ámbito de lo relativo, ya que vivimos en un mundo en el que todo es relativo. Un mundo en el que todo tiene matices. Y esos matices los da la perspectiva de la persona que observa. Y lo que lo que es realmente importante no se escapa de esto. Lo que realmente importa es relativo y depende de la perspectiva del observador.

La importancia de las cosas la determina la perspectiva del observador. Es decir, su punto de vista. Y el punto de vista depende de la ubicación del observador. Cuando hablamos desde una perspectiva visual, por ejemplo, entonces la ubicación física del observador determinará su manera de observar el panorama. Pues, de la misma manera, si hablamos de la perspectiva en nuestra realidad, el nivel de consciencia del observador determinará su punto de vista. El observador interpreta la realidad de acuerdo con su nivel de entendimiento. Es decir, de acuerdo con su nivel de consciencia.

Como yo lo entiendo, hay un nivel de consciencia para cada uno de los planos con los cuales interactuamos. Me refiero a los planos físico, emocional, mental y espiritual, los cuales se encuentran asociados a los primeros cuatro chacras, sobre los cuales puedes leer en este artículo. En cada nivel de consciencia, el ser humano enfoca su atención en objetivos diferentes asociados a cada uno de estos planos, aunque puede hacerlo en varios planos de manera simultánea. Sin embargo, siempre habrá uno en el cual fijará mayormente su atención.

Para una persona cuya atención está centrada principalmente en lo físico, lo que realmente importa es obtener refugio, comida y sexo. El refugio le ofrece protección. Un lugar donde esconderse en caso de existir alguna amenaza. Y un lugar donde refugiarse de las inclemencias del clima. La comida le ofrece el sostén de la vida. Si tiene alimento, no morirá de hambre. El sexo le ofrece continuidad de la vida a través de la reproducción. Si muere, su ADN seguirá existiendo para albergar a su alma en una siguiente encarnación.

Así que, para una persona cuyo nivel de consciencia está enfocado en lo físico, lo que realmente importa es la supervivencia, todo aquello que le de seguridad y que le garantice continuidad desde la perspectiva física.

Para una persona cuya atención está puesta principalmente en lo emocional, lo que es más importante son sus relaciones con los demás. Una persona en este nivel de consciencia empieza a conocerse a sí mismo a través de lo que los demás reflejan de ella. Por tanto, en este nivel de consciencia las personas buscan la aceptación. Buscan crear vínculos emocionales permanentes. Como almas, aún están en proceso de descubrir quiénes son, por lo que su imagen es la imagen que los demás tengan de ellas. Por esta razón es tan importante para las personas en este nivel de consciencia encajar en un grupo. Eso les da identidad.

Por tanto, para una persona cuya atención está puesta en lo emocional, que es conocido como el nivel de consciencia de dolor y sufrimiento, lo más importante es la aceptación y el reconocimiento de parte de otros y el sentido de pertenencia.

Para una persona cuya atención está puesta principalmente en lo mental, lo que realmente importa es conquistar, ganar, sobresalir o controlar. Este es el nivel de consciencia en el que estar por encima de los demás es un logro. Es el nivel de consciencia del poder, reflejado en la competencia. En el que las personas quieren demostrar su valía comparándose contra las demás. En este nivel de consciencia el intelecto juega un papel muy importante. Por eso alcanzar un título académico, o algún reconocimiento por estudios realizados es algo realmente importante y valorado por las personas en este nivel de consciencia. Lo mismo ocurre con una promoción en el trabajo, sobre todo cuando representa liderazgo sobre otras personas. Mientras más personas se tenga a cargo, más valor tendrá esa persona.

Esto hace que ganar, ascender, conquistar, controlar y dominar se convierta en lo más importante para una persona en este nivel de consciencia.

Para una persona cuya atención está puesta principalmente en lo espiritual, lo que realmente importa es experimentar el amor. Sentir amor. En este nivel de consciencia es que se empieza a experimentar el amor verdadero. Ese amor que da sin esperar nada a cambio. Las personas que alcanzan este nivel de consciencia empiezan a sentirse insatisfechas en sus relaciones de pareja cuando estas no están basadas en el amor sino en la conveniencia. Al mismo tiempo, las personas en este nivel de consciencia empiezan a sentir afecto no sólo por sus familiares más cercanos, sino por todas las personas, sin importar si las conocen o no. Este es el nivel de consciencia en el que el amor empieza a ser sentido y empieza a ser más importante que cualquier otra cosa.

Por eso, para las personas que alcanzan este nivel de consciencia, lo material, lo emocional y lo mental empiezan a perder importancia, y el amor empieza a ser el centro de la vida de estas personas.

Entonces, lo que trato de explicar es que cada nivel de consciencia establece un paradigma diferente, una manera distinta de interpretar la vida, que le da más importancia a ciertas cosas por encima de otras. Y eso es perfecto. Así debería ser. Porque en cada nivel de consciencia nos estamos dando cuenta de cosas diferentes, que más temprano que tarde nos conducirán al entendimiento necesario y suficiente para alcanzar el siguiente nivel de consciencia.

Con seguridad, muchas veces nos enfrentamos en nuestro círculo mas cercano con la imposibilidad de hacer entender al otro nuestro punto de vista. Y esto ocurre porque estamos viendo la vida desde perspectivas o paradigmas diferentes. O sea, desde niveles de consciencia diferentes. Por ejemplo, una persona cuya atención está centrada principalmente en lo físico, no podrá entender nunca el punto de vista de una persona cuya atención está centrada en lo espiritual. Por el contrario, la persona cuya atención está centrada en lo espiritual sí podrá entender el punto de vista de la persona cuya atención está centrada en lo físico. La entenderá, porque esa persona ya pasó por allí y ya entendió la vida desde esa perspectiva, por lo que estará en capacidad de entender, si así lo decide, la perspectiva de la persona cuya atención está en lo físico.

Y es justo en ese escenario en el que la empatía se hace algo sumamente importante para la convivencia entre personas con diferentes niveles de consciencia. Porque las personas que tienen un nivel de consciencia mayor pueden, si así lo deciden, mostrar empatía con aquellas que están en un nivel menor de consciencia, para facilitarles su proceso de evolución sin vulnerar su libre albedrío. Es decir, pueden servir de guías, marchando al ritmo de la persona que tratan de ayudar, permitiéndoles evolucionar a su propio nivel, al tiempo que brindan el apoyo necesario para que la otra persona se de cuenta de lo que sea que esté tratando de entender.

Entonces, y como conclusión, es importante entender dónde estamos nosotros y dónde las personas con las que estamos interactuando. Y con esa base, respetar el proceso de cada quien, mostrando empatía en los casos en los que nuestro nivel de consciencia sea mayor que el de la otra persona, así como curiosidad y deseos de entender cuando el nivel de consciencia de la otra persona sea mayor que el nuestro. Todo esto sin tratar de interferir en el proceso del otro y sin tratar de imponer nuestra verdad, sino con la intención de evolucionar en nuestro entendimiento del todo, y de contribuir de forma no invasiva en la evolución de los demás.

Porque, al final, lo que realmente importa es que cada ser humano tenga la posibilidad de evolucionar a su ritmo y sin interferencia…

AUTOR: Rafael Bueno, redactor en la gran familia de hermandablanca.org