Los miedos son como los baches | Cartas celestiales

Daniela Noruega

los miedos son como los baches | Cartas celestiales

15 DE MAYO DE 2022

(Ola de luz del arco iris)

Dios dijo:

Los miedos son imaginación. Son reales sólo en la medida en que tú dices. En general, les das mucha importancia.

Hay una diferencia entre el miedo y el sentido común. Le recomiendo que no cruce una calle transitada sin mirar a ambos lados.

No necesitas superar todos tus miedos. Tu vida es para más que deshacer tus miedos. Pero tus miedos tampoco necesitan ser la base de tu vida. No es necesario que te pases la vida esquivándolos. ¿Son los miedos realmente tan siniestros?

Si crees que debes vencer todos tus miedos, les estás dando demasiada importancia. No son un poderoso oponente magnífico. Son solo miedos. No tienes nada que probarles a ellos o sobre ellos.

Puedes considerarlos como baches. No te pones frenético cada vez que te encuentras con un bache. Lo recorres o lo rodeas, y no escribes en tu diario al respecto. Los baches están ahí, eso es todo.

Los miedos imaginados son infundados. Ciertamente lo de hablar ante grupos no tiene fundamento. ¿De verdad le tienes tanto miedo a la opinión pública? ¿Crees que un público te va a apedrear? Tu ego está en riesgo, eso es todo. ¿Cuál es el problema si te caes de bruces? ¿Qué piensas tú que sucederá? ¿Crees que el mundo entero te desterrará? Incluso podrían aplaudirte.

¿Es este el mismo miedo que preocuparse por lo que alguien pensará de ti pero magnificado?

Miedo a la pérdida de las finanzas. Esto se cierne sobre ti. Crees que el dinero y la opinión pública son tu sustento.

El miedo a la pérdida de la salud. Oh, eso es real, dices. Se ha hecho realidad. No le des tanto miedo a la enfermedad. No lo sufras antes de tiempo.

¿El miedo a la muerte del cuerpo? Esa es la más infundada de todas. Ese es sólo otro miedo al cambio. Eso es solo miedo a romper los límites. Eso es sólo miedo a dejar ir el cuerpo y la vida exterior del que tanto te quejas. Es un gran miedo que dice que puedes perder cualquier cosa.

Esa es la premisa de tus miedos. Tu culto a la pérdida. Lo adoran incluso cuando saben que no pueden perder lo que es suyo eternamente. Y no puedes perder lo que nunca fue tuyo para poseer de todos modos. Aun así, pones la pérdida en una plataforma y adoras la posibilidad de que ocurra.

Cuando devuelves un libro a la biblioteca, no sientes que has tenido una pérdida. Simplemente devolviste algo que todas las partes entendieron que harías. No te apegas tanto a los libros que sabes que tendrás que devolverlos. Léelos, disfrútalos, porque para eso están. No tienen el propósito de sostenerlos o colocarlos en las estanterías de su casa. Deben volver por donde vinieron.

Cuando le das la mano a alguien, ¿sientes que has perdido la mano? O cuando terminas de dar la mano, ¿has perdido la mano que das? ¿Qué se te puede quitar que sea tuyo?

Tu vida es indudablemente tuya. Es tuyo para siempre, como siempre lo ha sido. Tu cuerpo puede morir, pero tú no. Eso es tal imposibilidad que no vale la pena considerarlo.

Tienes la propiedad de tus pensamientos, tus acciones, tus respuestas, tu corazón, tu vida eterna. Cualquier otra cosa que creas que posees es una presunción falsa. Por eso te preocupas tanto por perderlo; sabes que no es realmente tuyo para guardarlo para siempre o incluso durante el tiempo que quieras. Sigues esperando que te quiten lo que no es tuyo.

Ahora mismo, en tu corazón, arroja a los cielos todo lo que no es realmente tuyo. En lugar de temer por ello en tu imaginación, déjalo ir ahora en tu imaginación. Ya no es necesario que te preocupes por la hora de la muerte de tu cuerpo o el estado de este mientras estés en la tierra o de cualquier otra cosa que te aferres con tanta fuerza que no sea tuya por derecho Divino.

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FUENTE: https://voyagesoflight.blogspot.com/2022/05/fears-are-like-potholes-heavenletters.html

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