Los Reinos del Sámsara en el budismo tibetano

Pedro González

Sámsara es en el budismo el ciclo constante de nacimiento y muerte impulsado por el karma que generan las tres raíces de lo malsano: la apetencia, la aversión y la ignorancia.

Este ciclo de renacimientos ocurre en seis reinos de existencia, que son los diversos niveles de realidad en los cuales un alma renace tras su muerte. Sámsara termina al alcanzar el nirvana.

Los 6 reinos del Sámsara

Los reinos del Sámsara deben ser vistos como metafóricos. Es necesario comprender que son ciclos de vida no visibles.

Según Chogyam Trungpa, los 6 reinos del Sámsara podrían ser tanto estados mentales psicológicos como reinos cosmológicos físicos.

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El estado psicológico de una persona en su vida crea la naturaleza del próximo renacimiento de acuerdo con el propio karma, el que es causado por el anhelo y la ignorancia.

Reinos superiores (buenos)

  • Manusya: el Reino de los Seres Humanos
  • Devas: el Reino de los Dioses
  • Asuras: el Reino de los Semidioses

Reinos inferiores (malvados)

  • Tiryag-Yoni: el Reino de los Animales
  • Preta: Reino de los Espíritus o Fantasmas
  • Naraka: Reino de los Seres del Infierno

Manusya, el Reino de los Seres Humanos

El Reino de los Seres Humanos es en el que viven las personas y está regido por el deseo, las dudas y la pasión. Este es el reino percibido como más apto para alcanzar el nirvana y terminar con el ciclo de nacimiento y muerte, pues cuenta con muchas posibilidades para el desarrollo.

El reino humano es un mundo mental, pero las personas suelen conocer los demás reinos y añoran vivir en uno que le ofrezca otros placeres, como el reino de los Dioses.

Asuras, el Reino de los Semidioses

Asuras es el segundo reino de Sámsara, el mundo de la batalla, de la racionalización y de los celos, ya que en este reino se vive mejor que en el humano, pero se envidia la existencia de los Devas.

El reino de los Semidioses es un mundo en el cual se vive con mentalidad de guerrero, militarizado y colmado de sospechas, así como de comparaciones.

Devas, el Reino de los Dioses

Devas se divide en 26 sub-reinos. Es el reino de la felicidad y también del orgullo. Quienes habitan en él son seres mitológicos, pero mortales, ya que la tradición budista no cree en dioses omnipotentes.

Este es un reino basado en los placeres que conducen al apego. También se basa en el ego y en el cual se vive huyendo constantemente del fracaso e intentando alcanzar el éxito, en una lucha que alterna el miedo y la esperanza. Si se encuentra el éxito, será agradable vivir en él, pero si se fracasa, esto hace que la felicidad nunca sea alcanzada.

Tiryag-Yoni, el Reino de los Animales

Este es un reino en el cual viven criaturas no humanas que viven en base a los prejuicios. Los animales sobreviven de forma más sincera que los humanos y sin embargo no tienen en cuenta ningún tipo de sutileza.

Se considera a este reino similar al reino infernal, porque los animales en los textos budistas deben son impulsados ​​por sus instintos, se aprovechan unos de otros, sufren y provocan sufrimiento.

La mentalidad animal tiende a ir hacia adelante sin importar el valor, la utilidad o las consecuencias de sus actos.

Preta, el Reino de los Fantasmas

Preta es el reino habitado por fantasmas hambrientos que no tienen la capacidad de disfrutar de los placeres de la comida y la bebida, sin importar cuánto coman y cuánto beban. Este es un mundo basado en los deseos no satisfechos y en la posesividad.

Aquí viven entes insatisfechos a los que no les alcanza ningún tipo de consumo. Son seres egoístas y acaparadores que siempre quieren más, se sienten miserables y siempre creen que algo les falta.

Naraka, el Reino de los Seres del Infierno

Los budistas creen que el infierno es un lugar de experiencias muy intensas, pero no de torturas como la visión del infierno cristiano.

El reino del infierno es el más bajo de los reinos, pero se está allí temporalmente y no por toda la eternidad. Una vez que la persona se libere de su karma, lo dejará.

Según el budismo, no hay alma inmutable que transmigra de una vida a otra como en el hinduismo. Buda tuvo grandes dificultades para explicar cómo ocurre el renacimiento después de que apareciera el concepto de “no hay yo”.

Los eruditos han afirmado que esa falta de un yo o alma no significa una falta de continuidad, pues el paso de un reino a otro ocurre de la misma forma que una vela transfiere a otra su llama de fuego.

Los budistas Theravada afirman que todo renacimiento es inmediato, mientras que el budismo tibetano cree que hay un estado intermedio (bardo) que puede durar hasta 49 días antes del renacimiento.

Visto en Triskelate, por Pedro, redactor de la Hermandad Blanca

https://triskelate.com/reino- del-samsara-budismo-tibetano

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