Margarita Tartakovsky – Por qué las relaciones saludables siempre tienen límites y cómo colocarlos en la tuya

Diana Martinez

Solemos pensar que en las relaciones románticas los límites son algo malo o simplemente innecesarios. ¿No se supone que nuestra pareja debe anticipar nuestros deseos y necesidades? ¿Acaso eso no es parte de estar enamorado? ¿Acaso los límites no son problemáticos? ¿Acaso no interfieren con el romance y la espontaneidad de una relación?

Muchos de los clientes de Ryan Howes asumen que tener límites sígnica no poseer sentimientos de amor hacia su pareja. Pero es realmente lo opuesto.

Todas las relaciones saludables tienen límites. Howes, un psicólogo clínico, define como límite a “la línea donde yo termino y alguien más comienza”. Él ve los límites en las relaciones como las fronteras alrededor de los países. Sin ninguna línea, distinguirlos se vuelve confuso: ¿Quién es el dueño del espacio? ¿Qué reglas aplican?

Cuando el límite está claramente definido y respetado, no se necesitan paredes o cercados eléctricos. Las personas pueden cruzar los límites ocasionalmente cuando hay mutuo acuerdo. No obstante, cuando el límite es violado con el fin de dañar o sacarle provecho a una situación, ahí es cuando necesitas una pared, rejas, y guardias.

En relaciones saludables, las parejas “piden permiso, toman en cuenta los sentimientos del otro, muestran gratitud y respeto hacia la opinión, perspectiva y emociones del otro”.

En relaciones menos saludables, las parejas asumen que su pareja se siente de la misma manera que ellos lo hacen. Como a mí me gusta esto, a ti también debería gustarte, por ejemplo. Howes dice que: Ellos ignoran los efectos de violar el límite de su pareja, porque “de todas formas lo superará”.

Los límites en las relaciones románticas son especialmente críticos, porque a diferencia de otras relaciones, las parejas conviven en la mayoría de los espacios íntimos del otro, incluyendo el ámbito físico, emocional y sexual. Por esto es que comunicar tus límites con claridad es la clave. Pero, ¿cómo se hace?

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Límites que no funcionan

—Los límites que suelen fallar son los que incluyen palabras como “siempre”, “nunca”, o cualquier lenguaje absoluto —dice Bridget Levy, una terapista que trabaja con parejas y el desarrollo de negocios directo. Dichos límites son usualmente irrealistas y no duran. Como por ejemplo: “Nunca puedes”, o, “siempre debes”.

Otros límites malos son los que te alejan de tu pareja, los que tienen doble moral, o traten de manipular el resultado. Como: “Si no llegas a casa a las 7 p.m. todas las noches, no tendré sexo contigo”, “Si no haces X cosa, me lastimaré”, o, “No puedes hacer X cosa, pero yo puedo hacerlo cuando quiera”.

Los límites vagos tampoco funcionan. Estos incluyen: “Gastaste demasiado dinero este mes”, o, “Recoge a los niños del colegio algunos días de la semana”.

Muchas parejas ni siquiera hablan de límites. Ellos esperan que su pareja simplemente lo sepa. Esto es injusto, afirma Howes. Por ejemplo, si quieres que tu pareja reconozca tus logros; en lugar de expresar esta necesidad, juegas el juego de “te halagaré si regresas el favor. Y si no lo haces, me molestaré”.

No solamente esto no es efectivo, sino que crea confusión y pueda dañar tu relación.

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Colocar límites saludables

Según la psicóloga Leslie Becker-Phelps, los límites saludables incluyen todo desde hablar cuando crees que estás siendo irrespetado hasta indicar que necesitas espacio para ocuparte de tus cosas.

Autoconsciencia

—El primer paso es colocar cualquier límite de autoconocimiento —asegura Howes—. Necesitas saber qué te gusta y qué no, con qué te sientes cómodo y qué te asusta, y cómo quieres que te traten en ciertas situaciones.

Ten claras tus necesidades

Luego de saber cuáles son tus necesidades, dile a tu pareja. Howes descubrió que muchas violaciones de límites provienen de malentendidos. Una de las partes tiene problemas con ciertos comportamientos, pero nunca le informa al otro. Muchas veces esto es porque nos preocupamos de que pueda iniciar una discusión. No obstante, está bien tener preferencias, y está bien que se lo digas a tu pareja. Por ejemplo, si quieres que te traten como igual en el ámbito financiero, dile a tu pareja.

Sé específico y directo

De acuerdo con Levy, lo más específico que seas al hablar sobre tus límites, mejor. Por ejemplo:

  • Quiero escuchar sobre tu día. Estaré disponible para darte toda mi atención por 10 minutos.
  • Si colocas tu ropa sucia en la cesta para las 10 de la mañana el domingo, estaré feliz de lavarla.
  • Te amo, pero no estoy dispuesta a llamar diciendo que estás enfermo porque tomaste alcohol.
  • No leas mi diario. Me siento violada cuando mi privacidad es irrespetada.

Sé claro sobre tu amor, mientras estás siendo claro sobre sus límites

Comunícale a tu pareja cuánto te preocupas por ellos. Si han cruzado un límite, menciónalo. Di que quieres que respeten tu límite y explica lo importante que es esto para ti.

Por ejemplo: Necesito que sepas que te amo y que tengo toda la intención de que esto funcione por encima de cualquier inconveniente que pueda surgir. Pero no estoy de acuerdo con que seas verbalmente abusiva cuando estás enojada. Si quieres hablar sobre lo molesta que estás porque me encontré con mi antigua novia, podemos hacerlo, pero solo si no me atacas.

Becker-Phelps también sugirió mantenerse abierto a escuchar sobre cómo el límite puesto afecta a tu pareja. Hablar sobre el tema para que ambos se sientan respetados, escuchados y cuidados.

Utilizada las frases con “Yo”

Según Levy, las frases con “Yo” te ayudan a ser dueño de tus propios sentimientos y permiten que tu pareja sienta más calma y esté menos a la defensiva. En lugar de decir: “Necesitas hacer esto…”, o, “Deberías siempre…”; emplea frases como: “Me siento…”, o, “Apreciaría si…”, o, “Me gustaría si…”.

Intenta el acercamiento “sándwich”

Esto consiste de un halago, una crítica, un halago. Comenzar con un halago evita que tu pareja se ponga a la defensiva, dice Howes. Esto los prepara para un poco de crítica, ya que se sienten conectados y lo suficientemente cómodos para aceptarlo, así que lo haces y luego cierras con otro halago.

Howes comparte este ejemplo: Amo tener sexo contigo, es una parte increíble de nuestra relación. Usualmente estoy de humor en la mañana antes del trabajo, y en la noche lo único que quiero es dormir. ¿Podemos seguir teniendo el mejor sexo en las mañanas?

Aunque no hay garantías de que esto funcione, las personas tienden a ser más receptivas a la crítica cuando primero se sienten escuchados y entendidos.

Conclusión

Finalmente, las relaciones saludables quieren parámetros claros. Por ejemplo, la mayoría de las parejas están de acuerdo con que la infidelidad es la violación de un límite. ¿Pero qué significa infidelidad? ¿Lo es el contacto físico, ir a almorzar, compartir secretos con un colega, fantasear sobre alguien, o ver pornografía?

—Cuando las parejas son claras sobre los límites de su relación, cuáles son las reglas, las metas, y las expectativas, las relaciones pueden ser estables —asegura Howes.

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Traducido por: Diana Martínez, redactora y traductora en la gran familia hermandadblanca.org

Canalizado por: Margarita Tartakovsky

Página original: https://psychcentral.com/blog/why-healthy-relationships-always-have-boundaries-how-to-set-boundaries-in-yours/?li_source=LI&li_medium=popular17

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