No somos números…..y somos únicos
La realidad es que pocas veces nos ponemos a pensar en las cifras tan comunes hoy en día y que miden todo en nuestro mundo actual, no es un hábito el cuestionarnos que está detrás de los datos ….los humanos que están detrás de los indicadores.
los humanos atrás de los indicadores….
Lo nuevo es escuchar acerca de la gestión de empresas en base a indicadores, esto no es descabellado porque es necesario en la actualidad mantener controlada la evolución de las actividades y negocios, sin embargo en el afán de controlar todo lo que acontece a nuestro alrededor hemos perdido la brújula en lo que los seres humanos somos y necesitamos.
Por ejemplo, sí leemos en algún medio de comunicación acerca de un indicador de pobreza y es de 3.0, podemos pensar que al menos no está en cero, sin embargo, si vamos más allá de la estadística y vamos a los sitios en los que se viven situaciones de pobreza extrema podemos observar de manera cruda y preocupante a adultos y niños que viven sin alimento o vestido, con enfermedades graves o en situación de calle.
Un número indica la gravedad de la situación pero no nos permite ir más allá de los acontecimientos, trascender de lo teórico a lo práctico…del número a lo humano.
el número y lo humano…….
Resultado de lo anterior en algunos países se concibe a los departamentos de recursos humanos como los menos humanos pues han reducido a números los horarios, los tiempos de esparcimiento, el número de familias, la calidad de vida pero….¿cuál es el indicador de la paz, del miedo, de la alegría o de la avaricia?. En realidad algo se nos está escapando.
En el afán de controlar todo hemos dejado de vivir y observar de manera plena y atenta, el tiempo se nos pasa persiguiendo una meta monetaria, lo demás ha dejado de importarnos porque no lo podemos medir.
Si pensamos un poco en ocasiones lo que más da alegría ó satisfacción es precisamente todo aquello que no podemos medir, instantes de claridad y de gozo interno que no podemos clasificar, que se vuelven únicos e irrepetibles.
las cosas simples que no podemos medir…..
Recordemos por ejemplo cuando fuimos niños y disfrutábamos de lo mínimo que aparecía en nuestras vidas…no teníamos el indicador de la alegría de trepar un árbol …no nos preocupábamos por anotar si estábamos contentos en un 20%, 100% o 300 %..
O si acaso la pérdida de un ser querido nos afectó un 30.7 %.. parece ilógico pero en estos tiempos sucede.
Es interesante también escuchar a personas platicando en sus teléfonos celulares como si estuvieran viendo la expresión facial de atención, de cariño o de desencanto del otro…estamos perdiendo noción de alguna manera de lo importante que es el contacto y trato humano.
más allá de nuestras limitaciones…..
Por supuesto que esto no quiere decir que no debemos medir las cosas, sino más bien , debemos tomar en cuenta que existe otra dimensión importante que es lo cualitativo, todo aquello que no se puede cuantificar pero que nos favorece, nos alimenta internamente y nos convierte en algo más que materia para viajar a nuestro interior, es aquello que nos motiva a avanzar más allá de nuestras limitaciones…así entonces podremos comprender que más allá de todo lo que creamos para acotar nuestra acción existe otra dimensión profunda que vale la pena explorar…aquella que nos hace sentir satisfechos independientemente de cómo los demás nos califiquen ó etiqueten.
Es importante recordar que entre este mundo de índices y números se encuentra también aquélla esfera de la no conceptualidad que ofrece paz y bienestar…pues aunque nos parezca difícil de creer nuestra naturaleza última es infinita, espaciosa, generosa, carente de dimensión espacial y temporal ..es amor y generosidad.
Así pues no olvidemos que aunque los avances tecnológicos y el ritmo de la vida actual nos empujen a reducir a todo lo que nos rodea a índices y números siempre existe otro espacio profundo y sanador cuyo fin último no es otro que el propiciar nuestro desarrollo interno y crecimiento personal. Sólo porque así es.
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca