Obstáculos de la convivencia, por José María Doria
Por José María Doria
¿Cuáles son los aspectos o los hábitos más insanos que bloquean la relación de pareja?
El factor por excelencia que bloquea el flujo del amor no es otro que el miedo y la desconfianza. El miedo nos impide decir la verdad y cierra las avenidas de comunicación sincera. Y la desconfianza es otro virus porque contrae el corazón y no permite la espontaneidad que precisa para rodar por una vida creativa. Tanto uno como otra impiden que se manifieste con fluidez un factor clave que supone la verdadera medicina por excelencia: la comunicación sincera.
¿Qué es el miedo que tanto nos perturba?
El miedo es la otra cara del amor. En realidad es memoria de dolor proyectada al futuro, es decir, que no es otra cosa que una idea anticipada. Se trata de recuerdos más o menos conscientes que lanzamos al futuro, y como consecuencia, generan un estado de contracción emocional y amenaza. Desde esta perspectiva, el desarrollo que libera se basa en hacer conscientes los elementos que gravitan en nuestras anticipaciones negativas, para poder elegir nuevas opciones con menos carga reactiva y de paso, elegidas y voluntarias.
El que sufre antes de lo necesario, sufre más de lo necesario.
Dependencia, enfriamiento del deseo e infidelidad, son también aspectos que obstaculizan la relación de pareja. La dependencia es un patrón y no se resuelve tan sólo por querer sentirse naranja entera. De hecho el madurar emocionalmente es el camino por el que desarrollar a la persona que a menudo arrastra sin resolver flecos de la infancia. En cuando al grado de deseo que sentimos por nuestra pareja, es un tema que poco tiene que ver con el control o la decisión de que alguien nos atraiga. En este sentido convendrá fluir por los pliegues del devenir sabiendo que debemos observar a la mente y sus fases insospechadas. Atención y discernimiento serán sin duda medidas a tener en cuenta mientras las cosas del deseo cambian.
Claves de amor y relaciones. Obstáculos de convivencia. Miedo. Desconfianza.
Y por último reconozcamos que la infidelidad duele cuando subyace traición al acuerdo y se instala la mentira en la atmósfera de la casa. En realidad para superar esta pauta se precisará de sublimación, renuncia, y en algún caso, intentos de nuevo pacto hacia relaciones abiertas.
Ante la pregunta de qué hábitos pueden ser insanos y bloquear la relación de pareja, no estaría de más citar aquellos que se manifiestan en la esfera adictiva. Hábitos tales como el consumo de sustancias psicoactivas, la economía descontrolada, la necesidad sostenida de estímulos bien sea mediante compras, seducción o escape exagerado de lo que toca. Es decir, aspectos que por no darse en la medida justa, perturban a quienes los padecen y como consecuencia al sistema de pertenencia.
Tal vez ante la presencia de tales hábitos, lo que habrá que preguntarse es la causa por la que estos nacieron y todavía perviven en nuestras vidas. Se trata entonces de descubrir a qué necesidades íntimas responden y que a su vez no hayan sido adecuadamente satisfechas. En realidad más allá de tal toma de conciencia, reconozcamos que todo aquello que desarrolle y beneficie a la persona individual, será a su vez favorable a la relación de pareja. Y desde esta perspectiva lo que conviene y vitaliza a ambas dimensiones es la sintonía con los grandes valores y la vida en coherencia. Todo aquello que vaya en dirección de la mentira, el egoísmo, la manipulación y la desconfianza, será todavía consecuencia de la ignorancia y la inconsciencia.
Y por último, como antídoto fundamental al cierre del corazón, ¿acaso puede dejarse de lado el grado de autoconsciencia que haya alcanzado cada miembro de la pareja? Pocos antídotos serán tan eficaces para superar la zona de conflicto como la práctica de la meditación y el mindfulness como desarrollo de la profundidad y la presencia.
Es por ello que el hecho de devenir progresivamente conscientes y comprender los trasfondos que subyacen tras las apariencias, posibilitará mayor complicidad y calidad de vínculo entre la pareja. En realidad, el factor “darse cuenta” y el hecho de vivir en atención sostenida, amplía el amor que tenemos al amor que somos en esencia.
