El Orgullo y la importancia personal
Sí que es difícil descubrir que en la mayoría de las ocasiones estamos sumergidos en nuestra importancia personal, y como no hacerlo si el ritmo de vida en el que estamos inmersos es aquél en el que recurrimos a presumir, envidiar, criticar y competir, lo que se conoce como el Samsara o existencia cíclica.
como peces en el agua….
No es agradable reconocer que podemos desenvolvernos como peces en el agua en un ambiente así, pero aunque no lo vemos claramente, hasta en nuestra acción más humilde existe una dosis de importancia personal.
Pero ¿Qué tiene que ver el orgullo con la importancia personal? En realidad podemos decir que son dos hermanos queridos que no pueden vivir uno sin el otro. Sin orgullo la importancia personal no tiene sentido y sin la importancia personal no hay espacio para él orgullo.
Somos orgullosos, por ejemplo, cuando vemos a las otras personas y nos sentimos física, mental y emocionalmente superiores, cuando sabemos que los otros son muy similares a nosotros y nos consideramos mejores o cuando conocemos a personas más avanzadas y nos sentimos superiores a ellos. Cualquier actitud que nos lleve a menospreciar o devaluar a los demás tiene el sello del orgullo o importancia personal.
más perdidas que ganancias….
De alguna manera podemos pensar que no existe problema en orientar nuestro desempeño alrededor del orgullo, en realidad tiene más inconvenientes de los que imaginamos y más pérdidas que ganancias.
Sostener la posición del Orgullo en nuestro desempeño diario requiere de mucha energía o Quanta como se le conoce, podemos observar que él mantener una personalidad, un punto de vista y hasta una forma de vestir nos resta energía, que podríamos utilizar en actividades más edificantes como meditar, compartir con los que nos rodean, enseñar o escuchar a nuestros colegas o amigos..de hecho podemos aprovecharla hasta para dormir bien…de manera profunda, pacífica y descansada.
lo opuesto es la generosidad y humildad…
En oriente se afirma que todas las aflicciones pueden ser trabajadas y el orgullo no es la excepción, el extremo opuesto es la generosidad y la humildad, utilizando la meditación analítica, podemos preguntarnos ¿En realidad tengo todo el conocimiento que creo?, ¿me falta algo por aprender?, ¿respeto los sentimientos de los demás?, ¿los demás se acercan a mí de manera desinteresada?, ¿Si no tuviera nada material y no presumiera de lo que tengo, los demás se acercarían a mí?…son algunas de entre muchas preguntas …la verdad es que es un poco doloroso aceptar de manera honesta las respuestas.
Es importante no perder de vista que si creamos un mundo de orgullo y pretensión, tendremos que desenvolvernos en un entorno de esa misma naturaleza, en el que la decepción y sufrimiento están a la orden del día por la simple razón de que la comunicación descansa en falsas y deshonestas expectativas.
un escape temporal….
En algunos casos se dice que el orgullo sirve para obtener lo que deseamos, pues en el miedo que significa dañar nuestra imagen y personalidad recurrimos a todos los medios posibles antes de vernos y que nos vean como fracasados…eso es sólo un escape temporal.
El orgullo también es un obstáculo en la meditación pues desde esa perspectiva se practica para ser mejores que los demás y no para crecer interiormente.
Finalmente no es un secreto que la humildad y la generosidad abren puertas y el orgullo nos las cierra…si buscamos entre nuestros recuerdos tal vez encontraremos que perdimos a un ser querido o amigo genuino por orgullo, nos daremos cuenta que es un punto de vista equivocado que nos limita y no nos permite crecer…en realidad es la raíz de muchos conflictos y dolor…el antídoto…la práctica del amor bondadoso y la ecuanimidad..que son sus saludables y edificantes opuestos…
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca