Para la libertad – lección del Maestro Beinsá Dunó
¡Sólo el camino luminoso de la Sabiduría lleva a la Verdad!
¡Ella constantemente nos regocija!
¿Qué cosa es la libertad? Cosas muy bellas se han escrito para la libertad, pero aún así la gente se moría sin libertad.
La ley de la libertad se determina por dos grandes principios. El hombre no puede adquirir libertad si no ha empezado a amar la Verdad, si no la ha adquirido. La Verdad debe ser la meta principal en la vida del ser humano, hacia ella él debe esforzarse. Si encontráis este principio en vosotros, vosotros seréis libres.
Si tú, cuando buscas la Verdad, te representas a ti mismo como meta en tu vida, ¿entonces para qué necesitas a la gente? Sin embargo, es un hecho que el hombre no vive solo para sí mismo. Cada ser humano está dispersado entre la gente que lo rodea. ¿Y qué entrelazamientos no ocurren? Millones de alambres se forman de estos entrelazamientos. Estos alambres son muy elásticos, no se rompen, sino que tan solo se entrelazan.
La realización del sentido de la vida es la Verdad. Debéis ser libres de todos los engaños. Si pensáis que todo lo podéis hacer, vosotros de nuevo os engañáis. Y si pensáis que no podéis hacer nada, de nuevo os engañáis. Vosotros decís: No hay hombre que me puede comprender. Entonces este hombre, o todavía no ha nacido, o vosotros todavía no lo habéis encontrado. Debéis encontrar vuestra alma gemela, o bien arriba en el Cielo, o bien abajo en la Tierra. En esto consiste el sentido de vuestra venida presente. Vosotros sois A, vuestra alma gemela es B. Llegaréis juntos hasta el punto C, el punto más alto de vuestra vida, y vosotros seréis libres.
Vosotros deseáis las cosas mientras no las tenéis. Una vez que las conquistáis, ya tenéis otros deseos. Por lo tanto, las cosas que buscáis deben ser eternas – fuera del tiempo y del espacio –.
Con frecuencia preguntáis: ¿Para qué son las dificultades en el mundo? – Las dificultades fortalecen al hombre. Los sufrimientos, pues, hacen que se ennoblezca. Esta es una ley.
Eso, lo que tropieza a la juventud contemporánea, es que ellos han perdido la dirección de su vida, ocurrieron muchos entrelazamientos. Cada uno de vosotros por un momento, o sea, por lo menos temporalmente, debe quedar solo para que solucione un cierto deber. Y las dificultades, estas son exactamente estos momentos, cuando nosotros quedamos solos para que solucionemos cuestiones importantes retrasadas desde tiempos inmemoriales. Así que cuando vosotros también os quedáis solos, este es el momento más importante para la solución de un cierto deber. Después de esto llegarán todos vuestros amigos. ¡Es una vergüenza que el alumno se desanime!
Vosotros debéis preferir la muerte delante de la esclavitud. Debéis ser un ejemplo de heroísmo. ¡Pero que podrían encarcelarles, que podrían pegarles! – ¡aguantad, no temáis! Quédense silenciosos y tranquilos – esto es libertad –. ¡Sin miedo! – esta regla debéis aplicar. El miedo da a luz a la mentira, y la mentira – a la hipocresía. Como alumnos todos debéis ser sin mentira, y vivir sin mentira, esto significa que vivís sin miedo. Nunca degradéis a los demás delante de sí, porque vais a degradar a vosotros mismos.
¡De todo esto que os he hablado, aplicad por lo menos una centésima parte! Entonces pasaré mas allá, entraremos en otra zona, donde trabajan las fuerzas vivientes de la naturaleza.
Vuestra conciencia debe ser tan despierta, que no causéis ningún sufrimiento a los que os rodean. ¡Esto es nobleza! Si yo soy amigo de alguien en un aspecto, debo ser su amigo en todos los aspectos. Si yo soy enemigo en un aspecto, soy enemigo en todos los aspectos. Si amo a Dios, debo amar a todos que Dios ama. ¡El alumno debe cumplir la ley Divina en absoluto! Esto escríbanlo solo con la sangre de vuestra consciencia. Esta es una página luminosa en vuestras lecciones hasta ahora.
A partir de hoy abro una nueva página.
Secreta oración.
¡Sólo el camino luminoso de la Sabiduría lleva a la Verdad!
¡Ella constantemente nos regocija!
Lección 21 de la clase oculta Juvenil, dada por el Maestro el 9 de Marzo de 1924, en Sofía.