La calidad del hombre depende de la calidad de los pensamientos y sentimientos predominantes en él… el lado externo se determina por sus pensamientos, la parte interna – por sus sentimientos –, y el mismo hombre – por sus actos –, o sea de su alma. Los actos son habitantes del alma humana.
Cuanto más obstinado y voluntarioso se vuelve el hombre, a tanto más grandes pruebas le ponen.
Como ha venido en la Tierra, el ser humano debe trabajar sobre su carácter para alisar todas las rugosidades. Si no logra esto, no puede entrar como ciudadano en el Reino de Dios. Y si entra ahí, no va a aprovechar de los bienes de los cuales los demás gozan. Él será extranjero en el Reino de Dios. Ahí no aceptan gente con cualidades negativas en su carácter.
Los pies son un símbolo del bien, y la columna vertebral – de la vida moral –. Aplicad el Bien y la moral Divina para que entréis en el orden Divino.
Decís para alguien que es ególatra. Esto está en el orden de las cosas. Lo malo es si el ególatra no sale fuera de sí mismo, pero si manifiesta el mismo amor hacia sus semejantes también, él está en el camino recto. Una de las cualidades del Amor es la prevención. El que ama puede prevenir, o sea, predecir las cosas. Esto se debe a un sentimiento interno en el ser humano.
El descontento es un acompañante inevitable en la evolución humana. Mientras vive en tiempo y espacio es imposible que el hombre sea satisfecho. Sin embargo, cuando vive fuera del tiempo y el espacio, él siempre estará contento. En estas condiciones él ya comprende el orden de las cosas y esto introduce en su alma paz y contento.
Estas dos medidas – alegría y tristeza –, deben igualarse… que se equiparen las alegrías y las tristezas, esto sobreentiende que la gente ha llegado hasta la posición de negarse de sus alegrías del tal manera, como se niega de sus tristezas y sufrimientos.
Los sufrimientos y las alegrías no representan la vida. Estas son fases de la vida, así como la Luna tiene sus fases por las cuales inevitablemente pasa. La Luna se llena y vacía al respecto de nosotros, pero esto de ninguna manera nos muestra que su naturaleza ha cambiado. Durante todas las fases ella se queda la misma.
El ser humano debe cambiar su manera de vivir si es que quiere crear carácter en sí.
Una cosa es necesaria para el ser humano – que ore sinceramente y de corazón sin esperar una respuesta rápida; que comprenda a la gente y que los estudie como una enseñanza objetiva sin esperar que ellos le comprendan; que estudie todo lo que Dios ha creado sin preguntarse por qué el mundo ha sido creado así y no de otra manera; que ame a la gente sin esperar que ellos le amen.
El descontento representa un polvo psíquico en la consciencia del hombre. El ser humano es descontento puesto que no ha desarrollado en sí lo bello, lo grande, lo Divino, hacia lo cual procura. El hombre debe trabajar con afán sobre sí mismo para que reorganice su mundo. Para esta meta él debe abrir en su consciencia una gran ventana de donde entrará más luz. Esta luz introducirá en su mente entendimientos correctos, y en su corazón – sentimientos nobles –.
Alégrense a cada cita que se os da, que podáis amar a alguien. Alégrense cuando podéis amar a alguien. Alégrense a cada uno que os ama. ¡Este es el bien en el mundo¡
Que amas y que te aman – este es el bien más grande en el mundo. Que enseñas y que te enseñen – este es el bien más grande en el mundo. Que haces el bien y que te hacen el bien – este es el bien más grande en el mundo.
Muchos hablan de la pobreza, de las enfermedades y de los sufrimientos como bienes en la vida y condiciones para el desarrollo humano, pero no los desean para sí mismos, porque no creen en ellos. ¿Qué representan los sufrimientos, las enfermedades y la pobreza? – Ellos son deberes no solucionados retrasados del pasado lejano. Cada uno les ha rechazado, no quería ocuparse con ellos. Hoy día ellos de nuevo son dados a la humanidad contemporánea para que los solucione correctamente.
¡El hombre debe sufrir! Sin sufrimientos él no es hombre. La única cosa que distingue al ser humano de los demás animales es que él sufre moralmente. Los animales sufren solo físicamente, y la gente – tanto física como moralmente –. Los sufrimientos son necesarios para el ser humano como una condición para el despertar de su consciencia. Esta es la parte bella de los sufrimientos.
Hay dos maneras de sanación: vieja y nueva. La gente actual ordinariamente se cura de la manera vieja – con medicamentos, con baños, etc. Esta manera de sanación es lenta y da resultados microscópicos. Y yo curo de esta manera… sin embargo, yo no curo a la gente de la manera nueva. ¿Por qué? Porque todavía no están listos. La nueva manera es una sanación espiritual. Si yo sano a un hombre de manera espiritual, como todavía no está listo de llevar una vida pura, él va a pecar todavía más, y con esto se va a crear dificultades más grandes en la vida. Para aquel que está listo, la curación espiritual da resultados momentáneamente. Es suficiente que se dé al enfermo una parte microscópica del elixir de la vida para que sane instantáneamente.
Cuando se dice que alguien ha muerto antes de tiempo, esto sobreentiende que no ha podido aguantar los sufrimientos… Lo importante es que el hombre solucione los deberes de su vida y que entonces parta para aquel mundo.
A cada uno que quiere suicidarse yo digo: ¿Cumpliste tu promesa que has dado en el mundo razonable antes de descender a la Tierra? ¿Cumpliste el trabajo que se te ha impuesto? ¿Cumpliste la Voluntad Divina? He aquí, has puesto tu firma que vas a cumplir un cierto trabajo en la Tierra, y ahora quieres abandonarlo y dejar el deber no terminado. A tal gente yo le llamo fugitivos. ¿Quieres tú ser fugitivo también? Si tienes buena consciencia, te quedarás en la Tierra hasta el final de tu vida para terminar tu trabajo completamente.
El que sirve a la ley externa, pasa de vida en muerte. El que sirve a la ley eterna, pasa de muerte en vida.
El mundo contemporáneo está lleno con ideas nuevas pero aún así la gente no es contenta – siempre algo les falta. ¿Qué es lo que les falta? – Amor hacia Dios ¡Amad a Dios y vosotros seréis felices y contentos! – ¿Cómo y dónde Le vamos a encontrar? – Vayan por el mundo a buscar el hombre más bueno, el más prudente y el más amante. Cuando lo encontréis, él os va a enseñar donde está Dios. Él está más cerca de Dios.
Cuando se habla de las pruebas, algunos las perciben como contradicciones, como fatalidades en la vida. Verdaderamente existe fatalidad en la vida, pero ella se esconde en el mismo ser humano… La felicidad y la desdicha en la vida se deben al guardar o al no guardar las leyes internas de la vida.
No siempre el visitar las iglesias hace al hombre reverente. Él debe orar, aplicad el Verbo Divino y entonces llegará a ser creyente, un hombre reverente. Muchos dicen que ya les pesa ser reverentes. El que es verdaderamente reverente no pesa ni a sí mismo, ni a los que le rodean. Es preferible que uno sea reverente, a que no lo sea.
Cada enseñanza que puede purificarte para que brilles, es recta. Si no puede hacer esto, quédate lejos de ella. Una enseñanza que muestra cómo deben ser tus comportamientos hacia las criaturas del mundo físico, espiritual y mental, es una enseñanza recta. Ella reconcilia a la gente con Dios y los guía hacia el Amor ilimitado del Cosmos.
Todos se quejan de alguna crisis en el mundo. Es cierto que hay crisis. Pero la crisis de ninguna manera es una desdicha.
“Si no naces de nuevo no puedes entrar en el Reino de Dios”. Nace lo humano y lo animal renace. Así que no penséis en el renacimiento, sino en el nacimiento nuevo sobre el cual habla el Cristo. “Lo que ha nacido de la carne es carne, y lo que ha nacido del Espíritu es Espíritu. “El que ha nacido del Espíritu no comete pecado y no muere. Lo que ha nacido de la carne, o sea, lo animal, peca y muere, y es por eso que debe renacer. El que ha nacido de Dios se encarna – ni nace, ni renace. Trabajad sobre vosotros mismos para que nazcáis de nuevo de Espíritu y agua, que viváis eternamente.
Dios ha puesto el inicio Divino en el hombre como parte de Sí Mismo. Para lo Divino en el ser humano vino Cristo y no para lo humano. Él quería elevar lo Divino en el hombre, sacarlo al camino recto. Y vosotros, como Cristo, debéis distinguir lo Divino de lo humano y cooperar para su manifestación.
Cristo dice para Sí Mismo: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir. Yo he venido para darles la vida, además abundantemente”. Así debéis comprender a Cristo y buscarle dentro de vosotros y no fuera de vosotros. Cuando en vuestra mente entra un pensamiento luminoso y en vuestro corazón un sentimiento superior, sabréis que Cristo os ha visitado. Por lo tanto, buscad a Cristo en los pensamientos, en los sentimientos y en los actos luminosos, y no fuera. El conocimiento y la comprensión verdadera vienen desde dentro y no desde fuera. El conocimiento está en dependencia del Amor. No podéis conocer al hombre mientras no le améis. Fuera del Amor el ser humano es infeliz.
Ya ha llegado el tiempo cuando toda la gente de todos los pueblos – de los grandes y de los más pequeños – deben acercarse con todo su respeto y humildad para aceptar la Verdad. Y que cada uno la aplique tanto como la comprende. Yo no quiero que comprendáis y apliquéis como yo lo hago, pero tanto como cada uno la comprende que la aplique – esto es lo bello. Porque vosotros con frecuencia pensáis que alguna gente no comprende la Verdad. Toda la gente comprende la Verdad.
“¡Y sin Maestro se puede!” – ¡No se puede sin Maestro! –. Él representa la fuerza espiritual en el hombre con la ayuda de la cual él hace todo. El que tiene fuerza todo lo puede hacer. El que puede hacer todo, él es fuerte. El que busca a su Maestro, el que busca a Dios – Lo encontrará dentro de sí –. Esto significa que uno tiene conexión con Dios. Si la conexión es correcta, el ser humano soluciona sus dificultades fácilmente.
Cristo vino en la Tierra envuelto en la manta del sufrimiento. Y es por eso que poco Le conocieron. La gente no podría explicarse cómo es posible que Cristo – Hijo de Dios – pueda ser expuesto a tales sufrimientos y burlas. Verdaderamente no hay hombre en el mundo – en el pasado y hoy –, que ha sufrido como Cristo. Sin embargo Sus sufrimientos fueron recompensados. No hay hombre en el mundo cuyas ideas por un espacio de solo 2000 años tengan tantos seguidores como los del Cristo.
Diréis que el pasado de alguien no es luminoso, que no se le puede ayudar. Dejad lo pasado de lado. Dios no se ocupa con el pasado de la gente, sino con su presente. La belleza de la vida concluye en los entendimientos actuales de la gente. Cristo vino a la Tierra para borrar el pasado de la gente y abrir un camino hacia lo Nuevo, hacia el Amor. Él transformará el oro en bien, el odio – en Amor.
