Pereza y esfuerzo gozoso

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Este tema es interesante, hablar de la pereza requiere de mucha honestidad de nuestra parte, pues aunque no lo aceptamos, en ocasiones, estamos realizando nuestras actividades con un profundo sentido de pereza. No es necesario tirarnos en la cama y dormir horas y horas sin estar cansados o agotados, la realidad es que podemos hacer actividades y estar realmente perezosos en la mente. Nuestro interior está perezoso.

charla sin sentido

La pereza también se manifiesta por ejemplo en las charlas sin sentido, cuando hablamos por hablar, por pasar el rato sin que le mente haga esfuerzo alguno por aportar y crecer.

En realidad la pereza mental y no sólo física es un mal de nuestros tiempos, de alguna manera nos volvemos desmotivados, desinteresados, involucrados en actividades que no requieren esfuerzo físico y menos mental, algo así como un estado zombie.

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Sin saberlo nos enganchamos porque también es muy aceptado en nuestro entorno, estamos en ocasiones rayando en la depresión, con sonrisas y satisfacciones falsas. En algunos países inclusive, con un gran nivel de desarrollo la gente se suicida aún con un buen trabajo, ingreso, propiedades y familia. Y es que ya no es raro, vivir en la superficialidad sin ocupar nuestra mente en construir para nosotros y los demás lo que nos conduce a un vacío o dolor sutil que desafortunadamente puede tener finales tristes o al menos sin significados profundos.

el antídoto es el esfuerzo gozoso

La buena noticia es que al antídoto a la pereza física y mental es el esfuerzo gozoso, esto consiste en realizar todo lo que hacemos hasta lo más pequeño con un sentido, puede ser el de aprender algo nuevo de una actividad, que la realice mejor que ayer, o la ofrezca para el beneficio de los otros, o para entender que lo que hago cuenta y es de utilidad.

una actitud de largo alcance

Al esfuerzo gozoso se le conoce como una actitud de largo alcance, y lo es porque implica romper con nuestros hábitos poco constructivos. Por ejemplo el primer paso es dar significado profundo a lo que hacemos desde lo más pequeño a lo más grande, agradecer la situación en la que nos encontramos, aprovechar que tenemos un cuerpo y mente para crecer interiormente.

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Recuerden que nadie da lo que no tiene, así que si queremos generar amor bondadoso genuino debemos encontrarlo y cultivarlo en nosotros, esto ya implica deshacernos de nuestra pereza mental y pensar en los beneficios de nuestra actividad también, practicar la atención plena y presente es también un excelente remedio pues estamos vigilantes a los momentos en los que nos vinculamos con situaciones superficiales y cuando nos relacionamos de manera productiva y constructiva.

La mente es algo así como un músculo que si no lo utilizamos se atrofia, por naturaleza es flexible y maleable pero el esfuerzo y trabajo lo debemos hacer nosotros. Cuando corremos, por ejemplo, al principio la mente comienza a decirnos es temprano, es muy cansado, no vas a poder, no tienes condición, todos aquellos pensamientos que nos llevan a la pereza física y mental, sin embargo si resistimos unos minutos la mente comienza a ceder y posiblemente no nos dice que le gusta correr pero ya no pone tanta resistencia.

voluntad sostenida

Es así con todo la mente está a nuestro servicio para bien o para mal. Así que podemos elegir mantenerla en un estado de reposo, sin movimiento y en constante deterioro o determinarnos a utilizarla al máximo para hacer de nuestra vida algo profundo, productivo y significativo. La clave es el esfuerzo gozoso con una sostenida voluntad. Abandonemos la pereza física y mental, en el fondo permanecer en ella es una forma bastante simple y triste de vivir ¿no creen??.

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AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca

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