Por los caminos de Dios. Reflexiones sobre nuestra búsqueda espiritual. El camino de la nueva era

Gran Hermandad Blanca
Artículos de opinión
Por los caminos de Dios. Reflexiones sobre nuestra búsqueda espiritual. El camino de la nueva era

Esta entrega está dedicada a ampliar la información sobre el camino de la nueva era, sobre la cual adelanté algo de ella en el primer artículo de Por los caminos de Dios. En esta oportunidad compartiré información sobre cómo avanzar en él según algunas de las creencias que en mis lecturas he encontrado y expondré los obstáculos que nos podemos encontrar en nuestro recorrido.

Aunque su origen filosófico puede remontarse a creencias esotéricas, ocultistas y religiosas antiquísimas, es a mediados del siglo veinte cuando comienza a hacerse visible este movimiento, el cual surge como una manifestación contracultural espiritual o pseudo-espiritual, como algunos la califican.

La nueva era es un movimiento cargado de sincretismos espirituales y religiosos que toma y reinterpreta elementos de diferentes creencias, cultos y religiones, en especial orientales y anteriores a las religiones monoteístas tradicionales que predominan actualmente. Así mismo toma algunos elementos de estas religiones y formalmente no se declara contrario a ellas.

El enfoque de la nueva era persigue la evolución espiritual del hombre hasta alcanzar su estado esencial divino y la unión fraternal entre los hombres, la de estos con la madre naturaleza y, finalmente, con Dios.

Dado que no tiene jerarquía, doctrinas, dogmas ni rituales definidos, no es considerado una religión. Sin embargo, comparte con algunas de ellas su creencia dualista de materia y espíritu, como elementos constituyentes del hombre, y la búsqueda de la verdad y de la unión final del elemento espiritual del hombre con El Ser Supremo. Su concepto de Dios es de naturaleza impersonal a diferencia del Dios personal de las religiones monoteístas tradicionales.

En mi opinión, la nueva era es una respuesta a la desiderata que algunos sienten en las religiones actuales y al racionalismo que impuso el desarrollo científico en el siglo XX y que continúa dominando la corriente del pensamiento actual, el cual ha desplazado el desarrollo espiritual que muchos anhelan.

En lo personal no veo este movimiento como un camino específico para la búsqueda del Señor, porque considero que es una reunión, a veces contradictoria, de seleccionados postulados de los diferentes caminos. Aún así, se hace notable la gran cantidad de personas que lo han visto como una vía para alcanzar La Divinidad, y esto me ha llevado a incluirle en esta serie de reflexiones dedicadas a explorar los caminos que transitamos en la búsqueda de Dios.

A continuación incluyo una lista de corrientes, creencias y propuestas que he identificado dentro del camino de la nueva era, la cual nos puede orientar en la decisión de si esta puede ser o no la ruta a tomar en nuestro deseado encuentro con el Ser Supremo.

Panteísmo: La totalidad del universo es el único Dios, concebido como una fuerza o energía que incluye todo lo que existe.
Monismo: Todo es una sola cosa y tiene su origen en una sola idea o sustancia de la cual proviene y con la cual se identifica, por lo que todo está conectado y nuestros pensamientos y acciones afectan al resto de la creación, lo cual exige nuestra responsabilidad al respecto.
Ecumenismo: Unión de todas las religiones.
Espiritismo: Comunicación con los espíritus de los muertos a través de un médium.
Gnosticismo: Mezcla de creencias judeo-cristianas y orientales que brindan un conocimiento intuitivo y misterioso de lo divino.
Esoterismo: Conocimientos antiguos ocultos, transmitidos directamente de maestros a sus discípulos.
Misticismo: Comunicación directa del hombre con Dios.
Ocultismo: Conocimientos y prácticas mágicas y misteriosas para penetrar y dominar los secretos de la naturaleza.
Pacifismo: Amor por la paz y promoción de la abolición de los conflictos entre naciones, en la creencia de que la humanidad evolucionará hacia un nuevo orden de paz y armonía mundial.

Creen en:

Dios como el todo y en la naturaleza como parte integrante de esta unidad.
La eternidad de Dios y el universo.
La naturaleza divina de todos los individuos.
La iluminación o despertar de la consciencia, diferente a la salvación del alma que promueven las religiones monoteístas.
La reencarnación, como ciclos de vida y muerte en cuerpos diferentes, lo que nos permite acceder a experiencias de vidas pasadas.
El karma, como el fruto de los actos que condiciona las sucesivas reencarnaciones hasta alcanzar la perfección. El karma positivo, permite avanzar hacia la unión definitiva con el todo. El karma negativo, prolonga el tiempo necesario para lograr esa unión.
Los maestros ascendidos, quienes se comunican con personas que ya han alcanzado un nivel superior de consciencia y las instruyen sobre los secretos de la creación.
La sincronización de eventos en el tiempo, como respuesta del universo a nuestras expectativas y peticiones.
La sanación a través de medicina holística y terapias alternativas como aromaterapia, musicoterapia, cristales, homeopatía, imposición de manos (Reiki), acupuntura y limpieza del aura, entre otras.

Promueven que:

Todas las religiones adoran a un mismo Dios con diferentes nombres.
Todos los caminos conducen a Dios.
No existe distinción entre el bien y el mal. Todo conduce al logro de una consciencia plena. Cada hombre crea su propia verdad.
El despertar de la conciencia nos hará descubrir nuestra divinidad.
La evolución del universo conduce al conocimiento de sí mismo y la manifestación de la autoconsciencia en todos los hombres.
La meditación es un medio para lograr el despertar de la consciencia y la iluminación que conduce a la unión definitiva con el todo.
La naturaleza de la realidad es ilusoria.
Los hombres sigan el régimen alimenticio del vegetarianismo.
La naturaleza forma parte del todo y por ello debemos desarrollar nuestra conciencia ecológica.
Las prácticas adivinatorias, el misticismo oriental y el estudio de la astrología colaboran en el desarrollo de del conocimiento del universo y la autoconsciencia.

Cómo avanzamos en el camino de la Nueva Era

Como yo lo veo, la puerta que abre el camino de la nueva era es la insatisfacción con lo que ofrecen las religiones tradicionales y, en especial, con el dogmatismo de sus doctrinas, el cual atenta contra la libertad de pensamiento y de decisión que tanto valora el hombre actual.

Es difícil definir o recomendar las etapas por las cuales debemos avanzar en este camino, porque eso va a depender de la identificación y escogencia que haga el futuro aspirante entre las tantas corrientes que se desarrollan dentro de esta ruta de crecimiento espiritual.

Una vez que se hayan seleccionado las creencias que utilizaremos en nuestra búsqueda, debemos profundizar en el conocimiento y las prácticas de cada una de ellas, hasta alcanzar el nivel de conciencia que nos hemos propuesto.

Obstáculos en el camino de la Nueva Era

El principal obstáculo que nos encontramos en este camino es la confusión que genera la mixtura de creencias que encontramos en él. Para superar este obstáculo es necesario precisar cuáles de ellas realmente compartimos y cómo ellas nos pueden llevar a nuestra meta de unión definitiva con La Divinidad. Si no superamos esa confusión, lo recomendable es buscar el camino de la meditación, que es una de las creencias más arraigadas en los seguidores de este movimiento.

Si superamos la confusión inicial y dado que este recorrido no tiene doctrinas ni dogmas que nos guíen por donde avanzar, el siguiente obstáculo que encontraremos es la duda de que ruta trazaremos para alcanzar nuestra meta. Para superar esta duda, debemos decidir cómo organizaremos nuestras creencias para seguir avanzando.