El Reino Perdido de Agharti o nuestros recuerdos del Mundo Subterráneo. Parte 2
En este artículo continuaremos analizando el mito de Agharti. Para una mejor comprensión, se recomienda la lectura previa de la primera parte.
Tradiciones de Oriente
Una de las tradiciones más primitivas y curiosas sobre el Reino de Agharti se encuentra en Oriente, donde un antiguo informe afirma que el primer hombre, Adán, provenía en realidad de un mundo subterráneo. De acuerdo con San Efrén, el hogar de Adán estuvo “en el medio de la Tierra” y sus palabras al morir fueron que “su redentor y el de su posteridad”, venía de ese lugar subterráneo.
Sigue diciendo la tradición oriental que el cuerpo de Adán fue embalsamado y luego conservado hasta que un sacerdote llamado Melquisedec, llegó del mundo subterráneo por medio de un túnel para llevárselo y enterrarlo apropiadamente en su país de origen, bajo la superficie.
Esta historia es nuevamente aludida en el Corán, que describe a Adán como un hermoso hombre “tan alto como una palmera”, mientras que el saber popular hindú dice que fue el rey de un grupo de primogénitos que se habían metido bajo tierra en el tiempo de un cataclismo y habían vuelto luego para supervisar el restablecimiento de la vida en el mundo de la superficie.
Hay varias referencias al mundo subterráneo en los textos clásicos, incluyendo el de Hanno, navegante cartaginés que realizó un viaje por la costa oeste de África hacia el año 500 antes de Cristo. En su obra “Periplous”, nos dice haber escuchado historias de habitantes subterráneos que eran superiores en inteligencia a otros hombres y “corrían más rápido que los caballos”.
Platón , el gran historiador de la Atlántida perdida, habla también de misteriosos pasadizos en el poderoso continente y en sus alrededores, “túneles tanto anchos como estrechos, en el interior de la tierra”. Menciona también a un gran gobernante “que se sienta en el centro, en el ombligo de la tierra; y es él quien interpreta la religión para toda la humanidad”. De hecho, la leyenda de la Atlántida está directamente entrelazada con la de Agharti.
Agharti en la tradición romana
El romano Gaius Plinius Secundus (Plinio) hace referencia en su “Historia Natural” a los habitantes subterráneos que originalmente habían huido tierra adentro tras la destrucción de la Atlántida. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, les concede muy poca inteligencia, pues desde el cataclismo “han caído por debajo del nivel de la civilización humana, si podemos creer lo que se dice”. Plinio cree, sin embargo, que esos trogloditas tienen escondido en sus túneles un “tesoro grande y antiguo”.
Al hablar de tesoros escondidos se atrajo, naturalmente, la atención de muchos gobernantes, y el emperador romano Nerón llegó a mandar expediciones para tratar de localizar esas riquezas ocultas. Se pensaba comúnmente que África era el lugar donde se hallaba el tesoro, para ser precisos, y en una red de pasadizos subterráneos. Durante ocho años, entre los años 60 y 68 de nuestra era en que murió, Nerón envió varios ejércitos de legionarios para encontrar esos túneles de los tesoros. Temerosos de la cólera del emperador loco, los soldados viajaron frenéticamente por África desde la costa hasta los desiertos ardientes, prefiriendo morir antes que volver con las manos vacías. Hasta que recibieron noticias de que Nerón había muerto, los restos medio enloquecidos de los ejércitos no se atrevieron a regresar a Roma. Aunque no habían encontrado ni túneles ni tesoros , ello no impidió que la leyenda de un reino subterráneo siguiera floreciendo.
Historias de Reyes Míticos
Posiblemente, el primer relato detallado de una visita real a este “submundo” aparece en la notable colección de relatos y recuerdos “De Nugis Curialiym”, reunido por el poeta e historiador galés del s XII Walter Map. Cuenta en su libro la historia de una visita del rey Herla, “uno de los más antiguos reyes británicos”, a uno de esos lugares. Muchas autoridades han sugerido que es simplemente una fantasía sobre el país de las hadas, pero la descripción es tan detallada, que parece improbable que sea inventada. Para los creyentes en Agharti, se refiere a un túnel real habitado por una raza de subterráneos.
En el relato, el rey Herla se aproxima un día a un hombre hermoso que le dice: “Soy el rey de muchos reyes y príncipes, y de innumerables personas”. El extraño invita a Herla a acompañarle en un viaje a su reino, que le dice está bajo tierra. La narración de Walter Map continúa así:
“Entraron en una cueva que había en un alto risco, y tras un intervalo de oscuridad, fueron iluminados por una luz que no parecía proceder del sol ni de la luna, sino de infinidad de lámparas, y siguieron por allí hasta la mansión del rey. Esta era tan hermosa en todo, como el palacio del Sol descrito por Nasón”
El rey Herla gozó de la hospitalidad de su anfitrión durante lo que pareció ser un breve período de tiempo, y entonces este le dejó regresar al mundo de la superficie, convenientemente cargado de dones y presentes. Fue escoltado “hasta el lugar del túnel donde empieza la oscuridad” y los dos monarcas se despidieron. Walter Map finaliza así:
“En un breve espacio de tiempo, Herla llegó una vez más a la luz del sol y a su reino, donde abordó a un viejo pastor y le preguntó noticias sobre su reina, nombrándola. El pastor le miró con asombro, y dijo: ‘Señor, apenas puedo entender lo que dice, pues usted es un bretón y yo soy un sajón; pero el nombre de esa reina nunca lo he oído, salvo porque dicen que hace mucho tiempo hubo una reina de ese nombre sobre los britanos muy antiguos, que era la esposa del rey Herla; y él, dice la vieja historia, desapareció en este mismo risco y nunca se le volvió a ver sobre la tierra, y han pasado ahora doscientos años desde que los sajones tomaron posesión de este reino y expulsaron a los viejos habitantes’. Y ante sus palabras, el rey, que pensaba que solo había estado allí tres días, apenas pudo ocultar su asombro”.
Otro rey legendario que está asociado con Agharti es Preste Juan, quien en el siglo XII se decía “reinó con esplendor en alguna parte del oscuro Oriente” de acuerdo con Sabine Baring-Gould en su “Curious myths of the Middles Ages (1894)”. Aunque algunas historias afirman que Preste Juan era un poderoso emperador cristiano que dominaba gran parte del Asia central, todos los intentos que, para contactar con él, hicieron los reyes y sacerdotes cristianos de Europa resultaron vanos. A pesar de ello, maravillosos relatos sobre su reinado, sus poderes y sus riquezas, recorrían toda Europa, y durante un tiempo circuló una carta que se afirmaba había sido escrita por el propio poderoso gobernante.
Aunque más tarde se demostró que era falsa, contenía una extraña frase que ha centrado la atención de los estudiosos del mito.
En ella dice Preste Juan: “Cerca de los bosques, entre áridas montañas, hay un mundo subterráneo al que solo por azar se puede llegar, pues la tierra se abre solo ocasionalmente, y aquel que descienda debe hacerlo con precipitación, antes de que la tierra se cierre de nuevo”.
Esta afirmación, más la de que Preste Juan era “el señor de los señores, sobrepasando a todos los que están bajo el cielo en virtud, poder y riquezas”, ha dado lugar a la creencia de que era realmente el aclamado “Rey del Mundo” de Agharti.
La creencia en este Rey mítico, y su relación con otros mitos espirituales como Shamballa o el Valhalla nórdico, serán fruto de investigación en los artículos sucesivos.
Espero que hayáis disfrutado de la lectura y que el conocimiento guíe vuestro camino.
AUTORA: Eva Villa, redactora y traductora en la gran familia de hermandadblanca.org
FUENTE; “El Mundo Perdido de Agharti” de Alec McClellan