Renacer en nuestro Jardín (por Penélope, desde Chile)

Hola hermanos. mi nombre es Penélope Vásquez soy una enfermera chilena que vive en la ciudad de Cauquenes en la Séptima Región.

Después de muchos años volví a mi ciudad natal en un proceso de sanación y renacer personal, nunca pensé que este estaría ligado al renacer de la ciudad donde nací, yo tengo tres hijos con los cuales no me encontraba el día del terremoto, estaba sola en el departamento en el tercer piso, ellos estaban con su padre en una ciudad cercana a Cauquenes.

Ese momento fue interminable una noche muy larga los ruidos de las alarmas de los vehículos al ser aplastados, la sirenas de ambulancias y bomberos yo sentada en el portal de mi dormitorio sintiendo las interminables replicas me sentía segura ahí en donde la compañía de mi ángel me daba paz y la tranquilidad que mis hijos estaban bien.

A esa altura no había luz, agua ni comunicaciones . Al amanecer de ese día salí de mi hogar el cual se mantuvo en pie, me encontré con mi arrendador quien aterrado y atónito me contó su experiencia arrancando de la ciudad de Pelluhue (zona del Tsunami) como eran filas interminables de vehículos y la desesperación de las personas y los socavones (hundimientos) en el camino.

Mi idea era presentarme en mi trabajo y lograr saber algo de mis hijos, ese trayecto me llevó a cruzar a pie la ciudad y ver como el puente que conecta dos sectores de esta ciudad estaba totalmente dañado, era una multitud de personas con rostros de impacto, preocupación, dolor e incertidumbre. Algunos íbamos a presentarnos en nuestros trabajos otros en busca de familiares. Yo llegué a mi trabajo en donde nos organizamos para ayudar, después me contacté con los niños por celular y ellos estaban bien. En ese momento sentí la necesidad de estar acá y al día siguiente conseguí un vehículo y los fui a ver a San Javier. Al ver que su situación era mejor que la nuestra ya que los servicios básicos estaban más repuestos, se quedaron allá y yo me vine para ayudar en mi trabajo.

Al pasar los días y después de ver tanta destrucción me di cuenta que mi vida continuaba siendo la misma que antes del terremoto, que en lo personal yo había tenido un año antes una situación similar de pérdidas, angustia e inseguridades y que había logrado cruzar el rió y pararme, lo que fue la preparación para este momento.

Mi país, mi pueblo, tiene garra. Somos como el ave fénix que renace de las cenizas, la ciudad esta muy destruida, casas cuyas fachadas eran hermosas y que daban la sensación de ser muy firmes , nos dejaron al descubierto cuanto nos pintamos por fuera y no vemos nuestra verdadera esencia. Hemos hablado muchas veces de fe y ahora se nos ha medido, se nos ha hecho despertar a lo que pensamos y decimos , la solidaridad es algo que ha aflorado y estoy muy agradecida de las personas que de uno u otro modo nos han acompañado, que han hecho de mi ciudad un lugar entretenido, es así como la plaza de mi ciudad se transformó en el corazón desde donde he visto emanar música, juegos de lotería y dinámicas infantiles, ayuda psicológica, el poder de la oración a través de las diferentes religiones realizando sus ceremonias. Hemos almorzado y servido.. mis hijos incluso estuvieron aprendiendo hacer malabares, … malabares con pelotas.

Desconocía la riqueza cultural de mi tierra y este evento sacó al exterior lo mejor de nosotros lo que permanece y que nadie nos puede quitar, nuestros talentos y dones, el terremoto nos mostró que somos todos valiosos que nos necesitamos unos a otros, que lo que tú eres se complementa con lo que yo soy para formar un hermoso jardín. Que así puede ser más entretenido.

Este terremoto y la campaña de vacunación me han permitido también ver mas allá de la ciudad, conocer aquellos que no han disfrutado de lo que les había contado antes. El campesino, aquel que estaba lejos y solo, aquí también he visto garra para pararse, de seguir adelante y ya que el universo nos ha cuidado y nos ha dado el tiempo necesario para despertar del sueño, reaccionar y pararnos antes que lleguen las lluvias, ellos ya han logrado poner un techo donde cobijarse. Hay mucha creatividad, solidaridad y humildad en el ambiente. Están aquellos que con lo que les quedó algo han levantado, otros han recibido ayuda del amigo vecino, y otros han usado el lugar donde dormían los animales para cobijarse (esto me recordó al nacimiento de Jesús), por favor hermanos esto es en realidad una experiencia enriquecedora que deseaba compartir .

Gracias a todos aquellos que en sus oraciones hemos estado, gracias hermanos de luz que de todas partes nos han acompañado y nos están ayudando con sus talentos.

Eternamente Agradecida

Penélope