¡Sé positivo!
Cada día la vida nos guarda una sorpresa. Buena, mala. Depende del lugar por el que pase ese hilo conductor que lleva nuestras vidas desde que nacemos hasta que el hilo decide romperse. Las cosas pasarán, queramos o no. Procuramos tener cuidado con todo, y lo deseamos para todos los nuestros. Pero un día, ese que menos esperamos, podemos salir a la calle, tropezar en nuestra puerta, y abrirnos la crisma. O ese mismo día, podemos salir a la calle, y toparnos con la persona de nuestra vida. Quién sabe.
Si bien es verdad que todo lo exógeno a nosotros puede tornarse incontrolable, sí podemos llegar a controlar nuestras emociones, nuestros sentimientos, y nuestra forma de ver la vida. No sabemos si hoy nos abriremos la cabeza contra un bordillo, o nos enamoraremos. Pero si podemos salir a calle pensando que nos vamos a enamorar. Ahí radica nuestra fuerza y el poder de nuestra mente. Es imposible predecir el futuro, puesto que a simple vista, nada parece sistemático en nuestras vidas, ni puede darnos pistas sobre lo que pasará en el largo plazo.
Pero sin duda, si creemos que vamos a ser unos triunfadores en nuestro trabajo, es mucho más probable que lo seamos que si pensamos lo contrario. Y esto es algo bien sabido por casi todos, pero que casi nadie aplica de forma consciente y racionalizada. Es más, la mentalidad que predomina es la de pensar que las cosas saldrán mal, como si eso fuera una especie de talismán protector contra la mala suerte. Creemos que pensando negativamente, las cosas se tornarán después positivas. Jugamos con el «espejismo de las expectativas».
Si pienso que voy a suspender y obtengo un cinco, seré la persona más feliz del mundo. Si creo que voy a sacar un notable y obtengo un cinco, seré más bien infeliz. Pero la realidad de este ejemplo, es que tienes un cinco. Con unas expectativas u otras. Pero hasta que no ves esa nota en el tablón, has estado «sufriendo», pensando que probablemente suspendas, compensado de alguna manera por esa esperanza subyacente a toda posibilidad de fracaso.
Este es un ejemplo un tanto simple, pero que por su proximidad con mi vida diaria más reciente y de mi entorno, creo que muestra lo que quiero decir. ¿Por qué no pensamos que vamos a aprobar? ¿Miedo? ¿Miedo al fracaso, a la realidad? Si seguimos lo que decía antes, este miedo es absurdo. Pues nuestro futuro siempre va a guardar un grado u otro de incertidumbre insalvable, que va a estar ahí, sí o sí. Podemos enfrentarnos a ella con miedo, o con positividad.
El miedo nos hace inseguros, nos coarta, y aliena la libertad de la mente, y por tanto, de las personas. El miedo es algo natural, es esa alarma que nos dice, cuidado, algo va a a pasar. ¿Pero qué va a pasar? Sólo hay dos opciones, a grandes rasgos. Algo que sentimos como bueno, o algo malo. Probablemente en una probabilidad del cincuenta por ciento. ¿Tiene sentido entonces el miedo? ¿Acaso no podemos convertir nuestras ideas miedosas, nuestros temores, en ideas esperanzadoras, positivas, y más enriquecedoras para el comportamiento y bienestar de nuestra persona?
Beneficios de ser positivo
Se ha demostrado que las personas con una mente positiva viven más años y mejor que las personas que llamaríamos «cenizas», o negativas. Es decir, una mente positiva hace a nuestro hilo más fuerte y duradero. Podemos levantarnos por la mañana y pensar: «vaya…está nublado, hoy seguro que llueve, menudo día, seguro que hay atascos, no llegaré al trabajo, mi jefe la tomará conmigo, no me dará tiempo a terminar todo lo que tengo que hacer…que es demasiado…vaya mierda de día se presenta.»
O: «vaya…día de nubes…es invierno y es lo que toca…será uno de esos días acogedores de estar en casa o calentito en el trabajo. Cogeré el coche, saldré un poco antes y evitaré atascos, así podré terminar el trabajo que tengo, que es bastante, pero seguro que hoy termino con todo. Y esta noche…película en el sofá con la lluvia tras los cristales como fondo. Estupendo.»
Son dos alternativas cualquiera. Una te hace ir con cara de póquer al trabajo, que predispone negativamente para entablar relaciones con tus compañeros y familia, y la otra, te hace sonreír, lo que activa en el cerebro sustancias que favorecen ese estado, y te predispone para pasar un día corriente, pero agradable y positivo.
Una realidad del día a día es que las personas positivas se relacionan mejor y tienen más amigos y conocidos, pues son un polo atractor, derrochan y desprender energía positiva, buenas vibraciones. Sabes que si te acercas a ellos tendrás buenas sensaciones, y eso es algo que nos gusta a todos. Sabes que pasarás momentos divertidos, y lo más probable es que se te contagie ese estado de positividad que tanto se necesita hoy en día.
Cuando vemos sonreír a una persona que no conocemos, nos «cae mejor» que otra que está a su lado, seria e inmutable, y que tampoco conocemos. Esto no quiere decir que tengamos que ir por la calle riéndonos como posesos, pero un semblante con ademán de sonrisa y gracioso, transmite un interior satisfecho, divertido, y por tanto, atractivo.
Ser positivo es casi sinónimo de ser feliz. Dejemos a un lado el miedo a ver el vaso medio lleno. Vivamos cada momento como algo fascinante, y único. Disfrutemos del poder del ahora, pensemos de un modo constructivo. De un modo que nos aporte alegrías, esperanzas, sueños, ilusiones, felicidad.
¡Sé positivo/a! 🙂
Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/%C2%A1s%C3%A9-positivo
Exelente! para arrancar cada dia de nuestras vidas!!! celebremos la VIDA siendo Positivo…Gracias!