SHASTA, EL MONTE MÁGICO – Aurelia L. Jones

Joselin Narea

«El Monte Shasta es un lugar muy especial y es mucho más que una montaña. Es uno de los lugares más sagrados de este planeta.»

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El Monte Shasta es la montaña más majestuosa ubicada en la extremidad Norte de la hilera de montañas de Sierra Nevada en el distrito de Siskiyou, al Norte de California, a unos 53 kilómetros del límite con Oregón.

El Monte Shasta es el cono de un volcán extinguido que se eleva a una altura de más de 4316 metros por encima del nivel del mar y es el pico volcánico más grande de la parte continental de los Estados Unidos. Este Monte puede ser considerado como una incorporación del Gran Sol Central.

El Monte Shasta es, cuando menos, un lugar muy especial, y es mucho más que una montaña. Es uno de los lugares más sagrados de este planeta, una fuente mística de poder para esta Tierra. Es un centro de ángeles, espíritus guías, naves espaciales, maestros del Reino de la Luz y el hogar de los sobrevivientes de antiguas civilizaciones como Lemuria.

Para quienes tienen capacidades de clarividencia, el Monte Shasta está envuelto por una pirámide etérica púrpura gigante, cuya cúspide se eleva más allá del planeta, al espacio, y nos conecta intergalácticamente con la Confederación de Planetas correspondiente a este sector de la Galaxia de la Vía Láctea.

Esta pirámide asombrosa también incluye una versión invertida de si misma, que llega muy abajo, hasta el centro mismo de la Tierra. El Monte Shasta representa el punto de entrada de las Rejillas de Luz de este planeta, donde la mayor parte de la energía viene primero desde el centro galáctico y common antes de ser diseminada hacia otras montañas y hacia el resto de las rejillas.

La mayor parte de las cimas de montañas, especialmente las altas montañas, son Faros de Luz, que alimentan las rejillas de este planeta.

Extrañas luces y sonidos se ven y escuchan a menudo en la montaña. Nubes lenticulares, sombras y puestas de sol destacables se incluyen en su aura mística. Hay muchos túneles que llegan lejos, en el inside de esta majestuosa montaña.

El Monte Shasta también es el hogar hasta hoy, de los Lemurianos, sobrevivientes del hundimiento del continente de Lemuria hace más de 12.000 años. Sí, nuestros hermanos y hermanas lemurianos son reales, ellos están bien y físicamente vivos, habitando en la ciudad subterránea de Telos, bajo del Monte Shasta.

Antes del hundimiento, totalmente conscientes del destino ultimate de su amado continente, los antiguos Lemurianos, usando su maestría sobre la energía, los cristales, los sonidos y vibraciones, excavaron hasta crear una enorme ciudad bajo la Tierra, con la intención de preservar su cultura, sus tesoros y sus registros de la antigua historia del planeta, historia que la Humanidad ha perdido desde el hundimiento de la Atlántida.

Lemuria fue una vez un vasto continente, mayor que Norte América, conectado a parte de los estados actuales de California, Oregon, Nevada y Washington. Este enorme continente desapareció una noche dentro del Océano Pacífico hace más de 12.000 años, durante un inmenso cataclismo.

Todos los habitantes de la Tierra en ese tiempo consideraban a Lemuria su Madre Tierra y hubo mucho dolor por lo que ocurrió. Alrededor de 25.000 lemurianos de aquella época pudieron emigrar hacia el inside de la montaña y trasladar el más importante de sus distintos centros administrativos, antes de que se produjera el hundimiento de su madre patria. Y amados, vosotros, que estáis leyendo estos escritos, sabéis en vuestro corazón, que ellos jamás partieron. Ellos están aún aquí, en cuerpos tangibles, físicos inmortalizados, totalmente ilimitados, viviendo la vida en un paraíso de quinta dimensión.

Los indígenas norteamericanos creían que el Monte Shasta period de tan inmensa grandeza que su existencia solamente podía ser atribuida a la creación de un “Gran Espíritu”.

También creían que una raza invisible de pequeñas personas, como de 1,2 metros de alto, vivían en sus laderas como Guardianes. Se referían a estas personas maravillosas como “las pequeñas personas del Monte Shasta” y aunque son una especie como física, resultan generalmente invisibles para nosotros. Algunas de ellas ocasionalmente son vistas con los ojos físicos alrededor de la montaña.

La razón por la cual no se muestran físicamente a mucha gente es porque tienen temor colectivo de los humanos. Una vez, cuando eran tan físicas y visibles como lo somos nosotros y no podían volverse invisibles a voluntad, los humanos les dañaron. Se volvieron tan temerosas de los humanos que, colectivamente pidieron a la jerarquía espiritual de este planeta la dispensación de elevar su frecuencia, de modo que pudieran volverse invisibles a voluntad para poder continuar su evolución sin ser dañadas y en paz.

Hay también informes sobre una raza de “Pies Grandes” o Yetis que ha sido vista en ciertas áreas remotas del Monte Shasta, junto con muchos otros seres misteriosos.

Hay muy pocos seres de la raza Pies Grandes en todo el mundo y alrededor del Monte Shasta.

Tienen una inteligencia promedio y poseen un corazón pacífico. Ellos también han logrado la dispensación de poder volverse invisibles a voluntad para evitar confrontarse con nosotros y así, como la gente pequeña, evitar ser dañados, mutilados y usados como raza esclava.

Todavía no hemos comprendido suficientemente bien como especie, que somos huéspedes en este planeta.

Somos huéspedes de nuestra graciosa Madre Tierra quien se ha ofrecido como voluntaria para proporcionar una plataforma de evolución a muchos reinos que ella ha elegido para permitirles evolucionar aquí. Los humanos son solamente uno de esos reinos. Al comienzo la intención y el acuerdo fue siempre que todos los reinos serían honrados, y se les permitiría compartir este planeta “por igual”. Y así fue, por un largo tiempo al comienzo.

Pero por cientos de miles de años los humanos han vivido, pensando arrogantemente, que ellos son una raza remarkable, y que tienen el derecho a controlar y manipular a los otros reinos que parecen ser más vulnerables que ellos. Muchas de las especies del reino animal también se han vuelto invisibles. Todavía están aquí, pero en una frecuencia ligeramente exceptional y por lo tanto a nosotros nos resultan invisibles.

¿Adónde creéis vosotros que se fueron todas esas especies “extintas”? Muchas de ellas están extintas porque colectivamente decidieron no interactuar con nosotros nunca más. Esas especies del reino animal que aún están aquí, físicamente, con nosotros, no siempre son amadas y honradas por los humanos. Entrad dentro de vuestro corazón y explorad cómo es tratada la mayor parte de los animales, como son usados y abusados por la supuesta “raza superior”.

Hoy, muchos grupos espirituales circundan el área del Monte Shasta. Muchos buscadores de la verdad que han sentido y escuchado en su corazón el “llamado de la Montaña”, se han trasladado a esta área donde sienten que finalmente han “vuelto al Hogar”.

La empañada memoria de su muy distante linaje lemuriano, los está llamando de nuevo a su antiguo punto de origen.

AURELIA L. JONES

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