“Soltar amarres”: el secreto de vivir sin resistencias
¿Quieres ser libre, libre de verdad? La libertad es una conquista que te lleva directo a la felicidad. Es un modo de vivir que puedes aprender. Es una apuesta personal, un compromiso que, sostenido en el tiempo, hará que salga a flote la persona magnífica que realmente eres. Sin poses, sin caretas, sin apegos, sin dependencias, sin un lastre más que te retenga. Sin nada que te impida llegar ahí donde tanto deseas llegar.
Vamos a enseñarte libertad. Esto se llama ‘SOLTAR AMARRES’. Sólo los barcos que parten seguros de puerto enfrentan grandes travesías.
Viajamos de la mano de Anna Mascaró.
¿Te enrolas con nosotros en este barco tan apasionante como libre?
– 121SB.COM: Anna, ¿por qué SOLTAR AMARRES?
– ANNA MASCARÓ: Porque soltando, dejando ir (que es una habilidad natural) abandonamos mucha presión interna; es como dejar caer el peso de la mochila que llevamos, y esta liberación va acompañada de gran alivio y ligereza. Frecuentemente, nos hemos aferrado al bienestar afectivo, económico y laboral, entre otros, y este apego desmedido se ha convertido en nuestra prisión. Cuando dejamos los apegos, somos libres. Es cuando podemos disfrutar de algo, pero no lo necesitamos para nuestra felicidad. Así vamos disminuyendo la dependencia de todo y todos, y podemos permanecer en este estado de libertad. Dejar ir tiene mucho más poder que defenderse o aferrarse. Saber abandonar lo que ya no tiene razón de ser para ir al encuentro de lo que viene.
Sólo el río que se vacía en el océano puede seguir llenándose, decía Lao-Tsé. Soltemos lastres, así estaremos disponibles para recibir el mayor bien ilimitado y sin condiciones. Tirar lo viejo para hacer espacio a lo nuevo. Una taza sólo sirve cuando está vacía. Para poder recibir diamantes, antes debemos soltar las piedras que ocupan su espacio. Hacer la limpieza que sí efectuamos en los espacios físicos donde vivimos, y hacerla en nuestro interior.
Nos hemos complicado y, para cambiar, hemos de dejar ir.
– 121SB.COM: Fácil de comprender, sí. Pero si lo entendiéramos a la perfección no tendríamos tantas cosas que soltar como parece que tenemos. En algún momento ya lo habríamos hecho…
– ANNA MASCARÓ: En el taller “SOLTAR AMARRES” experimentamos cómo dejar ir lo que entorpece nuestro bienestar. Un proceso simple, poderoso y efectivo, que podemos utilizar en cualquier momento y lugar. Para poder fluir hemos de soltar, abrir nuestras manos y dejar ir la arena que reteníamos, sentir cómo se desliza al abrir nuestros dedos, a su propio ritmo, esto es liberación.
Pero hay algunos motivos que nos dificultan el proceso de ‘dejar ir’:
* el miedo al cambio
* perder algo que nos proporciona placer
* el deseo de control
* la resistencia del ego
* el deseo de aprobación
Hasta que no hayamos reconocido y observado estos sentimientos no podremos soltarlos. Y a veces aceptar este reconocimiento es lo más dificultoso. No resistir la resistencia. Tenemos miedo de estos sentimientos y continúan acumulándose hasta que poseamos un mecanismo consciente con el que manejarlos. Tiene gran valor saber que podemos entregarlo todo en cualquier momento, lugar, en un instante, y que podemos hacerlo continuamente y sin esfuerzo.
– 121SB.COM: Háblanos de esos ‘amarres inconscientes’ que negamos y que pueden ser los que más nos atan
– ANNA MASCARÓ: Cualquier emoción que nos llegue a la conciencia y que no soltemos se almacenará en el inconsciente y como, en general, somos unos ‘analfabetos emocionales’, este almacén se va llenando. Lo mismo ocurre con las creencias limitantes, que son obstáculos que nos bloquean e incapacitan para encontrar alternativas y recursos.
Cuando somos conscientes de nuestros sentimientos inferiores como el resentimiento, la culpa, el sufrimiento, el orgullo y el miedo, y de nuestras creencias limitadoras (los cambios son dolorosos, todo lo que vale se hace con mucho sacrificio, soy víctima de las circunstancias, si no hago lo que los demás quieren me van a dejar de querer… entre otras muchas) podemos elegir deshacernos, liberarnos de todas estas ataduras, cargas emocionales y, así, obtener un nuevo estado de conciencia donde la abundancia sea fácil. Donde nosotros permitamos, en lugar de obstaculizar, que lo bueno suceda, y sin esfuerzo.
La prosperidad es una actitud. Alegrémonos de poder observar nuestras creencias y transformar las que no nos son útiles. ¡Dejemos de estar tan dormidos y vivir con programas del pasado! Si no sacamos lo que nos corroe, enfermamos.
– 121SB.COM: Sinceramente, Anna, ¿es difícil soltar amarres?
– ANNA MASCARÓ: A nuestro ego a veces le cuesta tomar la decisión de soltar pero, una vez tomada, y sabiendo el cómo, el camino está recorrido si pasamos a la ACCIÓN. Me gusta recordar una fórmula que a mi me ha servido mucho: intención + acción = evolución.
Evolucionar es cambiar, y en la acción nos transformamos.
No podemos elegir lo que nos ocurre, pero sí cómo lo vivimos, y soltar es un mecanismo que nos ahorra mucho tiempo de sufrimiento para acceder de modo rápido a vivir con tranquilidad emocional, estar en paz. Si nos creemos que es difícil, así será, y seremos nosotros mismos quienes coloquemos piedras en el trayecto. Lo más importante es que estemos dispuestos a vivir de forma extraordinaria, y más ligeros de equipaje. No conozco a nadie que no se sienta mejor después de liberar lo que le pesa tanto.
Dejar ir es un acto de amor, de compromiso, y de responsabilidad con nuestra vida. Cuanto menos víctimas seamos de lo que nos sucede, más libres seremos Y nuestro futuro nos lo agradecerá.
El principal requisito para este viaje es la voluntad de soltar el apego a la actual experiencia de vida.
– 121SB.COM: Te gusta contar cuentos porque, dices, hacen dormir a los niños y despiertan a los adultos. ¿Nos regalas uno?
– ANNA MASCARÓ: Y tanto, el de “Dos monjes y una mujer”
Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo. Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla. El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro: Eso estaba prohibido; un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros. Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo: -Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto-. “¿De qué estás hablando?” (le dijo el otro) -¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros (dijo el que estaba enojado). El otro monje se rió y luego respondió: “Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás, y tú todavía la estás cargando”
Podríamos preguntarnos:
Y yo… ¿qué cargo? A veces cargamos con el pasado, la culpa, el resentimiento, etc. Cargamos con tantas cosas, tan grandes y pesadas, que caminamos encorvados, dejando de ver todo lo que hay a nuestro alrededor. Todos podemos tener una vida mejor. Liberémonos de las cadenas que nos mantienen atrapados. Aprendamos a soltar, a dejar ir
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