Tres actitudes que te darán éxito en el trabajo
Existen estereotipos laborales que es mejor modificar para lograr el éxito y hacer más eficiente nuestro desempeño.
Muchos de nosotros creemos que las actividades laborales siempre están sujetas al dominio y estilo de los jefes o líderes de las empresas. Pero las sociedades actuales han descubierto que la sumisión y la apatía ante los retos no nos ayuda a generar trabajo de calidad.
Aunque por lo general siempre tenemos un jefe, nuestro desempeño no debe verse limitado a sus indicaciones. Si adoptamos actitudes positivas y somos conscientes de que nuestro trabajo es tan valioso como el de cualquiera, accederemos al éxito laboral.
Detectar un problema no es suficiente.
Para exponer al jefe un problema o conflicto, debemos tomar una actitud proactiva ante el hecho. Definitivamente, encontrarás una mejor respuesta ante el problema si se lo presentas a tu jefe junto con una o dos posibles soluciones.
A nadie la gusta escuchar que tal cosa no se puede hacer. Pero las cosas cambian cuando te avisan que hay un inconveniente y al mismo tiempo te enteras de que tiene solución.
Si te acercarás a tu jefe para decirle que algo no va a salir según lo planeado, hazlo sólo tras evaluar un par de soluciones y preséntale problema y solución al unísono. La proactividad es altamente valorada en el mundo laboral.
Si vas a notificar, por ejemplo, que el ponente que invitaron a su seminario acaba de cancelar su asistencia, lleva a la mano los datos de dos o tres personas más, para que tu jefe decida a cuál llamar para reemplazar al conferencista original.
Incluso los grandes genios de los negocios, necesitan de un equipo de trabajo para concretar los proyectos.
Es muy importante que evites adjudicarte un logro a título personal. Cuando tengas que presentar un reporte de resultados, siempre destaca el esfuerzo del trabajo en equipo. Acostúmbrate a usar la palabra “nosotros” en lugar de “yo”. Tus resultados serán siempre mejores si te apoyas en tus compañeros para diseñar las soluciones más eficientes.
Para cualquier jefe o líder, es mucho más grato escuchar: “Corregimos las fallas del departamento de almacén y encontramos la manera de que el registro de inventarios ya no presentara confusiones”; el lugar de “Giré un par de indicaciones al personal y gracias a mí pueden ahora trabajar con eficiencia”.
Asumirse como parte de un equipo laboral, habla de nuestro compromiso con la empresa y su desempeño. Y eso le habla bien a nuestros jefes de nuestra actitud, generando una imagen de unidad.
Reconocer nuestras limitaciones, sin pretensiones de falsos conocimientos, es honestidad.
A todos nos ha sucedido que el jefe nos comenta o cuestiona sobre un tema del que no tenemos conocimiento. Lo correcto es reconocer con franqueza que no contamos con esa información. De esa manera, estaremos demostrando sin pretensiones falsas, que no todo lo sabemos.
Aunado a esto, está la actitud de tener la iniciativa de aprender o investigar sobre aquello que no supimos responder. Por ejemplo, si tu jefe te pregunta tu opinión sobre el más reciente libro de un afamado economista, y tú ni lo conoces, simplemente acéptalo. Pero también dedica tiempo a averiguar un poco sobre la biografía del autor, lee el libro que mencionó tu jefe y uno o dos libros más del mismo economista.
La próxima vez que se presente la oportunidad, tu jefe verá con agrado que no te conformaste con ignorar el tema, y que en su lugar te tomaste el tiempo de buscar esa información y que incluso la ampliaste.
La vida tiene como sustancia la actitud con la que la enfrentes a diario. En el mundo laboral, te aseguramos que aplicar estos simples consejos te traerán grandes beneficios y satisfactores.
AUTOR: Kikio, redactora en la gran familia de hermandadblanca.org
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