WingMakers (Creadores de Alas): Vivir desde el Corazón
Vivir Desde El Corazón
Introducción
Si fueras a trazar las trayectorias evolutivas de los últimos 2000 años para la tecnología, la ciencia, la economía, la medicina, y para la mayoría de cualquier otra categoría del esfuerzo humano, observarías líneas indicativas elevándose como cohetes, particularmente en los últimos 100 años. Solamente en éstas categorías relacionadas con la emoción humana observarías líneas horizontales, y, en algunos casos, degeneración.
Está claro que en una escala intelectual, tecnológica y monetaria nuestro progreso se ha desarrollado dramáticamente, pero cómo manejamos nuestras emociones, y lo que es más importante, cómo las orquestamos para realzar nuestro entendimiento de la vida y de la percepción intuitiva ha cambiado muy poco desde el amanecer de la civilización.
Con todo y eso, cuando lo consideras, nuestra habilidad para vivir desde el corazón y coordinar nuestras emociones es un componente clave para una vida buena —y no solo para nosotros mismos, sino para nuestro círculo familiar y de amigos, para la comunidad, y para todo el planeta. Eso hace posible ajustarnos más fácilmente a las desafiantes curvaturas que constituyen invariablemente nuestro viaje a través de la vida. Nos permite que funcionemos desde una base de estabilidad comparativa en vez de las tierras movedizas de los dramas de la vida que drenan nuestra vitalidad innata espiritual.
SECCIÓN 1: Las Seis Virtudes del Corazón
El corazón energético se compone de seis formas primarias de expresión. Agradecimiento, Compasión, Perdón, Humildad, Entendimiento y Valor1. Entrelazados juntos, estos seis comportamientos constituyen la esencia del corazón energético y, cuando es expresada en nuestra vida diaria, le hace posible al corazón energético su función como un portal a nuestro ser más íntimo o alma. (Ver el diagrama siguiente).
Independientemente de la importancia que le demos a nuestro intelecto o capacidad mental, es meramente una forma de inteligencia, y aunque tiene un lugar importante dentro de nuestro mundo, sin duda alguna, no es la inteligencia primordial de nuestro Ser. Nuestra inteligencia primordial es fortalecida a través de nuestra maestría emocional y de nuestra habilidad para conducir nuestra vida desde la plataforma de las seis virtudes del corazón, lo que a su vez nos une a los reinos iluminados de nuestra intuición, la cual es nuestra conexión coherente al campo universal de la información, denominado por los físicos como el vacío cuántico.
Hay un refrán dentro de la Orden de Enseñanza Lyricus: “Lo que uno puede expresar a través de su corazón es oro ante el hierro que expresaría con la mente”. El oro, en este caso, es la capacidad de expresar las seis virtudes en fila, separadamente, o como una amalgama ensamblada ante las diversas situaciones que la vida presenta. Se trata de aprender a modificar tus acciones basándote en estas seis virtudes y observando cómo ellas re-calibran tu sistema de valores, re-vitalizan tu energía y creatividad, y recuperan tu sentido de equilibrio y balance emocional.
Haciendo esto, no solo aplicas tus energías emocionales al propósito de crear y mantener un estado personal coherente, sino también creas un campo coherente alrededor de ti: un campo que toca y se cruza con otros mediante los principios del embrollo, resonancia, coherencia, y no-localismo cuánticos. Las energías de nuestro campo emocional son reales e interconectadas en un vasto ensamblaje de intención e información que es casi-ilimitado en su alcance.
Las emociones más densas como celos, avaricia y cólera entran a este campo cósmico y comunican sus instintos más bajos, creando las condiciones para la lucha e inestabilidad dentro de nuestra realidad manifestada. Las energías más finas que componen las seis virtudes del corazón, comunican los instintos divinos del campo cósmico o cuántico que envuelve el multiverso. Por lo tanto, nos queda una opción para conducir nuestra personalidad y emociones de tal modo que ellas comuniquen las frecuencias divinas que elevan y apoyan toda la vida al campo cuántico en el cual vivimos todos. Si ésta es nuestra elección, entonces la maestría de las seis virtudes del corazón es un método eficiente y eficaz para su obtención.
Se reduce a esto: accedemos a nuestra divinidad a través del corazón y no mediante la cabeza. El intelecto de uno puede abarcar grandes cantidades de información y conocimiento. Podemos estudiar todas las palabras de nuestros profetas y eruditos, pero si no estamos expresando las seis virtudes del corazón, tan solo hemos llenado nuestras cabezas de palabras, conceptos y alardes intelectuales. Nuestros comportamientos siguen atados a los instintos básicos, y aunque podemos escribir o hablar de profundos conocimientos, nuestras energías emocionales siguen siendo agitadas e inciertas en su expresión en cada momento, y no son guiadas por la voz inteligente de nuestro corazón.
La Habilidad Artística de la Expresión
Hay una habilidad artística implícita en la expresión de las seis virtudes del corazón, pero antes de que el arte pueda ser expresado, las virtudes deben anclarse en la autenticidad. Las virtudes no pueden ser manufacturadas desde construcciones mentales o simplemente moviendo los labios. Esta calidad de autenticidad es un resultado del sentido de conexión de la mente y corazón a una estructura más profunda dentro de la que cada una de estas virtudes opera. Para la mayoría de la gente, esta conexión toma tiempo para desarrollarse y madurar. Empieza, sin embargo, teniendo un entendimiento de que existe una metodología, y después contemplando y sintiendo qué es, cómo trabaja, y por qué es importante aplicarla en la vida de uno.
Este entendimiento sirve como base para el arte, el cual se asocia con cómo y cuándo uno maneja las seis virtudes, o un sub-conjunto de ellas, para las diversas situaciones de la vida. Puedes considerar las seis virtudes (agradecimiento, compasión, perdón, humildad, entendimiento, y valor) como notas musicales. Si golpeas estas notas simultáneamente hay un acorde y este acorde es amor divino —la máxima vibración contenida dentro del campo cuántico que un ser humano puede recibir y transmitir.
Cada una de las seis virtudes puede ser activada con increíble velocidad y virtuosidad cuando la persona que expresa la virtud opera desde una plataforma de alta coherencia y un sentido de neutralidad. En este estado, uno puede navegar su vida buscando la sabiduría en cada nuevo desafío, la chispa creativa en lo mundano, el sentimiento intuitivo alrededor de cada esquina, y los ritmos más profundos en la aparente calamidad de la vida diaria.
La forma en que uno puede lograr y conservar este estado de coherencia descansa en gran parte en su arte, y, en cierto grado, en la vigilancia, de la aplicación de las seis virtudes del corazón. Hay un proceso en espiral ascendente en esta práctica. Primero, uno debe estar ubicado en la metodología, y esto puede ser hecho estudiando el documento electrónico gratuito: El Arte de lo Genuino: Un imperativo Espiritual y después contemplando su significado. En segundo lugar, uno puede experimentar con las seis virtudes y aprender cómo profundizar su entendimiento —no en un nivel intelectual, sino más bien en un nivel de aplicación práctico. En otras palabras, ¿cómo aplica uno las virtudes de la humildad, entendimiento y perdón a la persona que justo acaba de quitarte el lugar del aparcamiento en la tienda?
Es en este nivel —el nivel práctico donde todos vivimos— debemos practicar el arte de las seis virtudes para que no perdamos nuestra capacidad de auto-fortalecernos. Es en este auto-fortalecimiento que nos elevamos como seres espirituales a los desafíos del mundo físico. Esta forma de fortalecimiento es diferente que decir la verdad para impulsar, o imbuir tu autoestima con el elixir de la invencibilidad. Es el fortalecimiento de solucionar el problema de la agitación emocionalmente arraigada de la vida diaria con la incandescencia de la inteligencia del corazón y de saber cómo y cuándo hacer uso de esta inteligencia.
En el ascenso continuo para dominar estas virtudes y expresarlas en nuestras vidas, refinamos nuestro entendimiento. No se trata de las repentinas revelaciones mencionadas en los textos de antiguos días o de la conciencia alucinógena del mundo moderno, sino más bien del entendimiento robusto de que somos parte de un campo vibratorio que energéticamente nos incluye, registra nuestros modos, genera nuestra realidad holográfica, y nos reinventa de nuevo en la línea de tiempo que corre hacia y desde la eternidad.
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Definiciones de las Seis Virtudes del Corazón
He resistido la tentación de definir las seis virtudes del corazón en detalle, aunque proporcionaré un punto inicial para su definición de modo que puedas adornarlas de acuerdo a tu propia experiencia y percepción.
Agradecimiento: En los niveles sutiles, esta virtud está enfocada en una comprensión específica que la Primera Fuente (Inteligencia Superior) rodea a nuestros semejantes como un campo de conciencia y que esta conciencia nos unifica. Si estamos unificados, por lo tanto operamos como una conciencia colectiva en algún nivel profundo, y en este lugar, compartimos un propósito común que es granulado, supremamente vital, con todo y eso es misterioso, dinámico e incierto. Esta comprensión, o incluso creencia, cambia nuestro foco desde los pequeños detalles de nuestra vida personal hasta la visión de nuestro propósito como una especie.
En un nivel más práctico, el agradecimiento se expresa a sí mismo en los pequeños gestos de gratitud que sostienen la lealtad y unidad de las relaciones. Los más profundos niveles de agradecimiento hacen genuinas las expresiones de nivel relativamente superficial debido a que provienen de frecuencias del alma en lugar de los motivos del ego o de la mente.
Compasión: Muchos maestros han hablado elocuentemente sobre la compasión como la comprensión profunda del sufrimiento de otro combinado con el deseo de aliviar ese sufrimiento. En el contexto de la nueva inteligencia que se está asentando en nuestro planeta, la compasión es un deseo activo de ayudar a otros a alinearse con los nuevos campos de inteligencia que se están manifestando en el mundo tridimensional, consciente que su deseo y habilidad para alinearse está distorsionado por su culturización social; ya que esta no refleja fielmente su inteligencia, inclinaciones espirituales o propósito.
La compasión por lo tanto se extiende tanto a nuestros compañeros como al planeta en sí mismo con la toma de conciencia de que somos parte del destino de todos aunque solo sea durante un periodo de vida. El planeta y la persona danzan en las corrientes ascendentes de la Primera Fuente en un proceso conjunto de regeneración y renovación. Todos somos parte de las misteriosas oberturas y trascendencia energética que está ocurriendo entre la Tierra y el universo, y a medida que la Tierra transforma sus densidades acumuladas, cada uno de nosotros es desafiado a transformar las suyas, o volverse cada vez más integrado en nuestros miedos y confusión emocional.
Perdón: El perdón opera en base al supuesto de que cada uno de nosotros estamos haciendo lo mejor que podemos bajo la circunstancia de nuestra experiencia de vida y según el grado que nuestra frecuencia de amor satura nuestro instrumento humano. Cuando una persona opera desde las virtudes del corazón y las ricas texturas de sus auténticas frecuencias, el perdón es un estado natural de aceptación.
Cuando una injusticia percibida entra a nuestra experiencia —sin importar cuan significativa sea o si percibimos que nosotros mismos somos la causa o el efecto— podemos inicialmente reaccionar con las agudas emociones de hacernos la victima o de la irritación, pero este desorden emocional puede ser rápidamente despejado sustituyendo tu sensación de ser la victima o irritación con el entendimiento y la compasión.
El perdón es realmente la expresión externa del entendimiento y la compasión sin los pesados sentimientos de dualidad (es decir, bueno o malo) que normalmente introducen la presencia del juicio. Ésta es una expresión neutral sin ningún otro diseño o propósito que auto-liberarte de las garras del tiempo, que son similares a arenas movedizas energéticas, enmarañándote energéticamente a un estado emocional basado en el tiempo.
Humildad: El propósito más importante del alma es expresar el amor mientras está encarnada en los mundos del tiempo-espacio. Ésta distribuye esta sublime y delicada frecuencia de amor al cuerpo y mente humanos sin condición ni motivo. No será una sorpresa que ésta encuentra un colaborar más dispuesto en el corazón que en la mente. La humildad es darse cuenta que el corazón, la mente y el alma están co-relacionados en la gracia de una Inteligencia Superior o Fuerza Diseñadora, y que su mera existencia es sostenida mediante esta conexión de amor incondicional.
En los materiales religiosos, psicológicos y filosóficos de nuestro planeta hay gran consideración dada a la mente. Así como piensa un hombre así es. En un nivel más granular, mucha gente cree que lo que piensa causa sus sentimientos, lo que a su vez crea su tasa vibratoria y esta tasa vibratoria atrae su experiencia de vida. Así, aplicando esta lógica, el modo de atraer cosas buenas en nuestra vida es pensar correctamente, para no atraer el mal o situaciones difíciles.
La humildad entiende que el ser que tú representas —tu identidad total— no está conformada según una reacción en cadena de la mente. Sino más bien, ésta es la presencia del amor encarnado en forma humana, y este amor se expresa a sí mismo en las virtudes del corazón, en el intelecto puro de la mente contemplativa, y en las actividades co-creativas del corazón, mente y alma. La humildad es la expresión de esta frecuencia de amor sabiendo que ésta se deriva desde lo que ya existe en una dimensión superior, y en esta dimensión, el amor no es una cosa de pesadez de sentimientos y emociones. Es una fuerza liberadora donde todos somos uno, todos somos iguales, todos somos divinos, y todos somos inmortales.
Entendimiento: El mundo de la forma, del mismo modo que los mundos sin-forma, está compuesto de estructuras energéticas por debajo de su expresión más densa. En un sentido real, toda cosa en el universo es energía con periodos de vida incalculablemente largos basados en energía. La energía es transformacional; es decir, ésta puede alterarse o cambiar de un estado de ser a otro o, en el caso de los humanos, cambiar de conciencia. La estructura energética humana con frecuencia es descrita como el sistema de chakras o cuerpo electromagnético, aunque es más que esos componentes. La estructura energética es una forma de luz, la que a su vez es una textura del amor divino.
Es un hecho que nosotros estamos compuestos de amor en nuestra estructura fundamental, y es esta frecuencia de amor la que es la base de nuestra conciencia inmortal o alma. Todas las densidades más bajas son sombras de esta luz y operan en el tiempo- espacio, lo cual provee una envoltura de densidad y separación de esta frecuencia primordial de amor. Los mundos de tiempo-espacio alteran o diluyen esta conexión que sentimos en la estructura energética primordial de la que todos estamos constituidos, y esto disminuye nuestro sentido de conexión no solo con nuestra divinidad, sino con Dios y toda la vida.
En este punto está la paradoja del ser humano: nuestra estructura más íntima es amor divino y nuestra estructura externa es un medio de experiencia para la estructura más íntima, pero hemos sido encarrilados por el vehículo externo a tal grado que nos identificamos más con este último que con el ocupante —nuestro verdadero ser— del interior.
Todos nosotros sentimos esta disociación con nuestro verdadero ser y la sobre-identificación con nuestro vehículo (el instrumento humano); tal vez solo en ese grado de identificación es que hay alguna diferencia entre nosotros. El entendimiento es el aspecto de la inteligencia del corazón que reconoce que esta disociación con el amor es un componente de diseño necesario del proyecto más grande que está ocurriendo en el planeta. En otras palabras, no es que la humanidad haya caído de la gracia o que esté irrevocablemente inclinada hacia el pecado. Sino más bien, simplemente hemos aceptado la representación de la realidad que es dominante, y ese dominio no es por accidente sino que es parte de un diseño más grande.
Hay una frase bien conocida dentro de los Lyricus que burdamente traducida dice: “La elegancia del tiempo es que desenreda las estructuras del espacio que han aislado al amor de sí mismo”. Las estructuras del espacio, en este caso, se refieren al instrumento humano. Solo el tiempo puede derribar las rígidas barreras o membranas sutiles que impiden o disminuyen la frecuencia del amor para que ejerza su sabiduría en los comportamientos del individuo.
Si el tiempo es la variable de importancia, es lógico que cada uno está en su ruta para darse cuenta de este hecho; es simplemente una cuestión de tiempo antes de que ellos lo logren. Por lo tanto, el tiempo es la diferencia que nos separa. En cierto sentido, todos nosotros estamos trasladados en el tiempo uno del otro. Nadie opera exactamente en el mismo tiempo relativo para romper el sello de la frecuencia de su amor desde el mundo de la forma.
Valor: Mientras que el valor generalmente es usado en el contexto de guerra o campo de batalla, éste está, como un elemento del amor, enlazado con el acto de decir la verdad para impulsar, especialmente cuando es cometida una injusticia. Es común en el orden social actual pretender ignorar las injusticias de nuestro mundo. La auto-absorción en el mundo propio de uno es una amenaza clave que menoscaba la expresión del valor, y el miedo a las consecuencias es la otra.
El valor es el aspecto de tu amor que defiende su presencia al enfrentar la injusticia como es medida en el orden social. Si tú no defiendes tus virtudes –o las de aquellos que son muy débiles para defender las suyas— tú te has separado de ellos y has perdido la oportunidad para ser una fuerza co-creativa en el mundo de la forma.
Esto no necesariamente significa que debas convertirte en un activista o defensor de una lista de causas sociales. Simplemente requiere que te defiendas a ti mismo de la injusticia. Los niños en particular requieren de esta protección. Cuando tenía alrededor de siete años recuerdo vívidamente que iba a una tienda con mi padre y mientras caminábamos por el aparcamiento notamos a una madre literalmente sacudiendo a su niño en el asiento trasero del auto. Era un sábado muy ocupado y había mucha gente en el aparcamiento, pero fue mi padre quien se aproximó a la mujer y le pidió detenerse. Su voz fue firme con convicción y la mujer inmediatamente se detuvo.
Este fue un acto de valor porque no hubo juicio real asociado con éste; fue simplemente una injusticia que requirió intervención en el momento. La compasión tanto con el niño como con la madre estuvo presente en mi padre, y creo que la madre entendió esto. Este es un ejemplo de cómo las virtudes del corazón rara vez aparecen aisladas, sino más bien como una combinación que se trenza a sí misma para fortalecer y vigorizar una situación dada.
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Creadores de Alas (WingMakers): El Arte del Genuino – Un Imperativo Espiritual
INTRODUCCIÓN
El corazón energético1 es el origen de las virtudes que han llegado a estar asociadas con términos como compasión y agradecimiento. Estos son títulos externos para las poderosas frecuencias del corazón que definen la esencia del individuo. Las virtudes del corazón son la fuente energética tanto para la percepción como para la expresión del alma inmortal que reside en la personalidad humana dentro del mundo de la forma.
El Ser está contenido en el corazón energético y avanza hacia el exterior desde su plataforma de virtudes del corazón hacia todas las dimensiones –tanto materiales como no-físicas. Las virtudes del corazón consisten en agradecimiento, humildad, valor, compasión, entendimiento, y perdón. Existen muchas otras tonalidades, pero estas son las virtudes o frecuencias fundamentales que dan lugar a la estructura de la plataforma del corazón energético y desde la cual el reino del ser o alma opera.
Cuando estas virtudes son expresadas y recibidas genuinamente –sin las densidades del ego y mente- sus efectos son multiplicados y sostenidos mediante otras formas de vida (humanas y de otros formatos).
La luz ordinaria es incoherente porque es omni-direccional y las ondas de luz no están en fase una con la otra de tal forma que no existe una estructura para multiplicar energía. Sin embargo, un láser produce una intensa luz porque consiste de ondas de luz coherentes que están alineadas direccionalmente y están en fase para apoyo y refuerzo. Debido a esto los lásers pueden ejecutar funciones que la luz ordinaria no puede realizar.
De forma similar las virtudes del corazón, cuando son coherentes dentro de un individuo, o dentro de un grupo de individuos, pueden producir resultados que son extraordinarios y aparentemente supernaturales. Esto requiere que tanto los niveles tácitos o implícitos (la fuente interna) de las virtudes del corazón y de sus acciones equivalentes (acciones/comportamientos) sean coherentes. Coherente, en este caso, significa conectado en autenticidad y sinceridad.
Entonces, ¿cómo conduces estás frecuencias emocionales hacia la coherencia? En la Orden de Enseñanza Lyricus2 es conocido como el arte del genuino.
LA ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO DEL EGO-MENTE
El ego-mente está culturizada por nuestro orden social para desarrollar un sistema de valores que está alineado con el consenso de la sociedad o de un grupo dentro de un orden social más amplio. De este modo, nuestro conocimiento, moralidad, valores, actitudes, y comportamiento son extensamente cultivados por la estructura social subyacente de un mundo tridimensional.
El ser o conciencia no está contenido en el interior del mundo tridimensional; por lo tanto no puede ser verdaderamente examinado por indagaciones tridimensionales ni incluso por la lógica más finamente sintonizada de la mente. Este es el desequilibrio fundamental de las áreas religiosas, filosóficas o psicológicas: el ser ilimitado no puede ser revelado por la mente que está culturizada y limitada al mundo tridimensional.
El misticismo postula que hay un misterio que es la base de la vida y confunde al ego-mente, el cual en turno, busca explicaciones y razonamiento para este misterio inexplicable, y en esta búsqueda, la ciencia, la religión, la psicología y la filosofía son alimentadas y apoyadas. Aunque muchos creen que estas herramientas o disciplinas guían nuestra indagación hacia la conciencia trascendente, eso es un poco como intentar explorar las profundidades del océano con un aeroplano.
La estructura del conocimiento del ego-mente observa las pequeñas olas del alma, pero el origen profundo de esas olas en sí mismo no es revelado a nadie –siendo su estructura la superestructura de todas las cosas materiales y no-materiales. Esto hace que el ego-mente sienta frustración y desconfianza, al menos en aquellos que están despiertos a esta realidad. El ego-mente busca la expresión de la inteligencia en la importancia de la actividad; mientras que el alma es inteligente en sí misma porque recibe y transmite fielmente las virtudes del corazón.
El ego-mente busca el beneficio de la actividad o la recompensa de la consecuencia; mientras que el alma busca sostener una cultura de virtudes del corazón dentro de la densidad del mundo de la forma. En cierto sentido, el ser está atrapado, entre dos mundos que comparten un elemento común: Propósito. Todo somos conscientes, en nuestros momentos más lúcidos, que existe un propósito más profundo de la vida, y, en particular, de nuestra vida. El fragmentario mundo de la forma está limitado a nuestros sentidos, pero no proporciona satisfacción a nuestro innato anhelo de propósito.
Esa es la razón por la que el ego-mente está frustrado en muchas personas que están aquí esperando que su propósito se revele. El arte del genuino es la práctica de la coherencia entre el despertar más profundo de las virtudes del corazón dentro de cada uno de nosotros, y su fiel expresión en el mundo de la forma. Estos individuos que están despiertos a las frecuencias del corazón energético interior y practican –en su mejor habilidad en el momento— la expresión de estas frecuencias en su comportamiento y acciones están practicando su propósito superior.
Permite que enfatice este punto: ellos están practicando su propósito más elevado. Ellos no están buscándolo. Ellos no están preguntándose cuál es. Ellos no están frustrados por el enigma de su aparentemente elusivo propósito. Ellos simplemente están practicándolo. Lo viven como un elemento integral de su expresión de vida y buscan incrementar el grado de coherencia entre lo qué ellos entienden que son sus virtudes del corazón y cómo pueden expresar estas virtudes de forma genuina.
La estructura del ego-mente se alineará más fácilmente al corazón energético cuando entienda que su propósito real está siendo cumplido y no sea hecho más abstracto por la naturaleza mística e invisible del espíritu. Este alineamiento incrementa la habilidad del individuo para conseguir la expresión genuina de sus virtudes del corazón mediante su comportamiento y acciones.
Los trabajos espirituales de la Tierra están abarrotados con una gran cantidad de advertencias, reglas, preceptos, leyes, frases hechas, y prácticas esotéricas que hacen que el arte del genuino puede parecer extrañamente simple, y por lo tanto menos potente. Sin embargo, son los actos simples de virtud los que contienen el verdadero poder de transformación y elevación –no solamente para el individuo que los practica, sino para la mayoría de la humanidad en todas sus expresiones dimensionales.
Cada individuo es un activo participante en las estructuras de la realidad que observa y experimenta en el mundo de la forma. Esta participación ocurre principalmente a través de los centros de energía del instrumento humano3 y de su intersección con el mundo tridimensional. Estos centros de energía, no obstante que puedan ser sutiles, están dando forma dinámicamente a tu realidad, impregnándola con marcas de percepción que definen tu sendero de ascensión desde el noble inocente hasta el co-creador consciente de nuevas realidades.
No es suficiente tener un entendimiento abstracto de las virtudes del corazón. Por ejemplo, saber que es esencial expresar agradecimiento por los regalos que la vida te proporciona es una cosa, expresar esa apreciación es otra cosa, pero entender cómo y cuándo expresar esta apreciación con una sinceridad que esté basada en las frecuencias del corazón requiere de una comprensión especial –una armonización con las frecuencias más finas del corazón y una dedicación a seguir fielmente estos sutiles gestos de virtud.
Hay muchos que creen que su vida debe ser más próspera y abundante. Que la vida debe desarrollarse de acuerdo a sus necesidades. Que la facilidad debe ser la personificación de su fuerza de vida. Pero densidades energéticas han sido depositadas en la Tierra por innumerables generaciones de humanos. Estas densidades requieren transformación a fin de que el planeta cambie su frecuencia primordial hacia un estado dimensional más elevado. Cada uno de nosotros encarnados en la Tierra es parte de este proceso de transformación. El estado natural de la conciencia es desear avanzar más allá de las densidades inferiores que imposibilitan la expresión libre y natural de las virtudes del corazón, aun cuando el proceso pueda extenderse a través no de cientos sino de miles de encarnaciones en un instrumento humano.
Es precisamente este mutuo proceso transformacional lo que la humanidad está co-creando con el planeta. Una vez que esto sea verdaderamente entendido en la mente y corazón del individuo, la práctica del arte del genuino es un imperativo espiritual.
PRACTICAR EL ARTE DEL GENUINO
El arte del genuino es una práctica sutil. Existen campos energéticos de compasión, entendimiento, agradecimiento, valor, perdón y humildad que rodean el instrumento humano –todo instrumento humano— semejante a como un capullo rodea lo que pronto será una mariposa. Estos campos son los equivalentes energéticos de la huella de la Primera Fuente sobre el alma4. Éstos existen como oscilaciones coherentes en nuestro mundo de forma dentro de los más amplios campos energéticos inter-conectores del multiverso, lo que los instructores Lyricus denominan como el Dominio de Unidad. Con frecuencia juntos estos campos son denominados como amor divino –la sangre energética que circula por todo el multiverso— sosteniendo todas las formas de vida tanto las temporales como las inmortales.
El individuo accede más eficiente y efectivamente a estos campos de inteligencia (virtudes del corazón) mediante la activación de los sentimientos genuinos. No es una cuestión de la mente o del razonamiento intelectual. La mente sigue el impulso guía del corazón en materia de las virtudes y actitudes que contiene. Practicar el arte del genuino está atrayendo magnéticamente estos campos de inteligencia hacia tu consciencia y a continuación los expresas en tu conducta y acciones hacia todas las formas de vida que cruzan tu camino a cada momento en el tiempo y en cada centímetro en el espacio en tu mejor forma posible.
Esto es practicar el arte del genuino, y cuando esto se hace, tus sentimientos llegan a ser más divinamente inspirados, vigorosamente más magnéticos, más liberadores para todos. La verdad esencial del comportamiento es no olvidar tu conexión divina y tus habilidades co-creativas con la Primera Fuente, a pesar de la culturización de la sociedad. Pero si lo olvidas, la acción esencial es recordar y reconstruir esta unión, y eso es hecho a través de las virtudes del corazón.
Como puedes ver, existen dos componentes principales de esta práctica: atraer los campos de inteligencia que te rodean, y expresar estas emociones y actitudes en tu comportamiento y acciones. Lo que la mayoría de las personas hacen es expresar sus emociones sin atraer los campos de inteligencia que los rodean —sin “absorber” el amor divino que los rodea todo el tiempo en todas las circunstancias.
En consecuencia, para practicar el arte del genuino, tus sentimientos deben ser extraídos desde el “manantial” que te proporciona la conexión con la Primera Fuente y te da el potencial para expresiones co-creativas. Esta conexión ha existido por tanto tiempo como tú has existido. No ha sido creada recientemente. Quizás, más bien, ha sido recientemente olvidada. Si tú visualizas el diagrama de la página dos y te colocas en el centro, imagina que estás atrayendo las virtudes del corazón al interior de tu conciencia y que estás expandiendo la conexión entre tú y la Primera Fuente mientras lo haces. Tú estás despejando los senderos para recibir los sentimientos genuinos de estás virtudes dentro de tu conciencia como nuevos patrones de inteligencia y nuevas expresiones de comportamiento.
Esta visualización puede ser hecha a cualquier hora y en cualquier lugar, y te ayudará identificar la totalidad de esta conexión. Nuestro enlace con la Primera Fuente no está basado únicamente en la compasión y el perdón, está basado en las seis virtudes y mientras que estos títulos o nombres son como caparazones de su verdadero significado (desde la perspectiva energética) ellos se aproximan a la manera en la que cada uno de nosotros está envuelto con el espíritu de la Primera Fuente. Parte de esta práctica es observar cómo tu entendimiento y comprensión de estos nombres o descripciones se expanden y cambian a medida que practicas y ejercitas tu imaginación.
Hay una transferencia mutua de inteligencia que ocurre en esta práctica y te guiará a través del tiempo al volverse más unificada. Eso intensificará y ampliará tu entendimiento de estas virtudes y cómo ellas pueden ser expresadas en maneras nuevas –maneras que quizás tú no has imaginado.
Sé paciente con esta práctica.
El arte del genuino es llamado un arte por una razón. No es algo racional como las matemáticas donde tú tienes energía simétrica entrando y saliendo. Tú estás abriendo tu conciencia a un campo de inteligencia que te rodea todo el tiempo. Tú estás atrayendo como una fuerza co-creativa a esta inteligencia dentro de tu vida tridimensional. Esta fuerza co-creativa es poderosa, dinámica, y milagrosamente inteligente. Ella observará tu práctica antes de que ella surja para fusionarse.
Esta fusión de tu conciencia con el Dominio de la Unidad es denominada de muchas maneras en el mundo de la forma. Pero sin importar su nombre, la práctica del arte del genuino acelera esta fusión. Es una disciplina para aquellos que desean ejercitar su memoria divina e intensificar la relación entre ellos mismos, sus semejantes y la Primera Fuente. En esta intensificación, el campo de la conciencia que te rodea magnéticamente atrae nuevas radiaciones que están siendo traídas al planeta dentro de tumicrocosmos de vida. Tú puedes jugar con estas nuevas energías como nuevos elementos dentro del proceso co-creativo de manera semejante a como un artista lo hace cuando recibe nuevos colores en su paleta.
Nuestro Creador nos entrega las seis virtudes del corazón a cada uno de nosotros para que a su vez podamos expresarlas –tan fielmente como seamos capaces— a nuestros semejantes. Ese es el propósito en nuestras relaciones tan sencillamente como puede ser representado en el lenguaje. Cuando nosotros colocamos nuestra atención en estas virtudes estamos empezando a practicar su expresión incluso mientras pensamos en ellas. Cuando imaginamos su plenitud –sus estructuras energéticas— estamos practicándolas en un nivel nuevo, más poderoso. La práctica no es solamente expresión; es contemplación y estudio también.
Tú puedes preguntarte por qué el amor no está entre las seis virtudes. Justamente como sucede con la luz del sol, cuando pasa a través de un prisma, y se vuelve multicolor, igual ocurre con el amor, cuando pasa a través del Dominio de la Unidad, se convierte en virtudes del corazón. El amor es la estructura más profunda en el multiverso. Pasa a través de todas las dimensiones de existencia y campos de conciencia hasta que encuentra la huella cristalizada de la Primera Fuente en una forma de vida. Si la forma de vida es consciente, compuesta tanto de mente como de inteligencia del corazón, el amor se canalizará a sí mismo a las virtudes del corazón y entrará en la conciencia de la entidad individual encendiendo su conexión con la Primera Fuente hasta el tiempo cuando la entidad –envainada en un instrumento humano— se re-despierte al limpio ojo del alma.
Las seis virtudes del corazón se mezclan una con la otra y forman un vínculo de amor que funde la vida consciente en el Dominio de la Unidad, y sus sombras, aunque relativamente débiles, vinculan también la vida en las dimensiones inferiores. Cuándo adversarios, acusadores, seductores, o situaciones difíciles entran en tu vida ellos pueden capturar tu atención, impulsándote al interior de la culturización del orden social, alejándote de los sentimientos genuinos de las virtudes del corazón. Eso le suceda a todas las personas en diversos grados.
Practicar el arte del Genuino te permitirá recuperar y restaurar tu equilibrio emocional con una destreza que puede sorprenderte. Las virtudes del corazón son magnéticamente poderosas porque ellas son la textura del amor divino –la fuerza más poderosa del multiverso. Cuando tú practicas estas virtudes te sacarán de la culturización del orden social y te colocarán en una posición de co-creación –no co-reacción.
La gran mayoría de las personas están practicando el orden social y están sometidas a la regla de la co-reacción. Las emociones están encendiéndose, reprimiéndose, inundando la mente con temor, gobernando el cuerpo, haciendo generalmente la vida más difícil para todos. Además, se pierde o disminuye sustancialmente el sentido de maestría que uno logra en el estado de co-creación con la Primera Fuente. En este estado de co-creación, real o imaginado, el corazón es avivado y despliega talento artístico en la relaciones, sabiendo intuitivamente como navegar sin co-reacción.
He resistido la tentación de definir en detalle las seis virtudes del corazón, pero proporcionaré un punto de partida para su definición de tal forma que ustedes puedan adornarlas de acuerdo a su propia experiencia y conocimiento profundo.
Agradecimiento: En los niveles sutiles, esta virtud está enfocada en una comprensión específica de que la Primera Fuente rodea a nuestros semejantes como un campo de conciencia y que esta conciencia nos unifica. Si estamos unificados, en consecuencia operamos como una conciencia colectiva en algún nivel más profundo, y en ese lugar, compartimos un propósito común que está generosamente texturizado, es sumamente vital, y aún así es misterioso, dinámico, e incierto. Esta comprensión, o incluso creencia, traslada nuestro foco desde los pequeños detalles de nuestra vida personal hacia la visión de nuestro propósito como especie.
En un nivel más práctico, el agradecimiento se expresa a sí mismo en los pequeños gestos de gratitud que apoyan la lealtad y el vínculo de las relaciones. Los niveles más profundos de agradecimiento hacen genuinas las expresiones de nivel relativamente superficial porque éstas se originan en las frecuencias del alma en lugar de surgir de los motivos del ego o de la mente.
Compasión: Muchos maestros hablan elocuentemente respecto a la compasión como una comprensión profunda del sufrimiento de otro combinado con el deseo de aliviar este sufrimiento. En el contexto de la nueva inteligencia que está asentándose a sí misma en nuestro planeta, la compasión es el deseo de asistir a otros para que se alineen con los nuevos campos de vibración de inteligencia que están manifestándose en el mundo tridimensional, consciente que el deseo y habilidad de ellos para alinearse están distorsionadas por su culturización social; no reflejan correctamente su inteligencia, ni sus inclinaciones espirituales, ni su propósito.
El planeta en el que vivimos es una inteligencia en sí mismo. Es tan físico y tiene estructuras energéticas de muy alta frecuencia justamente como nosotros. El planeta está avanzando desde la tercera dimensión hasta la cuarta dimensión superior y esto ha estado planeado incluso antes de que la humanidad fuera sembrada en el planeta. Es parte de un ciclo evolutivo de los sistemas planetarios para transmutar densidades acumuladas de una dimensión antes de pasar a una rejilla dimensional superior.
La compasión por lo tanto se extiende tanto a nuestros semejantes así como al planeta mismo con la toma de conciencia de que somos parte del destino de uno y del otro aunque sólo sea durante una sola vida. El planeta y la persona bailan en corrientes ascendentes de la Primera Fuente en un proceso conjunto de regeneración y renovación. Todos somos parte de las misteriosas overturas y de la trascendencia energética que está ocurriendo entre la Tierra y el universo, y al mismo tiempo que la Tierra transforma sus acumuladas densidades cada uno de nosotros seremos desafiados para transformar las nuestras, o volvernos más incrustados en nuestros miedos y confusión emocional.
Somos privilegiados al ser parte de la estructura planetaria ascendente del estimulante espíritu de la Tierra y de la importancia del universo. Ahora en la Tierra hay una sorprendente diversidad de seres cósmicos envainados en instrumentos humanos, aunque proceden de sectores increíblemente diversos del cosmos. Nosotros estamos aquí para atestiguar y apoyar esta trascendencia de la Tierra sobre las densidades y el arrastramiento de la inteligencia y artefactos de la tercera dimensión. Nosotros estamos aquí para acelerar nuestro crecimiento espiritual en un orden de magnitud rara vez lograda en otra parte del multiverso. Este es un obsequio de la Tierra a aquellos presentes en el planeta en este tiempo, y, en cierta medida, el motivo de nuestra compasión.
Perdón: El perdón funciona a partir del supuesto que cada uno de nosotros está haciendo su mejor esfuerzo bajo las circunstancias de nuestra experiencia de vida y del grado en el que nuestra frecuencia de amor satura nuestro instrumento humano. Cuando una persona opera desde las virtudes del corazón y las ricas texturas de sus frecuencias autenticas, el perdón es un estado natural de aceptación.
Cuando una injusticia percibida entra a nuestra experiencia –sin importar cuán significativa sea o si nosotros nos percibimos ser o no la causa o el efecto— podemos inicialmente reaccionar con emociones agudas de hacernos la victima o de irritación, pero estos desordenes y distorsiones emocionales pueden ser rápidamente transformados experimentando el entendimiento –> compasión –> perdón –> agradecimiento. Esta es la ecuación que transforma dentro del crisol de luz la sucia turbulencia de hacerse la victima o de la co-reacción, dejando atrás tan sólo la más pura frecuencia de amor despojada de todo propósito.
El perdón es realmente la expresión externa del entendimiento y de la compasión sin los pesados sentimientos de la dualidad (es decir, bueno o malo) que normalmente introduce la presencia del juicio. Es una expresión neutral sin intención o propósito excepto liberarte a ti mismo de las garras del tiempo, que son similares a unas arenas movedizas energéticas, enredándote vigorosamente a un estado emocional basado en el tiempo.
Humildad: El alma expresa la frecuencia del amor procedente de la Primera Fuente. Ése es su propósito más importante, mientras reside dentro de un instrumento humano, para hacer circular esta delicada y sublime frecuencia de amor hasta el instrumento humano. No será una sorpresa que esta frecuencia encuentra una mayor colaboración por parte del corazón que de la mente. La Humildad es darse cuenta que el corazón, la mente y alma se co-asocian en la gracia de la Primera Fuente. Que su mera existencia es sustentada por medio de la dispensación de amor desde la Primera Fuente del mismo modo que con seguridad un árbol es sustentado por la luz del sol.
En los materiales religiosos, psicológicos y filosóficos de nuestro planeta existe una gran consideración otorgada a la mente. Como piensa un hombre así es. En un nivel más granular, muchas personas creen que lo que ellos piensan causa sus sentimientos, lo cual a su vez crea su tasa vibratoria y esta tasa vibratoria atrae sus experiencias de vida. Así, aplicando esta lógica, la manera de atraer las cosas buenas dentro de nuestra vida es pensar correctamente, para no atraer maldad o situaciones difíciles.
La humildad entiende que el ser que te representa a ti –tu entidad más completa— no esta constituida por una reacción en cadena de la mente. Sino más bien, que es la presencia del amor encarnado en una forma humana, y este amor se expresa así mismo en las virtudes del corazón, en el intelecto puro de la mente contemplativa, y en los trabajos co-creativos del corazón, mente y alma. La humildad es la expresión de esta frecuencia de amor sabiendo que se deriva de lo que ya existe en una dimensión superior, y en esta dimensión el amor no es una cosa de pesadez sentimental y emocional. Es una fuerza liberadora que actúa de acuerdo a los arquetipos de la Primera Fuente. Todo es uno. Todo es igual. Todo es divino. Todo es inmortal.
Entendimiento: El mundo de la forma, del mismo modo que los mundos de la no-forma, está compuesto de estructuras energéticas por debajo de su expresión más densa. En un sentido real, todo en el multiverso es energía con periodos de vida incalculablemente largos basados-en-energía. La energía es transformacional; es decir, puede alterarse o cambiar hacia otros estados del ser o, en el caso de los humanos, cambiar de estado de conciencia. La estructura energética humana es con frecuencia descrita como el sistema de chacras o cuerpo electromagnético, pero es más que estos componentes. La estructura energética es una forma de luz, la cual a su vez es una textura del amor divino.
Es un hecho que estamos compuestos de amor en nuestra estructura primordial, y es esta frecuencia de amor la que es la base de nuestra conciencia inmortal o alma. Todas las densidades inferiores son las sombras de esta luz y operan en el tiempo y en el espacio, el cual proporciona una vaina de densidad y separación de esta frecuencia de amor primordial. Los mundos del tiempo y espacio alteran o diluyen esta conexión que sentimos hacia la estructura energética primordial de la que todos estamos compuestos.
Aquí está la paradoja del ser humano: nuestra estructura más interior es el amor divino y nuestra estructura más exterior es un medio de experiencia para la estructura más intima, aunque hemos sido arrastrados por el vehículo exterior hasta cierto grado en el que nos identificamos más con el vehículo que con el ocupante interno —nuestro verdadero ser.
Todos nosotros sentimos esta disociación con nuestro verdadero ser y sentimos la sobre-identificación con nuestro vehículo (el instrumento humano); quizás solamente en ese grado existe entre nosotros una diferencia. El entendimiento es el aspecto de la inteligencia del corazón que reconoce que esta disociación de la frecuencia del amor es un componente necesario de diseño del proyecto más grande que está ocurriendo en el planeta. En otras palabras, no es que la humanidad haya caído de la gracia o que esté irrevocablemente inclinada al pecado. En lugar de eso, simplemente hemos aceptado la imagen de la realidad que es dominante, y su predominio no es por accidente sino por los diseños de la Primera Fuente.
Hay una frase bien conocida entre los Lyricus que traducida aproximadamente dice: “La elegancia del tiempo es que éste desenreda las estructuras del espacio que han impermeabilizado al amor de sí mismo”. Las estructuras del espacio, en este caso, se refieren al instrumento humano. Únicamente el tiempo puede romper las rígidas barreras o sutiles membranas que evitan o atenúan que la frecuencia de amor ejerza su sabiduría en los comportamientos del individuo.
Si el tiempo es la variable de importancia, es concebible que cada persona esté en su ruta hacia está realización, es simplemente una cuestión de tiempo antes de que ellos lo logren. Así pues, el tiempo es la diferencia que nos separa. En cierto sentido, todos estamos en un tiempo diferente uno del otro. Nadie opera exactamente en el mismo tiempo relativo a la des-impermeabilización de su frecuencia de amor a partir del mundo de forma.
Darse cuenta de esto te ayuda para entender la relación de unidad a la realidad, y en esta realización tú eres capaz de acelerar el tiempo para ti mismo y para aquellos con quienes tienes contacto en tu vida. Ese es el verdadero propósito y la noble definición de viaje en el tiempo.
Valor: Aunque es usado generalmente en el contexto de la guerra o del campo de batalla, el valor como un elemento del amor, está relacionado, con el acto de decir la verdad para fortalecer, especialmente cuando una injusticia es cometida. En el orden social de estos días es común pretender ignorancia de las injusticias de nuestro mundo. La auto-absorción en el propio mundo de uno es una amenaza clave que menoscaba la expresión del valor, y el miedo de las consecuencias es el otro.
Los individuos que temen las consecuencias de señalar una injusticia malentienden la fuerza co-creativa de la Primera Fuente. Cuando tú operas como un co-creador, estás siempre vigilante del incremento gradual o súbito de la injusticia, y cuando eso ocurre en tu sendero de vida, debe ser identificada por lo qué es y enfrentarla. El valor es el aspecto de tu amor que defiende su presencia frente a la injusticia como es medida en el orden social. Si tú no defiendes tus virtudes –o las de aquellos que son débiles para defender la suyas— estás separado de ellos y has perdido la oportunidad de ser una fuerza co-creativa en el mundo de la forma.
Eso no significa que necesariamente te conviertas en un activista o defensor de una lista de causas sociales. Eso requiere simplemente que te defiendas a ti mismo de la injusticia. Los niños en particular requieren de está protección. Cuando yo tenía tan solo siete años recuerdo vividamente ir a una tienda con mi padre y mientras caminábamos hacia un aparcamiento notamos que una madre estaba literalmente golpeando a su niño en el asiento trasero de su automóvil. Era un sábado concurrido y había mucha gente en el aparcamiento, pero fue mi padre quién se acercó a la mujer y le pidió que lo dejara de hacer. Su voz fue firme debido a su convicción y la mujer inmediatamente lo dejó de hacer.
Ese fue un acto de valor porque no hubo un juicio real asociado a ello; fue simplemente la injusticia que requirió intervención en el momento. Compasión tanto para el niño como para la madre estuvo presente en mi padre, y creo que la madre supo esto. Este es un ejemplo de cómo las virtudes del corazón con frecuencia aparecen aisladamente, pero más bien como una combinación que las entrelaza a ellas mismas para darles vigor y fuerza en una situación dada.
UN IMPERATIVO ESPIRITUAL
Es importante reestablecer frecuentemente tu estado emocional en tus actividades cotidianas, y el arte del genuino es un método excelente para hacer eso. No requiere que tú practiques la visualización total. Operar en tu mundo de sentimientos con una comprensión expandida de cómo las virtudes del corazón pueden ser combinadas o secuenciadas para una experiencia de vida específica es un cambio fundamental en el comportamiento que te servirá bien.
¿Por qué practicar el arte del genuino es un imperativo espiritual? Cuando tú has encontrado tus propias definiciones de las virtudes del corazón y has ensamblado tu conocimiento profundo dentro de tus comportamientos, observarás que esto es la clave que abre la vaina que rodea tu frecuencia de amor. No hay ninguna otra identidad vibratoria dentro de ti que sea más tú que este pulso del amor divino que define tu existencia como un ser espiritual. El objetivo es invitar a está vibración –a este ser— al interior de tu existencia humana, y ella únicamente emergerá cuando exista armonía en tu campo de conciencia. (Es decir, tu estado emocional).
Practicar el arte del Genuino es un método para lograr esa armonía y atraer tu ser más íntimo para que se una contigo en tus tareas humanas. Eso también ayuda a alinear al individuo a la siguiente fase de la evolución humana, la cual está directamente relacionada con el estado emocional y su alineación al impulso espiritual o frecuencia de amor. No es que la mente esté ausente en este salto evolutivo, es un instrumento vital del corazón, pero la inteligencia del amor sustituye la inteligencia de la mente en el campo práctico del esfuerzo humano.
En el mundo humano, el amor se cree que es una acción o un sentimiento, no una forma de inteligencia superior. El amor del que hablo es la inteligencia superior del multiverso, pero también es el más malentendido en el dominio humano. El alma humana es un conducto de este amor o inteligencia, y la Primera Fuente está liberando energías más elevadas de esta frecuencia de amor a fin de que la humanidad dé el siguiente salto evolutivo a la cuarta dimensión superior. Este salto es asistido si el individuo está practicando el arte del genuino o algo similar en naturaleza porque las nuevas energías son como el viento para el velero si hay coherencia emocional, y este “viento,” en cierto sentido, te acercará, tú viajarás en el tiempo hacia otro Tú.
Quizás esto ha sido mencionado antes, pero quiero enfatizar este punto, no practiques el arte del genuino únicamente para tu propio crecimiento espiritual. Practica el Arte del Genuino principalmente para la expansión evolutiva del planeta y para aquellos que tocas en tu vida. Tú eres un participante de esta expansión y movimiento evolutivo cuando funcionas desde esta perspectiva –la fuerza operativa de tu propio estado emocional para el bienestar del planeta y de aquellos que lo habitan. Esta perspectiva es precisamente el “velero” sobre el que “sopla” la Primera Fuente las nuevas energías.
Como dije anteriormente, la luz es una textura del amor. Una nueva luz está surgiendo desde el cosmos que está catalizando la luz para que cambie también en otros mundos, incluyendo nuestro sistema solar, los planetas y los sutiles campos de existencia que contienen. Ustedes pueden considerar esta nueva frecuencia de luz como un catalizador del cambio de la existencia humana, pero realmente es un catalizador para la Tierra, y la humanidad está simplemente a lo largo del viaje, por así decirlo. La Tierra mantiene un lugar especial en el universo, no necesariamente por lo qué representa en la actualidad, sino por lo que representará en su glorioso futuro.
La frecuencia de amor que contienes en tu interior, el trenzado de las seis virtudes del corazón dentro de las formulas del comportamiento amoroso, puede ser canalizado de tal manera que toque la Tierra. Considera esto: tú puedes tocar la Tierra con tu campo de conciencia de una manera tan poderosa que realmente agilice su cambio evolutivo, y al hacerlo, lo haces tú también.
Este es el aspecto final del arte del genuino que tiene consideración. Al mismo tiempo que tu campo de conciencia o cuerpo energético se vuelva más armonioso y coherente, la frecuencia de amor se asentará por si misma con más vigor en tu instrumento humano. Eso significa que tú puedes acceder a tu ser superior de maneras más vívidas y tangibles. Con este acceso realzado, tú también tienes la habilidad de canalizar esta frecuencia de amor con precisión selectiva.
Canalizar esta frecuencia de amor a la Tierra es un aspecto integral de la práctica del arte del genuino, pero esto no va a ser tratado demasiado temprano en la práctica. Hay una limpieza de los viejos patrones y energías que deben ocurrir primero, y después una cierta maestría del ser de las nuevas energías antes que uno puede canalizar con la precisión y la fortaleza emocional requeridas. Es una fase vital dentro de la práctica y puedes ser equiparado a la capa final de su propósito.
El poder del individuo está contenido en la inteligencia fluida de sus virtudes del corazón. La forma en cómo uno organiza su estado emocional es un reflejo de su auto-maestría. Las ecuaciones de las virtudes del corazón son los comportamientos eslabones que le permiten a uno moverse con gracia a través de las miles de condiciones y situaciones de la vida. El individuo que comprende los significados más profundos de sus virtudes del corazón y aplica sus ecuaciones en su vida enriquece su propósito en la Tierra y gana acceso a su forma de inteligencia más elevada y más poderosa: el amor divino.
Desde mi mundo al tuyo,
James
REFERENCIAS
(1) Corazón Energético
Cruzando todas las dimensiones del espacio existe un campo de vibración primario o de predominio cuántico. Este campo es no-físico, pero informa al físico. Existe independiente de las estructuras físicas de existencia, y es conocido, en el seno del grupo de instructores Lyricus, como Estructuras de Información No-Derivadas (EIND) (UIS. Underivative Information Structures).
Las EIND son sub-cuánticas y representan el diseño primario para los sistemas de vida y de la materia inorgánica. Son las EIND las que dan lugar a los campos quánticos que inter-penetran los planetas, las estrellas, las galaxias, y el universo en general. Es el campo de comunicación de la vida que conecta lo no-local con lo local, al individuo con el colectivo, al uno con el infinito. El corazón energético es el componente no-físico de las EIN que es la entrada o portal desde las EIND hasta los centros intuitivos e inteligentes del portador de alma o instrumento humano. En cierto sentido, es el diseño sub-cuántico del corazón físico.
(2) Orden de Enseñanza Lyricus (OEL)
La Orden de Enseñanza Lyricus se origina en la Raza Central del séptimo SuperUniverso. Dentro de la Raza Central hay una sub-raza conocida simbólicamente como Creadores-de-Alas (WingMakers). Dentro de los Creadores-de-Alas hay una orden específica de seres que es responsable de ensamblar y exportar el conocimiento base necesario para que una especie en desarrollo pruebe científicamente la existencia del alma y establezca la ciencia de la realidad multidimensional como el sistema de conocimiento fundamental de la especie.
Este resultado de la evolución es universal y, en una medida más amplia, idéntica para toda la especie que está basada en la plantilla biogenética de la Raza Central, conocida como el Séptimo Arquetipo de Portador de Alma de la conciencia individualizada de la Primera Fuente. Son los Lyricus quiénes son responsables de guiar a una especie en desarrollo hacia las proezas tecnológicas y científicas por las que el alma y el portador de alma son distinguidos y reconocidos por toda la especie.
(3) Instrumento Humano
El Instrumento Humano consiste de tres componentes principales: el Biológico (Cuerpo Físico), el Emocional y el Mental. Estas tres diferentes herramientas y sistemas de inteligencia y percepción, en conjunto, representan el vehículo del espíritu individualizado mientras que interactúa con las dimensiones de tiempo, espacio, energía y materia. En términos de los Lyricus, el instrumento Humano es denominado como el portador de alma, y la consciencia del alma de su interior está activando el sistema sensorial del portador de alma para intensificar la influencia del alma dentro del mundo físico.
(4) Primera Fuente
La Primera Fuente es una consciencia que habita en todo tiempo, todo espacio, toda energía, toda materia, toda forma, toda intención; reside también en todo no-tiempo, todo no-espacio, toda no-energía, toda no-materia, toda no-forma, y toda no-intención. Es la única consciencia que unifica todos los estados en un sólo SER. Y este SER es la Primera Fuente. Es una consciencia en crecimiento, en expansión, e inexplicable que organiza la experiencia colectiva de todos los estados de ser dentro de un plan de creación; de expansión y colonización de los reinos de creación; y de la inclusión de la creación dentro de la Realidad de la Fuente –la Casa de la Primera Fuente.
Excelente artículo de la filosofía WingMakers,para el empoderamiento personal.
Soy fanático de la literatura misteriosa o extraña, pero con razonamiento o lógica, me gustaría saber de donde sacas esa información.
Muy amable estimada Visitación.
Conceder poder a lo que queremos co crear.
Un tremendo Caliz de luz,
Poder de transmisión, sin resistencia, confiando.
Permitir, tejiendo amor
Gracias querida Ellen por tu cariñoso comentario.
AQUEL QUE TIENE OBJETIVOS CLAROS NO PIERDE EL TIEMPO.
Un abrazo en la luz.
En mi abriguito de auto absorción y co reacción aumentar la fluidez de compasión, agradecimiento, entendimiento, humildad, perdón y valor: canalizar los virtudes con precisión selectiva. Gracias por la sabiduría plasmada en ayudar-nos a alzar el vuelo.
A absorber el amor divino y co crear.