¿Y si somos más que sólo esto?

Es verdad que pocas veces nos preguntamos de manera seria y profunda ¿Quién soy?. En ocasiones no estamos interesados o en algunas otras solamente es mejor no pensarlo, algo así como que no vale la pena o no se llega a ningún lado con solamente  filosofar.

Si bien es cierto que ocupar a nuestra mente en algo sin sentido ni dirección no es útil, tampoco lo es permanecer sin cuestionarnos de manera sana todo lo que nos rodea, nuestro presente y nuestro pasado, con el fin único y maravilloso de aprender. Puede ser doloroso, también puede llenarnos de respuestas importantes y vías alternas de acción, lo que debemos evitar en algún momento  y lo que debemos acoger en nuestro espacio vital, el cuestionarnos y dudar es productivo cuando responde a nuestra necesidad de ir más allá de lo que somos o de lo que creemos que somos.

El Budha decía a sus discípulos que no creyeran las cosas tal como él las decía, sino que, las cuestionaran y las hicieran propias solamente si las encontraban útiles y transformadoras, ésta es sin duda una manera más productiva y constructiva de existir.

Por ejemplo, el sustancialismo afirma que nosotros somos solamente materia, órganos y huesos, no se admite en éste punto de vista que existe una naturaleza espiritual del individuo, de hecho al cerebro se le concibe como un órgano que desempeña de manera automática funciones de carácter orgánico y nada más.

En el lado contrario se encuentra el nihilismo, que es la negación de la existencia reduciéndonos de alguna forma a la nada, por ejemplo que nuestros recuerdos, emociones y sensaciones no son reales ni existentes, son efímeros y desaparecen, de igual manera en ésta aproximación se niega la naturaleza espiritual de los individuos.

Finalmente encontramos que tanto el Nihilismo como el sustancialismo son puntos de vista equivocados, para empezar son extremos, la vida y el universo no son solamente blanco y negro, es una variación infinita de tonos en el medio, la condición dualista tampoco es apropiada desde el momento en el que no existimos solamente de dos formas, guapos y feos, tristes y felices, en realidad existe una gama infinita de aproximaciones en el medio que nos describen solamente que no siempre las podemos expresar con conceptos.

Al Punto Medio que es básicamente apoyado por la mayor parte de las tradiciones o filosofías de Oriente se le conoce también como el Madiamika o el camino del punto medio, en el cual se acepta que somos materia orgánica (huesos, órganos, músculos) y también somos conciencia, alma o espíritu dependiendo de la tradición de la que se trate.

Es así como se reconoce que existe algo más que físico dentro de nosotros que aprende y subsiste al momento de la muerte. Para probarlo de alguna manera se encuentran algunas meditaciones acerca de la naturaleza espiritual de la mente, y consisten en preguntarnos ¿cómo es nuestra mente o conciencia?, ¿tiene color?, ¿tiene forma?, ¿tiene duración?…son preguntas profundas que se deben encontrar en el ámbito de la meditación y  concentración.

Algunas conclusiones generan descubrimientos importantes como que si afirmamos que somos sólo cuerpos físicos ¿de dónde surgen nuestros recuerdos, sentimientos y hábitos?, ¿de dónde proviene ese sentido de amor bondadoso o compasión genuina al ver a nuestros hijos o seres queridos?…sin duda de algún proceso más allá de lo físico, de nuestra mente o consciencia.

Es importante estar convencidos de que más allá de todo lo material que nos rodea existe otra naturaleza sutil y espiritual que nos comprende. En otras palabras instantes de claridad y conciencia infinitos en constante cambio y evolución, que trascienden el proceso del morir para seguir creciendo y aprendiendo.

Es desde ésta filosofía que surgen temas importantes como el renacimiento, la causa y el efecto (Karma), la Bodichita o espíritu altruista y la conciencia última y bondadosa de la mente conocida como Rigpa.

Finalmente éste es un tema  fascinante, que vale la pena explorar, primero a través de los libros y después a través de la meditación, de manera intuitiva, la respuesta se encuentra dentro de nosotros mismos , cuando exploramos internamente si somos sólo un cuerpo o algo más que carece de forma pero comprende recuerdos, hábitos, sensaciones y sentimientos que no son una expresión física y si una expresión mental que no podemos tocar …es así que de alguna manera somos más que lo que vemos, percibimos y sentimos…somos procesos y energía que están en constante cambio y transformación….vale la pena darnos a diario unos cuantos minutos para descubrir que nuestro mundo es más que lo que vemos…es lo que sentimos, pensamos y aprendemos y que no podemos ver o tocar….recuperar la totalidad de nosotros mismos en todo momento  más allá de nuestra existencia en un mundo solamente material.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca