Acepta la prosperidad: 3 maneras para comenzar a recibir la abundancia

¿Qué es la prosperidad?

Solemos relacionar la prosperidad con el dinero, pero ésta no sólo abarca nuestra cuenta bancaria, es el amor, el tiempo, la belleza, las relaciones humanas, la salud y la sabiduría que nos rodea.

Por ejemplo, si te sientes siempre apresurado y no te alcanzan las horas del día, entonces tienes escasez de tiempo. Puedes cambiar la perspectiva y sentir que tienes todo el tiempo que necesitas para realizar las actividades que te propones.  Si, en cambio, constantemente estás con dolencias físicas o enfermo, tienes escasez de salud. Por el contrario, si tu problema es que no consigues pareja, el problema es con las relaciones humanas.

Todas estas son formas de abundancia, y créeme, pueden entrar en tu vida, si tan sólo te abres a la aceptación de todo lo que el universo tiene reservado para ti.

El poder que tenemos en nuestro interior está dispuesto a darnos toda la abundancia que soñamos. Sólo debemos estar dispuestos a recibirlo y merecerlo.

Tenemos muchas creencias negativas que se nos han impuesto sin que tuviésemos la oportunidad de rechazarlas. Por ejemplo, la mentalidad de pobreza que sin querer nos heredaron nuestros padres al quejarse de sus penurias, de la falta de trabajo o de lo difícil que les era llegar a fin de mes. O las creencias sobre nuestra incapacidad para hacer ciertas cosas, como cuando te dijeron que no eras muy listo o muy guapo o que no cantabas bien.

Son todos pensamientos, que nos limitan. Debemos cambiarlos para vivir una vida nueva donde fluya la abundancia en todos los sentidos.

¿Puedes reconocer si tienes algún tipo de limitación que no te permite abrirte completamente a recibir la abundancia? ¿Repites las frases que oíste en tu infancia? ¿No te sientes merecedor de la prosperidad en esta vida?

¿Cómo atraer la prosperidad a tu vida? 

Confía en la sabiduría del universo. El maestro Jesús dijo: No anden preocupados por su vida: ¿qué vamos a comer?, ni por su cuerpo: ¿qué ropa nos pondremos? Miren cómo las aves del cielo no siembran, ni cosechan, ni guardan en bodegas, y el Padre celestial, Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes más que las aves? Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy florece y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? 

En el universo la abundancia es infinita, hay para todos. Debes abrirle las puertas y también sé honesto y honrado contigo y con la vida. Pero también recuerda que todo lo que damos, se nos devuelve. Por lo tanto, si das tacañería, mezquindad, desprecio, enojo, rencor, discriminación… ¿qué crees que recibirás?

Las antiguas creencias negativas y limitantes que arrastras desde tu niñez ya no te son útiles, reemplázalas por palabras de amor y abundancia.

Mírate al espejo y di a la imagen de ti mismo que la amas. El amor por ti mismo es el primer paso y el trabajo con el espejo es una herramienta muy poderosa. Luego, piensa en las cosas buenas que quieres para tu vida: como es tu casa ideal, donde quieres que se encuentre, como quieres que sea exactamente. Cuál es el trabajo que quisieras tener, cómo quisieras manejar tu tiempo, tus pasatiempos, el tiempo con tu familia, el tiempo para ti, para meditar y hacer yoga… Imagina tu vida ideal, un día de esa vida, y visualízalo con todos sus detalles. Siente cómo percibes vivir ese día maravilloso y confía que ya está allí, esperándote. Ya está preparado para ti.

Luego déjalo ir, que fluya con el universo y confía mientras te abres a poder recibirlo.

Agradece al universo por la abundancia en todos los sentidos, que ya te dispones a dejar entrar en tu vida. La encontrarás a cada paso si miras con detenimiento: una flor, el canto de un pájaro, la risa de un niño, el amanecer de cada día, son todas maravillosas muestras de la prosperidad del mundo.

Y ahora, ¿estás dispuesto a abrir los brazos a la abundancia?

REDACTORA: Carolina Cobelli, redactora de la gran familia de la Hermandad Blanca

FUENTE: Las enseñanzas de Louise Hay. (1991). En El poder está dentro de ti. Barcelona: Ediciones Urano.