Amor: Reflexiones sobre el poder del amor como paradigma de vida y comunión con el universo

Lucas María

 

corazones colgados

«Pon amor en las cosas que haces y las cosas tendrán sentido. Retírales el amor y se volverán vacías.»

San Agustín de Hipona.

Inspirador de millones de canciones y poemas a través del tiempo. Capaz de hacernos cometer los actos más heroicos y los crímenes más atroces. Motivo de grandes reflexiones para los grandes pensadores a lo largo de la historia.

Mucho hemos escuchado y leído sobre el amor. La mayoría de nosotros lo hemos conocido y muchos hemos sufrido en su nombre.

El amor es, en definitiva, una fuerza mucho más grande que nosotros que nos mantiene de alguna manera unidos con nuestra familia, pareja y amigos.

Pero, ¿qué es, y cómo podemos estar seguros de que lo que sentimos es realmente amor?

Varios estudios han sido realizados desde distintas perspectivas para poder explicarlo e identificarlo. Desde la espiritualidad, la neurociencia, la psicología o la sexualidad puede explicarse de manera distinta.

Pero la verdad es que nadie nos ha enseñado a identificar cómo el amor actúa en nuestra vida. Y más importante aún, cuándo actuamos con amor. Tenemos una vaga idea de lo que implica amar, pero es un concepto tan amplio y abstracto que no podemos delimitarlo más que idealmente. Y como con todo lo que es abstracto, cada uno forja su propio concepto a través de sus experiencias vividas que incluso a veces elude olímpicamente los parámetros de amor convencionales.

Sin embargo, de alguna u otra manera siempre está presente en nuestra vida.

Me gustaría invitarlos a que me acompañen en esta reflexión sobre el amor y la necesidad de encontrar en él una guía para transitar nuestra existencia.

Qué es el amor: Origen y biología

Primeramente, tendría que empezar por lo que sabemos del amor objetivamente y me parece un buen punto de partida el entender cuáles son los orígenes de esa palabra.

Amor es una palabra latina, compuesta por la raíz indoeuropea “amma”, que es la voz infantil para llamar a la madre, y el sufijo “or” que implica efecto o resultado. Es interesante pensar que la madre es el primer vínculo de un hijo al venir al mundo. Además, identificamos el término madre también con nuestra procedencia. Por ejemplo en expresiones como “madre tierra” o “madre naturaleza”.

Quizá el de un hijo hacia su madre sea en un principio el amor más puro, libre de conceptos, y por lo tanto de prejuicios y expectativas.

Sabemos también que el sentimiento comúnmente identificado con el amor se origina en el sistema límbico. Esta parte del cerebro es una estructura más bien primitiva. Es decir, las emociones están dentro de las configuraciones más antiguas del hombre, antes incluso que el pensamiento.

El sistema de recompensa, ubicado en el seno del sistema límbico, es el encargado de hacernos sentir placer y euforia, y por esto se nos hace tan preciado.

El problema es que no es lo único que desencadena este sistema. También lo hacen las drogas, y demás dependencias psicológicas y físicas. Por eso a veces se comete el error de identificar una adicción con el amor.

Es ante este inminente peligro que se vuelve una necesidad el no identificar al amor con una mera sensación, sino con ese ideal de vínculo de pureza.

El amor ha de ser bueno y justo. Sino es así, automáticamente podemos dictaminar que lo que sentimos no es amor. Es otra cosa.

amor en la naturaleza

 

El Amor como Fuerza Mayor

Sin embargo, como seres humanos nos vinculamos constantemente con todo lo que nos rodea. Filosofías milenarias como la del Taoísmo nos enseñan de nuestro lazo íntimo con la naturaleza, nuestra madre. Esta fuerza natural que se desenvuelve contínuamente en el universo se da más allá de lo conceptual. Es decir, es pureza en su sentido más estricto.

Cuando entendemos que esa fuerza universal que impera en todos nosotros vincula a su vez todo lo que existe, dado que nada puede escapar de ella, nos abrimos a la posibilidad de que el amor no sea algo exclusivo del hombre. Comenzamos a concebir que es algo que nos trasciende, que está más allá de nosotros. Que está inscripto en esa ley natural que nos atraviesa y que opera en todo el universo, por encima de nuestros deseos y emociones.

Al ser nosotros testigos y partícipes de la misma, se nos abre la posibilidad de una nueva forma de vínculo. Podemos relacionarnos desde el amor con todo lo que nos rodea, de una manera pura y libre de prejuicios y expectativas. Si tan sólo llegamos a contemplar la naturaleza e identificar en ella nuestra procedencia.

De cualquier manera estamos compuestos por agua, por aire, átomos. Neil deGrasse Tyson, un reconocido astrofísico estadounidense, reconoce que los elementos que nos componen son los mismos que se haya presentes en el cosmos y las estrellas.

Pertenecemos a la naturaleza, de la cual venimos y hacia la cual vamos.

El Amor comienza en uno mismo

Habiendo dicho esto, he dejado para el final un punto que considero fundamental en nuestra existencia. Uno de los vínculos más significativos a lo largo de nuestra vida es el que establecemos con nosotros mismos. Ese es el vínculo que determinará cómo nos proyectemos de nosotros hacia afuera, y por lo tanto cómo nos vinculemos con lo que nos rodea.

Si entendemos que somos parte de la naturaleza, y entendemos que ella en su totalidad está regida por esta ley divina de amor y armonía, tenemos que aceptar humildemente que no somos quién para intentar imponernos ante esa ley.

Debemos amarnos.

amor y el universo

Un principio fundamental para amarnos es comenzar a conocernos, pues nadie puede amar aquello que no conoce. Tomarnos el trabajo de fortalecer ese vínculo tan subestimado. Pues mientras no lo hagamos, tendremos siempre esa barrera interna hacia lo exterior.

Somos el vehículo en el que nuestra conciencia transitará nuestra existencia. Debemos cuidarnos. Tampoco elegimos nuestro cuerpo ni nuestra mente, sino que de alguna manera nos fueron designados. No somos dueños de ellos. Debemos, por lo tanto, respetarlos.

Quiero aclarar que no soy Médico ni Doctor en esta materia, ni tengo aval científico o de ningún tipo en esto que escribo. Sólo soy una persona normal, que vive y ama.

Y creo firmemente que el amor no queda limitado a una sensación, sino que es algo que nos trasciende. Es más grande y se da por fuera de nosotros, y en nosotros también. No acepta excepciones ni alternativas. Vive y fluye como una fuerza natural presente en absolutamente todo.

Las opciones son dejarse fluir por él, o no fluir.

Tú eliges.

AUTOR: Lucas, redactor en la gran familia de hermandadblanca.org

FUENTES:

  • http://www.mentesana.es/psicologia/cerebro/neurociencia-amor-como-se-enamora-nuestro-cerebro_971
  • http://etimologias.dechile.net/?amor
  • https://www.psychologytoday.com/us/blog/love-without-limits/201111/what-is-love-and-what-isnt
  • https://hermandadblanca.org/el-sendero-del-tao-el-taoismo-como-una-filosofia-de-unidad-y-armonia-con-el-mundo-sensible-y-no-sensible/

8 comentarios

  1. Siempre buscadondo el real significado del Amor, este articulo se acerca mucho, aun falta para mi, quizas en la practica lo descubra. Gracias

  2. Te recomiendo leer el Libro: "Amor Consciente" Alternativas para una nueva consciencia en los vínculos afectivos. Ahí encontrarás muchas respuestas y una forma de Amar sin sufrir. lo puedes conseguir en amorconsciente.es
    Saludos y gracias.

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  4. El amor deve ser belleza…..la belleza es multitud de significado multidimensional….si quieres alimentar un amor añadele significados bellos….y borrale las faltas que tenga con hoponoponos……dirigidos a la divinidad…..

  5. El amor deve ser belleza…..la belleza es multitud de significado multidimensional….si quieres alimentar un amor añadele significados bellos….y borrale las faltas que tenga con hoponoponos……dirigidos a la divinidad…..

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