Anna Bonus Kingsford: El poeta como personalidad celestial (64)
Anna Bonus Kingsford: El poeta como personalidad celestial (64)
Introducción
En esta ocasión presentamos una iluminación en la que la Doctora Anna Bonus Kingsford nos comenta su pregunta inicial en un dialogo con los lectores. Esta lectura, que ella numera 64, se titula en el original inglés Concerning The Poet, as Type of The Heavenly Personality. El problema que trata es sobre porque olvidamos incluso lo que nosotros mismos hemos escrito. Este tema lleva a otro inesperado.
Los poetas tienen un conocimiento directo del mundo espiritual que no necesita de la memoria.
Como en ocasiones anteriores, después de la traducción continuamos con una interpretación para aportar nuestro punto de vista al del lector. Recordamos que la Doctora Kingsford insistía en la necesidad de aprender a interpretar con libertad, sin apegarnos a los dogmas que nos dicen cómo debemos leer los textos.
Traducción de Anna Bonus Kingsford: El poeta como personalidad celestial
El olvido
¡Es extraño como lo olvidé! Esta tarde releí varios pasajes y capítulos que he escrito con mi propia mano, y los concebí con mi propia mente en El Camino Perfecto (The Perfect Way) y estos pasajes me maravillaron y me llenaron de admiración como si los hubiese leído por primera vez en una obra ajena.
¿No debería esto hacerme pensar en lo poco que tiene que ver esta memoria externa y mundana con la conciencia verdadera e interna? De hecho, en mi verdadero ser conozco todas estas cosas y cien veces más de lo que está escrito allí. Sin embargo, mi ser exterior las olvida enseguida y, una vez que están escritas, ¡difícilmente las sigue recordando!
Sin embargo, mi ser exterior las olvida enseguida y, una vez que están escritas, ¡difícilmente las sigue recordando!
La memoria y nuestro yo
Y esta situación me hace preguntarme si, por casualidad, cuando hablamos de memoria no estamos totalmente fuera de juicio al considerarla como un parte necesaria de nuestro yo. Ya que la memoria, en el sentido en que usamos la palabra significa retroceder el pensamiento hacia el pasado y un acto por el cual recordamos las pasadas experiencias.
¿Pero cómo el yo verdadero y esencial que no tiene fin ni comienzo, puede tener este tipo de memoria, si él siendo la eterna remembranza del alma ve todas las cosas de una mirada, tanto el pasado como lo que está por venir?
Dios no recuerda, sabe.
La memoria en la naturaleza divina y de Dios ya no es recuerdo, sino conocimiento. ¿Podríamos decir que Dios recuerda? No. Dios sabe. Te agradezco, mi genio divino que estés aquí. Te siento. Tu aura me acompaña. Ardo bajo el esplendor de tu maravillosa presencia. Sí, ¡es así realmente!
Aquí la meditación se convierte en iluminación y el diario continúa como iluminación. Se podrá ver que la escritora ha captado por adelantado el estilo de su iluminador.
Esta facultad que llamamos Memoria es solo el débil reflejo e imagen en el cerebro material de una función que, en toda su plenitud celestial, solo puede pertenecer al hombre celestial.
La memoria es del tiempo
Lo que es del tiempo y de la materia necesita ser pensado por medio de un órgano y células materiales que trabajan mecánicamente y mediante procesos lentos.
Pero lo que es eterno y del espíritu no necesita órgano ni proceso ya que el proceso es resultado de la relación entre el organismo y el tiempo.
“Sí, ¡usted verá clara a cara! ¡Incluso conocerá como usted es conocida! Y con tanta amplitud y esencialidad como la memoria celestial se diferencia de la terrestre, así la personalidad celeste es diferente de la criatura material.
La personalidad celestial: el poeta
Usted conocerá más fácilmente el carácter de la personalidad celestial prestando atención a las cualidades del tipo más elevado de la humanidad en la tierra: el poeta.
El poeta no tiene Yo aparte de su Yo más amplio.
Otros hombres pasan indiferentes a través de la vida y del mundo, debido a que el Yo de la tierra y del cielo es una cosa separada de ellos y no los toca.
La riqueza de la belleza en la tierra, el cielo y el mar está fuera de su ser y no le habla a sus corazones.
Sus intereses son individuales y limitados. Su hogar es el de un corazón, los límites de su reino son cuatro paredes. ¡Así es de pequeño!
La personalidad del poeta
Pero la personalidad de los poetas es divina y al ser divina, no tiene límites.
Él es supremo y su conciencia está en todas partes. Su corazón vibra con cada elemento.
Las pulsaciones de toda la infinita profundidad del cielo vibran en su propio cielo y, al responder a su fuerza y a su plenitud, siente más intensamente que otros hombres.
No solo mira y examina esas rocas y árboles, el agua corriente y esos picos brillantes
No solo escucha al viento quejumbroso y estos sonidos que replican.
Sino que él es todos ellos y con ellos, -o mejor, en ellos-, se regocija y llora, brilla y aspira, suspira y truena.
Y cuando canta, no es él –el hombre- de quien se escucha la voz, es la voz de la misma naturaleza múltiple.
En su verso, ríe la luz solar. Las montañas emiten sus ecos sonoros, los veloces relámpagos destellan.
La gran cadencia continua de la vida universal se mueve y se articula en el lenguaje humano.
El poeta es Dios personalizado
¡Oh profundo disfrute! ¡Oh, Ego ilimitado! ¡Oh, Dios personalizado!
Todo el oro de la puesta del sol es tuyo. Los pilares de crisolita y la bóveda púrpura de la inmensidad.
El mar es tuyo con su lenguaje solemne, su distancia de neblina y las radiantes aguas superficiales.
Las hijas de la tierra te aman. Las ninfas del agua te cuentan sus secretos. ¡Conoces el espíritu de todas las cosas silenciosas!
Los rayos del sol son tu risa y las gotas celestes de lluvia son tus lágrimas.
En la ira de la tormenta tu corazón se estremece y tu oración se eleva con el viento hasta Dios.
Tú te multiplicas en la conciencia de todas las criaturas vivientes; eres joven con la juventud de la naturaleza, eres todo mirada en el cielo estrellado.
Igual entre los dioses, por esto eres su amado. Sí, si quieres, ellos te dirán todas las cosas.
¡Porque solo tu entiendes, entre todos los hijos de los hombres!
Regresamos a la memoria
Sobre la memoria ¿Por qué debería haber más dificultad sobre este tema? Reflexiona sobre el dicho “El hombre ve lo que sabe” Para ti las profundidades son más visibles que las superficies de las cosas, pero los hombres en general solo perciben las superficies.
Lo material solo percibe lo material, lo astral solo lo astral, y el espíritu lo espiritual. Todo queda resuelto en esto. Es decir, es una cuestión de condición y de calidad.
Usted controla la materia de manera ligera y su memoria orgánica es débil y traicionera.
Es difícil para usted percibir la superficie de las cosas y recordar su aspecto. Pero su percepción espiritual es la más fuerte frente a esta debilidad. Usted está mejor preparada para ver la profundidad.
La memoria del alma: la intuición
Para usted es difícil entender y retener la memoria de los hechos materiales, pero su significado usted lo sabe instantáneamente por intuición, que es la memoria del alma. Ya que el alma no necesita hacer esfuerzo para recordar. Ella conoce divinamente. ¿No se ha dicho que la mujer inmaculada da a luz sin dolor? El dolor y el trabajo de la concepción pertenecen a aquellas en las que su deseo es para “Adán”.
Interpretación de Anna Bonus Kingsford: El poeta como personalidad celestial
Todo surge de una pregunta ¿Por qué olvidamos?
La respuesta parece incongruente: Dios no recuerda, él sabe.
También se refiere a la capacidad de los poetas para conocer el mundo. No lo hacen por medio de la memoria sino de la intuición.
La memoria se refiere al mundo físico y al mundo emocional.
Por lo tanto, más importante que tener una buena memoria es ser poeta, desarrollar nuestra capacidad artística. Así nos unimos al mundo de los principios y ya no recordamos, sino que sabemos.
Esto no es una excusa para quienes no aprecian los hechos de cada día y por su falta de observación tienen poca memoria.
Lo que se quiere decir es que la memoria tiene su propio espacio que es el mundo físico, pero hay otro espacio para la intuición, que es el conocimiento del mundo espiritual y esta capacidad tambien la debemos desarrollar.
Referencia
Anna Bonus Kingsford Concerning The Poet, as Type of The Heavenly Personality
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
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