Conexión sensorial: El puente entre el mundo espiritual y el mundo material
La conexión sensorial es un tema casi olvidado por la modernidad. Nuestra vida actual está plagada de actividades y circunstancias. Que nos alejan de la importantísima necesidad de conectarnos con el aquí y el ahora.
Nuestros días, de forma general, empiezan con las manecillas del reloj. Persiguiéndonos en todo lo que hacemos. Salir de la cama. Tomar una ducha. Elegir la vestimenta que usaremos. Arreglar nuestro cabello. Preparar el desayuno. Reunir en nuestro bolso o portafolios lo necesario antes de salir de casa. Conducir al trabajo o la universidad. Al medio día, tomar los alimentos a toda prisa porque la agenda nos sigue presionando sin tregua… etc.
Estamos constantemente preocupados por lo que ocurrirá dentro de una hora. O el próximo jueves. O dentro de quince días o el año entrante. Tanto, que dejamos al margen el instante más importante: el aquí y ahora.
Por todo ello, con demasiada frecuencia olvidamos lo sencillo que es permanecer conectados de forma consciente con el mundo material y el espiritual. Sin dejar de atender todos los quehaceres de la vida cotidiana. Hablamos por supuesto, de los valiosos recursos que tenemos: nuestras herramientas sensoriales.
Mucho han discutido los místicos y los científicos prácticos acerca de la relevancia de los planos material y espiritual para el ser humano. Planteando en ocasiones que dichos planos son irreconciliables. Por fortuna, hoy sabemos que no sólo no son ajenos entre ellos sino que son, ambos, primordiales. Y deben subsistir y operar en equipo para logar un sano equilibrio físico, mental y emocional. Nuestra materia física es el vehículo que nos permite transitar en el mundo. Y por ende, procurarle a nuestra materia y a su entorno, los cuidados y amor necesarios, nos garantizará el primer paso hacía un estado espiritual armónico.
Somos estructuras perfectas y contamos con los mágicos sentidos. Que nos conectan con nosotros mismos y también con lo externo.
Generar nuevos hábitos de vida diaria. Tan simples como el hecho de estar atentos a nuestras sensaciones, contribuirá en gran medida al desarrollo de nuestro ser interior.
Por ejemplo. te invito a que cada mañana, tomes la ducha, igual que siempre. Sólo que, mientras estás en la regadera, no pongas tu atención en los veinte correos que deberás enviar al área de compras. O no te preocupes porque uno de tus compañeros de estudio se retrasó en compartir contigo las notas de la clase. En lugar de eso, sólo toma tu ducha. Significa que debes poner tu mente y tu físico cien por ciento en el acto que te ocupa. Tardarás los mismos diez minutos bajo la regadera. Pero te ocuparás sólo en hacerte consciente de la temperatura del agua. El olor del jabón. Lo gratificante de la sensación térmica que ahora rodea tu cuerpo. Y que te ayuda a ponerte bien despierto.
Después sentirás la textura de la toalla secando tu piel. Y luego disfrutarás de la comodidad de tu ropa y tu calzado.
Cuando te prepares el desayuno, percibe los olores de la cocina. Asimila los sonidos del cereal cayendo en el tazón y la leche produciendo un sutil crujido al entrar en contacto con las hojuelas. No le dediques tiempo de tu desayuno a cosas que en ese momento están fuera de tu control. Como el tiempo que tardarás en llegar al trabajo debido al tránsito. En su lugar, hazte amigo de tu taza de café, involúcrate con su aroma y su calidez. Al saborearlo, invádete de la sensación que te brinda mientras baja por tu garganta y goza plenamente del suspiro que te provoca. Disfruta de la sensación de frescura que te rodea tras haberte duchado y después de alimentarte.
Todas estas actividades te llevarán el mismo tiempo que les inviertes cada día. Pero si conviertes a tus sentidos en los cómplices de todo cuanto haces, ganarás un contacto permanente con tu Yo interior.
La conexión sensorial puedes aplicarla a todos los aspectos de tu vida. Si ya te encuentras de camino a tus labores. Conduciendo tu auto, evita gastar tu energía en enfadarte porque hay una larga fila de coches que no avanza. Mejor, hazte consciente de lo cómodo del asiento, de la fragancia que elegiste para complementar tu arreglo personal. Atrás del ruido externo de motores y fábricas, hay hermosos sonidos de canto de aves. La luz del sol entra por las ventanas… percibe la temperatura de la radiación que esa luz deposita sobre ti.
En fin. Al estar constituidos de materia, nuestra conexión sensorial nos regala a cada minuto mensajes del exterior. Pero el riguroso ritmo de los tiempos que vivimos nos hace olvidar muy a menudo que ser conscientes de lo que sentimos en el plano físico, contribuye a desconectarnos del plano espiritual.
No es necesario que te compres nuevas angustias si decides empezar a experimentar de forma más real el mundo a través de los sentidos.
No se trata de que logres estar “conectado” los mil cuatrocientos cuarenta minutos del día. Bastará con que recuerdes enfocarte en lo sensorial, al principio en las cosas más simples. Encontrarás tan gratificante la experiencia que, poco a poco avanzarás en el proceso de conexión. Como cualquier otra cosa, es cuestión de práctica. No desalentarse es parte del truco. No te permitas desanimarte si comienzas un ejercicio sensorial, digamos mientras estés comprando fruta y estás muy emocionado percibiendo la textura y el olor de un rico durazno, el peso y volumen en tu mano de una mandarina, el exótico color de la berenjena, cuando de pronto y sin saber cómo, descubres que te desconectaste del entorno físico y estás pensando otra vez que no quieres olvidar que mañana debes pagar la factura del teléfono. O que la próxima semana es el cumpleaños de tu mejor amigo y no has comprado su regalo.
Recuerda que las sociedades modernas llevan mucho tiempo inmersas en la inercia de correr. Correr, correr para todo y de tratar de estar siempre anticipados al futuro
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En aras de la eficiencia que nos han impuesto los cánones actuales. Resumiendo, sólo se trata de que hagas lo que tienes que hacer, incluso planear a futuro, pero una vez que registraste en tu agenda las actividades que te ocuparan después, dedica determinación a conectar tus sentidos en el momento presente.
Para comenzar, ponte metas sencillas. Te sorprenderá lo olvidados que tienes a tus sentidos y ese re descubrimiento te brindará magníficos momentos. Si yo te pregunto a qué huele un melón, con seguridad conoces la respuesta. Sin embargo si te pregunto cuándo fue la última vez que te detuviste a oler a detalle un melón, antes de simplemente comerlo, quizá te sorprenda la respuesta. Damos por hecho que sabemos y conocemos todo acerca de lo que nos rodea en lo físico. Caemos en el común error de creer que basta con experimentar una vez algo para que los detalles al respecto queden registrados en la mente, y así es. Sin embargo, el hecho de relegar la importancia de disfrutar sensorialmente lo que experimentamos puede dar al traste con el objetivo más importante: elevar nuestra consciencia.
Una vez que hayas logrado un grado de consciencia física contigo mismo, podrás dar mejores y concretos pasos en tu consciencia espiritual y tu consciencia de que somos uno con el cosmos.
¡Mucha suerte para ti.
AUTOR: Kikio, redactora en la gran familia hermandadblanca.org
Para saber más:
Kwan Yin: La conexión con el Yo superior
10 Maneras de crear una conexión espiritual con su pareja más profunda
Gracias por la información
Gracias por compartir tan valiosa información.
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asi sera para el bien mayor de todos en ti confio gracias gracias gracias yo soy luz clarificadora de dios