Devaneos acerca de la mente
Realidad y mente
Antes de empezar decir que la Realidad ha llamado poderosamente mi atención. Siempre haciéndome elucubrar las más descabelladas maneras de sustentarla, para explicar el pasado o esbozar futuros posibles. Recientemente me centro finalmente en intentar explicar el hoy.
En 1996 escribía acerca de las profundas relaciones entre tecnología y medio ambiente, por ejemplo, y las posibles consecuencias para la especie humana dadas sus influencias mutuas. La simiente de mi despertar a la idea de emergencia de complejidad creciente en fases materia, mente, espíritu estaba ya en suelo fértil.
En uno de aquellos documentos presentaba algunos aspectos tecnológicos y subliminalmente sugería (no explícitamente), la existencia de una discontinuidad y su superación hacia un (posible) siguiente estado evolutivo de la humanidad solo generando el ceño fruncido de mi profesor tanto por la hipertextualidad del texto como por sus devaneos posibles. Algo de eso hoy queda plasmado en «G@ia el despertar de una nueva consciencia en Gaia», ver link https://hermandadblanca.org/gia-emerger-una-nueva-conciencia-gaia/
Complejidad creciente.
Explicaciones al proceso de complejidad creciente acaparan mi tiempo desde hace años ya. Hoy siento que la existencia es algo más que el rebote de sensaciones en una red neuronal. El punto interesante aquí es que cada vez nos damos cuenta que esos rebotes no responden tanto a fenómenos externos sino a internos y así la cosa se hace mas interesante.
Eres alguien? tu sabes que si, pero lo saben los demás? pocos en realidad….como es que 6 mil millones de almas comparten unos pocos quarks concentrados alrededor de una estrella media y solitaria en un brazo externo de una pequeña galaxia?
Es esto lo real? el determinismo asfixiante que domina hoy nuestros memes, y genes, dice que si, pero esta atadura se suelta y las hebras que le dan sustento se reordenan a medida que vemos cada vez mas que existencias paralelas rompen sus círculos virtuosos o perversos con solo proponérselo.
En ese sentido, muchos de los aspectos a ser considerados están mayormente relacionados con nuestros propios juicios de valor y con la manera en que percibimos el universo y por lo tanto, si hay alguien en esto que tenga algo que decir al respecto es la mente, motivo entonces para derramar unas primeras ideas sueltas al respecto.
La Mente de Jung.
Acerca de la mente el psicólogo del siglo XX, Sir Carl Gustav Jung, tiene unas ideas interesantes: Una de ellas postula que la mente tiene 4 ladrillos básicos con los cuales estructurarse y pararse frente a la realidad: (1) Percepción (los sentidos), (2) Apercepción (percepción+memoria), (3) Sentimientos (como nos afectan emocionalmente las dos anteriores) y (4) Intuición (percepción de tipo especial acerca de las posibilidades escondidas que trae una situación).
Estas ideas suenan muy lógicas de seguir, pero en los 10s del siglo XX, eran muy de vanguardia y criticadas. En los cafés de Viena discutían Jung y Freud acaloradamente sin saber que cada uno en realidad defendía una parte del todo y desconociendo a la vez que ambos eran complementarios.
Hace 100 años las ideas explotaban. Eran tantas que apabullaban mas no por ello evitaron suelo fértil. Algunos lograron integrar piezas y desarrollar muy buenas abstracciones de cómo explicar la realidad.
Rorschach.
Uno de ellos fue Roschard, el creador del Psicodiagóstico y su famoso test de las manchas, quien desde la contemplación de cómo el arte impacta emocionalmente de distinta manera a las personas o a como los niños buscan figuras en las nubes o en las grietas de un arenal o en los mapas llegó hasta el estudio de la Lekanomantia (una ancestral manera adivinatoria basada en el acto de contemplar una vasija llena de agua). (*)
(*) Hoy ya sabemos somos una gran vasija de agua. Agua que absorbe las energías del entorno y a partir de sus emociones proyecta la realidad
Luego de 10 años de elucubrar y comparar resultados en un trabajo muy bien documentado llegó a plantear su magistral set de manchas en 1920, el que sin embargo no fue bien recibido en el circulo de psicólogos de la época.
Pasarían mas de 20 años para que tímidamente esta potente herramienta fuera aceptada por los nuevos psicólogos que el siglo XX vio nacer en su afán por mejorar y comprender la salud de la mente gracias al análisis proyectivo que mucho debe, entre otros, a Rorschard.
Lamentablemente creo que mucho mas desarrollo ha tenido el conocimiento de la mente para vender y posicionar intensamente los productos de algunos o para descremar talento corporativo antes que apoyo de sanación.
Inconsciente colectivo
En fin, volviendo a Rorschard y Freud, y si bien es cierto éste último se enfoca en el inconsciente personal y sus aspectos mas olvidados y rechazados, especialmente en los impulsos sexuales (recordemos que estamos en los resabios de la era Victoriana), es Jung, en cambio, quien agrega, sin rechazar a su contertulio, otro par de interesantes ideas; la noción de “inconciente colectivo” y “supra-individualidad”.
A partir del pensamiento de Sir Carl Gustav Jung se desprende toda una hermosa teoría de interpretación de símbolos y sueños, de arquetipos del pensamiento humano y de inconciente colectivo. Todo ello es incluso todavía hoy muy de vanguardia y poco aceptado por la ciencia, pero intuitivamente es indesmentible.
Así es entonces que la mente percibe la realidad no solo con el impactante entramado de fibra nerviosa que compone el sistema nervioso central, sino que levanta sobre la memoria un ideario más complejo en complemento con su periférico más importante, el hipotálamo, responsable de nuestras emociones.
La intuición.
En cuanto la Intuición, es solo recientemente que trato de fiarme de ella.
Veamos ahora como intuición y razón pueden hermanarse; ejemplos hay bastantes. En efecto, no solo Jung elucubraba realidades posibles. Hubo también otra persona atenta a señales sutiles y signos que aparentemente nadie percibe. Charles Fort fue un investigador estadounidense conocido por dedicarse al estudio de hechos supuestamente no solucionados por la ciencia de su época.
En su “Libro de los Condenados”, de 1919 es tal vez uno de los primeros contemporáneos en mirar mas allá de lo aparente sin descartar lo imposible o irreal.
Es mas, leemos textual “Colecciono notas sobre todos los temas dotados de alguna diversidad, como las desviaciones de la concentricidad en el cráter lunar Copérnico, la súbita aparición de ingleses purpúreos, los meteoros estacionarios, o el brote repentino de cabellos en la cabeza calva de una momia. Sin embargo, mi mayor interés no recae sobre los hechos, sino sobre las relaciones entre los hechos. He meditado mucho sobre las, por así decirlo, relaciones que suelen llamarse coincidencias. ¿Y si las coincidencias no existieran?»
Aquí debo detenerme lamentablemente a deciros esto: a casi 100 años de Fort puedo afirmar que las coincidencias no existen. Son demasiadas, las que evidentemente no son casualidad y cada vez mas las casualidades sutiles también.
En mi caso, cercano a Fort «Concibo todas las cosas como ocupando gradaciones, etapas regulares entre la realidad y la irrealidad.» Por esto le importa poco a Fort apoderarse de tal hecho o de tal otro para empezar a describir la totalidad, y creo estar siguiendo un camino similar.