¿Qué es el ego? 3 pasos para comprender su influencia

El ego es un yo artificial creado por la familia, la sociedad y la cultura. Una máscara, una cara más sobre muchas otras caras. Alejandro Jodorowsky

No es fácil identificar el ego, reconocerlo y distinguirlo de nuestro verdadero ser. Se nos ha hecho creer que él somos nosotros, que nuestro ego es quiénes somos. Creemos que nuestra carrera, nuestras posesiones, nuestras relaciones con otras personas, nuestro estatus socio económico somos nosotros. Y usualmente nos describimos a nosotros mismos por medio de algún aspecto del ego: soy arquitecto, soy madre de dos niños, soy amigo de Juan, manejo un coche último modelo.

Pero realmente estas descripciones son todas máscaras que nos hemos impuesto y llegamos a creer que tienen mayor valor que quienes somos realmente en nuestro interior. Máscaras que intercambiamos de acuerdo a quien tenemos enfrente.

Dejamos que el ego nos controle, que nos domine y lleve adelante nuestra vida. Lo alimentamos y le entregamos el poder dándole nuestra energía y afanándonos en que cada vez crezca más, sea más importante. Nos comparamos con otros y nos sentimos insuficientes.

Pero en realidad no eres tu ego. Tú eres mucho más que todas las máscaras que utilizas.

¿Cómo dominas al ego, en lugar de que él te domine?

El ego nos envía constantemente mensajes falsos acerca de quiénes somos. Nos hace creer que el exterior es la realidad y nos impulsa a promover nuestra importancia personal, mientras que dentro nuestro deseamos una vida profunda y simple.

El primer paso para poder superarlo es reconocerlo. No puedes deshacerte de algo que no reconoces. Según nos dice Osho en su charla #30, From ignorance to innocence, “ahora mismo tú eres el ego, tu forma de ser, tus modales, las palabras que utilizas, tu educación, las has estado acumulando desde que naciste. La infancia suele ser la parte más bella y pura de la vida porque allí, en ese tiempo, fuimos nosotros mismos por algunos instantes, hasta que comenzamos a aprender a agradar a los demás y “hacernos un lugar” en la sociedad.”

Reconócelo y poco a poco podrás ir dejando salir tu verdadero ser.

El ego no existe por lo tanto no puede someterse, es simplemente ausencia de luz, de conciencia. Si quieres quitar la oscuridad de un cuarto no luchas contra ella, ya que no lograrás quitarla de esa forma. Simplemente debes traer la luz. Una pequeña fuente de luz es suficiente para comenzar a disipar la oscuridad.

Traer luz significa llevar conciencia a tu ser, algo de conocimiento y de claridad. Así comenzará a disiparse.

Cuando comienzas a creer que eres más espiritual porque practicas yoga, reiki, meditas, escuchas música espiritual y eres vegetariano, y por eso crees que estas en posición de criticar y juzgar a quien no se comporta de la misma manera, en ese momento estás cayendo en una trampa del ego.

Él siempre intenta colarse por algún sitio, intenta hacerte creer que eres mejor que los demás en algún aspecto. Por eso debes estar atento a su aparición, lenta pero eficaz, silenciosa y repentina.

Nuestro verdadero yo es eterno. Es la fuerza de Dios dentro de nosotros que quiere reflejar nuestra realidad interior más que la ilusión exterior. La descripción dada por Sogyal Rinpoche en The Tibetan Book of Living and Dying es una maravillosa explicación de este descubrimiento: «Dos personas han estado viviendo en ti toda tu vida. Uno es el ego, exigente, histérico, calculador; el otro es el ser espiritual oculto, cuya voz tranquila de sabiduría rara vez escuchaste o atendiste”.

Cuando aprendemos a trascender las ilusiones patrocinadas por el ego, podemos acceder nuestra sabiduría interior.

AUTORA: Carolina Cobelli, redactora de la gran familia de la Hermandad Blanca

FUENTE: Osho, http://www.osho.com/es/read/osho/osho-on-topics/ego.

Wayne Dyer. (2012). Wishes Fulfilled. EEUU: Hay House.