El Dinero es el signo Vital visible de una Fuerza Universal, por Sri Aurobindo

Rosa (Editora)

Sri Aurobindo

DEL LIBRO “LA MADRE” DE SRI AUROBINDO

EL DINERO

El dinero es el signo vital visible de una fuerza universal, y esta fuerza, en su manifestación sobre la tierra, opera en los planos vital y físico y es indispensable para la plenitud de la vida exterior. En su origen y en su verdadera acción pertenece al Divino. Pero igual que otros poderes del Divino es aquí una delegada y, a causa de la ignorancia de la Naturaleza inferior, puede ser usurpada y usada por el ego o retenida por influencias asúricas y desvirtuada para servir a sus propósitos. Ésta es, ciertamente, una de las tres fuerzas –poder, riqueza, sexo- que tienen una mayor atracción para el ego humano y el Asura, y que generalmente son mal sustentadas y mal usadas por aquellos que las retienen.

Los que buscan y detentan la riqueza son más a menudo poseídos por ella que sus poseedores; pocos escapan por completo de una cierta influencia  distorsionadora que lleva el sello de una larga exposición al Asura y de su perversión por el mismo. Por ello, la mayor parte de las disciplinas espirituales insisten en un autocontrol completo, en un desapego y una renuncia a toda dependencia de la riqueza y a todo deseo personal y egoísta por su posesión.

Algunas, incluso, prohíben el dinero y la riqueza y proclaman que la pobreza y la simplicidad en la vida son la única condición espiritual. Pero esto es un error porque deja el poder en manos de las fuerzas hostiles. Reconquistarlo para el Divino, a quien pertenece, y usarlo divinamente para la vida divina, es el camino supramental para el sadhaka.

No debes tener una actitud ascética ante el poder del dinero, ante los medios que ofrece y los objetos que aporta, ni alimentar una apego rajásico a ellos o un espíritu de autoindulgencia esclavizante a sus gratificaciones. Contempla la riqueza simplemente como un poder a reconquistar para la Madre para ponerlo a su servicio.

Toda riqueza pertenece al Divino y aquellos que la detentan son sus depositarios, no sus poseedores. Hoy está con ellos, mañana podría estar en cualquier otra parte. Todo depende de loa que hagan con el depósito que les ha sido confiado, con qué espíritu, con qué consciencia hagan uso de él, con qué propósito.

Cuando uses el dinero de forma personal, piensa que todo lo que tienes, obtienes o das, es de la Madre, No exijas nada, acepta lo que recibas de ella y úsalo para los propósitos para los cuales te ha sido dado. Sé enteramente desinteresado, enteramente escrupuloso, preciso, cuidadoso en cada detalle, un buen custodio; considera siempre que lo que tienes entre manos es posesión de Ella y no la tuya propia. Por otra parte, lo que recibes para Ella, disponlo puntualmente ante Ella; no dirijas nada para tu propio propósito ni para el de cualquier otro.

No busques a los hombres por sus riquezas ni te dejes llevar por las apariencias, el poder o la influencia. Cuanto tú le pides a la Madre, debes sentir que es ella la que reclama a través de ti un poco de lo que  a Ella le pertenece y el hombre desde el que tú pides será juzgado por su respuesta.

 Si estás libre de la contaminación del dinero pero si necesidad de retraerte ascéticamente frente a él, tendrá un poder más grande para dirigir el dinero hacia la obra divina. Ecuanimidad de la mente, dejar a un lado las exigencias y una dedicación completa  de todo aquello que posees y recibes y de todo tu poder de adquisición a la Shakti divina y a su obra son los signos de esta libertad. Cualquier preocupación de la mente respecto al dinero y su uso, cualquier reivindicación. Cualquier reticencia, es un índice seguro de alguna imperfección o atadura.

El sadhaka ideal de este tipo es aquel que si fuera llamado a vivir en la pobreza, así lo haría sin que le afectara ningún sentido de la necesidad ni interfiriera en el juego interior pleno de la consciencia divina; y si fuera llamado a vivir en la riqueza, así lo haría y nunca, ni por un momento, caería en el deseo o en el apego a su riqueza o a  las cosas que usa, ni en la servidumbre a la auto-indulgencia, ni en una débil atadura a los hábitos que la posesión de las riquezas genera. La divina Voluntad es toda para él, y también el divino Ananda.

En la creación supramental, la fuerza del dinero debe ser restituida al Poder divino y usada para una organización  y un orden verdaderos, hermosos y armoniosos en una existencia física y vital divinizada nueva en cualquier modo que la Madre divina disponga en su visión creativa. Pero primero debe ser reconquistada para Ella y los más fuertes para llevar a cabo esta conquista serán los que en esta parte de su naturaleza sean fuertes, vastos y libres de lego, se entreguen sin ninguna exigencia, reserva o duda, sean canales puros y poderosos para el Poder supremo.

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