El Llamado de La Madre Divina a Todas Las Diosas en la Tierra por Maita Kanta

Madre divina, espíritu santo de amor, hoy es tu día santo de bienvenida. Que todos los seres en la tierra sepan que Dios es femenino también y que su hija amada le da la bienvenida a la Madre Eterna creadora y sustentora de todo el universo, es tu momento Madre Divina, guíanos con tu espíritu santo que nos purifica y nos ennoblece con tu sagrado amor, hacia una nueva era de amor, de libertad del sentir hacia el ser.

Ven Madre Divina, purifícame con tus rayos de amor, haz renacer en mí el amor que solo una mujer puede brindar, desátame Madre divina de todo aquello que no me permita ver mi gran belleza interna.

Abre mis alas de ángel del amor, para juntas ungir el planeta en amor.

Ayúdame Madre divina a recordar la promesa que hicimos junto a todas mis hermanas, en la cual prometimos que juntas a ti llegaríamos a este hermoso planeta tierra y como ángeles divinos que somos, extenderíamos nuestras alas de libertad y cobijaríamos a todos nuestros hombres que estaban en oscuridad y con nuestra pureza convertirlos en ángeles, sin importar el dolor, el sufrimiento, las lágrimas, el peso y la cruz que tendríamos que soportar por largo tiempo, solo por amor.

Madre Divina, lo sé, llegó el momento en el cual tu nos dijiste que nos ibas a llamar a todas tus Diosas hacia el despertar femenino y resucitaríamos de aquella cruz que por tanto tiempo hemos cargado y despertaríamos a la gran Diosa divina que cada una tenemos, hacia un renacer del sentir y del creer en nosotras mismas, con el poder del amor que todo lo puede y todo lo soporta.

Haz renacer en nosotras la verdad, la unción de la purificación, para irradiar el planeta entero en luz y amor hacia un nuevo amanecer, hacia una nueva era de infinitos colores, sentimientos de alegría y amor, donde solo gobierna el corazón.

Despiértame Madre Divina, ayúdame a volver a ser la mujer sagrada que algún día fui, aquella que amaba la naturaleza, que hablaba con cada rosa, que abrazaba los árboles, pues sus colores y fragancias la hacían sentir parte de ella y se valoraba por su sentir, por sus valores incalculables que son de un espíritu puro, santo y sencillo.

Aquella que sabía que su cuerpo es un templo sagrado y no permitía que fuera manchado o saqueado, pues es allí donde realmente se adora y se enaltece a Dios.

Aquella que cantaba con su melodiosa voz, cánticos de alabanza al amor y con ello armonizaba el ambiente en armonía, dulzura y alegría.

Aquella maestra sabía que con sus infinitos dones de intuición, era guiada por el amor hacia la fraternidad del ser.

Aquella que cuidaba y protegía a todos los animales pues sabía que ellos son nuestros hermanos, seres divinos ángeles guardianes en lealtad, sagrados y bendecidos por Dios. Que cada especie animal cumple una misión importante en la tierra, ningún animal era sacrificado para consumo humano, al contrario eran respetados y amados, pues ella no permitía que se le hiciera daño a ningún ser vivo en la tierra.

Aquella que amaba y protegía a todos los niños, pues ella sabía que son seres angelicales y que con sus energías de amor nos alimentamos. Que deben ser educados y guiados por el ejemplo de cada madre y padre en amor.

Madre Divina cobíjanos con tu espíritu divino y purifícanos con tu santidad.

Que tu nombre resuene en cada corazón de todo hombre y mujer en la tierra.

Que tu bendición y guía sea el bálsamo para el planeta entero hacia una nueva era de luz.

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