Fases lunares: Energía en cambio constante.
La Luna ha acompañado a nuestro planeta e intrigado a la humanidad. Su cercanía e influencia, la sitúan como el segundo cuerpo celeste más importante para la interpretación astrológica, después del Sol.
Fases lunares: Energía en cambio constante.
“Me gusta pensar que la Luna está siempre ahí, incluso si no estoy mirando”. (Albert Einstein. Físico alemán. 1879 – 1955).
La Luna es el único satélite natural de nuestro planeta. Los registros astronómicos y astrológicos más antiguos se remontan hasta grandes civilizaciones, como Asiria, Babilónica, Egipcia, Maya e Inca.
Su nombre proviene del latín y se define como el vocablo femenino para la luminosidad, es decir: luminosa. Nos dedicaremos a entender cómo la Luna ejerce su influencia sobre cada uno de nosotros, mediante sus diferentes fases.
Quizá fue Galileo Galilei, quién dedico más tiempo a la observación, análisis y registro de la diferentes fases lunares. Con su trabajo en dicha materia, se convirtió en el precursor de la definición de las fases que se utilizan hasta nuestros días.
Como bien sabemos, la Luna es el cuerpo celeste más cercano a la tierra y su influencia es innegable. Regente natural del signo de Cáncer y habitante de la casa cuarta, la Luna se relaciona con los sentimientos más profundos y su posición determina la naturaleza de nuestras emociones.
Sin embargo, enfocaremos nuestra atención en las fases que presenta respecto a su trayectoria alrededor de la tierra. Este se plantea en ocho diferentes formas:
Nueva, Creciente, Cuarto Creciente, Creciente Gibosa, Llena o Plena, Menguante Gibosa, Cuarto Menguante y Menguante.
Independientemente de localizar la casa y el signo de nuestra Luna en la carta natal, se recomienda buscar calendarios lunares mensuales para complementar el entendimiento de las características de la Luna en la vida diaria.
La Luna y su posición en el mapa celeste, nos ayuda a comprender cuál es la estructura de nuestras emociones. La influencia de este astro se vincula a los sentimientos que experimentamos y a cómo los expresamos en el día a día.
En la imagen superior, encontramos a la Luna habitando su propio signo. Además de las características de nuestra Luna natal, debemos considerar que ella presenta un desplazamiento de traslación relativamente rápido. Por ello es que sólo tarda dos días y medio en cambiar de un signo a otro.
Nueva. Se determina cuando el astro es indetectable a simple vista; la tierra impide totalmente que la luz solar se refleje en su superficie.
Creciente. Debido a los movimientos de traslación, la ubicación terrestre permite que la luz solar ilumine una pequeña franja exterior del plano lunar.
Cuarto Creciente. La posición de la tierra y la Luna, permiten que los rayos del Sol iluminen la mitad de nuestro satélite, en relación a la dirección de su desplazamiento.
Creciente Gibosa. La Luna es ahora visible casi en su totalidad, pero prevalece una franja exterior que aún no es tocada por a luz solar.
Llena o Plena. La tierra ya no se ubica en el medio y la Luna recibe sin estorbos la luz solar.
Menguante Gibosa. Comienza a cerrarse el ciclo. Tras el desplazamiento natural de ambos astros respecto del sol, la tierra empieza a interponerse de nuevo. Se aprecia casi la totalidad de la Luna, pero se obscurece uno de sus bordes exteriores.
Cuarto Menguante. Al igual que en el caso del Cuarto Creciente, sólo podemos ver la mitad de la Luna, pero ahora se ha obscurecido el extremo opuesto.
Menguante. Se percibe la luz solar reflejada sólo en una franja exterior de su superficie. La tierra está a punto de volver a interponerse entre la Luna y el Sol, regresando a la posición de fase Nueva.
Aunque la Luna circunda la tierra aun cuando no podemos verla, también es cierto que no es un cuerpo celeste con luz propia. Sólo vemos la luminosidad que refleja del Sol cuando sus rayos tocan su superficie.
Ahora bien, cada una de las ocho fases lunares ejerce su influencia sobre nosotros de formas distintas y con fines específicos.
Fase 1 (Nueva). Momento ideal para la meditación y la introspección. Es por definición el inicio del ciclo. Su finalidad es la de dar estructura a un periodo nuevo. Representa el tiempo justo para analizar proyectos antes de darles comienzo o para reflexionar sobre situaciones que ameriten cambios.
Fase 2 (Creciente). Marca el momento idóneo para el inicio de la acción. Sus finalidad es la de dar los primeros pasos para alcanzar el objetivo que se analizó previamente. Representa la manifestación de las acciones a realizar.
Fase 3 (Cuarto Creciente). Indica el tiempo de elaborar cuestionamientos respecto del nuevo proyecto. Su finalidad es la de retomar con más fuerza la tarea o la de descartar su aplicación. Representa la necesidad de sentirnos plenos con lo que hacemos y también la de corregir el rumbo si las cosas no resultan como planeamos.
Fase 4 (Creciente Gibosa). Momento ideal para comenzar a cuantificar y valorar resultados. Su finalidad es la de practicar la paciencia y la mesura interior. Representa la armonía y el valor para seguir adelante, aun cuando los resultados sean menores a lo proyectado.
Fase 5 (Llena o Plena). Sin duda el momento más poderoso del ciclo respecto de su influencia. Su finalidad es la de expandir la energía resultante del trabajo previo. Cosechar los frutos y administrar su potencial. Representa la satisfacción del empeño y esfuerzo impresos en nuestra vida diaria. Cuando se presenta la Luna Llena, es tiempo de celebración.
Fase 6 (Menguante Gibosa). Momento perfecto para la re estructuración y el descanso. Su finalidad es la de analizar detalles importantes. Una vez obtenidos los frutos, habremos de cuestionar los procesos para definir qué aspectos que nos fueron favorables y cuáles requieren ser modificados. Representa el tiempo del descanso tras cumplir el objetivo.
Fase 7 (Cuarto Menguante). Tiempo para los cambios radicales. Su finalidad es la de replantearnos esquemas antiguos a modo de obtener mejores resultados futuros. Representa la destrucción de patrones que ya no nos son funcionales.
Fase 8 (Menguante). Momento para la limpieza y depuración material y espiritual. Su finalidad es la de organizar el entorno para prepararnos ante los nuevos retos. Representa la oportunidad de equilibrar la energía que emana de nuestro ser.
El uso de calendarios lunares es ideal para ayudarnos a conocer las fases que se presentan y así poder entender qué momento es propicio para nuestras actividades.
Fases lunares: Energía en cambio constante.
Hay calendarios mensuales de fases en la Internet o incluso puedes instalar en tu móvil una de la muchas aplicaciones que brindan este servicio. Algunas incluso cuentan con la característica de enviarte notificaciones sobre el inicio de cada fase.
Ya sea impreso o digital, la idea es que tengas a la mano siempre la información oportuna sobre las fases de la Luna, pues esto te permitirá aprovechar su inspiradora influencia en cada aspecto de tu vida.
Queridos amigos, los invitamos a conocer más sobre este tema ya que entender cómo es que la Luna ejerce su influencia, nos ayuda a consolidar una estructura emocional sana.
Que la luz brille en ti, hoy y siempre.
AUTOR: Miranda Luna, redactora en la gran familia hermandadblanca.org
Para saber más:
Excelente documento mil grcas!