¿Qué es la fe? La fe es el salto al vacío que se produce cuando el corazón salta desde el precipicio a la nada y simplemente espera para ver qué ocurre.
La fe, ¿Qué es la fe? Dicen que la fe mueve montañas, entonces ¿qué fuerza tan poderosa es capaz de mover aquello que pareciera inamovible?
La fe no tiene que ver solamente con creencias personales, con religión… sino con la vida, con saltos al vacío… A ese vacío maravilloso donde la magia existe y todo es posible… donde tus recursos saltan todos juntos para caer con los pies de puntillas y sostenerte para que ni siquiera recibas un rasguño en tu caída…
La caída no es otra sino al amor, al todo, al abismo de amor que nos rodea y al abismo de amor que somos… se trata de sabiduría, de amor, en definitiva, de fuerzas en equilibrio unidas que juntas fabrican una red que todo lo puede, que todo lo mueve y que todo lo sostiene…
La fe trata de reunir capacidades, talentos y dones personales, saber que todo se puede conseguir si es parte de tu camino, que tu camino está abierto, y que, aunque queramos equivocarnos y errar, siempre acabaremos por colocarnos en aquel lugar que nos corresponde, tarde o temprano. Tarde para aquel que lleva premura, temprano para aquel que vive con paciencia y solemnidad el presente…
Un presente lleno de posibilidades infinitas, de combinaciones posibles, pero que al final solamente es una la escogida…
¿Cuántas probabilidades de acertar existen?
Solamente una.
¿Acaso es fruto del azar? No… pudiera ser quizás, para pensar que no tenemos responsabilidad sobre ello, pero realmente ahí es donde aparece nuestro libre albedrío, de tomar aquello que nos llega, que nos corresponde.
La fe es todo, pues la fe es amor, la fuerza infinita de la sabiduría, bondad y confianza de la vida. La vida es una continua prueba de fe, de confianza.
¿Para qué?
Para probarnos, para aprender a valorar aquello que tenemos y aquello que ya somos.
Para aprender a conocernos a través de las experiencias que vivimos, a través de los resultados obtenidos.
El método científico ya lo dice… método de prueba y error. Muchos son los tableros de juego, muchas las oportunidades y las jugadas ganadas y no ganadas, para simplemente saber valorarnos y valorar a los demás desde el corazón, pues a cada paso nos reinventamos.
La fe, tiene que ver con recordar, recordar desde el corazón, la certeza de que algo va a ocurrir, sin tiempo, sin condición, sin posibilidad de cambiarlo… porque ya está escrito, ya está hecho en algún lugar del que no tenemos ni siquiera idea de que existe.
La fe es el salto al vacío que se produce cuando el corazón salta desde el precipicio a la nada y simplemente espera para ver qué ocurre.
La fe es el acuerdo entre dos o más almas que un día donde esa magia existe, firmaron encontrarse, quererse y amarse para ponerse a prueba y avanzar, evolucionar para experimentar el amor en toda su grandeza. La grandeza del corazón.
Algunos recordamos esa firma, ese acuerdo, esa colaboración en esta vida.
Resulta muy bonito sentirlo para quien lo vive, pues la experiencia es hermosa llena de luz y de serena alegría, pero no así en muchas ocasiones las reacciones de las otras personas que no lo recuerdan de igual manera.
Y es entonces, cuando aparecen los obstáculos, aparece la razón como protagonista primera para anular la magia del corazón, pero ¡no! El corazón no se amedrenta y sigue pidiendo paso y sirviendo las experiencias como si se tratara de un menú de un comedor de un modesto bar de barrio.
Qué ingenuidad la vida, qué ingenua la magia que todo lo recuerda, qué bonita la fe como forma de firma materializada.
Hagamos caso al corazón, a aquel que todo lo sabe y que todo lo ve y aún, viéndolo, juega con nosotros a sorprendernos, una y otra vez… como si fuéramos niños pequeños jugando en la nada.
Lindo y bello corazón, ser mágico, que nos acompañas con paciencia infinita hasta que descubramos todas las reglas del juego de la vida…
Una vida llena de pizpiretas sonrisas que marcan el día a día del que va desprendido de las expectativas de la razón y del termómetro de la emoción.
Así, todas en reunión, todas unidas, razón, emoción y corazón, juegan las unas con las otras y se divierten, para hacernos pasar momentos, que después, recordaremos como grandes retos superados, reírse de uno mismo, después de aprender, pues siempre como se suele decir, siempre llueve sobre mojado, nada ocurre porque sí y de nada y de todo trata la fe de la vida.
Vive tu vida con fuerza, con la fuerza de la fe del corazón, con la fuerza del amor, con la fuerza de la sabiduría.
Con mucho amor, Ana Jesús Murillo.
AUTORA y EDITORA: Ana Jesús Murillo. Redactora en la gran familia de hermandadblanca.org
Gracias por la información. Gran aporte de esta web. Un cordial saludo!
Que bonito articulo. Namasté
Gracias Claudia, Namasté.
David Monteleone
cuando canalizamos nuestro pensamiento a un proyecto o meta
Cuándo tenemos terror y entendemos las manos al vacío, respiramos, nos libramos y confiamos en lo que recibiremos de Dios es lo mejor y lo más exacto para nosotros, eso es sin duda….fe
La FE. Es una emanación de pensamiento, llamado trinidad para mí, se respira profundo, se piensa, se desea con el corazón mientras se exhala.
FE. Deseo, una fantasía del futuro cercano por venir. (Tiempo de concepción hasta la cuarta generación de un individuo) es lo que se podría tardar un deseo en hacerse realidad.
FE. Si puede mover montañas, el pensamiento emanado o acto de Fe, no traspasara la estratosfera, es atrapado por el campo magnético del planeta y reinserto como energía al Planeta, y grabado en él.