La importancia de la Congruencia e Integridad en la actualidad

Pilar Vazquez

etica

Este tema es muy importante, de hecho, parece pasado de moda y en realidad es más valioso de lo que imaginamos. Hace algunos años era común, sobre todo, si se trataba de pequeñas pueblos o provincias, en los que todas las personas se conocían, de hecho se prestaban dinero, o encomendaban trabajos valiosos respaldados solamente por la confianza en la otra persona, no se firmaban pagares, contratos o recibos de pago, bastaba con la palabra del otro.

De hecho se decía “todo va a salir bien pues me dio su palabra”…..claro que los tiempos han cambiado, ya no somos tan confiables y eso de la palabra se le ha dejado a las personas que no son precavidas como para hacer arreglos seguros y formales.

¿Qué impulsaba  a los demás a confiar en los otros?

¿Qué impulsaba a las personas de antes a confiar en los otros?…la confianza…pero sobre todo la congruencia y la integridad del otro.

La congruencia es básicamente hacer y sostener lo que decimos, pensamos y hacemos, por ejemplo, si somos personas disciplinadas somos congruentes cuando actuamos disciplinadamente y que cuando nos comprometemos lo hacemos del mismo modo, si decimos que amamos a los animales somos congruentes en no actuar de manera dañina hacia ellos, promoviendo su protección y respetando su condición de vida. Por supuesto que podemos ser también congruentes en lo no edificante, como ser violentos en nuestras acciones, palabras y pensamientos. La congruencia puede tener dos o más caras…la integridad no.

problemas de conducta ira

Sin embargo para ser íntegros necesitamos ser congruentes de manera constructiva, ser confiables, recuerdo a un maestro que comentaba que la confianza era difícil de obtener y muy fácil de perder. Para ser personas confiables necesitamos ser cuidadosos y atentos en lo que hacemos, decimos y pensamos, de hecho ayuda mucho el tener presente que nada que hagamos y pensemos sea en perjuicio de los demás. Es importante estar dispuesto a ayudar en lo que nos es posible a los otros, ser generosos, y tener una conducta ética que se distinga por el respeto a todo tipo de seres, personas, plantas, animales, el habla veraz, la ausencia de mentiras, el habla con sentido y propósito constructivo, la ausencia de malicia y de avaricia. Una vez que conseguimos estar atentos a estas cualidades debemos sostenerlas, familiarizarnos y hacerlas parte de nuestra vida diaria. Es así que actuamos de manera íntegra cuando somos congruentes en las cualidades anteriores.

atención plena en nuestra conducta

Parece difícil pero no lo es tanto si practicamos la atención plena en lo que hacemos, decimos y pensamos, si reflexionamos en las ventajas de ser íntegros y responsables, la más perceptible es la reputación, es bueno ser de confiar sin duda, es aún mejor sentir también que lo que obtenemos de nuestro conducta es el ser personas en las que se pueden depositar importantes trabajos, o la toma de decisiones que involucran el bienestar de los demás.

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El ser congruentes e íntegros no significa que no podemos tener en ocasiones errores o equivocaciones, pues seguramente tendremos como habilidad el reconocimiento de nuestras fallas y la respectiva disculpa o corrección de lo que hicimos. La Integridad significa conciencia de nuestro desempeño diario. La sabia administración de nuestros hábitos de vida, como en todo la causa y efecto están presentes y si somos congruentes de manera positiva la retribución a nuestro actuar será positiva y si no lo somos pues experimentaremos resultados negativos, no seremos confiables y tendremos dificultades como el recibir el clásico reclamo “porqué dices algo y haces otra cosa”…la respuesta es dura y fácil … pues porque no somos congruentes, no tenemos atención en nuestra conducta.

reconocer y corregir nuestras fallas

En la actualidad la integridad y congruencia en lo edificante están algo así como en extinción, de hecho vemos con naturalidad que las personas se mienten o utilizan de manera dañina unas a otras, es común pero no es sano…en el fondo carecemos de libertad nuestra falta de consistencia nos resta espacio para actuar y la integridad nos abre posibilidades de acción, la incongruencia nos las cierra.

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En fin, dispongámonos a ser íntegros, congruentes, honestos y dignos de confianza ya que solamente de ésta manera encontraremos la verdadera libertad de ser y de actuar en paz y felicidad.

 

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca

 

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